Efectos del huracán Wilma al acuífero de la península de Yucatán, México

Los cambios ambientales y climáticos en el mundo han incrementado el número de huracanes, como Gilberto en 1988, Opal y Roxana en 1995, Isidore en 2002, y Emily y Wilma en 2005. Estos fenómenos naturales han causado inundaciones, interrupción del servicio eléctrico, pérdida de cosechas, y daños en la infraestructura habitacional y carretera en el estado de Yucatán, México. En octubre de 2005, el huracán Wilma pasó por Yucatán con una precipitación de 314.3 mm, ocasionando que las cargas hidráulicas del acuífero ascendieran 1.5 m y la interfase salina fuera desplazada hacia abajo unos 9 m en los pozos (1B y 2C), regresando en enero a su posición anterior debido a la heterogeneidad del subsuelo cárstico. La dirección del flujo subterráneo fue de sureste a noroeste y no cambió por el huracán Wilma. Se presentó el efecto de dilución de los contaminantes existentes antes del huracán en la mayoría de los pozos, excepto el 2A, en el cual se incrementaron los nitratos debido a la materia orgánica acumulada por las inundaciones de la zona. En general, los huracanes en Yucatán resultan benéficos para el acuífero debido a la recarga de agua que diluye la contaminación existente, aunque no para la población, por los daños en las infraestructuras

Associations between eating speed, diet quality, adiposity, and cardiometabolic risk factors

Objective: To assess the associations between eating speed, adiposity, cardiometabolic risk factors, and diet quality in a cohort of Spanish preschool-children. Study design: A cross-sectional study in 1371 preschool age children (49% girls; mean age, 4.8 ± 1.0 years) from the Childhood Obesity Risk Assessment Longitudinal Study (CORALS) cohort was conducted. After exclusions, 956 participants were included in the analyses. The eating speed was estimated by summing the total minutes used in each of the 3 main meals and then categorized into slow, moderate, or fast. Multiple linear and logistic regression models were fitted to assess the β-coefficient, or OR and 95% CI, between eating speed and body mass index, waist circumference, fat mass index (FMI), blood pressure, fasting plasma glucose, and lipid profile. Results: Compared with participants in the slow-eating category, those in the fast-eating category had a higher prevalence risk of overweight/obesity (OR, 2.9; 95% CI, 1.8-4.4; P < .01); larger waist circumference (β, 2.6 cm; 95% CI, 1.5-3.8 cm); and greater FMI (β, 0.3 kg/m2; 95% CI, 0.1-0.5 kg/m2), systolic blood pressure (β, 2.8 mmHg; 95% CI, 0.6-4.9 mmHg), and fasting plasma glucose levels (β, 2.7 mg/dL, 95% CI, 1.2-4.2 mg/dL) but lower adherence to the Mediterranean diet (β, −0.5 points; 95% CI, −0.9 to −0.1 points). Conclusions: Eating fast is associated with higher adiposity, certain cardiometabolic risk factors, and lower adherence to a Mediterranean diet. Further long-term and interventional studies are warranted to confirm these associations

Contribution to the evaluation of solute transport properties in a karstic aquifer (Yucatan, Mexico)

In the process of solute transport, dispersivity and hydrodynamic dispersion coefficients are important factors that define the distribution and migration of dissolved salts in the aquifer. Tracer tests were carried out in wells located in the northeast coast of Yucatan, Mexico, whereby only the freshwater thickness of the aquifer was analyzed. Sodium chloride (NaCl) was used as a tracer. Groundwater flow velocity was estimated with the Drost dilution point method. To analyse the solute transport, the analytical model for instantaneous injection was chosen, which is derived from the advection–dispersion equation, and the dispersivity and longitudinal dispersion coefficients were determined. The results indicate that the longitudinal dispersivity and hydrodynamic dispersion of the aquifer vary from 2.56 to 2,500 m and between 1 × 10−3 and 1 × 10−2 m2/s, respectively. In the areas of Telchac Puerto, Dzilam Bravo and San Felipe, advection is the most important solute transport mechanism, while El Cuyo has lower velocity ranges than other locations in the study area and salts tend to disperse. Groundwater flow velocity varies between 3.1 × 10−7 and 8.65 × 10−5 m/s, associated with the flow in the karstic aquifer matrix, with maximum values ​​of 1.5 × 10−4 m/s, associated with the karstification of the aquifer. Groundwater flow velocity increases towards the coast, which is consistent with the fact that the aquifer discharges to the sea. It is observed that in the first 10 m of aquifer, the velocities are higher than those determined in deeper layers, up to an order of magnitude

Interfases de agua dulce y agua salobre en laregión Mérida-Progreso, Yucatán

La población en la región Mérida-Progreso, Yucatán, México, depende totalmente del agua subterránea que es obtenida de un acuífero kárstico costero, vulnerable a la contaminación antropogénica y natural por los efectos de la intrusión salina. El objetivo de estudio fue describir, espacial y temporalmente, el comportamiento de las interfases de agua dulce y agua salobre ante eventos de precipitación, y proponer alternativas que ayuden a explicar la respuesta observada y su relación con el principio de Ghyben-Herzberg. Se utilizó una red de 26 pozos de observación para determinar elevaciones del nivel del agua y cambios en la conductividad eléctrica en las interfases mediante mediciones manuales y una red automatizada. Los resultados indican que en general existe una respuesta rápida (del orden de horas) del nivel freático a la precipitación, por ejemplo un incremento de 19 cm en la elevación del nivel del agua al occidente de Mérida y un comportamiento irregular de las elevaciones de las interfases de agua salina (decremento de 570 µmhos·cm-1) y salobre ante eventos de precipitación (60 mm). De acuerdo con los resultados obtenidos, el principio de Ghyben-Herzberg no es aplicable para la determinación de la posición de la interfase de agua salina en la región. Finalmente, se definieron espesores de agua dulce bajo la zona urbana de Mérida para las temporadas de lluvia (33 m) y estiaje (31.5 m), y un espesor promedio de 26 m al norte de Mérida a 15 km de la línea de costa donde no hay una variación entre ambos periodos