15 research outputs found

    Ancient DNA of the Pygmy Marmoset Type Specimen \u3cem\u3eCebuella pygmaea\u3c/em\u3e (Spix, 1823) Resolves a Taxonomic Conundrum

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    The pygmy marmoset, the smallest of the anthropoid primates, has a broad distribution in Western Amazonia. Recent studies using molecular and morphological data have identified two distinct species separated by the Napo and Solimões-Amazonas rivers. However, reconciling this new biological evidence with current taxonomy, i.e., two subspecies, Cebuella pygmaea pygmaea (Spix, 1823) and Cebuella pygmaea niveiventris (Lönnberg, 1940), was problematic given the uncertainty as to whether Spix’s pygmy marmoset (Cebuella pygmaea pygmaea) was collected north or south of the Napo and Solimões-Amazonas rivers, making it unclear to which of the two newly revealed species the name pygmaea would apply. Here, we present the first molecular data from Spix’s type specimen of Cebuella pygmaea, as well as novel mitochondrial genomes from modern pygmy marmosets sampled near the type locality (Tabatinga) on both sides of the river. With these data, we can confirm the correct names of the two species identified, i.e., C. pygmaea for animals north of the Napo and Solimões-Amazonas rivers and C. niveiventris for animals south of these two rivers. Phylogenetic analyses of the novel genetic data placed into the context of cytochrome b gene sequences from across the range of pygmy marmosets further led us to re-evaluate the geographical distribution for the two Cebuella species. We dated the split of these two species to 2.54 million years ago. We discuss additional, more recent, subdivisions within each lineage, as well as potential contact zones between the two species in the headwaters of these rivers

    Integrando escalas y métodos LTER para comprender la dinámica global de un espacio protegido de montaña: el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.

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    Los espacios protegidos, por el hecho de albergar una gran geo-biodiversidad y asegurar una baja intervención humana, constituyen lugares muy adecuados para el seguimiento de organismos y procesos a escala ecológica, así como para la obtención de series temporales largas a escala geológica. En el marco de la red LTER-España, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido (PNOMP) y el Instituto Pirenaico de Ecología-CSIC están impulsando estudios para la detección de cambios a distintas escalas mediante variados métodos y aproximaciones. Destacamos aquí los más consolidados, entre los que se encuentran los análisis de registros de sedimentos en lagos, espeleotemas en cuevas, la dinámica de uno de los pocos glaciares activos de la Península ibérica, el análisis físico-químico de aguas corrientes e ibones de alta montaña, el registro del cambio climático actual en árboles longevos, la afección que éste ejerce sobre masas actuales de pinos en el límite superior del bosque y de abetales en zonas húmedas, la matorralización de algunos pastos y los procesos mecanicistas que subyacen, la reorganización de la diversidad florística en pastos tras el abandono paulatino o drástico de la ganadería, la biodiversidad de las comunidades alpinas y la dinámica poblacional de especies amenazadas o indicadoras de hábitats o de motores de cambio global. Los seguimientos ecológicos actuales muestran que tanto el cambio climático como el de usos del suelo están teniendo una considerable trascendencia en la fisionomía y la estructura de algunos de los ambientes más icónicos y frecuentes del parque (deterioro del glaciar, termofilización de la flora en cumbres alpinas, densificación del bosque en su límite superior, pérdida de productividad en algunos pastos supraforestales, etc.). También sugieren una importante variabilidad espacial en los procesos (por ej. en el PNOMP conviven pastos matorralizados y pastos muy estables), y evidencian que los cambios observados no siempre siguen los paradigmas establecidos (por ej., las especies amenazadas mantienen dinámicas poblacionales estables). La integración de resultados parciales proporcionados por cada aproximación relativiza la importancia de las percepciones que cada estudio destaca por separado, y permite medir los cambios actuales en el marco de referencia de los cambios a escala geológica.Predecir la resistencia y resiliencia de los ecosistemas o las poblaciones de seres vivos para enfrentarse a los futuros cambios ambientales es complicado, no sólo por la falta de conocimientos disponibles sino también porque las respuestas que observamos no siempre son tan rápidas o lineales como se espera. La modelización constituye una herramienta cada vez más utilizada, pero requiere de evidencias reales para validar sus pronósticos, por lo que la observación de los procesos que actúan en el PNOMP ha de incluir un esfuerzo continuado de monitorización multiescalar y multidisciplinar de los distintos componentes de la geo, hidro-, crio- y biosfera, sin olvidar el componente humano. Entender la complejidad supone conectar las interacciones que existen entre todos los sistemas y ponderar sus efectos según las escalas de trabajo

    Ancient DNA of the pygmy marmoset type specimen Cebuella pygmaea (Spix, 1823) resolves a taxonomic conundrum

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    The pygmy marmoset, the smallest of the anthropoid primates, has a broad distribution in Western Amazonia. Recent studies using molecular and morphological data have identified two distinct species separated by the Napo and Solimões-Amazonas rivers. However, reconciling this new biological evidence with current taxonomy, i.e., two subspecies, Cebuella pygmaea pygmaea (Spix, 1823) and Cebuella pygmaea niveiventris (Lönnberg, 1940), was problematic given the uncertainty as to whether Spix’s pygmy marmoset (Cebuella pygmaea pygmaea) was collected north or south of the Napo and Solimões-Amazonas rivers, making it unclear to which of the two newly revealed species the name pygmaea would apply. Here, we present the first molecular data from Spix’s type specimen of Cebuella pygmaea, as well as novel mitochondrial genomes from modern pygmy marmosets sampled near the type locality (Tabatinga) on both sides of the river. With these data, we can confirm the correct names of the two species identified, i.e., C. pygmaea for animals north of the Napo and Solimões-Amazonas rivers and C. niveiventris for animals south of these two rivers. Phylogenetic analyses of the novel genetic data placed into the context of cytochrome b gene sequences from across the range of pygmy marmosets further led us to re-evaluate the geographical distribution for the two Cebuella species. We dated the split of these two species to 2.54 million years ago. We discuss additional, more recent, subdivisions within each lineage, as well as potential contact zones between the two species in the headwaters of these rivers

    Recovering the genomes hidden in museum wet collections

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    Data de publicació electrònica: 16-05-2022Natural history museums hold vast collections of biomaterials. The collections in museums, often painstakingly sampled, are largely unexplored treasures that may help us better understand biodiversity on the planet. Museum collections can provide a unique window into the past of species long gone or currently declining due to human activity. From a molecular perspective, however, many museum samples are stored under conditions that hasten the damage of DNA, RNA and proteins. For example, samples in wet collections are those stored in liquid preservatives, typically ethanol. These ethanol-preserved tissues are often, although not always, formalin-fixed prior to storage, which may damage DNA. In this and recent issues of Molecular Ecology Resources, Straube et al (2021), O'Connell et al (2021) and Hahn et al (2022) explore different types of specimens from museum wet collections as new sources of DNA for scientific studies. All three articles found that for wet museum collections, overall specimen condition mattered most for recovering high-quality genomic DNA

    Integrando escalas y métodos LTER para comprender la dinámica global de un espacio protegido de montaña: el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido

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    Los espacios protegidos, por el hecho de albergar una gran geo-biodiversidad y asegurar una baja intervención humana, constituyen lugares muy adecuados para el seguimiento de organismos y procesos a escala ecológica, así como para la obtención de series temporales largas a escala geológica. En el marco de la red LTER-España, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido (PNOMP) y el Instituto Pirenaico de Ecología-CSIC están impulsando estudios para la detección de cambios a distintas escalas mediante variados métodos y aproximaciones. Destacamos aquí los más consolidados, entre los que se encuentran los análisis de registros de sedimentos en lagos, espeleotemas en cuevas, la dinámica de uno de los pocos glaciares activos de la Península ibérica, el análisis físico-químico de aguas corrientes e ibones de alta montaña, el registro del cambio climático actual en árboles longevos, la afección que éste ejerce sobre masas actuales de pinos en el límite superior del bosque y de abetales en zonas húmedas, la matorralización de algunos pastos y los procesos mecanicistas que subyacen, la reorganización de la diversidad florística en pastos tras el abandono paulatino o drástico de la ganadería, la biodiversidad de las comunidades alpinas y la dinámica poblacional de especies amenazadas o indicadoras de hábitats o de motores de cambio global. Los seguimientos ecológicos actuales muestran que tanto el cambio climático como el de usos del suelo están teniendo una considerable trascendencia en la fisionomía y la estructura de algunos de los ambientes más icónicos y frecuentes del parque (deterioro del glaciar, termofilización de la flora en cumbres alpinas, densificación del bosque en su límite superior, pérdida de productividad en algunos pastos supraforestales, etc.). También sugieren una importante variabilidad espacial en los procesos (por ej. en el PNOMP conviven pastos matorralizados y pastos muy estables), y evidencian que los cambios observados no siempre siguen los paradigmas establecidos (por ej., las especies amenazadas mantienen dinámicas poblacionales estables). La integración de resultados parciales proporcionados por cada aproximación relativiza la importancia de las percepciones que cada estudio destaca por separado, y permite medir los cambios actuales en el marco de referencia de los cambios a escala geológica. Predecir la resistencia y resiliencia de los ecosistemas o las poblaciones de seres vivos para enfrentarse a los futuros cambios ambientales es complicado, no sólo por la falta de conocimientos disponibles sino también porque las respuestas que observamos no siempre son tan rápidas o lineales como se espera. La modelización constituye una herramienta cada vez más utilizada, pero requiere de evidencias reales para validar sus pronósticos, por lo que la observación de los procesos que actúan en el PNOMP ha de incluir un esfuerzo continuado de monitorización multiescalar y multidisciplinar de los distintos componentes de la geo, hidro-, crio- y biosfera, sin olvidar el componente humano. Entender la complejidad supone conectar las interacciones que existen entre todos los sistemas y ponderar sus efectos según las escalas de trabajo

    Integrating scales and LTER methods to better understand the overall dynamics of a mountain protected space: the Ordesa and Monte Perdido National Park

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    García M.B. et al.- 12 páginas.- Ilustraciones.- Artículo publicado en Open Access bajo los términos de Creative Commons attribution Non Comercial License 3.0.[EN] The Ordesa and Monte Perdido National Park and the Pyrenean Institute of Ecology (CSIC) recently joined the Spanish LTER network. As part of our strategy to understand recent changes in this protected area, we are carrying out a number of projects to evaluate changes at different spatio-temporal scales, using a variety of methods and approaches. We highlight here some of the most consolidated ones: long-term reconstructions from sedimentary lake records and cave speleothemes, the dynamics of one of the few active Iberian glaciers, the physico-chemical components of alpine streams, springs and lakes, the fingerprint of climatic change from ancient trees, changes in the composition and structure of biodiversity of alpine communities, natural and man-made grasslands at different altitudes, and the treeline, and population dynamics of endangered species or habitat indicators. The ecological monitoring shows that changes in both climate and land use, are having a strong influence in the physiognomy and structure of some of the most iconic and abundant habitats in the National Park. However, we found an important spatial variability in some processes, and also that others do not fit the established paradigms. The integration of partial results obtained from different methodologies and approaches diminishes the importance of each perception separately, helps to evaluate current changes in a long-term framework (geological scale), and will serve to validate the forecasts when modeling future environmental scenarios.[ES] Los espacios protegidos, por el hecho de albergar una gran geo-biodiversidad y asegurar una baja intervención humana, constituyen lugares muy adecuados para el seguimiento de organismos y procesos a escala ecológica, así como para la obtención de series temporales largas a escala geológica. En el marco de la red LTER-España, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido (PNOMP) y el Instituto Pirenaico de Ecología-CSIC están impulsando estudios para la detección de cambios a distintas escalas mediante variados métodos y aproximaciones. Destacamos aquí los más consolidados, entre los que se encuentran los análisis de registros de sedimentos en lagos, espeleotemas en cuevas, la dinámica de uno de los pocos glaciares activos de la Península ibérica, el análisis físico-químico de aguas corrientes e ibones de alta montaña, el registro del cambio climático actual en árboles longevos, la afección que éste ejerce sobre masas actuales de pinos en el límite superior del bosque y de abetales en zonas húmedas, la matorralización de algunos pastos y los procesos mecanicistas que subyacen, la reorganización de la diversidad florística en pastos tras el abandono paulatino o drástico de la ganadería, la biodiversidad de las comunidades alpinas y la dinámica poblacional de especies amenazadas o indicadoras de hábitats o de motores de cambio global. Los seguimientos ecológicos actuales muestran que tanto el cambio climático como el de usos del suelo están teniendo una considerable trascendencia en la fisionomía y la estructura de algunos de los ambientes más icónicos y frecuentes del parque (deterioro del glaciar, termofilización de la flora en cumbres alpinas, densificación del bosque en su límite superior, pérdida de productividad en algunos pastos supraforestales, etc.). También sugieren una importante variabilidad espacial en los procesos (por ej. en el PNOMP conviven pastos matorralizados y pastos muy estables), y evidencian que los cambios observados no siempre siguen los paradigmas establecidos (por ej., las especies amenazadas mantienen dinámicas poblacionales estables). La integración de resultados parciales proporcionados por cada aproximación relativiza la importancia de las percepciones que cada estudio destaca por separado, y permite medir los cambios actuales en el marco de referencia de los cambios a escala geológica.Predecir la resistencia y resiliencia de los ecosistemas o las poblaciones de seres vivos para enfrentarse a los futuros cambios ambientales es complicado, no sólo por la falta de conocimientos disponibles sino también porque las respuestas que observamos no siempre son tan rápidas o lineales como se espera. La modelización constituye una herramienta cada vez más utilizada, pero requiere de evidencias reales para validar sus pronósticos, por lo que la observación de los procesos que actúan en el PNOMP ha de incluir un esfuerzo continuado de monitorización multiescalar y multidisciplinar de los distintos componentes de la geo, hidro-, crio- y biosfera, sin olvidar el componente humano. Entender la complejidad supone conectar las interacciones que existen entre todos los sistemas y ponderar sus efectos según las escalas de trabajo.Los resultados presentados proceden de proyectos subvencionados por el Organismo Autónomo de Parques Nacionales: 125/2010 (C.L. Alados), 387/2011 (J.J. Camarero), 430/211 (M.B. García), 258/2011 (A. Moreno), 533S/2012 (P. Mata y M.I. Rieradeval), 623/2012 (M.I. Rieradeval), 083/2009 (B. Valero), 844/2013 (J.I. López-Moreno).Peer reviewe

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    Los espacios protegidos, por el hecho de albergar una gran geo-biodiversidad y asegurar una baja intervención humana, constituyen lugares muy adecuados para el seguimiento de organismos y procesos a escala ecológica, así como para la obtención de series temporales largas a escala geológica. En el marco de la red LTER-España, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido (PNOMP) y el Instituto Pirenaico de Ecología-CSIC están impulsando estudios para la detección de cambios a distintas escalas mediante variados métodos y aproximaciones. Destacamos aquí los más consolidados, entre los que se encuentran los análisis de registros de sedimentos en lagos, espeleotemas en cuevas, la dinámica de uno de los pocos glaciares activos de la Península ibérica, el análisis físico-químico de aguas corrientes e ibones de alta montaña, el registro del cambio climático actual en árboles longevos, la afección que éste ejerce sobre masas actuales de pinos en el límite superior del bosque y de abetales en zonas húmedas, la matorralización de algunos pastos y los procesos mecanicistas que subyacen, la reorganización de la diversidad florística en pastos tras el abandono paulatino o drástico de la ganadería, la biodiversidad de las comunidades alpinas y la dinámica poblacional de especies amenazadas o indicadoras de hábitats o de motores de cambio global. Los seguimientos ecológicos actuales muestran que tanto el cambio climático como el de usos del suelo están teniendo una considerable trascendencia en la fisionomía y la estructura de algunos de los ambientes más icónicos y frecuentes del parque (deterioro del glaciar, termofilización de la flora en cumbres alpinas, densificación del bosque en su límite superior, pérdida de productividad en algunos pastos supraforestales, etc.). También sugieren una importante variabilidad espacial en los procesos (por ej. en el PNOMP conviven pastos matorralizados y pastos muy estables), y evidencian que los cambios observados no siempre siguen los paradigmas establecidos (por ej., las especies amenazadas mantienen dinámicas poblacionales estables). La integración de resultados parciales proporcionados por cada aproximación relativiza la importancia de las percepciones que cada estudio destaca por separado, y permite medir los cambios actuales en el marco de referencia de los cambios a escala geológica.Predecir la resistencia y resiliencia de los ecosistemas o las poblaciones de seres vivos para enfrentarse a los futuros cambios ambientales es complicado, no sólo por la falta de conocimientos disponibles sino también porque las respuestas que observamos no siempre son tan rápidas o lineales como se espera. La modelización constituye una herramienta cada vez más utilizada, pero requiere de evidencias reales para validar sus pronósticos, por lo que la observación de los procesos que actúan en el PNOMP ha de incluir un esfuerzo continuado de monitorización multiescalar y multidisciplinar de los distintos componentes de la geo, hidro-, crio- y biosfera, sin olvidar el componente humano. Entender la complejidad supone conectar las interacciones que existen entre todos los sistemas y ponderar sus efectos según las escalas de trabajo

    Integrando escalas y métodos LTER para comprender la dinámica global de un espacio protegido de montaña: el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.

    No full text
    Los espacios protegidos, por el hecho de albergar una gran geo-biodiversidad y asegurar una baja intervención humana, constituyen lugares muy adecuados para el seguimiento de organismos y procesos a escala ecológica, así como para la obtención de series temporales largas a escala geológica. En el marco de la red LTER-España, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido (PNOMP) y el Instituto Pirenaico de Ecología-CSIC están impulsando estudios para la detección de cambios a distintas escalas mediante variados métodos y aproximaciones. Destacamos aquí los más consolidados, entre los que se encuentran los análisis de registros de sedimentos en lagos, espeleotemas en cuevas, la dinámica de uno de los pocos glaciares activos de la Península ibérica, el análisis físico-químico de aguas corrientes e ibones de alta montaña, el registro del cambio climático actual en árboles longevos, la afección que éste ejerce sobre masas actuales de pinos en el límite superior del bosque y de abetales en zonas húmedas, la matorralización de algunos pastos y los procesos mecanicistas que subyacen, la reorganización de la diversidad florística en pastos tras el abandono paulatino o drástico de la ganadería, la biodiversidad de las comunidades alpinas y la dinámica poblacional de especies amenazadas o indicadoras de hábitats o de motores de cambio global. Los seguimientos ecológicos actuales muestran que tanto el cambio climático como el de usos del suelo están teniendo una considerable trascendencia en la fisionomía y la estructura de algunos de los ambientes más icónicos y frecuentes del parque (deterioro del glaciar, termofilización de la flora en cumbres alpinas, densificación del bosque en su límite superior, pérdida de productividad en algunos pastos supraforestales, etc.). También sugieren una importante variabilidad espacial en los procesos (por ej. en el PNOMP conviven pastos matorralizados y pastos muy estables), y evidencian que los cambios observados no siempre siguen los paradigmas establecidos (por ej., las especies amenazadas mantienen dinámicas poblacionales estables). La integración de resultados parciales proporcionados por cada aproximación relativiza la importancia de las percepciones que cada estudio destaca por separado, y permite medir los cambios actuales en el marco de referencia de los cambios a escala geológica.Predecir la resistencia y resiliencia de los ecosistemas o las poblaciones de seres vivos para enfrentarse a los futuros cambios ambientales es complicado, no sólo por la falta de conocimientos disponibles sino también porque las respuestas que observamos no siempre son tan rápidas o lineales como se espera. La modelización constituye una herramienta cada vez más utilizada, pero requiere de evidencias reales para validar sus pronósticos, por lo que la observación de los procesos que actúan en el PNOMP ha de incluir un esfuerzo continuado de monitorización multiescalar y multidisciplinar de los distintos componentes de la geo, hidro-, crio- y biosfera, sin olvidar el componente humano. Entender la complejidad supone conectar las interacciones que existen entre todos los sistemas y ponderar sus efectos según las escalas de trabajo
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