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    Influencia de la edición de los valores de presión arterial (PA) en la interpretación de la monitorización ambulatoria de la PA (MAPA)

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    En este trabajo se recogieron 115 MAPAs realizados a pacientes hipertensos, y se investigó la influencia que la edición de los valores de PA en el periodo que rodea al inicio del sueño y la vigilia podía tener en la interpretación de la prueba. Se observó que el porcentaje de pacientes con PA controlada con o sin la edición de valores fue similar. Sin embargo, la edición de la MAPA condicionó cambios en la clasificación del perfil circadiano, observándose una disminución de perfiles reductores, reclasificados hacia perfiles menos fisiológicos como no-reductor y reductor extremo, ambos asociados a un peor pronóstico cardiovascular.En aquest treball es van recollir 115 MAPAs realitzats a pacients hipertensos, i es va investigar la influencia que la edició dels valors de PA en el període que envolta l'inici de la son i la vigília podia tenir en la interpretació de la prova. Es va observar que el percentatge de pacients amb PA controlada amb o sense la edició dels valors va ser similar. Però, la edició de la MAPA va condicionar canvis en la classificació del perfil circadiari, observant-se una disminució de perfils reductors, reclassificats cap a perfils menys fisiològics com no-reductor o reductor extrem, ambdós associats a un pitjor pronòstic cardiovascular

    Influencia de la edición de los valores de presión arterial (PA) en la interpretación de la monitorización ambulatoria de la PA (MAPA)

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    En este trabajo se recogieron 115 MAPAs realizados a pacientes hipertensos, y se investigó la influencia que la edición de los valores de PA en el periodo que rodea al inicio del sueño y la vigilia podía tener en la interpretación de la prueba. Se observó que el porcentaje de pacientes con PA controlada con o sin la edición de valores fue similar. Sin embargo, la edición de la MAPA condicionó cambios en la clasificación del perfil circadiano, observándose una disminución de perfiles reductores, reclasificados hacia perfiles menos fisiológicos como no-reductor y reductor extremo, ambos asociados a un peor pronóstico cardiovascular.En aquest treball es van recollir 115 MAPAs realitzats a pacients hipertensos, i es va investigar la influencia que la edició dels valors de PA en el període que envolta l’inici de la son i la vigília podia tenir en la interpretació de la prova. Es va observar que el percentatge de pacients amb PA controlada amb o sense la edició dels valors va ser similar. Però, la edició de la MAPA va condicionar canvis en la classificació del perfil circadiari, observant-se una disminució de perfils reductors, reclassificats cap a perfils menys fisiològics com no-reductor o reductor extrem, ambdós associats a un pitjor pronòstic cardiovascular

    Influencia de la edición de los valores de presión arterial (PA) en la interpretación de la monitorización ambulatoria de la PA (MAPA)

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    En este trabajo se recogieron 115 MAPAs realizados a pacientes hipertensos, y se investigó la influencia que la edición de los valores de PA en el periodo que rodea al inicio del sueño y la vigilia podía tener en la interpretación de la prueba. Se observó que el porcentaje de pacientes con PA controlada con o sin la edición de valores fue similar. Sin embargo, la edición de la MAPA condicionó cambios en la clasificación del perfil circadiano, observándose una disminución de perfiles reductores, reclasificados hacia perfiles menos fisiológicos como no-reductor y reductor extremo, ambos asociados a un peor pronóstico cardiovascular.En aquest treball es van recollir 115 MAPAs realitzats a pacients hipertensos, i es va investigar la influencia que la edició dels valors de PA en el període que envolta l'inici de la son i la vigília podia tenir en la interpretació de la prova. Es va observar que el percentatge de pacients amb PA controlada amb o sense la edició dels valors va ser similar. Però, la edició de la MAPA va condicionar canvis en la classificació del perfil circadiari, observant-se una disminució de perfils reductors, reclassificats cap a perfils menys fisiològics com no-reductor o reductor extrem, ambdós associats a un pitjor pronòstic cardiovascular

    Osteoporosis, densidad mineral ósea y complejo CKD-MBD (I): consideraciones diagnósticas

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    Resumen: Osteoporosis (OP) y enfermedad renal crónica (ERC) influyen de manera independiente en la salud ósea y cardiovascular. Un número significativo de pacientes con ERC, especialmente desde estadios 3a a 5D, presentan una disminución significativa de la densidad mineral ósea condicionando un alto riesgo de fractura y un incremento importante de la morbimortalidad asociada. Independientemente de la OP clásica asociada a edad y/o sexo, las propiedades mecánicas del hueso se encuentran afectadas adicionalmente por factores intrínsecos a la ERC («OP urémica»). En la primera parte de esta revisión, analizaremos conceptos generales sobre densidad mineral ósea, OP y fracturas, en gran parte infravalorados hasta ahora por los nefrólogos debido a la falta de evidencias y a las dificultades diagnósticas en el contexto de la ERC. Actualmente se ha demostrado que una densidad mineral ósea disminuida es realmente predictiva del riesgo de fracturas en pacientes con ERC, aunque no permite distinguir entre las causas que la originan (hiperparatiroidismo, enfermedad adinámica del hueso y/o osteoporosis senil, etc.). Por ello, en la segunda parte analizaremos las implicaciones terapéuticas en distintos estadios de la ERC. En cualquier caso, la valoración individualizada de los factores mayores y menores del riesgo de fractura, la cuantificación de dicho riesgo (i.e. con el uso de herramientas como el FRAX®) y las indicaciones potenciales de densitometría en pacientes con ERC podrían constituir un primer paso importante en espera de nuevas guías clínicas basadas en estudios aleatorizados que no excluyan a pacientes con ERC, evitando mientras tanto nihilismo terapéutico en un área de creciente importancia. Abstract: Osteoporosis (OP) and chronic kidney disease (CKD) independently influence bone and cardiovascular health. A considerable number of patients with CKD, especially those with stages 3a to 5D, have a significantly reduced bone mineral density leading to a high risk of fracture and a significant increase in associated morbidity and mortality. Independently of classic OP related to age and/or gender, the mechanical properties of bone are also affected by inherent risk factors for CKD (“uraemic OP”). In the first part of this review, we will analyse the general concepts regarding bone mineral density, OP and fractures, which have been largely undervalued until now by nephrologists due to the lack of evidence and diagnostic difficulties in the context of CKD. It has now been proven that a reduced bone mineral density is highly predictive of fracture risk in CKD patients, although it does not allow a distinction to be made between the causes which generate it (hyperparathyroidism, adynamic bone disease and/or senile osteoporosis, etc.). Therefore, in the second part, we will analyse the therapeutic indications in different CKD stages. In any case, the individual assessment of factors which represent a higher or lower risk of fracture, the quantification of this risk (i.e. using tools such as FRAX®) and the potential indications for densitometry in patients with CKD could represent an important first step pending new clinical guidelines based on randomised studies which do not exclude CKD patients, all the while avoiding therapeutic nihilism in an area of growing importance. Palabras clave: Osteoporosis, CKD-MBD, Densidad mineral ósea, Fracturas, FRAX, Enfermedad renal crónica, DEXA, Keywords: Osteoporosis, CKD-MBD, Bone mineral density, Fractures, FRAX, Chronic kidney disease, DEX

    Osteoporosis, bone mineral density and CKD–MBD complex (I): Diagnostic considerations

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    Osteoporosis (OP) and chronic kidney disease (CKD) independently influence bone and cardiovascular health. A considerable number of patients with CKD, especially those with stages 3a to 5D, have a significantly reduced bone mineral density leading to a high risk of fracture and a significant increase in associated morbidity and mortality. Independently of classic OP related to age and/or gender, the mechanical properties of bone are also affected by inherent risk factors for CKD (“uraemic OP”). In the first part of this review, we will analyse the general concepts regarding bone mineral density, OP and fractures, which have been largely undervalued until now by nephrologists due to the lack of evidence and diagnostic difficulties in the context of CKD. It has now been proven that a reduced bone mineral density is highly predictive of fracture risk in CKD patients, although it does not allow a distinction to be made between the causes which generate it (hyperparathyroidism, adynamic bone disease and/or senile osteoporosis, etc.). Therefore, in the second part, we will analyse the therapeutic indications in different CKD stages. In any case, the individual assessment of factors which represent a higher or lower risk of fracture, the quantification of this risk (i.e. using tools such as FRAX®) and the potential indications for densitometry in patients with CKD could represent an important first step pending new clinical guidelines based on randomised studies which do not exclude CKD patients, all the while avoiding therapeutic nihilism in an area of growing importance. Resumen: Osteoporosis (OP) y enfermedad renal crónica (ERC) influyen de manera independiente en la salud ósea y cardiovascular. Un número significativo de pacientes con ERC, especialmente desde estadios 3a a 5D, presentan una disminución significativa de la densidad mineral ósea condicionando un alto riesgo de fractura y un incremento importante de la morbimortalidad asociada. Independientemente de la OP clásica asociada a edad y/o sexo, las propiedades mecánicas del hueso se encuentran afectadas adicionalmente por factores intrínsecos a la ERC («OP urémica»). En la primera parte de esta revisión, analizaremos conceptos generales sobre densidad mineral ósea, OP y fracturas, en gran parte infravalorados hasta ahora por los nefrólogos debido a la falta de evidencias y a las dificultades diagnósticas en el contexto de la ERC. Actualmente se ha demostrado que una densidad mineral ósea disminuida es realmente predictiva del riesgo de fracturas en pacientes con ERC, aunque no permite distinguir entre las causas que la originan (hiperparatiroidismo, enfermedad adinámica del hueso y/o osteoporosis senil, etc.). Por ello, en la segunda parte analizaremos las implicaciones terapéuticas en distintos estadios de la ERC. En cualquier caso, la valoración individualizada de los factores mayores y menores del riesgo de fractura, la cuantificación de dicho riesgo (i.e. con el uso de herramientas como el FRAX®) y las indicaciones potenciales de densitometría en pacientes con ERC podrían constituir un primer paso importante en espera de nuevas guías clínicas basadas en estudios aleatorizados que no excluyan a pacientes con ERC, evitando mientras tanto nihilismo terapéutico en un área de creciente importancia. Keywords: Osteoporosis, CKD–MBD, Bone mineral density, Fractures, FRAX, Chronic kidney disease, DEXA, Palabras clave: Osteoporosis, CKD-MBD, Densidad mineral ósea, Fracturas, FRAX, Enfermedad renal crónica, DEX

    Osteoporosis, densidad mineral ósea y complejo CKD-MBD (II): implicaciones terapéuticas

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    Resumen: La osteoporosis (OP) y la enfermedad renal crónica (ERC) influyen independientemente en la salud ósea. Numerosos pacientes con ERC presentan una disminución de densidad mineral ósea (DMO), un elevado riesgo de fracturas por fragilidad ósea y un incremento de su morbimortalidad. Con el envejecimiento de la población estos hechos no son dependientes solo de la «osteodistrofia renal» sino también de la OP asociada. Dado que la DMO tiene capacidad predictiva en pacientes con ERC (parte I), ahora analizaremos las implicaciones terapéuticas derivadas. Análisis post hoc de estudios aleatorizados han mostrado que fármacos como alendronato, risedronato, raloxifeno, teriparatida o denosumab tienen una eficacia comparable a la población general en pacientes con una disminución leve-moderada del filtrado glomerular (especialmente ERC-3). Estos estudios tienen limitaciones, pues incluyen mayoritariamente mujeres «sanas», sin diagnóstico conocido de ERC y habitualmente con parámetros normales de laboratorio; sin embargo, también existen datos positivos preliminares en estadios más avanzados (ERC-4) y más limitados en ERC-5D. Por todo ello, al menos en ausencia de alteraciones significativas del metabolismo mineral (i.e., hiperparatiroidismo severo), el beneficio potencial de dichos fármacos debería ser considerado en pacientes que presenten un riesgo de fractura elevado o muy elevado. Es novedad importante que las nuevas guías no condicionan su uso a la práctica de una biopsia ósea previa y que el beneficio/riesgo de estos fármacos podría estar justificado. Sin embargo, debemos considerar que la mayoría de estudios no son consistentes y tienen un bajo grado de evidencia, por lo que la indicación farmacológica (riesgo/beneficio) debe ser individualizada y prudente. Abstract: Osteoporosis (OP) and chronic kidney disease (CKD) both independently affect bone health. A significant number of patients with CKD have decreased bone mineral density (BMD), are at high risk of fragility fractures and have an increased morbidity and mortality risk. With an ageing population, these observations are not only dependent on “renal osteodystrophy” but also on the associated OP. As BMD predicts incident fractures in CKD patients (part I), we now aim to analyse the potential therapeutic consequences. Post-hoc analyses of randomised studies have shown that the efficacy of drugs such as alendronate, risedronate, raloxifene, teriparatide and denosumab is similar to that of the general population in patients with a mild/moderate decline in their glomerular filtration rate (especially CKD-3). These studies have some flaws however, as they included mostly “healthy” women with no known diagnosis of CKD and generally with normal lab test results. Nevertheless, there are also some positive preliminary data in more advanced stages (CKD-4), even though in CKD-5D they are more limited. Therefore, at least in the absence of significant mineral metabolism disorders (i.e. severe hyperparathyroidism), the potential benefit of these drugs should be considered in patients with a high or very high fracture risk. It is an important change that the new guidelines do not make it a requirement to first perform a bone biopsy and that the risk/benefit ratio of these drugs may be justified. However, we must also be aware that most studies are not consistent and the level of evidence is low. Consequently, any pharmacological intervention (risk/benefit) should be prudent and individualised. Palabras clave: Osteoporosis, CKD-MBD, Densidad mineral ósea, Fracturas, ERC, DEXA, Bisfosfonatos, Denosumab, Romosozumab, Keywords: Osteoporosis, CKD-MBD, Bone mineral density, Fractures, CKD, DEXA, Bisphosphonates, Denosumab, Romosozuma
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