10 research outputs found
Gabriel Ferrater & José María de Martín: Un cuerpo o dos
Review of: Gabriel Ferrater & José María de Martín. Un cuerpo o dos. Barcelona, Sirmio, 1987, 201 pp
La escrilectura del Quijote
Ilustración: "Lecturas del hidalgo", Iñaki Barrio (Teatro Click)Versión del editor: http://ojs.impossibilia.org/index.php/impossibilia/article/view/124El narrador del Quijote de principio a fin, su sedicente segundo autor, no hace otra cosa que contarnos su lectura de la castellanizada Historia de don Quijote de la Mancha escrita por Cide Hamete Benengeli, historiador arábigo. Este segundo autor, no más real sin duda que el igualmente ficticio historiador árabe, provee nuestro único acceso al mundo novelesco. No somos nosotros, en efecto, quienes accedemos al texto de Cide Hamete sino un narrador a quien el historiador árabe le cuenta la historia que él, a su vez, nos re-cuenta a nosotros. A causa de ello la versión de este segundo autor difiere suficientemente de la historia de Cide Hamete como para merecer el distinto título con que se la conoce: El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha, por Miguel de Cervantes Saavedra
La escrilectura del <i>Quijote</i>
Tiene algo de perogrullada, por evidente, advertir que el Quijote no nos da a leer la historia original de don Quijote sino una lectura de esa historia. No son igualmente evidentes, en cambio, algunas de las consecuencias de ello. Quizás lo evidente ciegue y embote el deseo de ir más allá de la superficie. En cualquier caso, su estudio brilla por su ausencia.
El narrador del Quijote de principio a fin, su sedicente segundo autor, no hace otra cosa que contarnos su lectura de la castellanizada Historia de don Quijote de la Mancha escrita por Cide Hamete Benengeli, historiador arábigo. Este segundo autor, no más real sin duda que el igualmente ficticio historiador árabe, provee nuestro único acceso al mundo novelesco. No somos nosotros, en efecto, quienes accedemos al texto de Cide Hamete sino un narrador a quien el historiador árabe le cuenta la historia que él, a su vez, nos re-cuenta a nosotros. A causa de ello la versión de este segundo autor difiere suficientemente de la historia de Cide Hamete como para merecer el distinto título con que se la conoce: El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha, por Miguel de Cervantes Saavedra
El Quijote muerto de risa
In view of some Cervantistas¿ recent reminder of Don Quixote¿s original comic intent, we consider the laughter its reading should cause from the point of view of a psychosomatic involuntary reaction, whose characteristics force us to rethink the nature of literary experience. Laughter considered as such exhausts the meaning of our reading as it actualizes the author¿s intention: a kind of short circuit between mind and body, it causes or manifests an unreasonable, if not irrational, understanding ¿an eclipse, or, etymologically, an abandonment of reason¿ contrary to, or at least different from, the usual literary understanding. A laughing reading of Don Quixote, such as the one proposed by P. E. Russell et al., would turn out to be, we conclude, not only impoverishing but dangerous ¿as is shown, by way of example, with the reading of a passage as hilarious as the night fight in Juan Palomeque¿s inn (I, 16)
La escrilectura del Quijote
Tiene algo de perogrullada, por evidente, advertir que el Quijote no nos da a leer la historia original de don Quijote sino una lectura de esa historia. No son igualmente evidentes, en cambio, algunas de las consecuencias de ello. Quizás lo evidente ciegue y embote el deseo de ir más allá de la superficie. En cualquier caso, su estudio brilla por su ausencia.
El narrador del Quijote de principio a fin, su sedicente segundo autor, no hace otra cosa que contarnos su lectura de la castellanizada Historia de don Quijote de la Mancha escrita por Cide Hamete Benengeli, historiador arábigo. Este segundo autor, no más real sin duda que el igualmente ficticio historiador árabe, provee nuestro único acceso al mundo novelesco. No somos nosotros, en efecto, quienes accedemos al texto de Cide Hamete sino un narrador a quien el historiador árabe le cuenta la historia que él, a su vez, nos re-cuenta a nosotros. A causa de ello la versión de este segundo autor difiere suficientemente de la historia de Cide Hamete como para merecer el distinto título con que se la conoce: El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha, por Miguel de Cervantes Saavedra