308 research outputs found

    Pakistan’s Grand Strategy: The Poverty of Imagination

    Get PDF
    This article is concerned with a significant grand strategic choice that Pakistan faces concerning its relations with China. The relationship between Pakistan and the United States has deteriorated since the US Special Forces found and killed Osama Bin Laden in the Pakistani city of Abbottabad in May 2011. Instead, Pakistan has been recalibrating its grand strategy enabling it to get closer to China. The country has received large Chinese investment to start several infrastructural projects in Pakistan as part of the Belt and Road Initiative. We argue that Pakistan is making a grave strategic mistake. Its partnership with China is unnatural and it will count against its core interests in the future. We suggest that Pakistan should reorient its grand strategy in order to bring it closer to Western democracies. Doing so will ensure greater security, economic development and sovereign independence for Pakistan.</p

    NATO’s New Role: The Alliance’s Response to a Rising China

    Get PDF
    Russia’s actions in Crimea and Ukraine have been momentous in their consequences for the North Atlantic Treaty Organization (NATO). Moscow has instilled new life in the almost seventy-year-old alliance. Doubts about its relevance and utility in the post–Cold War period have faded, at least for the time being, as leaders ponder what Russian leader Vladimir Putin will do next to challenge the alliance. This uncertainty weighs heavily on the heads of state and government of NATO’s twenty-eight members. NATO Secretary General Anders Fogh Rasmussen characterized the situation well when he wrote, “In these turbulent times NATO must be prepared to undertake the full range of missions and to defend Allies against the full range of threats.

    Origen y alcance de la doctrina estadounidense del Derecho constitucional

    Get PDF
    ¿Cómo surgió en nuestro país la doctrina que permite al Poder Judicial declarar la inconstitucionalidad de las leyes y tratarlas como si fueran nulas? ¿Cuál es su verdadero alcance? Llama la atención que las constituciones de los estados no hayan otorgado esta facultad de manera expresa, sino implícita. En la primera constitución que se sancionó, nada se dijo que pudiera dar lugar claramente a esta doctrina. Recién después de la aprobación de la Constitución federal se mencionó algo al respecto, como en el artículo XII de la Constitución de kentucky de 1792. Al principio, en algunos distritos se negaba o se ponía en duda la existencia de esa facultad. Recién en 1825, en un fuerte voto en disidencia, el juez Gibson, de Pensilvania, uno de los magistrados más destacados de los Estados unidos que posteriormente presidió la Suprema Corte de ese estado, negó rotundamente dicha facultad en tanto no estuviera expresamente incluida en una constitución. Por lo tanto, la negó de manera genérica según las disposiciones de las constituciones estaduales, al tiempo que admitió que en la Constitución de los Estados unidos dicha facultad estaba conferida por la segunda cláusula del artículo VI, en la que se dispone que la Constitución y las leyes y tratados concluidos en virtud de ella “serán la ley suprema del país; los jueces de los estados estarán obligados por ellos, independientemente de que existan disposiciones contrarias en la Constitución o en las leyes de un estado”. Resulta insuficiente fundamentar esta notable facultad en el mero hecho de que una constitución sea escrita o en que los jueces hayan jurado defenderla. Ni la forma escrita ni el juramento de los jueces implica necesariamente el derecho de revocar o rechazar un acto emanado del Poder Legislativo o del Poder Ejecutivo que estos poderes están autorizados a emitir conforme a la Constitución, ni la afirmación por parte de estos poderes de que están autorizados para así obrar. Para confirmar esta aserción, basta con referirse al hecho de que otros países, como Francia, Alemania y Suiza, tienen constituciones escritas y esta facultad no se reconoce en ellas. (Párrafo extraído del texto a modo de resumen)Sección: Ensayos.Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociale

    Origen y alcance de la doctrina estadounidense del Derecho constitucional

    Get PDF
    ¿Cómo surgió en nuestro país la doctrina que permite al Poder Judicial declarar la inconstitucionalidad de las leyes y tratarlas como si fueran nulas? ¿Cuál es su verdadero alcance? Llama la atención que las constituciones de los estados no hayan otorgado esta facultad de manera expresa, sino implícita. En la primera constitución que se sancionó, nada se dijo que pudiera dar lugar claramente a esta doctrina. Recién después de la aprobación de la Constitución federal se mencionó algo al respecto, como en el artículo XII de la Constitución de kentucky de 1792. Al principio, en algunos distritos se negaba o se ponía en duda la existencia de esa facultad. Recién en 1825, en un fuerte voto en disidencia, el juez Gibson, de Pensilvania, uno de los magistrados más destacados de los Estados unidos que posteriormente presidió la Suprema Corte de ese estado, negó rotundamente dicha facultad en tanto no estuviera expresamente incluida en una constitución. Por lo tanto, la negó de manera genérica según las disposiciones de las constituciones estaduales, al tiempo que admitió que en la Constitución de los Estados unidos dicha facultad estaba conferida por la segunda cláusula del artículo VI, en la que se dispone que la Constitución y las leyes y tratados concluidos en virtud de ella “serán la ley suprema del país; los jueces de los estados estarán obligados por ellos, independientemente de que existan disposiciones contrarias en la Constitución o en las leyes de un estado”. Resulta insuficiente fundamentar esta notable facultad en el mero hecho de que una constitución sea escrita o en que los jueces hayan jurado defenderla. Ni la forma escrita ni el juramento de los jueces implica necesariamente el derecho de revocar o rechazar un acto emanado del Poder Legislativo o del Poder Ejecutivo que estos poderes están autorizados a emitir conforme a la Constitución, ni la afirmación por parte de estos poderes de que están autorizados para así obrar. Para confirmar esta aserción, basta con referirse al hecho de que otros países, como Francia, Alemania y Suiza, tienen constituciones escritas y esta facultad no se reconoce en ellas. (Párrafo extraído del texto a modo de resumen)Sección: Ensayos.Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociale

    Origen y alcance de la doctrina estadounidense del Derecho constitucional

    Get PDF
    ¿Cómo surgió en nuestro país la doctrina que permite al Poder Judicial declarar la inconstitucionalidad de las leyes y tratarlas como si fueran nulas? ¿Cuál es su verdadero alcance? Llama la atención que las constituciones de los estados no hayan otorgado esta facultad de manera expresa, sino implícita. En la primera constitución que se sancionó, nada se dijo que pudiera dar lugar claramente a esta doctrina. Recién después de la aprobación de la Constitución federal se mencionó algo al respecto, como en el artículo XII de la Constitución de kentucky de 1792. Al principio, en algunos distritos se negaba o se ponía en duda la existencia de esa facultad. Recién en 1825, en un fuerte voto en disidencia, el juez Gibson, de Pensilvania, uno de los magistrados más destacados de los Estados unidos que posteriormente presidió la Suprema Corte de ese estado, negó rotundamente dicha facultad en tanto no estuviera expresamente incluida en una constitución. Por lo tanto, la negó de manera genérica según las disposiciones de las constituciones estaduales, al tiempo que admitió que en la Constitución de los Estados unidos dicha facultad estaba conferida por la segunda cláusula del artículo VI, en la que se dispone que la Constitución y las leyes y tratados concluidos en virtud de ella “serán la ley suprema del país; los jueces de los estados estarán obligados por ellos, independientemente de que existan disposiciones contrarias en la Constitución o en las leyes de un estado”. Resulta insuficiente fundamentar esta notable facultad en el mero hecho de que una constitución sea escrita o en que los jueces hayan jurado defenderla. Ni la forma escrita ni el juramento de los jueces implica necesariamente el derecho de revocar o rechazar un acto emanado del Poder Legislativo o del Poder Ejecutivo que estos poderes están autorizados a emitir conforme a la Constitución, ni la afirmación por parte de estos poderes de que están autorizados para así obrar. Para confirmar esta aserción, basta con referirse al hecho de que otros países, como Francia, Alemania y Suiza, tienen constituciones escritas y esta facultad no se reconoce en ellas. (Párrafo extraído del texto a modo de resumen)Sección: Ensayos.Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociale

    "The paradise of the latrine" : American toilet building and the continuities of colonial and postcolonial development

    Get PDF
    The Sanitary Hamlet Program, a rural health project intended to serve counterinsurgency goals in wartime Vietnam, focused on ending open-air defecation and instructing Vietnamese in the correct use of latrines. This program belongs within a larger arc of American nation-building cum toilet-building at home and abroad in the twentieth century; American toilet-building shared common features and served common functions from the age of formal empire through the postcolonial era. Looking beyond the rhetoric of modernization to on-the-ground practices reveals how American approaches to international development after 1945 continued to be shaped by racialized perceptions of foreign peoples. But the project was not simply the product of an American neo-colonial impulse. It was also an expression of South Vietnamese leaders’ postcolonial worldview—one that similarly targeted unsanitary peasants for hygienic reform

    Cardiac responses to viewing facial emotion differentiate frontotemporal dementias

    Get PDF
    Objective To establish proof‐of‐principle for the use of heart rate responses as objective measures of degraded emotional reactivity across the frontotemporal dementia spectrum, and to demonstrate specific relationships between cardiac autonomic responses and anatomical patterns of neurodegeneration. Methods Thirty‐two patients representing all major frontotemporal dementia syndromes and 19 healthy older controls performed an emotion recognition task, viewing dynamic, naturalistic videos of facial emotions while ECG was recorded. Cardiac reactivity was indexed as the increase in interbeat interval at the onset of facial emotions. Gray matter associations of emotional reactivity were assessed using voxel‐based morphometry of patients’ brain MR images. Results Relative to healthy controls, all patient groups had impaired emotion identification, whereas cardiac reactivity was attenuated in those groups with predominant fronto‐insular atrophy (behavioral variant frontotemporal dementia and nonfluent primary progressive aphasia), but preserved in syndromes focused on the anterior temporal lobes (right temporal variant frontotemporal dementia and semantic variant primary progressive aphasia). Impaired cardiac reactivity correlated with gray matter atrophy in a fronto‐cingulo‐insular network that overlapped correlates of cognitive emotion processing. Interpretation Autonomic indices of emotional reactivity dissociate from emotion categorization ability, stratifying frontotemporal dementia syndromes and showing promise as novel biomarkers. Attenuated cardiac responses to the emotions of others suggest a core pathophysiological mechanism for emotional blunting and degraded interpersonal reactivity in these diseases
    corecore