19 research outputs found

    Analysis of the Influence of Socio-Demographic Variables and Some Nutrition and Lifestyle Habits on Beverage Consumption in the Spanish Population

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    Beverages and drinks play a significant role in maintaining the integral health of individuals. The aim of this study is to discover the pattern of beverage consumption in different groups of the Spanish population and to investigate its relationship with other nutritional variables and habits. To achieve the objectives, an observational, descriptive and cross-sectional study was conducted. For data collection, a questionnaire was designed and validated that explored different beverage and food consumption variables as well as socio-demographic and lifestyle variables. The instrument was disseminated, among the Spanish young adult population, through snowball sampling using social networks, collecting a sample of 17,541 valid surveys. Bivariate comparative analyses and correlation analyses were performed, and finally, the principal component analysis (PCA) method was used in order to study the relationships between variables related to drinking and health. The main results show significant differences in the pattern of beverage consumption between the socio-demographic variables of sex, age and educational level, as well as between different areas of Spain, while the PCA model shows the relationship between the consumption of sugar-sweetened beverages with the Healthy Nutrition Index of the population and sport practice. Based on the results of the study, the following conclusions were reached: the beverage consumption pattern of the Spanish population is affected by socio-demographic variables. Healthier drinking habits affect the nutrition and health of the population.Nutrición humana y dietétic

    Executive Summary of the Second International Guidelines for the Diagnosis and Management of Pediatric Acute Respiratory Distress Syndrome (PALICC-2)

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    OBJECTIVES: We sought to update our 2015 work in the Second Pediatric Acute Lung Injury Consensus Conference (PALICC-2) guidelines for the diagnosis and management of pediatric acute respiratory distress syndrome (PARDS), considering new evidence and topic areas that were not previously addressed. DESIGN: International consensus conference series involving 52 multidisciplinary international content experts in PARDS and four methodology experts from 15 countries, using consensus conference methodology, and implementation science. SETTING: Not applicable. PATIENTS: Patients with or at risk for PARDS. INTERVENTIONS: None. MEASUREMENTS AND MAIN RESULTS: Eleven subgroups conducted systematic or scoping reviews addressing 11 topic areas: 1) definition, incidence, and epidemiology; 2) pathobiology, severity, and risk stratification; 3) ventilatory support; 4) pulmonary-specific ancillary treatment; 5) nonpulmonary treatment; 6) monitoring; 7) noninvasive respiratory support; 8) extracorporeal support; 9) morbidity and long-term outcomes; 10) clinical informatics and data science; and 11) resource-limited settings. The search included MEDLINE, EMBASE, and CINAHL Complete (EBSCOhost) and was updated in March 2022. Grading of Recommendations, Assessment, Development, and Evaluation methodology was used to summarize evidence and develop the recommendations, which were discussed and voted on by all PALICC-2 experts. There were 146 recommendations and statements, including: 34 recommendations for clinical practice; 112 consensus-based statements with 18 on PARDS definition, 55 on good practice, seven on policy, and 32 on research. All recommendations and statements had agreement greater than 80%. CONCLUSIONS: PALICC-2 recommendations and consensus-based statements should facilitate the implementation and adherence to the best clinical practice in patients with PARDS. These results will also inform the development of future programs of research that are crucially needed to provide stronger evidence to guide the pediatric critical care teams managing these patients.</p

    En el 29% de los niños, el dolor abdominal recurrente persiste en el tiempo

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    Objetivo: investigar la frecuencia con que el dolor abdominal recurrente (DAR) del niño persiste en el tiempo. Como objetivo secundario los autores estudiaron si las pruebas complementarias, como analítica, pruebas de imagen o endoscopia, aportan un valor pronóstico adicional a la historia clínica y la exploración médica. Diseño: revisión sistemática y meta-análisis de estudios de pronóstico. Emplazamiento: Centro Médico Universitario en Rotterdam (Holanda). Fuentes de datos: se realizó la búsqueda en MEDLINE (1965-10/2005), EMBASE (1980-10/2005) y psycINFO (1970-10/2005). En cada base de datos se aplicaron los filtros adecuados para identificar estudios de pronóstico. Se utilizaron las palabras clave: "abdominal pain" y "chronic or recurrent andominal pain". No se hicieron restricciones por idioma pero si por edad (4-18 años). Se realizó una búsqueda adicional de las referencias bibliográficas de los artículos más relevantes. Selección de estudios: la selección de los estudios se realizó por dos personas de forma independiente y según los siguientes criterios: edad comprendida entre 4-18 años; descripción de DAR según los criterios de Apley y Naish, von Baeyer y Walker o Roma II o si, en la descripción del dolor abdominal, incluían expresiones como "dolor abdominal no orgánico", "dolor abdominal recurrente" o "dolor abdominal funcional"; en el artículo se determinase el pronóstico y éste se reflejase en forma de porcentaje de niños con DAR en los que persistía el dolor abdominal durante el seguimiento; y estudios en los que los resultados fuesen prospectivos. Las diferencias se resolvieron por consenso o a través de una tercera persona. Dos autores diferentes y de forma independiente realizaron una valoración de la calidad de los estudios según los criterios de calidad para estudios de pronóstico modificados por Altman. Los desacuerdos se resolvieron por consenso o a través de una tercera persona. Extracción de datos: un investigador realizó la extracción de los datos: población de estudio, criterios de inclusión y exclusión, localización del estudio, periodo de seguimiento, pacientes perdidos y resultados (que se dieron como porcentaje de pacientes que persistían con DAR al final del periodo de seguimiento). Para la extracción se utilizó una plantilla. Un segundo investigador verificó los datos. Resultados principales: se seleccionaron 18 estudios con un total de 1.747 pacientes, de los que se perdieron durante el seguimiento un 23,8%. El periodo de seguimiento varió entre los estudios entre uno y 29 años con una media de cinco años. Se encontró una persistencia del DAR al final del seguimiento en el 29,1% de los casos (intervalo de confianza [IC] del 95%: 28,1% a 30,2%). No hubo diferencias en el pronóstico entre niños con diagnóstico clínico de DAR y niños en los que se llegó al diagnóstico tras la realización de pruebas complementarias (persistencia: 30,3% [IC 95%: 27,2 a 33,6] frente a 32% [IC 95%: 28,5 a 36,9]). Para valorar la influencia de las pérdidas, los autores hicieron un análisis de sensibilidad entre dos escenarios. El mejor escenario considera a todos los casos perdidos como curados, encontrando una persistencia del DAR de 23,7% (IC 95%: 21,7 a 25,8). El peor escenario considera que todas las pérdidas mantienen el dolor, y ello resulta en una persistencia del mismo en un 47,6% (IC 95%: 45,2 a 49,9%): Para poder comparar datos de un modo más homogéneo se estratificó la muestra atendiendo a tres criterios: criterios de inclusión (diagnóstico clínico o tras pruebas diagnósticas; estudios anteriores o posteriores a 1980), nivel de atención (ingresado vs ambulantorio: atención secundaria o terciaria) y duración del periodo de seguimiento (1 10 años). No se encontraron diferencias significativas al estratificar en base al primer criterio. Con el segundo criterio se encontraron diferencias significativas (p 10 a : 37,4% [IC 95%= 30,5 a 44,2], p < 0,001). Conclusión: un 29% de los niños con el diagnóstico de DAR mantienen episodios de dolor tras varios años de seguimiento. En ausencia de signos de alarma, la realización de pruebas diagnósticas no tiene influencia sobre el pronóstico de estos pacientes. Conflicto de intereses: no existe. Fuente de financiación: no consta. Comentario crítico Justificación: los criterios diagnósticos de DAR son en cierto grado inespecíficos y pueden incluir procesos de etiología orgánica. Los nuevos métodos diagnósticos han podido identificar alteraciones (esofagitis, gastritis por helicobacter pylori, déficit de lactasa o enfermedad celiaca) en un 30% de niños con diagnóstico previo de DAR, aunque no se ha establecido la relación causal de estas lesiones con el dolor abdominal1. Para poder precisar el papel que estas técnicas pueden tener en el DAR es necesario conocer previamente el pronóstico del mismo. Este fue el objeto de esta revisión. Validez o rigor científico: el primer problema con el que se encontraron los autores fue el carácter inespecífico de la definición de DAR, aspecto que se solventó parcialmente mediante la inclusión de diversas definiciones. La búsqueda bibliográfica se limitó a tres bases de datos y, aunque dos fueron las más comunes, es probable que quedasen fuera estudios significativos. Esta limitación se acentúa con el hecho de que no se mantuvo contacto con los autores de los artículos. La calidad de los estudios incluidos se midió adecuadamente, reflejando un nivel medio-bajo de los mismos. Las mayores deficiencias metodológicas se debieron a una definición poco clara de la cohorte de estudio en un 50% de los trabajos. Además, en sólo seis hacen referencia a los tratamientos seguidos por los pacientes, en ningún estudio hubo una cohorte de inicio sino que se fueron incorporando pacientes a lo largo del tiempo y sólo en cuatro se analizaron las características de los pacientes perdidos durante el seguimiento. Existieron grandes diferencias entre los estudios en el número de pacientes incluidos (22-356), que los autores compensaron dividiendo los resultados entre la raíz cuadrada del error estándar de cada estudio. El número de pérdidas total fue considerable, aunque al hacer el �análisis del mejor de los casos� se sigue detectando un porcentaje elevado de persistencia de dolor abdominal en el tiempo. Se realizó una estratificación de los datos que permitió una mejor interpretación de los resultados. Aun así, dado el déficit de información en algunos aspectos tales como la medicación administrada o referencias al diagnóstico de otras enfermedades durante el seguimiento, se sugiere cautela a la hora de extraer conclusiones. Sorprende el hallazgo de que el porcentaje de niños con persistencia del dolor fuese mayor cuanto más largo fue el periodo de seguimiento. Los autores no dan una explicación a este hecho y lo consideran como un dato en el que se debe profundizar. Existen otros aspectos del DAR que no se pudieron analizar en la revisión (como tratamiento, relación con las características iniciales del dolor o factores psicológicos) que podrían haber influido también en el pronóstico. Interés o pertinencia clínica: a pesar de las limitaciones de la revisión, los resultados nos pueden orientar sobre la evolución del dolor en estos niños. Otro aspecto a destacar es el escaso valor de otras pruebas diagnósticas en el DAR sin signos clínicos de patología orgánica, dato que coincide con estudios previos2. A su vez el diagnóstico de otras patologías (gastritis, esofagitis, estreñimiento, malabsorción de lactosa, enfermedad celiaca y anormalidades del tracto urinario) en niños con DAR sin signos clínicos de alarma no influyó sobre el pronóstico y, por tanto, estos procesos parecen no tener una relación causal con el mismo, como ya han descrito otros autores3,4. Todo ello sugiere que no merece la pena realizar un estudio más profundo en niños con DAR sin signos clínicos de alarma dado que estas pruebas, además de tener poco valor en la evolución del proceso, pueden crear más ansiedad en los padres. Estas afirmaciones difieren de las últimas indicaciones de los criterios de Roma III, que recomiendan la endoscopia en niño con DAR sin otro diagnóstico5. Aplicabilidad en la práctica clínica: en niños con DAR y sin signos que sugieran otra patología intestinal no está justificado realizar otras pruebas diagnósticas porque no van a modificar la evolución del dolor. Ante un niño con DAR podemos suponer que existe alrededor de un 30% de posibilidades de que el dolor se prolongue en el tiempo. Existen diversos factores que pueden influir en la persistencia del dolor que deben ser investigados

    La hipotermia no mejora la evolución del traumatismo craneoencefálico grave pediátrico

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    Objetivo: analizar si, en niños con traumatismo craneoencefálico grave (TCEg), el tratamiento con hipotermia corporal (HC) disminuye la incidencia de muerte (M) o daño neurológico (DN) a los seis meses del accidente. Diseño: ensayo clínico aleatorizado controlado, ciego y multicéntrico. Emplazamiento: diecisiete unidades de cuidados intensivos pediátricos (UCIPs) en hospitales de Canadá, Inglaterra y Francia. Población de estudio: criterios de inclusión: pacientes entre uno y 17 años con TCEg (definido como puntuación ? ocho en la Escala de Coma de Glasgow [ECG], presencia de lesión cerebral aguda en la tomografía computarizada (TC) y necesidad de ventilación mecánica). Se excluyeron pacientes evaluados después de las primeras ocho horas desde el traumatismo, en shock refractario, con sospecha de muerte encefálica, con lesión no traumática, con parada cardiaca prolongada en el escenario del trauma, discapacidad neurológica grave previa al TCEg, lesión por arma de fuego, hematoma epidural agudo único en la TC, lesión medular alta o embarazo. Intervención: los niños se asignaron, estratificados por centro y por edad (menores o mayores de siete años), de forma aleatoria (bloques balanceados de cuatro elementos) y con la secuencia de aleatorización oculta a dos grupos: grupo tratado con hipotermia (HT) en el que se inició el enfriamiento en las primeras ocho horas tras el trauma mediante mantas térmicas de superficie manteniendo una temperatura central de 32�5ºC durante 24 horas; posteriormente se inició un recalentamiento a una velocidad de 0�5ºC cada dos horas. El grupo control (normotermia) se manejó a una temperatura de 37ºC. El protocolo para enfriar, recalentar, manejar la presión intracraneal (PIC) y la presión de perfusión cerebral (PPC) se consensuó entre todos los centros participantes tras revisar la evidencia científica pertinente, y es superponible al que aconsejan las guías internacionales de práctica clínica (Brain Trauma Foundation). Medición del resultado: variable principal: proporción de niños con mal resultado neurológico a los seis meses, definido como muerte, discapacidad neurológica grave o estado vegetativo persistente. Un psicólogo (cegado para el grupo asignado) midió el resultado neurológico mediante una escala de seis categorías habitualmente usada en la UCIP (Score Pediatric Cerebral Performance Category) al mes, tres, seis y 12 meses mediante entrevista telefónica. Los análisis de la variable principal también se realizaron ajustando mediante técnicas de estadística multivariable. Variables secundarias: mortalidad, medidas hemodinámicas y neurofisiológicas, tiempo de estancia en UCIP, uso de co-intervenciones y frecuencia de aparición de efectos adversos (hipotensión, infecciones, arritmias y alteraciones hidroelectrolíticas). Se aceptó como nivel de significación el 5%, para un contraste bilateral (P [Error I] = 0�05). Resultados principales: se estudiaron 225 niños de los que 108 se asignaron al grupo HT y 117 al grupo control. No hubo diferencias significativas en las características clínicas ni demográficas previas a la intervención entre ambos grupos. El grupo HT alcanzó una temperatura (media ± desviación estándar) de 33�1 ± 1�2 ºC hacia las 3�9 ± 2�6 horas tras el inicio del enfriamiento (que se comenzó a las 6,3 ± 2,3 horas del traumatismo). El tiempo necesario para el recalentamiento, tras las 24 horas de hipotermia, fue de 18 ± 14�9 horas. Durante el seguimiento se perdieron 20 niños (9% del total), seis (6%) en el grupo HT y 14 (12%) en el grupo control. Todos los análisis se hicieron por intención de tratar, y además se hizo un análisis de sensibilidad entre dos escenarios extremos: peor caso a favor del control y peor caso a favor del grupo HT. En el escenario favorable al control se encontró una peor evolución de los pacientes sometidos a hipotermia (p = 0�001). No se constató menor incidencia de mal resultado neurológico a los seis meses (riesgo relativo [RR] de mal resultado neurológico con hipotermia: 1�41; intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 0�89 a 2�22; p = 0�14). En el análisis de las variables secundarias se demostró que la hipotermia producía un menor requerimiento de suero salino hipertónico (p<0,02) y una menor frecuencia cardiaca en las primeras 24h del inicio de la intervención, mayor necesidad de drogas vasoactivas (p<0,001), menor presión de perfusión cerebral (PPC) (p<0,001), menor tensión arterial media (TAm) (p<0,001) y más episodios de hipotensión entre las 25-72h del inicio de la intervención. La mortalidad ajustada (Cox) fue mayor en el grupo de hipotermia (Hazard Ratio: 2,36; IC 95%: 1�04 a 5�37; p= 0�04). En el análisis ajustado de subgrupos, la hipotermia produjo peor resultado neurológico en los niños mayores de siete años (p = 0�06) y en los pacientes cuya PIC había sido siempre inferior a 20 mmHg (p = 0�03). Conclusión: en niños con TCEg, la hipotermia (Tª 33ºC), iniciada en las primeras ocho h tras el traumatismo y mantenida durante 24 h, no mejora la evolución neurológica. Existen datos que sugieren que incluso podría ser perjudicial, además de dificultar el manejo intensivo de estos pacientes, sobre todo en la fase de recalentamiento (24-72 horas). Conflicto de intereses: declarado, pero irrelevante. Fuente de financiación: becas de diversas instituciones sanitarrias oficiales de Quebec (Canadá) y París (Francia)

    En neonatos ventilados mecánicamente, la aspiración traqueal cerrada, comparada con la abierta, no ha demostrado ser más eficaz y segura

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    Conclusiones de los autores del estudio: en niños ventilados mecánicamente (en ventilación mandatoria sincronizada intermitente [SIMV] y ventilación de alta frecuencia oscilatoria [VAFO]), la aspiración endotraqueal abierta y la cerrada provocan disminuciones transitorias similares en los volúmenes pulmonares, la frecuencia cardiaca y la saturación de oxígeno. La aspiración cerrada sólo parece aventajar a la abierta en que el tiempo de recuperación del volumen pulmonar es ligeramente inferior pero sólo en aquellos pacientes en SIMV (no en VAFO). Comentario de los revisores: los neonatos más enfermos se excluyeron del estudio, lo que limita la aplicabilidad en la clínica de los resultados. Son necesarios nuevos estudios mejor diseñados que arrojen luz sobre este tem
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