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    Apoyo organizacional percibido y variables sociodemográficas como variables explicativas del compromiso organizacional, en una empresa de servicios financieros de la Región del Maule

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    116 p.La relevancia práctica de tener personas que están altamente comprometidas con su lugar de trabajo radica en que se disminuyen los índices de ausentismo (Hackett, Bycio y Hausdorf, 1994; Meyer, Stanley, Herscovitch y Topolnytsky, 2002; Somers, 2009) y rotación (Arias, 2001; Currivan, 1999; Sallan, Simo, Fernández y Enache, 2009; Tett y Meyer, 1993). Además, este tipo de trabajadores evidencian un mejor desempeño laboral (Meyer, Paunonen, Gellatly, Goffin y Jackson, 1989) y están dispuestos a realizar comportamientos que van más allá “de la línea del deber”, tomando iniciativas que resultan beneficiosas para la organización, independientemente si estas conductas son evaluadas o recompensadas por ésta (Ahmad, Shahzad, Rehman, Ahmed y Ullah, 2010; Lagomarcino, 2003). Contribuir a un clima de trabajo positivo, ayudar a nuevos compañeros, afrontar los problemas con optimismo y dar sugerencias de mejora son acciones asociadas a trabajadores comprometidos con la empresa, las cuales se traducen en ventajas competitivas y aspectos diferenciadores positivos entre una organización y otra.Dada la relevancia práctica de tener trabajadores comprometidos con su lugar de trabajo, la interrogante evidente, tanto de gerentes como de investigadores, consiste en identificar qué factores propician que las personas se comprometan con su organización. Una alternativa posible es que factores personales, como características de personalidad o variables sociodemográficas, predispongan a los individuos a responder con más o menos compromiso. Variables como sexo, edad, antigüedad en la organización, nivel máximo de escolaridad o la posición de una persona en la jerarquía organizacional, han sido algunas de las variables personales cuya relación con el CO ha sido puesta a prueba (ver como ejemplo las investigaciones de Brimeyer, Perruci y MacDermid, 2010; Cohen, 1993; Kaur y Sandhu, 2010; Manfredi y Tovar, 2004). Aún cuando la relación entre factores personales y CO es débil, y en algunos casos no concluyente (Meyer y cols., 2002), ésta no deja de ser relevante en la investigación básica o aplicada, ya que estas variables acompañarán de por vida a un trabajador, independientemente de la organización en la 9 cual se desempeñe. Por ejemplo, la etapa del ciclo vital o laboral en la que se encuentra un grupo de trabajadores, permitirá que la cumbre estratégica de una organización planifique estrategias de intervención focalizadas, que logren impactar positivamente en el compromiso de estos empleados, considerando características personales específicas que son relevantes para el conjunto de personas que trabaja en una organización determinada. Otra opción es que en el desarrollo de compromiso hacia la organización intervengan variables relacionadas a experiencias que los empleados han vivido en su lugar de trabajo. En efecto, las variables categorizadas como experiencias de trabajo se asocian fuertemente al CO (Meyer y cols., 2002). Una de las variables influyentes que se considera habitualmente como un antecedente del compromiso es el Apoyo Organizacional Percibido (AOP), es decir, la percepción global que los empleados desarrollan sobre la medida en que su organización los apoya, valora sus contribuciones y se preocupa de su bienestar (Eisenberger y cols., 1986). De acuerdo a la teoría del intercambio social y a la norma de reciprocidad, se espera que aquellos empleados que perciban un gran apoyo por parte de su organización, desarrollen como consecuencia un mayor compromiso hacia ésta. Concretamente, trabajadores que perciban un trato justo y equitativo, que se sientan apoyados por sus supervisores y jefaturas, y que además experimenten condiciones de trabajo favorables, estarán predispuestos a percibir un mayor apoyo por parte de la organización, percepción que a su vez impactará positivamente en el compromiso hacia ésta (Rhoades, Eisenberger, y Armeli, 2001). Si bien existe acuerdo en la literatura de que la percepción de apoyo organizacional y el CO son dos variables que se correlacionan positivamente (Rhoades y Eisenberguer, 2002), no muchos investigadores han profundizado en la naturaleza de esta relación. Algunas excepciones son las investigaciones de Khurram (2009), Loi, Hang-yue y Foley (2006) y Manfredi y Tovar (2004), quienes probaron modelos estadísticos que van más allá de estudios correlacionales 10 bivariados, e intentaron determinar en qué medida el AOP explica al CO. Ahora bien, si se considera que el CO se manifiesta en al menos tres facetas distintas, resulta interesante evaluar en qué medida una misma variable, como es el AOP, se relaciona y explica el compromiso en sus dimensiones afectiva, continua y normativa. Lo anterior toma sentido en las organizaciones, puesto que permite saber en qué dimensiones del CO la percepción de apoyo resulta un predictor relevante. De este modo, si una organización quiere potenciar en sus trabajadores el vínculo afectivo con el lugar de trabajo, sabrá cuán efectiva puede llegar a ser una estrategia de intervención que involucre acciones tendientes a aumentar la percepción de apoyo organizacional de sus colaboradores. Tomando en consideración la relevancia teórica y práctica de conocer qué factores propician el desarrollo de compromiso hacia la organización, el objetivo principal de esta investigación es conocer en qué medida el CO, tanto global como en sus dimensiones afectiva, continua y normativa, es explicado por la percepción de apoyo organizacional y por variables sociodemográficas, en una muestra de trabajadores de una empresa de servicios financieros ubicada en la Región del Maule, Chile

    Efecto del maltrato infantil en el impacto psicosocial de personas expuestas al terremoto del 27 de Febrero en Chile

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    52 p.Este estudio identificó el efecto del abuso infantil en el impacto psicosocial, en personas expuestas al terremoto del 27 de Febrero (27-F) en Chile, en una muestra de 198 sujetos. Se realizó un análisis factorial exploratorio y confirmatorio para las escalas de abuso infantil, estrés post-traumático, salud mental positiva y salud mental negativa. Se probó el ajuste de un modelo de ecuaciones estructurales general, donde abuso infantil predijo al impacto psicosocial. A su vez, impacto psicosocial se consideró una variable latente a la base de las respuestas positivas (salud mental positiva) y negativas (estrés post traumático y salud mental negativa) experimentadas por las personas después del terremoto. El modelo presentó indicadores de ajuste aceptables: CMIN/DF=2.01; RMSEA=.07; NFI=.80; CFI=.88; y PNFI=.68. El abuso infantil explicó un 28% del impacto psicosocial, y se confirmó que el impacto psicosocial se compone de dos dimensiones: una negativa o traumática, y otra positiva o de crecimiento. Se concluyó que existe una predisposición de quienes sufrieron abuso en la infancia a impactarse psicosocialmente frente a eventos potencialmente traumáticos del presente, como lo fue el 27-F. Se discuten los hallazgos de esta investigación en base a modelos teóricos existentes, y se señalan los aportes a la investigación e intervención futuras.Palabras clave: abuso infantil, impacto psicosocial, trastorno de estrés postraumático, salud mental positiva, salud mental negativa./ ABSTRACT:This study identified the effect of child abuse in the psychosocial impact, in people exposed to the earthquake on 27 February (27-F) in Chile, in a sample of 198 subjects. An exploratory factor analysis, and a confirmatory factor analysis was performed for the scales: child abuse, posttraumatic stress disorder, positive mental health and negative mental health. The fit a general structural equation model, where child abuse predicted psychosocial impact, was tested. The psychosocial impact, as latent variable, was considered in the base of positive (positive mental health) and negative (posttraumatic stress disorder and negative mental health) responses, experienced by people after the earthquake. The model showed acceptable fit indicators: CMIN/DF=2.01; RMSEA=.07; NFI=.80; CFI=.88; and PNFI=.68. The child abuse explained 28% of psychosocial impact, and confirmed that psychosocial impact has two dimensions: a negative or traumatic, and a positive or growth responses. It was concluded that there is a predisposition of those who suffered abuse in childhood to be impacted psychosocially by potentially traumatic events in the present, such as the 27-F. The findings of this investigation based on existing theoretical models are discussed, and contributions to research and intervention future are indicated. Keywords: child abuse, psychosocial impact, posttraumatic stress, positive mental health, mental health negatively

    Reducing the environmental impact of surgery on a global scale: systematic review and co-prioritization with healthcare workers in 132 countries

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    Abstract Background Healthcare cannot achieve net-zero carbon without addressing operating theatres. The aim of this study was to prioritize feasible interventions to reduce the environmental impact of operating theatres. Methods This study adopted a four-phase Delphi consensus co-prioritization methodology. In phase 1, a systematic review of published interventions and global consultation of perioperative healthcare professionals were used to longlist interventions. In phase 2, iterative thematic analysis consolidated comparable interventions into a shortlist. In phase 3, the shortlist was co-prioritized based on patient and clinician views on acceptability, feasibility, and safety. In phase 4, ranked lists of interventions were presented by their relevance to high-income countries and low–middle-income countries. Results In phase 1, 43 interventions were identified, which had low uptake in practice according to 3042 professionals globally. In phase 2, a shortlist of 15 intervention domains was generated. In phase 3, interventions were deemed acceptable for more than 90 per cent of patients except for reducing general anaesthesia (84 per cent) and re-sterilization of ‘single-use’ consumables (86 per cent). In phase 4, the top three shortlisted interventions for high-income countries were: introducing recycling; reducing use of anaesthetic gases; and appropriate clinical waste processing. In phase 4, the top three shortlisted interventions for low–middle-income countries were: introducing reusable surgical devices; reducing use of consumables; and reducing the use of general anaesthesia. Conclusion This is a step toward environmentally sustainable operating environments with actionable interventions applicable to both high– and low–middle–income countries

    100 Cartas para Paulo Freire de quienes pretendemos Enseñar

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    Realizar un texto colectivo como “100 Cartas para Paule Freire de quienes pretendemos Enseñar”, es un desafío al reunir el aprehender desde el sentido profesional de la educación y con el espíritu de transformación, desde la educación como un espacio endógeno de revolución y exógeno a las comunidades y sociedades, en busca de un sentido de identidad. Hoy desde una crítica decolonial, antirracista, feminista y ecologica en la construcción de un sentido real que busque enfrentar el sistema hegemónico y destructivo que se ha impuesto con explotación, sangre y libertades de nuestro pueblo
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