588 research outputs found

    Proust como lector: críticas al paradigma epistémico

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    El paradigma epistémico aplicado a la recepción artística en general y en particular a la lectura, puede derivar en que o bien la lectura consista en la búsqueda de una verdad inmanente al texto o bien que se la considere como un hecho puramente emocional sin contenido cognoscitivo. La concepción de Proust en Sobre la lectura (prólogo a Sésamos y lirios de Ruskin) resiste a ambas posibilidades. Proust como lector no encuentra en las obras tesis, esto es proposiciones con contenidos de verdad, sino más bien podríamos pensar que encuentra deseos, motivos. Sin embargo esto no carecería de contenido cognoscitivo en un sentido amplio. En este trabajo proponemos entonces analizar las consideraciones proustianas en torno a la experiencia de la lectura, consideraciones que entendemos que contradicen el paradigma epistémico y proponemos hacerlo a partir de un texto que, en tanto prólogo a otra obra, es también él mismo un ejercicio de lectura, algo que Proust no olvida.Simposio: Lectores, lecturas y concepciones de la lectura en En busca del tiempo perdido.Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educació

    El dolor en la dialéctica de la memoria y el olvido

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    La dialéctica entre el olvido y la memoria es uno de los tópicos centrales que recorren la A la Recherche desde su génesis: la memoria involuntaria que surge del olvido restituye el mundo de la infancia con el cual inicia la novela. No obstante, en este trabajo indagaremos en cómo funcionan dichos conceptos en la modalidad del dolor y el sufrimiento. La primera hipótesis que guía este trabajo es que en Albertine ha desaparecido memoria y olvido configuran en principio dos tipos distintos de dolor ante la pérdida del ser amado: primero el dolor del recuerdo, caracterizado por el mantra "se ha ido" que debe ser comunicado a los múltiples yoes que amaron a la persona y un segundo dolor, reflexivo sobre el primero, configurado por la certeza del olvido. La segunda hipótesis que guía nuestro trabajo es que los dos tipos de dolor son posibles por la dinámica general que siguen el deseo y la creencia en la obra de Proust. Es el deseo es que nos hace aferrarnos a determinadas creencias sobre la persona amada, y cuando el primero desaparece, desaparece también la necesidad asociada a él. Así también, cuando el deseo desaparece, del dolor por la pérdida de la persona amada solo queda el dolor en sí mismo, un dolor más puro. En esta mesa titulada Fragmentos de un discurso proustiano hemos elegido el siguiente fragmento para analizar "Cuando -por la diferencia existente entre lo que la importancia de su persona y de sus acciones era para mi y para los demás- había comprendido que el mío no era tanto un amor a ella cuanto un amor a mi, habría podido deducir diversas consecuencias de ese carácter subjetivo de mi amor y que, al ser un estado mental, podía en particular sobrevivir mucho tiempo a la persona, pero también que, al no tener con dicha persona vínculo alguno verdadero, al carecer de soporte alguno fuera de sí, había de resultar un día, como todos los estados mentales, incluso los más duraderos, inservible, queda 'substituido', y que ese día todo lo que me parecía vincularme tan dulce e indisolublemente con el recuerdo de Albertine habría dejado de existir para mi" (Albertina ha desaparecido, Debolsillo, 2009 :150)Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educació

    De la disolución de la identidad al Kitsch en Marcel Proust: una búsqueda frustrada

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    Es conocido el hecho de que Proust se debate entre ser filósofo o artista (Proust, 1976), de allí que en la lectura de la obra artística proustiana puedan reconocerse y verse expresados diversas teorías filosóficas. En este trabajo proponemos tomar el problema de la identidad personal y la identidad social en la novela En busca del Tiempo Perdido en relación al problema del Kitsch. Como lectores de la novela podemos observar que la identidad que adquieren los personajes de Proust no es más que ilusoria, carente de esencia, lo cual a nuestro modo de ver lleva a la necesidad de los individuos -tanto en relación a sí mismos como en relación a los otros- a construirse personalidades cerradas, inamovibles, en fin a intentar a fijarse una esencia. Esto último según Poulet, por la angustia que encierra la nada. Sugerimos por último, que este procedimiento es análogo a aspectos del Kitsch, según lo entiende Hermann Broch. En efecto para Broch, la existencia de un sistema de valores del Kitsch depende en parte de la angustia de la muerte, la nada por excelencia, que lleva a los hombres a refugiarse en “la seguridad del ser”.Mesa: Marcel ProustCentro de Estudios de Teoría y Crítica Literari

    Towards a pragmatist conception of aesthetic education and art criticism in John Dewey's perspective

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    En este trabajo, nos proponemos indagar en qué sentido(s) puede ser entendida una educación estética en la teoría deweyana, lo que nos llevará a revisar las concepciones naturalistas de educación, arte y crítica. Finalizaremos señalando los diversos modos en que puede comprenderse que el arte educa y cuáles son los desafíos a afrontar ante una propuesta de estas características.In this paper, we propose to investigate in what sense(s) aesthetic education can be understood in Dewey's theory. This will imply to examine the naturalistic conception of education, art and criticism. We will finish this work arguing in which sense can be understood that art educates, and which are the challenges of facing a proposal with these features.Fil: Rueda, Leopoldo. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Centro Científico Tecnológico Conicet - La Plata. Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales; Argentina. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Centro de Investigaciones en Filosofía; Argentin

    Las representaciones de la Berma: fetichismo, placer en la realidad y distancia estético-ficcional placentera

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    En el presente trabajo nos proponemos como objetivo analizar las representaciones de la obra de teatro Fedra a las que asiste el héroe, en A la sombra de las muchachas en flor y en El mundo de Guermantes. Centrándonos en dichos pasajes, pretendemos ensayar una posible respuesta que oriente nuestra pregunta inicial, a saber, qué es lo que provoca la disímil valoración de ambas representaciones. Frente a esta pregunta la misma novela rechaza dos alternativas: ni artistas ni receptor han cambiado. Se trata entonces de algo que no involucra ni a los artistas ni a los receptores, o mejor aún, que no los involucra de manera exclusiva. Será fundamental para articular nuestra respuesta recuperar la dimensión de la experiencia estética como un concepto integral que nos permite dar cuenta de las múltiples valoraciones que una obra puede tener. Finalmente, proponemos dos conceptos que pueden ayudarnos frente al problema planteado: placer en la realidad y distancia estético-ficcional placentera. (Párrafo extraído del texto a modo de resumen)Departamento de Filosofí

    Aportes de la concepción deweyana de la experiencia al desarrollo de una perspectiva pragmatista sobre las actividades artísticas : Una lectura de El arte como experiencia

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    Esta tesis tiene como objetivo proponer una perspectiva crítica que permita un análisis filosófico del arte, desarrollada a partir de una lectura de El arte como experiencia de John Dewey. Para ello, recuperaremos primero los dos conceptos centrales, arte y experiencia, para ahondar luego en tres conceptos subsidiarios, expresión, comunicación y educación de la sensibilidad. A partir de la idea de que “la obra de arte es lo que los productos hacen con y en la experiencia” (Cf. AE LW 10.9 / 2008: 3) propongo mostrar qué aportes puede realizar esta teoría para una investigación sobre las artes, indagando principalmente qué aspectos se ponen de relieve cuando enfocamos el arte desde el concepto deweyano de experiencia. La idea nodal que recorre la tesis es intentar mostrar que las actividades artísticas pueden ser tratadas como una especial elaboración de la experiencia humana y por ello mismo también un agente que interviene en su dirección y desarrollo. A mi juicio esta es una de las claves para darle cuerpo a una perspectiva pragmatista sobre el arte. De este modo, la primera sección de la tesis aborda en conjunto los dos conceptos centrales, arte y experiencia, presentando una lectura de cómo debe ser entendida tal relación desde la perspectiva pragmatista. Analizaré la idea de rodeo y la propuesta naturalista a efectos de ofrecer una reconstrucción de los argumentos que ofrece Dewey para defender su intención de reconectar los conceptos de arte y experiencia. Luego analizaré el concepto transaccional de experiencia de donde retomaré una concepción de la sensibilidad, de lo cualitativo y de las actividades que de allí se originan. Mostraré entonces que, en la concepción de Dewey, las actividades que emprendemos están fundadas sobre estas formas de apreciación e indagaré cómo los resultados de dichas actividades implican una transformación sobre esas matrices de apreciación. La segunda sección de la tesis extrae algunas consecuencias de la revinculación entre estos dos conceptos para una reflexión sobre el modo en que intervienen las actividades artísticas en la experiencia en la perspectiva de Dewey. Para articular esta idea, la tesis enfoca tres conceptos subsidiarios, a saber, expresión, comunicación y educación de la sensibilidad. Si bien Dewey presenta estos conceptos de manera general, en mi lectura su valor no reside en erigirlos en una definición del arte, más bien, son conceptos que nos pueden ofrecer instrumentos de análisis para abordar manifestaciones del arte, una perspectiva particular que pone de relieve cómo el arte reflexiona y elabora la experiencia y como puede transformarla a partir de la creación de nuevos modos de apreciación. Defenderé que estos tres conceptos, en el marco de una reflexión de estética aplicada, permiten poner de relieve aspectos interesantes de manifestaciones y problemas artísticos En este sentido, el análisis filosófico que aquí propongo no pretende erigir la teoría de Dewey como una en la que se pueda encontrar una definición del arte, esto es, un conjunto de condiciones necesarias y suficientes que permitan identificar los rasgos de lo que se considera arte y separarlo de otros productos. Más bien, me interesa rescatar la mirada deweyana sobre un conjunto de actividades y objetos que, por el modo en que son elaborados y por el modo en que funcionan en la experiencia, resultan una interesante reflexión estética sobre la experiencia misma y al mismo tiempo pueden transformarla. Esto no implica, por supuesto, que todo objeto que llamamos arte lo realice de este modo, ni que con ello se agote el campo de las indagaciones sobre el arte, pero en mi lectura sí implica una mirada sobre estos objetos en su especial vínculo con la experiencia que resulta novedosa, desatendida, y especialmente productiva como mostraré a lo largo de estas páginas, ya que inscribe al arte (y a otros productos no necesariamente reconocidos como artísticos) dentro de los agentes que modelan la experiencia humana.Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educació

    John Dewey y el Kitsch

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    En términos generales el problema que ha guiado este trabajo es el de la relación entre arte/sociedad/política. Por supuesto, dado la amplitud del tema, no es nuestro objetivo resolver tamaño problema, sino más bien intentar especificar algún rasgo de dicha relación, a saber, las consecuencias (¿o causas?) ético-políticas del arte llamado Kitsch. Ya desde las primeras teorizaciones acerca de este concepto puede observarse que el Kitsch no simplemente caracteriza ciertas “cualidades” (negativas) de un objeto artístico sino que viene a caracterizar el estado patológico de una sociedad determinada. (Párrafo extraído del texto a modo de resumen)Departamento de Filosofí

    La filosofía como arte en John Dewey

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    A nosotrxs, filósofxs contemporáneos, un título como el de "La filosofía como arte" no nos suena tan extraño. En efecto, hemos sido formados ya en un paradigma de investigación netamente interdisciplinario y estamos acostumbradxs a los cruces e interrelaciones. Por otra parte, filosofía y arte han compartido a lo largo de su historia una suerte de crisis de paradigma a la Kuhn, donde los límites disciplinares nunca han sido del todo claros, donde no hubo acuerdos acerca de la metodología que debe dirigir la investigación y donde ni siquiera hubo acuerdos acerca de cuáles son los genuinos problemas o cuáles son los más acuciantes. Lo cierto es que, hacia uno y otro lado, en los últimos años ambas disciplinas se han acercado. Solo por poner dos ejemplos recordemos que Deleuze y Guattari nos propusieron una idea de la filosofía como creación de conceptos, es decir, una filosofía que, lejos de descubrir la estructura última de lo real, se vincula a esta mediante la potencia creadora de la imaginación. Una filosofía que se vuelve arte. Por su parte, abonando al discurso de la caída de los metarrelatos, Arthur Danto sostiene que, a partir de la obra de Andy Warhol, y sobre todo a partir de las cajas de BrilloBox, el arte ha entrado en su posthistoria en tanto puede producirm objetos indiscernibles de otros objetos banales: la diferencia radica entonces, no en las características sensibles, sino en el significado intelectual. Pero si identificación de algo como arte no depende ya de cualidades estéticas sensibles particulares se debe realizar un giro "desde la experiencia sensible hacia el pensamiento. Esto significa, en resumen, que debe realizarse un giro hacia la filosofía" (Danto 1999: 35). No obstante, en las primeras décadas del siglo XX esta aproximación no era tan evidente. Mucho menos para un filósofo como Dewey, cuya obra en general se concentra más en los temas de epistemología, pedagogía y política. Por ello, en este trabajo proponemos rastrear algunos elementos que, a nuestro entender, relacionan la concepción deweyana del arte con su concepción filosófica general. Intentaremos mostrar que Dewey encuentra en el arte y en la experiencia estética el modelo de la tarea filosófica, o más modestamente, una posible orientación.Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educació

    En un mundo incierto: la influencia de John Keats en John Dewey

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    La tradición pragmatista nos ha legado un cúmulo de conceptos y de problemas que no han perdido su fuerza inspiradora para el quehacer filosófico. Más aún, el pragmatismo, y el pragmatismo de Dewey en particular, se trata de una filosofía que pugnó por ponerse al servicio de sus congéneres en el mejoramiento de sus vidas. Cerca y lejos al mismo tiempo de las discusiones escolásticas, Dewey sostenía que la tarea de la filosofía era erigirse como una práctica reflexiva que, tomando como punto de partida lo que la experiencia nos mostraba, pudiera ofrecer guías inteligentes para que la acción humana realizara sus genuinas potencias y alcanzara un mejor estado de cosas. Para Dewey un mejor estado de cosas es siempre un pasaje de una situación indeterminada, que conlleva un sufrimiento (o irritación, como dirá Peirce) a un estado de mayor ajuste o determinación que aminore el padecimiento. Este pasaje se realiza a través de la acción. Es decir, que para la filosofía pragmatista resulta fundamental analizar la acción humana desde el punto de vista de las condiciones o contextos en los que esta se halla inmersa pero también de las consecuencias que dicha acción pretende alcanzar.Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educació

    La crítica de arte: aportes desde John Dewey

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    Para el caso de Dewey, la crítica de arte no era un discurso ajeno a su conocimiento, principalmente la crítica inglesa. En su célebre "Art as Experience" de 1934 Dewey cita y menciona a célebres críticos como Roger Fry, Clive Bell, Walter Pater, quienes junto con John Ruskin y Herbert Read conforman tal vez el conjunto más destacado de la crítica de arte del siglo XIX. En su estudio de estos críticos, Solomon Fishman sostiene que aún con sus grandes diferencias todos ellos eran conscientes de servir como voceros del arte para un audiencia que era indiferente o incluso hostil (1963: 3). Estos escritores intentaron en particular reivindicar las artes visuales que había sido opacadas por el florecimiento de la literatura y la política en la Inglaterra victoriana. La crítica de arte como tal, continúa Fishman, no aparece hasta el siglo XVIII - XIX, ya que si bien existían tratados sobre la técnica o sobre la vida de los autores, la críticamente propiamente dicha comienza con la concepción romántica de las artes. El abandono de la categoría de imitación y el cambio del concepto de belleza al concepto de expresión revolucionan tanto la teoría estética como la crítica, poniendo su foco de interés en la obra de arte misma, y en el carácter de la experiencia estética como diferenciada de la experiencia ordinaria “[t]he culmination of this movement was the recognition of the formal element in art as the locus of aesthetic experience” (1963: 5). Sin embargo, veremos como en Dewey ni arte ni crítica pueden ser considerados fenómenos absolutamente diferenciados, sino que Dewey aboga por una concepción naturalista del arte y de la crítica. Pero antes de revisar dicha perspectiva será de utilidad recuperar algunos de los aportes teóricas contemporáneos en lo relativa al lugar y función de la crítica.Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educació
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