12 research outputs found
Consistent patterns of common species across tropical tree communities
Trees structure the Earth’s most biodiverse ecosystem, tropical forests. The vast number of tree species presents a formidable challenge to understanding these forests, including their response to environmental change, as very little is known about most tropical tree species. A focus on the common species may circumvent this challenge. Here we investigate abundance patterns of common tree species using inventory data on 1,003,805 trees with trunk diameters of at least 10 cm across 1,568 locations1,2,3,4,5,6 in closed-canopy, structurally intact old-growth tropical forests in Africa, Amazonia and Southeast Asia. We estimate that 2.2%, 2.2% and 2.3% of species comprise 50% of the tropical trees in these regions, respectively. Extrapolating across all closed-canopy tropical forests, we estimate that just 1,053 species comprise half of Earth’s 800 billion tropical trees with trunk diameters of at least 10 cm. Despite differing biogeographic, climatic and anthropogenic histories7, we find notably consistent patterns of common species and species abundance distributions across the continents. This suggests that fundamental mechanisms of tree community assembly may apply to all tropical forests. Resampling analyses show that the most common species are likely to belong to a manageable list of known species, enabling targeted efforts to understand their ecology. Although they do not detract from the importance of rare species, our results open new opportunities to understand the world’s most diverse forests, including modelling their response to environmental change, by focusing on the common species that constitute the majority of their trees.Publisher PDFPeer reviewe
El reconocimiento y la reglamentación del ejercicio de la profesión de entrenador deportivo en Colombia y en España: del riesgo social a la seguridad y a la salud de los deportistas
El artículo 26 de la Constitución Política de Colombia expresa el libre derecho de las personas para elegir su profesión; además expresa el riesgo social de manera indeterminada; el concepto es desarrollado por la Corte Constitucional. En España, la protección constitucional es algo más limitada, en línea con la reserva legal para regular los Colegios Profesionales y el ejercicio de las profesionales tituladas, previsto en el artículo 36. La concreción de determinadas titulaciones para ejercer dichas profesiones, incluida la de entrenador, se basa en proteger el derecho a la salud y la seguridad de los usuarios de actividades deportivas. En este sentido, y luego de la revisión de algunas fuentes de Derecho (Constitución, leyes, jurisprudencia y doctrina), se concluye que la actividad de entrenamiento deportivo implica un riesgo social, por lo que no puede haber un libre ejercicio de éste, afectando también al derecho a la salud y a la seguridad. Así, este trabajo establece que tanto el legislador colombiano como el regional español han definido válidamente la actividad de entrenador como profesión, para lo que es constitucionalmente admisible la exigencia de títulos de idoneidad protegiendo el interés general de congruencia con el principio de la dignidad humana como derecho fundamental.I. Introducción.
II. Concepto de entrenador deportivo.
III. El reconocimiento y el ejercicio de la profesión de entrenador deportivo en Colombia:
A. Antecedentes de los proyectos de ley sobre esta materia.
B. Consideraciones frente a las objeciones presidenciales y la Sentencia C-307-2013.
IV. La regulación de la profesión de entrenador deportivo en España:
A: Marco competencial: ¿Estado o Autonomías?.
B. Regulación estatal a futuro.
C. Regulación autonómica.
V. Conclusiones.
VI. Bibliografía
El reconocimiento y la reglamentación del ejercicio de la profesión de entrenador deportivo en Colombia y en España: del riesgo social a la seguridad y a la salud de los deportistas
El artículo 26 de la Constitución Política de Colombia expresa el libre derecho de las personas para elegir su profesión; además expresa el riesgo social de manera indeterminada; el concepto es desarrollado por la Corte Constitucional. En España, la protección constitucional es algo más limitada, en línea con la reserva legal para regular los Colegios Profesionales y el ejercicio de las profesionales tituladas, previsto en el artículo 36. La concreción de determinadas titulaciones para ejercer dichas profesiones, incluida la de entrenador, se basa en proteger el derecho a la salud y la seguridad de los usuarios de actividades deportivas. En este sentido, y luego de la revisión de algunas fuentes de Derecho (Constitución, leyes, jurisprudencia y doctrina), se concluye que la actividad de entrenamiento deportivo implica un riesgo social, por lo que no puede haber un libre ejercicio de éste, afectando también al derecho a la salud y a la seguridad. Así, este trabajo establece que tanto el legislador colombiano como el regional español han definido válidamente la actividad de entrenador como profesión, para lo que es constitucionalmente admisible la exigencia de títulos de idoneidad protegiendo el interés general de congruencia con el principio de la dignidad humana como derecho fundamental.I. Introducción.
II. Concepto de entrenador deportivo.
III. El reconocimiento y el ejercicio de la profesión de entrenador deportivo en Colombia:
A. Antecedentes de los proyectos de ley sobre esta materia.
B. Consideraciones frente a las objeciones presidenciales y la Sentencia C-307-2013.
IV. La regulación de la profesión de entrenador deportivo en España:
A: Marco competencial: ¿Estado o Autonomías?.
B. Regulación estatal a futuro.
C. Regulación autonómica.
V. Conclusiones.
VI. Bibliografía
Aportes de nitrógeno y fósforo de tres sistemas agrícolas de la cuenca hidrográfica "El Jihuite", en Jalisco, México
La cuenca hidrográfica El Jihuite tiene como embalse a la presa del mismo nombre, reservorio de agua usado para la población de Tepatitlán, en Jalisco, México. Sin embargo, se ha identificado el problema de eutrofización del agua de la presa y como factor limitante al fósforo, pero se desconocen los procesos en los terrenos con uso agropecuario donde se origina el enriquecimiento de este nutrimento en dicho embalse. Se evaluó la pérdida de nitrógeno y fósforo generada por los cultivos de maíz, agave tequilero y pastos a escala de lote de escurrimiento, con el objetivo de cuantificar los nutrimentos que salen de estos sistemas agrícolas e identificar los procesos asociados con la eutrofización de la presa el Jihuite. Se observó que la pérdida de nitrógeno estaba asociada con el proceso de escurrimiento superficial, mientras que el fósforo dependió de la erosión hídrica de los sistemas agrícolas estudiados. La pérdida de nitrógeno inorgánico en agave tequilero, maíz, suelo desnudo y pasto nativo para el 2002 fue 7, 4.6, 3.9 y 3 kg ha-1; en el 2003 fue 14.9, 7.2, 8.6 y 2.4 kg ha-1 . La pérdida de fósforo total en los mismos cultivos para el 2002 fue 3.7, 3.4, 1.7 y 0.1 kg ha-1; en el 2003 fue 10.8, 7.8, 4.3 y 0.0 kg ha-1 . El fósforo es un factor limitante en la eutrofización de la presa El Jihuite y su corrección dependerá del control de la erosión hídrica en los terrenos con uso agropecuario; por tanto deberá promoverse el uso de prácticas de conservación de suelo
Aportes de nitrógeno y fósforo de tres sistemas agrícolas de la cuenca hidrográfica "El Jihuite", en Jalisco, México
La cuenca hidrográfica El Jihuite tiene como embalse a la presa del mismo nombre, reservorio de agua usado para la población de Tepatitlán, en Jalisco, México. Sin embargo, se ha identificado el problema de eutrofización del agua de la presa y como factor limitante al fósforo, pero se desconocen los procesos en los terrenos con uso agropecuario donde se origina el enriquecimiento de este nutrimento en dicho embalse. Se evalúa la pérdida de nitrógeno y fósforo generada por los cultivos de maíz, agave tequilero y pastos a escala de lote de escurrimiento, con el objetivo de cuantificar los nutrimentos que salen de estos sistemas agrícolas e identificar los procesos asociados con la eutrofización de la presa el Jihuite. Se observó que la pérdida de nitrógeno estaba asociada con el proceso de escurrimiento superficial, mientras que el fósforo dependió de la erosión hídrica de los sistemas agrícolas estudiados. La pérdida de nitrógeno inorgúnico en agave tequilero, maíz, suelo desnudo y pasto nativo para el 2002 fue 7, 4.6, 3.9 y 3 kg ha-1; en el 2003 fue 14.9, 7.2, 8.6 y 2.4 kg ha-1 . La pérdida de fósforo total en los mismos cultivos para el 2002 fue 3.7, 3.4, 1.7 y 0.1 kg ha-1; en el 2003 fue 10.8, 7.8, 4.3 y 0.0 kg ha-1 . El fósforo es un factor limitante en la eutrofización de la presa El Jihuite y su corrección dependerá del control de la erosión hídrica en los terrenos con uso agropecuario; por tanto deberá promoverse el uso de prácticas de conservación de suelo
Neotropical ornithology: Reckoning with historical assumptions, removing systemic barriers, and reimagining the future
A major barrier to advancing ornithology is the systemic exclusion of professionals from the Global South. A recent special feature, Advances in Neotropical Ornithology, and a shortfalls analysis therein, unintentionally followed a long-standing pattern of highlighting individuals, knowledge, and views from the Global North, while largely omitting the perspectives of people based within the Neotropics. Here, we review current strengths and opportunities in the practice of Neotropical ornithology. Further, we discuss problems with assessing the state of Neotropical ornithology through a northern lens, including discovery narratives, incomplete (and biased) understanding of history and advances, and the promotion of agendas that, while currently popular in the north, may not fit the needs and realities of Neotropical research. We argue that future advances in Neotropical ornithology will critically depend on identifying and addressing the systemic barriers that hold back ornithologists who live and work in the Neotropics: unreliable and limited funding, exclusion from international research leadership, restricted dissemination of knowledge (e.g., through language hegemony and citation bias), and logistical barriers. Moving forward, we must examine and acknowledge the colonial roots of our discipline, and explicitly promote anti-colonial agendas for research, training, and conservation. We invite our colleagues within and beyond the Neotropics to join us in creating new models of governance that establish research priorities with vigorous participation of ornithologists and communities within the Neotropical region. To include a diversity of perspectives, we must systemically address discrimination and bias rooted in the socioeconomic class system, anti-Blackness, anti-Brownness, anti-Indigeneity, misogyny, homophobia, tokenism, and ableism. Instead of seeking individual excellence and rewarding top-down leadership, institutions in the North and South can promote collective leadership. In adopting these approaches, we, ornithologists, will join a community of researchers across academia building new paradigms that can reconcile our relationships and transform science. Spanish and Portuguese translations are available in the Supplementary Material.• Research conducted by ornithologists living and working in Latin America and the Caribbean has been historically and systemically excluded from global scientific paradigms, ultimately holding back ornithology as a discipline.• To avoid replicating systems of exclusion in ornithology, authors, editors, reviewers, journals, scientific societies, and research institutions need to interrupt long-held assumptions, improve research practices, and change policies around funding and publication.• To advance Neotropical ornithology and conserve birds across the Americas, institutions should invest directly in basic field biology research, reward collective leadership, and strengthen funding and professional development opportunities for people affected by current research policies.Peer reviewe
Consistent patterns of common species across tropical tree communities
Trees structure the Earth’s most biodiverse ecosystem, tropical forests. The vast number of tree species presents a formidable challenge to understanding these forests, including their response to environmental change, as very little is known about most tropical tree species. A focus on the common species may circumvent this challenge. Here we investigate abundance patterns of common tree species using inventory data on 1,003,805 trees with trunk diameters of at least 10 cm across 1,568 locations1–6 in closed-canopy, structurally intact old-growth tropical forests in Africa, Amazonia and Southeast Asia. We estimate that 2.2%, 2.2% and 2.3% of species comprise 50% of the tropical trees in these regions, respectively. Extrapolating across all closed-canopy tropical forests, we estimate that just 1,053 species comprise half of Earth’s 800 billion tropical trees with trunk diameters of at least 10 cm. Despite differing biogeographic, climatic and anthropogenic histories7, we find notably consistent patterns of common species and species abundance distributions across the continents. This suggests that fundamental mechanisms of tree community assembly may apply to all tropical forests. Resampling analyses show that the most common species are likely to belong to a manageable list of known species, enabling targeted efforts to understand their ecology. Although they do not detract from the importance of rare species, our results open new opportunities to understand the world’s most diverse forests, including modelling their response to environmental change, by focusing on the common species that constitute the majority of their trees
Consistent patterns of common species across tropical tree communities
International audienceAbstract Trees structure the Earth’s most biodiverse ecosystem, tropical forests. The vast number of tree species presents a formidable challenge to understanding these forests, including their response to environmental change, as very little is known about most tropical tree species. A focus on the common species may circumvent this challenge. Here we investigate abundance patterns of common tree species using inventory data on 1,003,805 trees with trunk diameters of at least 10 cm across 1,568 locations 1–6 in closed-canopy, structurally intact old-growth tropical forests in Africa, Amazonia and Southeast Asia. We estimate that 2.2%, 2.2% and 2.3% of species comprise 50% of the tropical trees in these regions, respectively. Extrapolating across all closed-canopy tropical forests, we estimate that just 1,053 species comprise half of Earth’s 800 billion tropical trees with trunk diameters of at least 10 cm. Despite differing biogeographic, climatic and anthropogenic histories 7 , we find notably consistent patterns of common species and species abundance distributions across the continents. This suggests that fundamental mechanisms of tree community assembly may apply to all tropical forests. Resampling analyses show that the most common species are likely to belong to a manageable list of known species, enabling targeted efforts to understand their ecology. Although they do not detract from the importance of rare species, our results open new opportunities to understand the world’s most diverse forests, including modelling their response to environmental change, by focusing on the common species that constitute the majority of their trees
Consistent patterns of common species across tropical tree communities
Trees structure the Earth’s most biodiverse ecosystem, tropical forests. The vast number of tree species presents a formidable challenge to understanding these forests, including their response to environmental change, as very little is known about most tropical tree species. A focus on the common species may circumvent this challenge. Here we investigate abundance patterns of common tree species using inventory data on 1,003,805 trees with trunk diameters of at least 10 cm across 1,568 locations1,2,3,4,5,6 in closed-canopy, structurally intact old-growth tropical forests in Africa, Amazonia and Southeast Asia. We estimate that 2.2%, 2.2% and 2.3% of species comprise 50% of the tropical trees in these regions, respectively. Extrapolating across all closed-canopy tropical forests, we estimate that just 1,053 species comprise half of Earth’s 800 billion tropical trees with trunk diameters of at least 10 cm. Despite differing biogeographic, climatic and anthropogenic histories7, we find notably consistent patterns of common species and species abundance distributions across the continents. This suggests that fundamental mechanisms of tree community assembly may apply to all tropical forests. Resampling analyses show that the most common species are likely to belong to a manageable list of known species, enabling targeted efforts to understand their ecology. Although they do not detract from the importance of rare species, our results open new opportunities to understand the world’s most diverse forests, including modelling their response to environmental change, by focusing on the common species that constitute the majority of their trees
Consistent patterns of common species across tropical tree communities
Trees structure the Earth's most biodiverse ecosystem, tropical forests. The vast number of tree species presents a formidable challenge to understanding these forests, including their response to environmental change, as very little is known about most tropical tree species. A focus on the common species may circumvent this challenge. Here we investigate abundance patterns of common tree species using inventory data on 1,003,805 trees with trunk diameters of at least 10 cm across 1,568 locations in closed-canopy, structurally intact old-growth tropical forests in Africa, Amazonia and Southeast Asia. We estimate that 2.2%, 2.2% and 2.3% of species comprise 50% of the tropical trees in these regions, respectively. Extrapolating across all closed-canopy tropical forests, we estimate that just 1,053 species comprise half of Earth's 800 billion tropical trees with trunk diameters of at least 10 cm. Despite differing biogeographic, climatic and anthropogenic histories , we find notably consistent patterns of common species and species abundance distributions across the continents. This suggests that fundamental mechanisms of tree community assembly may apply to all tropical forests. Resampling analyses show that the most common species are likely to belong to a manageable list of known species, enabling targeted efforts to understand their ecology. Although they do not detract from the importance of rare species, our results open new opportunities to understand the world's most diverse forests, including modelling their response to environmental change, by focusing on the common species that constitute the majority of their trees