A nosotrxs, filósofxs contemporáneos, un título como el de "La filosofía como arte" no nos suena tan extraño. En efecto, hemos sido formados ya en un paradigma de investigación netamente interdisciplinario y estamos acostumbradxs a los cruces e interrelaciones. Por otra parte, filosofía y arte han compartido a lo largo de su historia una suerte de crisis de paradigma a la Kuhn, donde los límites disciplinares nunca han sido del todo claros, donde no hubo acuerdos acerca de la metodología que debe dirigir la investigación y donde ni siquiera hubo acuerdos acerca de cuáles son los genuinos problemas o cuáles son los más acuciantes. Lo cierto es que, hacia uno y otro lado, en los últimos años ambas disciplinas se han acercado. Solo por poner dos ejemplos recordemos que Deleuze y Guattari nos propusieron una idea de la filosofía como creación de conceptos, es decir, una filosofía que, lejos de descubrir la estructura última de lo real, se vincula a esta mediante la potencia creadora de la imaginación. Una filosofía que se vuelve arte. Por su parte, abonando al discurso de la caída de los metarrelatos, Arthur Danto sostiene que, a partir de la obra de Andy Warhol, y sobre todo a partir de las cajas de BrilloBox, el arte ha entrado en su posthistoria en tanto puede producirm objetos indiscernibles de otros objetos banales: la diferencia radica entonces, no en las características sensibles, sino en el significado intelectual. Pero si identificación de algo como arte no depende ya de cualidades estéticas sensibles particulares se debe realizar un giro "desde la experiencia sensible hacia el pensamiento. Esto significa, en resumen, que debe realizarse un giro hacia la filosofía" (Danto 1999: 35). No obstante, en las primeras décadas del siglo XX esta aproximación no era tan evidente. Mucho menos para un filósofo como Dewey, cuya obra en general se concentra más en los temas de epistemología, pedagogía y política. Por ello, en este trabajo proponemos rastrear algunos elementos que, a nuestro entender, relacionan la concepción deweyana del arte con su concepción filosófica general. Intentaremos mostrar que Dewey encuentra en el arte y en la experiencia estética el modelo de la tarea filosófica, o más modestamente, una posible orientación.Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educació