87 research outputs found

    Chemistry and Biotransformation of Coffee By-Products to Biofuels

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    Coffee is one of the most consumed infusion drinks in the world and contains a large variety of chemical compounds responsible for their sensory qualities and their effects on the body. The beneficial effects of coffee have been attributed only to its most important and researched ingredient, caffeine, but now it is known that other components have also contributed to its properties. Due to a huge demand for this product, large amounts of waste are generated in the coffee industry, which are toxic and represent serious environmental problems. During the process of mechanical extraction of the coffee seed, residues generated are: pulp, mucilage and parchment, mainly. Coffee cherry consists of soluble carbohydrates, insoluble polysaccharides, lipids, nitrogenous components, caffeine and minerals. More than 50% is considered a waste; it no longer has any commercial application, knowing that its components could be exploited for the production of inputs and energy. This chapter presents the chemistry and biotransformation of by-products and coffee residues into second-generation biofuels, which can be bioethanol, biogas and biodiesel by fermentation, anaerobic digestion and trans-esterification, respectively. Biofuels offer greater energy security, lower emissions of greenhouse gases and particulate matter, rural development, reduced demand for oil, among others

    Noticia breve de la solemne deseada, ultima dedicacion del templo metropolitano de Mexico ... ; celebrada el 22 de diziembre de 1667 ... ; en el feliz govierno del EXmo. Señor d. Antonio Sebastian de Toledo ... Virrey de la Nueva-España : y sermon

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    Copia digital. Madrid : Ministerio de Cultura. Subdirección General de Coordinación Bibliotecaria, 2006Sign.:[]\p4\s, [calderón]\p4\s, B-O\p4\s, []\p4\s, A-E\p4\s, F\p2\sPort. con orla tip.Sermón con portadilla propi

    Genetic and behavioral discrimination of dopamine 1 and 5 receptors in hippocampal dependent memory consolidation

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    Thesis (Ph. D.)--Massachusetts Institute of Technology, Dept. of Brain and Cognitive Sciences, 2011.Cataloged from PDF version of thesis.Includes bibliographical references.Dopamine (DA) containing neurons project throughout the brain. DA has been implicated in mediating brain disorders such as Schizophrenia, Parkinson's disease, Huntington's disease and drug addiction. The role of DA in working memory and procedural learning is also well established. DA is a ubiquitous neurotransmitter that affects much of the brain, but very little is known how dopamine functions in hippocampal dependent learning. It was only until recently that dopamine-containing neurons were found to project to the hippocampus. Even less understood are the expression patterns of DA receptors within the hippocampus and this is underlined by the inability of distinguishing the dopamine 1 receptor family (D1 and 5 receptors (D1/D5Rs)). Given the interaction of the D1 family with similar G-protein coupled receptors it has been assumed that these two receptors function in an analogous fashion. Additionally, the specific expressional pattern of each receptor lacks clarity due to non-specific binding by molecular probes. Moreover, D1 and D5 pharmacological and global KO studies cannot and have not functionally delineated D1Rs from D5Rs and global KOs of the D1Rs or D5Rs are not specific to the hippocampus, thus compensatory mechanisms likely ameliorate most physiological and behavioral deficits. Still, the aforementioned studies do point to the D1 family in modulating hippocampal synaptic plasticity, learning and memory consolidation. In order to characterize D1Rs distinctly from D5Rs we have generated three strains of conditional mutant mice (D1 KO, D5 KO, D1/5 KO). I present data that shows distinct expression patterns within the hippocampus, the importance of D1 Rs and D5Rs in modulating hippocampal plasticity, and hippocampal dependent learning. These data highlight distinct functional roles of D1Rs and D5Rs in hippocampal function.by Joshua Sariñana Jr.Ph.D

    La práctica pedagógica de los estudiantes de la Escuela Normal J. Gpe. Aguilera

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    El presente artículo forma parte de un análisis ubicada dentro de la temática: Procesos de Formación y Actores de la Educación; una descripción de la práctica pedagógica de los estudiantes de la Escuela Normal “J.Guadalupe Aguilera” ubicándose en un grupo de alumnos de cuarto semestre; centrándose la atención en solamente algunos elementos que forman parte de tan ardua profesión. El presente estudio busca responder ¿Cómo aborda los contenidos el alumno normalista en su práctica docente?, ¿Qué tipos de materiales utiliza el estudiante?, ¿Por qué son viables las secuencias didácticas utilizadas por los alumnos? ¿Cómo  fomenta los valores en los niños? y ¿Qué instrumentos de evaluación se utilizarán? Con estos cuestionamientos se busca analizar todo el proceso de los maestros en formación tomando en cuenta que una preparación en pedagogía demanda una calidad en la educación según ciertas políticas educativas, del mismo modo es importante la calidad en la preparación inicial de los maestros que demanda nuestra sociedad y el mundo actual en constante cambio

    Respuesta psicobiológica a la cooperación

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    El ser humano es un ser social, por lo que necesita interaccionar con sus semejantes para garantizar su supervivencia. Es tanto así que empatiza (Moya-Albiol, 2014), forma vínculos a largo plazo (Mikulincer & Shaver, 2007), e incluso sacrifica sus propios intereses inmediatos para promover la seguridad y los intereses globales de los grupos y comunidades a los que pertenece (Arrow, 2007; Shinada et al., 2004). La competición y la cooperación son dos estrategias de interacción social que ayudan a alcanzar metas y objetivos individuales y/o compartidos. La primera de ellas implica que uno o más individuos lleven a cabo acciones dirigidas hacia el logro de un objetivo propio, confrontándose con otro individuo o grupo de la misma especie motivado por el mismo objetivo (Mazur, 1985). La cooperación pretende, fundamentalmente, aumentar la probabilidad de alcanzar un propósito o una meta común mediante la colaboración entre miembros no consanguíneos de la misma especie (Clutton-Brocky, 2009; Melis & Semman, 2010). La investigación en psicología social ha demostrado que en la competición los resultados del perceptor están inversamente relacionados con los de su oponente, mientras que en la cooperación los resultados del perceptor y su colaborador dependen de sus logros comunes (Vonk, 1998). No obstante, ambos tipos de interacción social implican predecir el comportamiento de los interlocutores sociales teniendo en cuenta su estado mental (Decety et al., 2004), así como la capacidad de guiar el pensamiento y la acción de acuerdo con las intenciones internas y las de los demás (Decety & Sommerville, 2003). Por lo tanto, requieren que el individuo posea las habilidades socio-cognitivas necesarias para interactuar de forma efectiva con su ambiente, ya que las alteraciones en alguno de los componentes de la empatía conllevarían que el individuo presente reacciones inesperadas y socialmente inadecuadas. Un importante número de estudios ha abordado el comportamiento competitivo desde una perspectiva psicobiológica, aunque la mayoría de ellos se han desarrollado en contextos deportivos (Salvador & Costa, 2009). Sin embargo, dichas investigaciones no están exentas de limitaciones que restringen la validez externa de los resultados. De hecho, las personas que practican deportes competitivos suelen estar en forma y, consecuentemente, serían fisiológicamente distintas de la población general. Se ha sugerido que el entrenamiento físico-aeróbico tiende a producir cambios en el equilibrio simpatico-vagal del nodo sinusal en los atletas de resistencia. Además, los atletas también presentan un perfil de variabilidad cardiaca y hormonal en reposo diferente en comparación con la población no deportista (Dong, 2016). Por lo tanto, cabe esperar que la respuesta psicobiológica de los/as deportistas a las tareas de laboratorio sean distintas respecto a la población general o no deportista. Este hecho justifica la importancia de analizar dicha respuesta en individuos no atléticos, incrementado de este modo la validez externa de los resultados. Además, un número reducido de investigaciones han analizado los efectos de la competición mediante tareas cognitivas de laboratorio como los juegos de tiempo de reacción, los de de azar, los videojuegos y las tareas aritméticas (Dickerson & Kemeny, 2004; Denson, Spanovic & Miller, 2009). Por ello, resulta necesario desarrollar protocolos de laboratorio más complejos que permitan profundizar en los mecanismos psicobiológicos que subyacen a este tipo de interacción social. Las estrategias cooperativas pueden ser interpretadas como adaptativas en ciertas situaciones, ya que todos los miembros implicados en las mismas aumentan la probabilidad de recibir un refuerzo común (Bergmüller & Taborsky, 2007; Kutschera, 2009). Aunque la cooperación está ampliamente extendida en las sociedades occidentales actuales, pocos estudios la han analizado en condiciones controladas de laboratorio (Fehl, van der Post & Semmann, 2011). En realidad, la mayor parte de la investigación sobre cooperación se ha relacionado con contextos educativos y organizacionales donde se han utilizado tareas que implican juicios éticos o dilemas morales, tales como el dilema del prisionero, los juegos de ultimátum y el efecto del castigo (Burton-Chellew & West, 2012; Gradin et al., 2015, 2016; Velez, Mahood, Ewoldsen & Moyer-Gusé, 2012). Otros estudios están analizado la cooperación empleando juegos estratégicos multijugador (Dulleck, Schaffner & Torgler, 2014; Fooken & Schaffner, 2016; Sütterlin, Herbert, Schmitt, Kübler & Vögele, 2011), pero ninguno de los estudios mencionados ha analizado los mecanismos psicobiológicos relacionados con la conducta cooperativa. A la vista de lo expuesto, la investigación de ambos tipos de interacción social en el laboratorio permitiría incrementar la comprensión de estos mecanismos, dado que permiten manipular la situación y controlar los efectos de determinadas variables relevantes para dichas interacciones sociales. En el momento actual no hay un conocimiento concluyente de las bases psicobiológicas de la competición y la cooperación, y son pocos los estudios que han investigado las respuestas del sistema nervioso autónomo (SNA) y del sistema endocrino (SE) a ambos tipos de interacción social en humanos, bajo condiciones controladas de laboratorio. El sistema cardiovascular forma parte del SNA, y se encuentra en continua conexión con el SE (Gordan, Gwathmey & Xie, 2015). El modelo de integración neurovisceral y la teoría polivagal enfatizan el papel que desempeña el SNA en la regulación del gasto cardíaco para fomentar o desalentar el compromiso social y los comportamientos prosociales. Una forma de estudiar los cambios psicobiológicos a estas interacciones sociales es mediante el uso de medidas no invasivas que pueden ser consideradas índices de estimulación y regulación emocional, como la actividad electrodérmica (AED), la frecuencia cardiaca (FC) y la variabilidad cardiaca (VC) para el SNA, y los niveles de cortisol salivar (Csal) para el eje hipotalámico-hipófiso-suprarrenal (HHA) del SE. Se cree que la incapacidad de regular la actividad autonómica durante las interacciones sociales sería un correlato psicobiológico de la desregulación emocional, cuya interacción es recíproca (Appelhans & Luecken, 2006; Quintana, Guastella, Outhred, Hickie & Kemp, 2012; Shaffer, McCraty & Zerr, 2014). Por lo tanto, deben ser contemplados los cambios en el estado de ánimo y las emociones ante este tipo de interacciones sociales, dado que pueden modular la respuesta del SNA y el SE ante dichas estrategias de interacción social y además, verse afectados por estos tipos de interacción. Según se ha descrito, la competición provoca una mayor reactividad cardiovascular que la cooperación (Harrison et al., 2001) o que realizar una tarea de forma individual (Veldhuijzen van Zanten et al., 2002). Además, los niveles de Csal tienden a incrementar tras competir en el ajedrez japonés (Hasegawa et al., 2008) o tras jugar a cartas y a un videojuego multijugador (Oxford et al., 2010). También parece que los incrementos en la actividad cardiovascular durante las tareas competitivas se relacionaría con el aumento de la ira (García-León, Reyes del Paso, Robles & Vila, 2003). Y, a su vez, los sentimientos de ira previos a la competición tenderían a facilitar la competición y a limitar la cooperación (Harth & Regner, 2016; Van Doorn, Heerdink & Van Kleef, 2012). Contrariamente, la cooperación en sí misma también es capaz generar cambios psicobiológicos en los individuos. En realidad, se ha descrito un incremento progresivo de la FC y la AED tras recibir las instrucciones para cooperar, y una disminución significativa tras finalizar la tarea (Moya-Albiol et al., 2013). Para poder comprender mejor los cambios psicobiológicos en las tareas de laboratorio, tienen que ser tenidas en cuenta dos variables como el resultado de la interacción social (positivo/negativo en el caso de la cooperación o victoria/pérdida en la competición) y el género de los participantes, puesto que han demostrado desempeñar un papel relevante en la modulación dela respuesta psicobiológica en tareas de laboratorio. De hecho, las personas que ganan muestran un aumento de la FC durante la competición, mientras que en las que pierden la FC tiende a ser más baja durante la tarea competitiva (Ricarte et al., 2001). Adicionalmente, ganar tiende a producir una gama de resultados emocionales agradables, incluyendo una reducción en los sentimientos de ira, mientras que perder conlleva cambios emocionales desagradables que incluyen aumentos en dichos sentimientos (Wilson & Kerr, 1999). Un estudio en mujeres mostró que las ganadoras tienen baja ansiedad estado y alto locus interno de control tras la competición, mientras que las perdedoras muestran alta ansiedad y alto locus de control externo (Costa & Salvador, 2012). A pesar de que se haya sugerido que el hecho de perder (el resultado obtenido) tiene un efecto activador en la actividad del eje HHA, ya que los individuos perciben que la situación como incontrolable (obviamente en función del locus de control) (Salvador & Costa, 2009), no se han observado diferencias en los niveles de Csal entre ganadores y perdedores en tareas de laboratorio competitivas (Costa & Salvador, 2012; Hasegawa et al., 2008). Por lo que se refiere a la cooperación, los cambios en la actividad cardiovascular no parecen relacionarse con el resultado y el género, pero sí que se han hallado cambios en la actividad electrodérmica, a nivel del SE y del estado de ánimo. De hecho, los participantes que obtuvieron un resultado positivo mostraron menores niveles de Csal que los que obtuvieron un resultado negativo (Moya-Albiol et al., 2013; de Andrés et al., 2011). En relación con el género de los participantes, los hombres tienden a presentar mayor AED general y menores niveles de Csal que las mujeres durante la cooperación (Moya-Albiol et al., 2013). Además, los sentimientos de ira tienden a aumentar más en hombres que en mujeres tras obtener un resultado negativo (Moya-Albiol et al., 2013). Por otra parte, los participantes con resultados positivos en una situación de cooperación se han mostrado más satisfechos con el resultado obtenido y en un estado de ánimo menos negativo (tensión e ira) que aquellos con resultados negativos. Asimismo, los hombres con resultados positivos muestran una mayor satisfacción que los hombres o las mujeres con resultados negativos y menor humor negativo (depresión) que los hombres con resultados negativos (Moya-Albiol et al., 2013). Por lo tanto, tanto la competición como la cooperación producen una activación psicofisiológica, aunque de forma diversa, estando influenciada por factores como el resultado de la interacción social y el género de los participantes. El éxito en las interacciones sociales estratégicas a menudo requiere una comprensión de las motivaciones, sentimientos, pensamientos y comportamientos probables del oponente y/o compañero con el que cooperar. De hecho, la empatía cognitiva (capacidad de adoptar espontáneamente el punto de vista de otro) promueve el éxito en situaciones estratégicas competitivas y cooperativas, mientras que la empatía emocional (capacidad de conectar emocionalmente con los demás y experimentar preocupación) facilita la formación de coaliciones (Motomura et al., 2015; Moya-Albiol, 2014; Gilin, Maddux Carpenter & Galinsky, 2013). La evidencia sugiere que las personas cooperativas se preocupan por los demás, y son desinteresadas y provechosas (Moya-Albiol, 2014). Asimismo, tienden a cooperar de forma natural en lugar de competir (Suchak et al., 2016; Proto & Rustichini, 2013). De dicha interacción social derivan un amplio repertorio de emociones y cambios de estado de ánimo, esenciales para superar las demandas ambientales, así como para facilitar las estrategias de afrontamiento adaptativas (Bos, Jentgens, Beckers & Kindt, 2013; Frijda, 1988; Lazarus, 1991). Considerando todo lo expuesto hasta el momento, los principales objetivos e hipótesis de la presente Tesis Doctoral son los siguientes: 1. Explorar los cambios cardiovasculares (FC y VC) y los sentimientos de ira en un grupo de jóvenes sanos en función del tipo de interacción social realizada (competición o cooperación) o realizar la tarea de laboratorio de forma individual. Además, se analizará el papel desempeñado por el resultado obtenido en la interacción (positivo/negativo en el caso de la cooperación o victoria/pérdida en la competición) y el género de los participantes. Esperamos hallar que los participantes que compitan o cooperen y obtengan un resultado positivo en la cooperación o ganen presenten una mayor reactividad cardiovascular y una disminución de los sentimientos de ira que aquellos que compitan y obtengan un resultado negativo o pierdan (Costa & Salvador, 2012; Moya-Albiol et al., 2013; Ricarte et al., 2001; Salvador & Costa, 2009; de Andrés-García et al., 2011). En segundo lugar, esperamos que las mujeres que compitan y obtengan un resultado positivo presenten mayor reactividad cardiovascular y menores sentimiento de ira que aquellas que compitan y obtengan un resultado negativo (Costa & Salvador, 2012). 2. Analizar la respuesta electrodérmica y el estado de ánimo a los dos tipos de situaciones de interacción social (cooperación o competición) o a la tarea simple o individual, en función del resultado obtenido y el género de los participantes. Esperamos hallar que en ambas interacciones sociales los participantes (con independencia del género) que obtengan un resultado positivo o ganen presentarán mayor activación electrodérmica y una mejora del estado de ánimo que los que obtengan un resultado negativo (Moya-Albiol et al., 2013; Costa & Salvador, 2012). Además, los hombres presentarán mayor AED que las mujeres, específicamente, en la tarea cooperativa (Moya-Albiol et al., 2013). 3. Dilucidar qué tipo de interacción social (cooperativa o competitiva) es más estresante para los participantes (evaluado mediante los cambios en Csal y ansiedad estado), frente a una condición de control (realizar la tarea sin competir o cooperar). Considerando las publicaciones realizadas hasta el momento hipotetizamos que los participantes que compitan o cooperen y obtengan un resultado negativo tendrán mayores niveles de Csal y ansiedad que aquellos que obtengan un resultado positivo (Costa & Salvador, 2012; de Andrés-García et al., 2011; Moya-Albiol et al., 2013). Además, los hombres que cooperen y obtengan un resultado positivo mostrarán menores niveles de Csal y ansiedad que las mujeres que cooperen y obtengan un resultado negativo (Moya-Albiol et al., 2013). 4. Explorar cómo la empatía y la cooperatividad como rasgo podrían explicar la respuesta del Csal, en diadas de personas desconocidas forzadas a competir o cooperaren un contexto de laboratorio. Por las propias características de las estrategias sociales analizadas, es necesario un alto nivel de comprensión de las inclinaciones tácticas y los pensamientos propios y de los demás (Butler, 2014; Cesarini, Johannesson, Lichtenstein, Sandewall & Wallace, 2008). Debido a ello, se espera observar que el aumento de los niveles de Csal esté inversamente relacionado con los niveles empatía (cognitiva y emocional). Además, ya que las personas cooperativas prefieren emplear esta estrategia en lugar de competir para resolver los problemas (Suchak et al., 2016; Proto & Rustichini, 2013), el hecho de ser forzado/a a competir podría experimentarse como estresante. De este modo, la cooperatividad rasgo se asociará con menores niveles de Csal cuando se fuerce a cooperar. De este modo, una baja cooperatividad no provocará incrementos en los niveles de Csal en la competición, pero sí en el caso de aquellos/as que se vean forzados a cooperar

    La Agresión como variable predictora de la Respuesta Matutina de Cortisol en adultos jóvenes.

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    Few studies have examined therelationship between the cortisol awakening response (CAR) and aggression inhealthy youth adults. This study analyzes this relationship in 83 women (38 inluteal phase and 45 in follicular phase of menstrual cycle) and 20 men.Salivary-free cortisol measures of the CAR were obtained immediately followingawakening and 30, 45, and 60 minutes afterwards. Additionally, participantscompleted a self-report of aggression. Men presented lower levels of CAR thanwomen in luteal phase. Men were also liable to present more physical aggressionthan women, independently of their menstrual phase. General aggression andspecifically verbal aggression are predictors of CAR in men. In women, verbalaggression predicts CAR during the follicular phase of the menstrual cycle;whereas anger and physical aggression do so during the luteal phase. CAR may beused as a valid marker of proneness to aggression – but must be considered differentlydepending on gender and menstrual cycle of women. This study offers relevantinformation on the hormonal bases of aggression and so contributes to theliterature on alleviating problems related to violence.Escasas investigaciones han examinado la relaciónentre la respuesta matutina de Cortisol (CAR) y la agresión en adultos jóvenessanos. Este estudio analiza dicha relación en 83 mujeres (38 en fase lútea y 45en fase folicular del ciclo menstrual) y 20 hombres. Se obtuvieron muestras desaliva inmediatamente después del despertar y 30, 45 y 60 minutos después.Además, los participantes cumplimentaron un autoinforme de agresión. Loshombres presentan niveles más bajos de CAR que las mujeres en fase lútea y unamayor agresión física que las mujeres, independientemente de la fase del cicloen la que se encuentren. La agresión en general y la verbal en particular predicenla CAR en hombres. En mujeres, la agresión verbal modula la CAR durante la fasefolicular, mientras que la ira y la agresión física durante la lútea. La CARpuede utilizarse como un marcador fiable de predisposición hacia la agresión, yha de considerarse de forma diversa en función del género y de la fase delciclo menstrual. Esta investigación aporta información significativa sobre las baseshormonales de la agresión, por lo que contribuye a la búsqueda de soluciones para aliviar problemasrelacionados con la violencia

    A Mindfulness-Based Program Improves Health in Caregivers of People with Autism Spectrum Disroder: a pilot study

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    Mindfulness-based interventions have demonstrated to be effective in reducing stress and health complaints in clinical populations. However, to our knowledge, biological health markers have not been used in studies of the effectiveness of mindfulness programs in caregivers of people with autism spectrum disorders (ASDs). This study aimed to assess the effects of a mindfulness intervention on mood disturbances and health complaints in this population compared with non-caregivers. The design of the study was quasiexperimental, with repeated measures. Self-reported health, cortisol awakening response (CAR), and afternoon cortisol levels before and after a mindfulness session were assessed at the beginning, middle, and end of the intervention. There was a significant reduction in mood disturbances and afternoon cortisol levels during the sessions in all participants, with the reductions being more pronounced in caregivers. Moreover, all participants showed fewer depressive and somatic symptoms at the end of the program, with an improvement in their self-perceived general health. Nevertheless, the CAR levels had not changed significantly after the program. Overall, these results indicate that mindfulness group therapy could be effective for reducing health complaints and reinforce the validity of these programs for caregivers

    Bioethanol Production from Coffee Mucilage

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    AbstractChiapas is one of the largest coffee-producing states in Mexico. In this industry, there are large quantities of waste, which are toxic and harmful to the environment. During the extraction process of coffee bean the waste generated are: pulp, mucilage and parchment. Recently, investigations have been done to utilize these residues for bioenergy generation. This paper provides an overview of coffee and one of its major industrial wastes. The objective of this research was the production of bioethanol from coffee mucilage at laboratory scale and extract and characterize the substrate used as raw material and establish a fermentation process for the production of bioethanol. Our results show the kinetics of fermentation of coffee mucilage as a substrate to yeast Saccharomyces cerevisiae. The cell density, concentration of ethanol, reducing sugar consumption, physico-chemical variables such as pH and temperature were analyzed. The Fermentation parameters such as growth rate, saturation constant and yields were estimated

    Internal attribution of outcome moderates the cortisol response to a cooperative task in women

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    Las observaciones etológicas actuales indican que las conductas cooperativas desempeñan un papel adaptativo. En humanos, las situaciones competitivas han sido mayoritariamente investigadas en varones, aunque en escasas ocasiones se ha estudiado la cooperación. Se pretende analizar la respuesta psicológica y del cortisol a una situación cooperativa, en comparación con una competitiva en el laboratorio en mujeres. Se establecieron cuatro grupos en función de la tarea y su resultado: cooperación positiva, cooperación negativa, competición con victoria y competición con derrota. La cooperación produce efectos diferentes en cortisol que la competición, pero no en las variables psicológicas, aunque estos efectos únicamente se producen cuando se considera el resultado y su atribución. Solo las participantes que cooperaron y fueron evaluadas positivamente y las que compitieron y perdieron mostraron descensos signifi cativos de cortisol. La atribución interna se asocia a niveles de cortisol más estables, sugiriendo un efecto modulador de la controlabilidad en la vivencia de la situación. Estos resultados podrían hacerse extensibles a situaciones en las que la negociación, la mediación y las estrategias cooperativas son relevantes para la toma de decisiones y/o resolución de conflictos
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