11 research outputs found

    Role of age and comorbidities in mortality of patients with infective endocarditis

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    [Purpose]: The aim of this study was to analyse the characteristics of patients with IE in three groups of age and to assess the ability of age and the Charlson Comorbidity Index (CCI) to predict mortality. [Methods]: Prospective cohort study of all patients with IE included in the GAMES Spanish database between 2008 and 2015.Patients were stratified into three age groups:<65 years,65 to 80 years,and ≥ 80 years.The area under the receiver-operating characteristic (AUROC) curve was calculated to quantify the diagnostic accuracy of the CCI to predict mortality risk. [Results]: A total of 3120 patients with IE (1327 < 65 years;1291 65-80 years;502 ≥ 80 years) were enrolled.Fever and heart failure were the most common presentations of IE, with no differences among age groups.Patients ≥80 years who underwent surgery were significantly lower compared with other age groups (14.3%,65 years; 20.5%,65-79 years; 31.3%,≥80 years). In-hospital mortality was lower in the <65-year group (20.3%,<65 years;30.1%,65-79 years;34.7%,≥80 years;p < 0.001) as well as 1-year mortality (3.2%, <65 years; 5.5%, 65-80 years;7.6%,≥80 years; p = 0.003).Independent predictors of mortality were age ≥ 80 years (hazard ratio [HR]:2.78;95% confidence interval [CI]:2.32–3.34), CCI ≥ 3 (HR:1.62; 95% CI:1.39–1.88),and non-performed surgery (HR:1.64;95% CI:11.16–1.58).When the three age groups were compared,the AUROC curve for CCI was significantly larger for patients aged <65 years(p < 0.001) for both in-hospital and 1-year mortality. [Conclusion]: There were no differences in the clinical presentation of IE between the groups. Age ≥ 80 years, high comorbidity (measured by CCI),and non-performance of surgery were independent predictors of mortality in patients with IE.CCI could help to identify those patients with IE and surgical indication who present a lower risk of in-hospital and 1-year mortality after surgery, especially in the <65-year group

    The development and validation of a scoring tool to predict the operative duration of elective laparoscopic cholecystectomy

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    Background: The ability to accurately predict operative duration has the potential to optimise theatre efficiency and utilisation, thus reducing costs and increasing staff and patient satisfaction. With laparoscopic cholecystectomy being one of the most commonly performed procedures worldwide, a tool to predict operative duration could be extremely beneficial to healthcare organisations. Methods: Data collected from the CholeS study on patients undergoing cholecystectomy in UK and Irish hospitals between 04/2014 and 05/2014 were used to study operative duration. A multivariable binary logistic regression model was produced in order to identify significant independent predictors of long (> 90 min) operations. The resulting model was converted to a risk score, which was subsequently validated on second cohort of patients using ROC curves. Results: After exclusions, data were available for 7227 patients in the derivation (CholeS) cohort. The median operative duration was 60 min (interquartile range 45–85), with 17.7% of operations lasting longer than 90 min. Ten factors were found to be significant independent predictors of operative durations > 90 min, including ASA, age, previous surgical admissions, BMI, gallbladder wall thickness and CBD diameter. A risk score was then produced from these factors, and applied to a cohort of 2405 patients from a tertiary centre for external validation. This returned an area under the ROC curve of 0.708 (SE = 0.013, p  90 min increasing more than eightfold from 5.1 to 41.8% in the extremes of the score. Conclusion: The scoring tool produced in this study was found to be significantly predictive of long operative durations on validation in an external cohort. As such, the tool may have the potential to enable organisations to better organise theatre lists and deliver greater efficiencies in care

    Modelo predictivo de bacteriemia en los pacientes atendidos en el servicio de urgencias por infección

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    En la actualidad, alrededor del 15% de los pacientes que se atienden en los servicios de urgencias hospitalarios (SUH) se diagnostican de un proceso infeccioso. En su atención inicial, se toman muestras para estudios microbiológicos en un 43% de los casos. Predomina la extracción de hemocultivos (HC), que se lleva a cabo en el 15% de los pacientes con infección del SUH. Se define como bacteriemia la presencia de bacterias en la sangre, que se pone de manifiesto por el aislamiento de éstas en los HC. A pesar de las nuevas técnicas de detección rápida (del ADN del patógeno o por aplicación de espectrometría de masas), los HC permiten el diagnóstico etiológico de la infección, aportan información sobre la sensibilidad del microorganismo aislado y favorecen la optimización del tratamiento antimicrobiano. La incidencia de bacteriemia comunitaria ha aumentado hasta 2/1.000 atenciones en los SUH y a 10 episodios/1000 ingresos hospitalarios desde estos dispositivos. En relación al foco u origen de las bacteriemias verdaderas (BV) o significativas, la infección del tracto urinario (ITU) (45-55%) y la respiratoria (10-25%) son las más frecuentes, mientras que la bacteriemia de foco desconocido se sitúa alrededor del 10% en el SUH. La etiología se debe a bacterias Gramnegativas en un 60-70% (la más frecuente Escherichia coli), Grampositivas en un 30-40% (sobre todo Staphylococcus aureus y Streptococcus pneumoniae) y anaerobios alrededor del 1%. La mortalidad a los 30 días de los pacientes con BV desde el SUH se ha cifrado entre 10-25%. Ésta se relaciona con la gravedad de la situación clínica (existencia de sepsis-shock séptico), el tipo de foco primario (urinario, respiratorio, abdominal, sistema nervioso, desconocido) y las características de los pacientes (edad, comorbilidad, situaciones particulares). Una de las controversias que surgen a la hora de indicar la extracción de HC en los SUH es su rentabilidad diagnóstica, ya que ésta es muy variable (2-20%). Por otro lado, se considera óptima cuando la frecuencia de los “HC contaminados” es menor de un 3%. Pero, en realidad, pueden alcanzar porcentajes muy superiores. Además, los HC con aislamiento significativo en pacientes dados de alta desde urgencias (BPAU) pueden representar un 3-5% de los extraídos en el SUH. Estos hechos representan verdaderos problemas, al conllevar un incremento de las pruebas diagnósticas realizadas, la estancia hospitalaria, los costes y la administración de tratamientos antibióticos innecesarios o, en su caso, altas improcedentes en los casos de BPAU. Por todo ello, la sospecha y confirmación de la BV tiene un relevante significado diagnóstico, pronóstico y obliga a cambiar algunas de las decisiones más importantes a tomar en el SUH. Entre otras, indicar el alta o ingreso, extraer HC, administrar el antimicrobiano adecuado y precoz, etc. Teniendo en cuenta lo anteriormente descrito, se explica porqué conocer los factores predictivos de BV identificables en los SUH se ha convertido en el objetivo de muchos autores, que incluyen en sus estudios distintas variables clínicas, epidemiológicas y analíticas. Y, entre estas últimas, los biomarcadores de respuesta inflamatoria e infección (BMRII), ya que se ha mostrado que aumentan significativamente el rendimiento diagnóstico de los modelos predictivos propuestos inicialmente. Por tanto, el objetivo de este estudio fue diseñar un modelo predictivo de bacteriemia en los pacientes atendidos por infección en el servicio de urgencias. HIPÓTESIS DE TRABAJO Como ya se ha mencionado en el apartado anterior, es muy importante la sospecha y detección de la bacteriemia significativa, por su relevante significado diagnóstico, pronóstico y porque obliga a cambiar algunas de la decisiones más importantes a tomar en el SUH (alta o ingreso, indicación de extraer HC, administrar el antimicrobiano adecuado y precoz, etc.), por lo tanto, nuestro trabajo se basa en la hipótesis de conocer los factores predictivos de bacteriemia identificables en los SUH, estudiar distintas variables clínicas, epidemiológicas y analíticas, entre ellas los BMRII, lo que podría servir para poder elaborar un modelo predictivo de bacteriemia sencillo y aplicable en todos los SUH y, tras ello, conseguir que su utilización mejore su sospecha y, de esta forma, la calidad de la atención al paciente. OBJETIVOS En función de lo descrito hasta ahora, la hipótesis de trabajo comentada y la línea común de investigación de las tres publicaciones originales que forman este trabajo, se establecieron los siguientes objetivos principales: E1: Analizar y comparar la capacidad de la procalcitonina (PCT), proteína C reactiva (PCR) y leucocitos para diferenciar la bacteriemia verdadera de los hemocultivos contaminados en los pacientes atendidos en el servicio de urgencias (SU) por un episodio de infección. E2: Analizar los factores predictivos de bacteriemia en los pacientes atendidos en el SUH por un episodio de infección. E3: Diseñar un modelo de riesgo para predecir bacteriemia en los pacientes atendidos en el SUH por un episodio de infección. MÉTODOS Para poder cumplir con los objetivos propuestos se diseñaron tres estudios (E) que se llevaron a cabo en el Complejo Hospitalario Universitario de Toledo (centro de tercer nivel): E1: Estudio observacional, retrospectivo y analítico de todos los HC con crecimiento positivo extraídos en un SUH en los pacientes adultos (≥ 18 años) durante los años 2016 y 2017. Se realizó seguimiento durante 30 días y se calculó el poder y rendimiento pronóstico de bacteriemia verdadera. E2: Estudio observacional, retrospectivo, descriptivo y analítico de todos los HC extraídos en un SUH en los pacientes adultos (≥ 18 años) atendidos por infección desde el 1-1-2018 hasta el 1-7-2018. Se realizó seguimiento durante 30 días. Se analizaron 38 variables independientes (epidemiológicas, de comorbilidad, funcionales, clínicas y analíticas) que pudieran predecir la existencia de bacteriemia. Se realizó un estudio univariado y multivariante mediante regresión logística. E3: Estudio observacional de cohortes retrospectivo de todos los HC extraídos en un SUH en los pacientes adultos (≥ 18 años) atendidos por infección desde el 1 de julio de 2018 hasta el 31 de marzo de 2019. Se analizaron 38 variables independientes (demográficas, de comorbilidad, funcionales, clínicas y analíticas) que pudieran predecir la existencia de bacteriemia. Se realizó un estudio univariado y multivariante, mediante regresión logística, y después se construyó una escala de puntuación de riesgo. RESULTADOS E1: Se incluyeron 266 casos de HC con crecimiento positivo. De ellos se consideraron como bacteriemias verdaderas 154 (57,9 %) y como HC contaminantes 112 (42,1 %). Para la predicción de bacteriemia verdadera la PCT obtiene un área bajo la curva Receiver Operating Characteristic (ABC-ROC) de 0,983 (IC 95%: 0,972-0,994; p10% cayados) de 0,614 (IC 95%: 0,547-0,682; p =0,001). Los valores medios al comparar la PCT en las bacteriemias verdaderas y los HC contaminados fueron de 3,44 (DE 6,30) ng/ml frente a 0,16 (DE 0,18) ng/ml, p < 0,001. E2: Se incluyeron 1.425 episodios de HC extraídos. De ellos se consideraron como bacteriemias verdaderas 179 (12,6 %) y como HC negativos 1.246 (87,4 %). Entre los negativos, 1.130 (79,3%) no tuvieron crecimiento y 116 (8,1%) se consideraron contaminados. Cinco variables se asociaron de forma significativa como predictoras de bacteriemia verdadera: procalcitonina (PCT) sérica ≥ 0,51 ng/ml [odds ratio (OR): 4,52; intervalo de confianza (IC) al 95%: 4,20-4,84; p 38,3°C [OR: 1,60; IC al 95%: 1,29-1,90; p <0,001], presión arterial sistólica (PAS) < 100 mmHg [OR: 3,68; IC al 95%: 2,78-4,58; p <0,001], shock séptico [OR: 2,96; IC al 95%: 1,78-4,13; p <0,001] y la existencia de neoplasia [OR: 1,73; IC al 95%: 1,27-2,20; p <0,001]. E3: Se incluyeron 2.181 episodios de HC extraídos. De ellos se consideraron como bacteriemias verdaderas 262 (12%) y como HC negativos 1.919 (88%). Entre los negativos, 1.755 (80,5%) no tuvieron crecimiento y 164 (7,5%) se consideraron contaminados. Se definió un modelo predictivo de bacteriemia con 5 variables (5MPB-Toledo). El modelo incluyó temperatura >38,3°C (1 punto), índice de Charlson ≥ 3 (1 punto), frecuencia respiratoria ≥ 22 respiraciones por minuto (1 punto), leucocitos > 12.000/mm3 (1 punto) y procalcitonina ≥ 0,51 ng/ml (4 puntos). Se categorizó a los pacientes en bajo (0-2 puntos), moderado (3-5 puntos) y alto (6-8 puntos) riesgo, con una probabilidad de bacteriemia de 1,1%, 10,5% y 77%, respectivamente. El ABC-COR del modelo tras remuestreo fue de 0,946 (IC 95%: 0,922-0,969). CONCLUSIONES E1. -En los HC con crecimiento positivo extraídos en el SU la PCT consigue el mejor rendimiento pronóstico de bacteriemia verdadera diferenciándola de los HC contaminados, mayor que la PCR y los leucocitos. E2. -Existen varios factores disponibles tras una primera valoración en el SU, entre ellos la PCT sérica, la temperatura, la hipotensión con/sin criterios de shock séptico y la existencia de neoplasia, que predicen la existencia de bacteriemia verdadera. E3. -El modelo 5MPB-Toledo podría ser de utilidad para predecir bacteriemia en los pacientes atendidos en el SUH por un episodio de infección

    Prosthetic Valve Candida spp. Endocarditis: New Insights Into Long-term Prognosis—The ESCAPE Study

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    International audienceBackground: Prosthetic valve endocarditis caused by Candida spp. (PVE-C) is rare and devastating, with international guidelines based on expert recommendations supporting the combination of surgery and subsequent azole treatment.Methods: We retrospectively analyzed PVE-C cases collected in Spain and France between 2001 and 2015, with a focus on management and outcome.Results: Forty-six cases were followed up for a median of 9 months. Twenty-two patients (48%) had a history of endocarditis, 30 cases (65%) were nosocomial or healthcare related, and 9 (20%) patients were intravenous drug users. "Induction" therapy consisted mainly of liposomal amphotericin B (L-amB)-based (n = 21) or echinocandin-based therapy (n = 13). Overall, 19 patients (41%) were operated on. Patients <66 years old and without cardiac failure were more likely to undergo cardiac surgery (adjusted odds ratios [aORs], 6.80 [95% confidence interval [CI], 1.59-29.13] and 10.92 [1.15-104.06], respectively). Surgery was not associated with better survival rates at 6 months. Patients who received L-amB alone had a better 6-month survival rate than those who received an echinocandin alone (aOR, 13.52; 95% CI, 1.03-838.10). "Maintenance" fluconazole therapy, prescribed in 21 patients for a median duration of 13 months (range, 2-84 months), led to minor adverse effects.Conclusion: L-amB induction treatment improves survival in patients with PVE-C. Medical treatment followed by long-term maintenance fluconazole may be the best treatment option for frail patients

    Role of age and comorbidities in mortality of patients with infective endocarditis.

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    The aim of this study was to analyse the characteristics of patients with IE in three groups of age and to assess the ability of age and the Charlson Comorbidity Index (CCI) to predict mortality. Prospective cohort study of all patients with IE included in the GAMES Spanish database between 2008 and 2015.Patients were stratified into three age groups: A total of 3120 patients with IE (1327  There were no differences in the clinical presentation of IE between the groups. Age ≥ 80 years, high comorbidity (measured by CCI),and non-performance of surgery were independent predictors of mortality in patients with IE.CCI could help to identify those patients with IE and surgical indication who present a lower risk of in-hospital and 1-year mortality after surgery, especially in th

    Infective Endocarditis in Patients With Bicuspid Aortic Valve or Mitral Valve Prolapse

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    Utilisation of an operative difficulty grading scale for laparoscopic cholecystectomy (vol 33, pg 110, 2019)

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    Mural Endocarditis: The GAMES Registry Series and Review of the Literature

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    Contemporary use of cefazolin for MSSA infective endocarditis: analysis of a national prospective cohort

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    Objectives: This study aimed to assess the real use of cefazolin for methicillin-susceptible Staphylococcus aureus (MSSA) infective endocarditis (IE) in the Spanish National Endocarditis Database (GAMES) and to compare it with antistaphylococcal penicillin (ASP). Methods: Prospective cohort study with retrospective analysis of a cohort of MSSA IE treated with cloxacillin and/or cefazolin. Outcomes assessed were relapse; intra-hospital, overall, and endocarditis-related mortality; and adverse events. Risk of renal toxicity with each treatment was evaluated separately. Results: We included 631 IE episodes caused by MSSA treated with cloxacillin and/or cefazolin. Antibiotic treatment was cloxacillin, cefazolin, or both in 537 (85%), 57 (9%), and 37 (6%) episodes, respectively. Patients treated with cefazolin had significantly higher rates of comorbidities (median Charlson Index 7, P <0.01) and previous renal failure (57.9%, P <0.01). Patients treated with cloxacillin presented higher rates of septic shock (25%, P = 0.033) and new-onset or worsening renal failure (47.3%, P = 0.024) with significantly higher rates of in-hospital mortality (38.5%, P = 0.017). One-year IE-related mortality and rate of relapses were similar between treatment groups. None of the treatments were identified as risk or protective factors. Conclusion: Our results suggest that cefazolin is a valuable option for the treatment of MSSA IE, without differences in 1-year mortality or relapses compared with cloxacillin, and might be considered equally effective
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