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    Violencia contra la mujer. Consecuencias para la salud, sociales, económicas y repercusión en los servicios de salud y en los profesionales

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    Este artículo tiene como objetivos revisar las consecuencias que tiene la violencia en la salud de las mujeres así como el impacto social y económico de la misma. Por último se abordarán las repercusiones que la violencia contra la mujer en la pareja tiene en los profesionales sanitarios. El estudio Women's Health and Domestic Violence Against Women es el primero realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y pone de manifiesto que la ejercida por la pareja es la forma de violencia más común en la vida de las mujeres, mucho más que las agresiones o violaciones perpetradas por extraños o simples conocidos. A este tipo de violencia es la que se denomina habitualmente "violencia doméstica" o "violencia contra la mujer en la pareja". Más allá de las lesiones evidentes, los problemas físicos más amplia y consistentemente asociados a este tipo de violencia son los problemas musculoesqueléticos como el dolor crónico de cuello o espalda los trastornos gastrointestinales y digestivos como el síndrome de colon irritable, los trastornos ginecológicos incluidas las enfermedades de transmisión sexual como el VIH/SIDA, e incluso síntomas neurológicos recurrentes como jaquecas o migrañas. Las mujeres que sufren violencia de sus parejas presentan más síntomas depresivos, ansiedad, trastorno por estrés postraumático, baja autoestima e ideación suicida que aquellas mujeres que no sufren esta violencia. Sólo en España se estima que este tipo de violencia se ha cobrado la vida de casi 500 mujeres y ha llevado a la imposición de alrededor de 30000 denuncias contra hombres maltratadores. Teniendo en cuenta que más de la mitad de estos casos se producen en mujeres con edades comprendidas entre 21 y 51 años, es decir, en grupos de edad de población activa y reproductiva, podría asegurarse que la violencia contra las mujeres tiene también efectos directos e indirectos que ponen de manifiesto el carácter social y epidémico del problema. Al hablar del impacto social de la violencia de género también pueden describirse efectos que se producen en el entorno que no es tan próximo a las mujeres afectadas y sus agresores. En este sentido, responde a una serie de efectos que a medio y largo plazo se producen y resulta imprescindible establecer algunas diferencias por sexo, puesto que, hay que entender el problema como un medio de control social sobre las mujeres y de reacción masculina. Si la violencia contra la mujer en la pareja frecuentemente desemboca en problemas de salud de diversa índole, desde los servicios sanitarios y en especial desde la atención primaria como primer nivel asistencial, se puede desempeñar un papel crucial para ayudar a las mujeres que sufren maltrato de sus parejas. La medición del impacto económico de la violencia contra la mujer contribuye al conocimiento sobre las consecuencias de este problema para la sociedad. Para el contexto de la Comunidad Autónoma de Andalucía, se calculó que el impacto económico de la violencia contra las mujeres en la pareja genera anualmente casi 2 billones y medio de euros, siendo en su mayor parte consecuencia de las pérdidas en productividad relacionadas con el estado de salud y mortalidad de mujeres afectadas. Este último dato resulta comprensible al tener en cuenta que la gran mayoría de mujeres que mueren por esta causa en toda España comprenden edades de entre 22 y 50 años. Si pretendemos que los y las profesionales de la atención primaria se impliquen en el abordaje de la violencia contra la mujer en la pareja, se precisa que todos y todas conozcan la realidad sobre el impacto social, económico y sanitario de la violencia contra las mujeres, y que adquieran esa sensibilización imprescindible para poder detectar los casos en los que la mujer es maltratada por su pareja. Evidentemente, esta recomendación no podría hacerse si no llevara pareja una "denuncia" o expresión de la necesidad de que el sistema sanitario público en nuestro país asuma la formación y sensibilización de estos profesionales, así como la coordinación con los servicios sociales, judiciales y policiales

    Strategic responses to intimate partner violence against women in Spain: a national study in primary care

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    Research on women"s responses to intimate partner violence (IPV) has largely been limited to women who have been exposed to severe physical violence with scarce generalisation. This study aimed to analyse how Spanish abused women from different backgrounds and with different IPV characteristics respond to violence

    Características clínicas y psicosociales de personas con fibromialgia. Repercusión del diagnóstico sobre sus actividades

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    Actualmente se sabe muy poco de las características de las personas diagnosticadas de fibromialgia, su grado de incapacidad y la respuesta del sistema sanitario. Los objetivos de este trabajo son: conocer el perfil sociodemográfico, clínico y psicosocial de las y los pacientes con fibromialgia; describir la respuesta que obtienen del sistema sanitario, y estudiar la repercusión de este síndrome en las actividades habituales de las personas que lo padecen, incluyendo las del ámbito laboral. La fibromialgia fue diagnosticada mayoritariamente en mujeres. Causa una mala percepción del estado de salud y situaciones de incapacidad laboral, afectando negativamente al entorno familiar de la persona que la padece

    Validación de la versión corta del Woman Abuse Screening Tool para su uso en atención primaria en España Validation of the short version of the Woman Abuse Screening Tool for use in primary care in Spain

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    Objetivo: Examinar la validez de criterio de la versión corta en español del Woman Abuse Screening Tool (WAST) para identificar a las mujeres maltratadas entre las que acuden a los servicios de atención primaria en España. Material y métodos: Estudio transversal en dos centros de atención primaria de Granada. Se estudiaron 390 mujeres entre 18 y 70 años de edad asistentes a estos centros. Se utilizó el Index of Spouse Abuse (ISA) como patrón de referencia. Resultados: Se utilizaron dos criterios de puntuación. Según el primero, cabe destacar que 132 mujeres (33,8%) dieron positivo en el cribado. La sensibilidad fue del 91,4%, la especificidad del 76,2%, el valor predictivo positivo del 40,2% y el negativo del 98,1%. Cinco mujeres con una puntuación negativa en el cribado obtuvieron una puntuación positiva en el ISA (falsos negativos). Setenta y nueve mujeres obtuvieron una puntuación positiva en el WAST, con una puntuación negativa en el ISA (falsos positivos). Conclusiones: Estos resultados coinciden con los valores de sensibilidad y especificidad obtenidos en la validación del instrumento en mujeres hispanohablantes de Estados Unidos, que también recomiendan la utilización del primer criterio de puntuación. La versión corta en español del WAST es un instrumento adecuado para los profesionales en la detección temprana de la violencia de género en el ámbito sanitario español, aunque la baja especificidad hace que deba utilizarse con cautela.Objective: To examine the criterion validity of the Spanish short version of the Woman Abuse Screening Tool (WAST) to identify battered women among those attending primary health care services in Spain. Material and methods: We performed a cross-sectional study in two primary care centers in Granada. A total of 390 women between 18 and 70 years old were studied. The Index of Spouse Abuse (ISA) was used as the gold standard. Results: Two score criteria were used. Using the first criterion, 132 women (33.8%) scored positively. The sensitivity was 91.4%, specificity was 76.2%, positive predictive value 40.2% and negative predictive value was 98.1%. Five women with a negative WAST score obtained a positive ISA score (false negatives). Seventy-nine women obtained a positive score in the WAST, with a negative score in the ISA (false positives). Conclusions: These results coincide with the sensitivity and specificity values obtained in the validation of the instrument in Spanish-speaking women in the USA, which also recommend the use of the first criterion. The Spanish short version of the WAST is a suitable instrument to be used by health professionals for the early detection of gender violence in the healthcare context of Spain. However, because of its low specificity, this instrument should be used with caution

    Publicaciones sobre mujeres, salud y género en España (1990-2005)

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    Fundamento: Los estudios sobre mujeres, género y salud son cada vez más frecuentes en España. El objetivo de esta investigación ha sido conocer los temas tratados en estas publicaciones, las disciplinas que los estudian, el sexo de la persona que firma en primer lugar y si han sido abordadas con enfoque de género. Métodos: Se llevó a cabo una búsqueda bibliográfica en bases de datos de Biomedicina, Sociología, Enfermería, Antropología y Psicología. Las principales palabras clave empleadas fueron [mujeres o género] y [salud] y [España]. Se incluyeron artículos originales, revisiones y monografías, nacionales e internacionales, publicadas entre 1990 y 2005. Las variables contempladas fueron el tema de estudio, área de conocimiento, enfoque de género y sexo de la primera autoría. Se incluyeron 298 trabajos. Resultados: Los temas más abordados son salud sexual y reproductiva (39,2%) y salud mental (12,4%). El 58,7% de los trabajos tienen como primera autora a una mujer y el 47,3% no tienen enfoque de género. El 85,3% de las publicaciones sobre salud sexual y reproductiva no incorporan la perspectiva de género, mientras el 94,1% de los trabajos sobre trabajo productivo y reproductivo sí. El 80,4% de los trabajos en medicina no tienen enfoque de género. Conclusiones: Los trabajos con enfoque de género están firmados mayoritariamente por mujeres como primeras autoras, si bien son escasos. En el material estudiado, la salud de las mujeres sigue circunscribiéndose a la reproducción, siendo necesario incorporar otros determinantes de salud

    Methodological issues in the study of violence against women

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    The objective of this paper is to review the methodological issues that arise when studying violence against women as a public health problem, focusing on intimate partner violence (IPV), since this is the form of violence that has the greatest consequences at a social and political level. The paper focuses first on the problems of defining what is meant by IPV. Secondly, the paper describes the difficulties in assessing the magnitude of the problem. Obtaining reliable data on this type of violence is a complex task, because of the methodological issues derived from the very nature of the phenomenon, such as the private, intimate context in which this violence often takes place, which means the problem cannot be directly observed. Finally, the paper examines the limitations and bias in research on violence, including the lack of consensus with regard to measuring events that may or may not represent a risk factor for violence against women or the methodological problem related to the type of sampling used in both aetiological and prevalence studies

    Violencia contra la mujer. Consecuencias para la salud, sociales, económicas y repercusión en los servicios de salud y en los profesionales

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    Este artículo tiene como objetivos revisar las consecuencias que tiene la violencia en la salud de las mujeres así como el impacto social y económico de la misma. Por último se abordarán las repercusiones que la violencia contra la mujer en la pareja tiene en los profesionales sanitarios. El estudio Women's Health and Domestic Violence Against Women es el primero realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y pone de manifiesto que la ejercida por la pareja es la forma de violencia más común en la vida de las mujeres, mucho más que las agresiones o violaciones perpetradas por extraños o simples conocidos. A este tipo de violencia es la que se denomina habitualmente "violencia doméstica" o "violencia contra la mujer en la pareja". Más allá de las lesiones evidentes, los problemas físicos más amplia y consistentemente asociados a este tipo de violencia son los problemas musculoesqueléticos como el dolor crónico de cuello o espalda los trastornos gastrointestinales y digestivos como el síndrome de colon irritable, los trastornos ginecológicos incluidas las enfermedades de transmisión sexual como el VIH/SIDA, e incluso síntomas neurológicos recurrentes como jaquecas o migrañas. Las mujeres que sufren violencia de sus parejas presentan más síntomas depresivos, ansiedad, trastorno por estrés postraumático, baja autoestima e ideación suicida que aquellas mujeres que no sufren esta violencia. Sólo en España se estima que este tipo de violencia se ha cobrado la vida de casi 500 mujeres y ha llevado a la imposición de alrededor de 30000 denuncias contra hombres maltratadores. Teniendo en cuenta que más de la mitad de estos casos se producen en mujeres con edades comprendidas entre 21 y 51 años, es decir, en grupos de edad de población activa y reproductiva, podría asegurarse que la violencia contra las mujeres tiene también efectos directos e indirectos que ponen de manifiesto el carácter social y epidémico del problema. Al hablar del impacto social de la violencia de género también pueden describirse efectos que se producen en el entorno que no es tan próximo a las mujeres afectadas y sus agresores. En este sentido, responde a una serie de efectos que a medio y largo plazo se producen y resulta imprescindible establecer algunas diferencias por sexo, puesto que, hay que entender el problema como un medio de control social sobre las mujeres y de reacción masculina. Si la violencia contra la mujer en la pareja frecuentemente desemboca en problemas de salud de diversa índole, desde los servicios sanitarios y en especial desde la atención primaria como primer nivel asistencial, se puede desempeñar un papel crucial para ayudar a las mujeres que sufren maltrato de sus parejas. La medición del impacto económico de la violencia contra la mujer contribuye al conocimiento sobre las consecuencias de este problema para la sociedad. Para el contexto de la Comunidad Autónoma de Andalucía, se calculó que el impacto económico de la violencia contra las mujeres en la pareja genera anualmente casi 2 billones y medio de euros, siendo en su mayor parte consecuencia de las pérdidas en productividad relacionadas con el estado de salud y mortalidad de mujeres afectadas. Este último dato resulta comprensible al tener en cuenta que la gran mayoría de mujeres que mueren por esta causa en toda España comprenden edades de entre 22 y 50 años. Si pretendemos que los y las profesionales de la atención primaria se impliquen en el abordaje de la violencia contra la mujer en la pareja, se precisa que todos y todas conozcan la realidad sobre el impacto social, económico y sanitario de la violencia contra las mujeres, y que adquieran esa sensibilización imprescindible para poder detectar los casos en los que la mujer es maltratada por su pareja. Evidentemente, esta recomendación no podría hacerse si no llevara pareja una "denuncia" o expresión de la necesidad de que el sistema sanitario público en nuestro país asuma la formación y sensibilización de estos profesionales, así como la coordinación con los servicios sociales, judiciales y policiales

    Apoyo social como factor protector frente a la violencia contra la mujer en la pareja The protective role of social support and intimate partner violence

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    Objetivo: Describir la relación entre la presencia de apoyo social global y de diferentes fuentes y la violencia de pareja en mujeres que acuden a centros de atención primaria por cualquier motivo de consulta. Método: Estudio transversal en 1.402 mujeres de entre 18 y 65 años elegidas aleatoriamente en 23 consultas de atención primaria de las comunidades autónomas de Andalucía, Madrid y Valencia en el año 2003. La información sobre características sociodemográficas, maltrato físico, psicológico y sexual, y apoyo social, fue recogida mediante un cuestionario anónimo y autoadministrado. Resultados: El 32% de las mujeres refirió haber sufrido algún tipo de maltrato (físico, psicológico o sexual) por su pareja en algún momento de la vida. Las mujeres que refirieron tener apoyo social tenían una probabilidad un 89% menor de haber sido maltratadas que las que refirieron no tenerlo (odds ratio [OR] = 0,11; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 0,06-0,20). Entre quienes refirieron haber sido maltratadas en el pasado, las que afirmaron tener apoyo tenían una probabilidad menor de volver a ser maltratadas por una pareja distinta que las mujeres sin apoyo (OR = 0,14; IC95%: 0,05-0,37). Conclusiones: Dada la naturaleza transversal del trabajo, no podemos afirmar si la falta de apoyo aumenta la vulnerabilidad de las mujeres para sufrir maltrato, o si el maltrato deriva en el aislamiento social. No obstante, una estrategia de intervención esencial con las mujeres maltratadas debería ser restablecer sus redes sociales.<br>Objective: To describe the relationship between the presence of social support and overall support from different sources and intimate partner violence in women attending primary care centers irrespective of reason. Method: We performed a cross-sectional survey in 1,402 women aged 18 to 65 years old, randomly selected from 23 primary health practices in the autonomous communities of Andalusia, Madrid and Valencia (Spain) in 2003. The information on sociodemographic characteristics, physical, psychological and sexual intimate partner violence, and social support was gathered using an anonymous, self-administered questionnaire. Results: Thirty-two percent of the women stated they had been abused by a partner (physically, psychologically or sexually) at some time in their lives. Women who reported having social support had a 89% lower probability of having been abused by a partner at some time than women who reported not having social support (odds ratio [OR] = 0.11; 95% confidence interval [95%CI]: 0.06-0.20). Among women who reported abuse by a partner in the past, those who stated they had social support had a lower probability of being abused again by a different partner than those who had no social support (OR = 0.14; 95%CI: 0.05-0.37). Conclusions: The cross-sectional design of this study does not allow us to determine whether lack of social support increases women's vulnerability to being abused, or whether social isolation is a consequence of partner abuse. Nevertheless, interventions in women experiencing abuse their partners should aim to reestablish their social networks
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