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    Análisis de la instauración del acceso transradial para neurointervención en México con perspectiva del neurointervencionista y del paciente

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    Introducción. La instauración en neurointervención del Acceso transradial (ATR) en México tiene una historia reciente. La documentación de su instauración no ha sido descrita desde las perspectivas de los pacientes y neurointervencionistas de nuestro país. Material y métodos. Estudio observacional, retrospectivo y comparativo sobre la perspectiva de los pacientes y neurointervencionistas referente al ATR para angiografía cerebral diagnóstica. Utilizando encuestas se evaluó la percepción sobre el dolor, estrés asociado al procedimiento y afectación de la movilidad durante los hábitos de higiene y alimentación. Resultados. El ATR resultó tener menor afectación de la movilidad durante los hábitos de higiene y alimentación, así como menor estrés en comparación con el acceso transfemoral (ATF), sin embargo se percibe como un procedimiento más doloroso por aquellos pacientes en quienes se dificulta la canalización de la arteria o desarrollan vasoespasmo. La comparación entre ambos accesos favorece al ATR del mismo modo que la predilección del acceso en caso de una próxima angiografía. Los neurointervencionistas de México perciben el ATR como una opción viable para procedimientos diagnósticos y terapéuticos. Discusión. El ATR es en sí un procedimiento bien tolerado por los pacientes para angiografía cerebral diagnóstica. Los neurointervencionistas se identifican el ATR como un procedimiento más delicado y de mayor dificultad y lo identifican como una opción para utilizarlo en determinados casos. La recomendación es iniciar el entrenamiento en ATF y posteriormente migrar hacia ATR debido a la mayor complejidad y precisión para la selección de vasos y la punción en la arteria radial. Conclusión. La elección del acceso vascular debe de individualizarse. No apoyamos el uso de la estrategia “radial primero”, en ningún contexto de neurointervención y aun menos en el aspecto de educación y entrenamiento neuroendovascular

    Dimensión, remanentes óseos e índice de craniectomía descompresiva unilateral como indicadores pronósticos en pacientes con hematoma subdural agudo

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    Introducción. La craniectomía descompresiva unilateral (CDU) se realiza como uno de los principales procedimientos neuroquirúrgicos en los centros de atención al traumatismo craneoencefálico, siendo el Hematoma Subdural Agudo (HSDA) una de las indicaciones más comunes. Material y métodos. Se realizó un estudio retrospectivo, observacional y no comparativo que estudió la dimensión, remanente óseo e índice de descompresión en 39 pacientes con HSDA en el transcurso de doce meses. Resultados. La población analizada tenía una edad de 41±17.4 años, todos del sexo masculino. El 41% de los pacientes se presentaron como un traumatismo craneoencefálico leve y 53.8% presentaron un daño unilateral sin contusiones. La mortalidad global fue del 30.1% y el desenlace favorable se presentó en el 51.3% de los pacientes. La descompresión anteroposterior tuvo una dimensión de 105.8±15.8 mm, con remanente 54.5±11.8 mm frontal, 94.0±12.4 mm parietooccipital e índice de descompresión de 0.42±0.06. La descompresión superoinferior tuvo una dimensión de 108±13.6 mm con un remanente 37.7±10.8 mm parietal, 14.4±5.3 mm temporal e índice de descompresión de 0.67±0.07. La descompresión esfenoidal tuvo remanente de 12.1±4.8 mm inferior y 15.5±7.5 mm anterior. La morfología de la craniectomía no presentó diferencias significativas entre los casos clasificados por escala coma de Glasgow de ingreso, severidad del daño en la tomografía inicial, escala de desenlace de Glasgow y presencia de complicaciones. Discusión. La descompresión esfenotemporal tuvo asociación con la resolución de la herniación transtentorial, mientras la descompresión superoinferior especialmente en el remanente parietal tuvo relación con la corrección de la desviación de estructuras de la línea media en la tomografía postoperatoria. En pacientes con TCE leve y un desenlace favorable mostraron descompresiones anteroposterior y superoinferior de menor tamaño sin llegar a ser significativas. Las craniectomías realizadas no presentaron variaciones en la morfología dependiendo del estado clínico o severidad del estudio de imagen preoperatorio. Conclusión. Tras la evacuación de un HSDA se recomienda realizar una adecuada descompresión esfenoidal con los remanentes sugeridos y realizar una adecuada descompresión superoinferior cuando la desviación de estructuras de la línea media esté presente. Sugerimos como referencia los remanentes óseos publicados en nuestros resultados. Sugerimos relaciones craneométricas a partir de las cuales se calcula en el transoperatorio los remanentes óseos en lugar de una dimensión preestablecidas

    A Morphometric Study of the Extraocular Muscles

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    Extraocular muscles are important references in strabismus surgery and in placement of intraorbital devices. We analyzed extraocular muscles morphometry and possible anatomical variances of 20 orbits. We report the length, width, and points of insertion of the extraocular muscles. No anatomical variations in length, width and points of insertion were found. With regard to the rectus muscles, it was found that the superior rectus and lateral rectus are the longest muscles and that the width difference between the superior and inferior rectus is greater than that between the medial and lateral rectus and that the point of insertion of the rectus muscles has a variable morphology. The superior oblique muscle was smaller in caliber than the inferior oblique, as consistent with previous anatomical studies. Knowledge of the detailed morphology of extraocular muscles is fundamental in strabismus surgery and represents a key factor for the innovation of surgical techniques and orbital procedures

    Conduits for myocardial revascularization grafts: the importance of morphology and imaging

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    The therapeutic options for patients with multivessel coronary artery disease, consist of pharmacological treatment, percutaneous coronary intervention and coronary artery bypass graft surgery. The ultimate goal of this surgery is to achieve complete revascularization with conduits that remain permeable for the remainder of the life of the patient. Some of the conduits used in this type of surgery, are the great saphenous vein, the internal thoracic artery, the radial artery and the ulnar artery. For a vascular conduit to be selected as a coronary revascularization graft, it must exhibit the following characteristics: sufficient length, lumen diameter and thickness of the vessel wall. It must also have minimal in situ ischemic consequences and an acceptable permeability over time of the conduit. Recent literatures of these conduits, as well as the importance of morphological and imaging studies are reviewed in this article

    Caracterización del daño morfológico en el área ca1 del hipocampo y deterioro funcional secundario a isquemia cerebral global en ratas envejecidas.

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    La investigación en ciencia básica permite mejorar la traslación de conocimiento hacia la investigación clínica y la práctica médica. Desafortunadamente, la mayoría de los modelos animales que reproducen un cuadro patológico no incluyen importantes variables que permitan extrapolar los resultados obtenidos a la investigación clínica (1). Un ejemplo de esta discrepancia clínicoexperimental es la relacionada con la isquemia cerebral y el envejecimiento. La isquemia cerebral afecta principalmente a los pacientes adultos mayores. Sin embargo, la gran mayoría de los estudios experimentales en modelos animales no consideran el factor envejecimiento, a pesar de las recomendaciones de los expertos sobre el incluir animales envejecidos en los estudios experimentales (2). De tal modo se identifica una discrepancia clínico-experimental: por un lado la isquemia cerebral que afecta principalmente a paciente mayores de 65 años (3, 4), y por el otro, los estudios experimentales que utilizan ratas entre 3 y 6 meses de edad, lo cual extrapolado a años humanos corresponde a individuos de entre 15 y 18 años de edad (5). Por lo tanto es importante considerar este factor cuando se estudie el fenómeno isquémico en el cerebro y la transferencia de potenciales opciones terapéuticas. Existe evidencia que soporta que la respuesta a la isquemia cerebral es diferente entre un cerebro joven y uno envejecido (6). Esta diferencia es explicada principalmente por los cambios que ocurren en el cerebro a lo largo de la vida, los cuales modifican el aspecto molecular, celular, tisular y funcional (7). A pesar de lo anterior, el uso de animales envejecidos en los modelos de isquemia cerebral no se ha popularizado completamente. De tal manera que sigue existiendo la necesidad de evaluar a nivel estructural y funcional la respuesta del cerebro envejecido a la isquemia cerebral. El uso de animales envejecidos en la investigación básica implica los siguientes cuatro inconvenientes: 1) alto costo, 2) alta mortalidad, 3) variabilidad en el daño estructural y el deterioro funcional, y 4) la falta de adaptación de modelos animales y métodos de evaluación para utilizarse en animales envejecidos. Estas condiciones causan una gran dificultad y complejidad en la implementación de los modelos animales, además de dificultar la interpretación de resultados. Para abordar esta discrepancia clínico-experimental, es necesario incrementar el número de estudios en isquemia cerebral que utilicen animales envejecidos. Para garantizar esto, los estudios necesitan documentar el proceso de envejecimiento, evaluar el efecto de la edad en los modelos animales y crear o adaptar las pruebas funcionales para animales envejecidos. Es imperativo incluir animales envejecidos en los modelos preclínicos, especialmente en aquellos que estudian enfermedades con una mayor prevalencia en los pacientes adultos mayores, como lo es la isquemia cerebral. Respondiendo a esta necesidad de contar con mejores modelos animales en el estudio de la isquemia cerebral, adaptamos un modelo de isquemia cerebral y sus métodos de evaluación para su uso en animales envejecidos. De esta manera se establecen las bases para una mejor transferencia de conocimiento

    Nuevo modelo microquirúrgico para el estudio de la respuesta morfológica adaptativa de injertos venosos

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    Introducción. Se han desarrollado modelos animales para el estudio de la hiperplasia de la túnica íntima, una causa de la estenosis que sufren los injertos venosos. Objetivo. Establecer un modelo animal de injerto venoso para el estudio de la respuesta morfológica adaptativa a la circulación arterial. Material y métodos. El estudio se realizó en los Laboratorios de Microcirugía e Histología de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Se realizó un modelo animal de injerto venoso colocado en la circulación arterial. Para desarrollar el modelo se realizó un estudio morfológico de los vasos sanguíneos de la extremidad caudal de la rata Wistar. Se evaluaron tres posibles sitios para la obtención del injerto venoso. Resultados. Se observó permeabilidad y viabilidad del injerto sólo en un segmento comprendido entre los ramos musculares y el origen de la vena safena. El segmento venoso obtenido fue colocado en la circulación arterial de la extremidad caudal opuesta al lugar donde se obtuvo el injerto. Conclusiones. Se estableció un modelo animal de injerto venoso utilizando el segmento de la vena femoral, comprendido entre los ramos musculares y el origen de la vena safena, se colocó en la arteria homónima del lado opuesto

    Correlation between seasonal and meteorological factors with the monthly frequency of intracranial aneurysms rupture in northeast Mexico

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    Intracranial aneurysms are considered acquired lesions, occur with an incidence of 3–5% in general population. Subarachnoid hemorrhage (SAH) due to ruptured aneurysms represents 85 of all spontaneous subarachnoid hemorrhages and this represents 15% of all cerebral vascular events. Risk factors for aneurysmal rupture are age, gender, size and location of the aneurysm, hypertension, smoking, and alcoholism. Whether seasonal or meteorological factors influence the likelihood of aneurysm rupture is controversial. An observational, retrospective, cross-sectional and non-comparative study of male and female patients over 18 years old who were admitted to our unit in northeast Mexico with the diagnosis of spontaneous SAH due to aneurysmal rupture from January 2014 to March 2020. Climate information was obtained from data of the climate history of the different airport stations in the northeast of the country and the information was correlated to determine if meteorological variables interfere in the incidence of SAH due to aneurysm rupture. Our study showed a significant seasonal fluctuation on the occurrence of aneurysmal SAH. A statistically significant relationship between temperature, humidity and aneurismal SAH. The atmospheric pressure did not show a statistically significant relationship with SAH incidence due to aneurysm rupture

    Unscrambling the Role of Redox-Active Biometals in Dopaminergic Neuronal Death and Promising Metal Chelation-Based Therapy for Parkinson’s Disease

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    Biometals are all metal ions that are essential for all living organisms. About 40% of all enzymes with known structures require biometals to function correctly. The main target of damage by biometals is the central nervous system (CNS). Biometal dysregulation (metal deficiency or overload) is related to pathological processes. Chronic occupational and environmental exposure to biometals, including iron and copper, is related to an increased risk of developing Parkinson’s disease (PD). Indeed, biometals have been shown to induce a dopaminergic neuronal loss in the substantia nigra. Although the etiology of PD is still unknown, oxidative stress dysregulation, mitochondrial dysfunction, and inhibition of both the ubiquitin–proteasome system (UPS) and autophagy are related to dopaminergic neuronal death. Herein, we addressed the involvement of redox-active biometals, iron, and copper, as oxidative stress and neuronal death inducers, as well as the current metal chelation-based therapy in PD
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