69 research outputs found

    Guerra y clínica del trauma

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    La guerra ha sido el principal laboratorio de la clínica del trauma. Freud y Lacan se han dejado enseñar por ella. Confinada la patología traumática inicialmente a los hospitales militares, las primeras descripciones científicas se remontan a las enseñanzas que dejo la guerra civil norteamericana. Las sucesivas guerras introdujeron una mayor información de fenómenos, lo que definió el rol del psiquiatra militar. La clase médica encuentra en la Primera Guerra Mundial, principios clínicos y teóricos que explican el origen psicógeno de los trastornos en el psicoanálisis. En el quinto congreso de la Asociación Internacional de Psicoanálisis, realizado en septiembre de 1918, en Budapest, la guerra que lleva ya más de 4 años centra el interés de los debates, y el psicoanálisis adquiere un lugar en las disciplinas médicas de la época. Así, para la Primera Guerra Mundial, la neurosis de guerra se encontraba diferenciada de la histeria y de las neurosis traumáticas de los periodos de paz. Un núcleo constante de sueños repetitivos reproduce la escena traumática. En “De guerra y de muerte. Temas de actualidad”, Freud constata que los hombres tienden a matarse por un goce oscuro. Si bien en “¿Por qué la guerra? (Einstein y Freud 1932)” Freud afirma que “todo lo que promueve el desarrollo de la cultura, trabaja contra la guerra”, rápidamente atisba como la civilización no alcanza para frenar la guerra. En 1920, en su artículo “Más allá del principio del placer”, Freud introduce la pulsión de muerte, cambio que si bien no se lo puede exclusivamente atribuir a la guerra, obedece a: ¿por qué recordar de forma compulsiva, con pesadillas repetidas, una situación harto desagradable? Lacan en su artículo del año 1947, “la psiquiatría inglesa y la guerra” hace un desarrollo, en el cual se puede entender lo que posteriormente formalizó en un análisis de discurso y en relación a lo real del goce. Opone dos versiones frente a la Segunda Guerra Mundial: la francesa y la inglesa. A la primera versión, le adjudica el “modo de irrealidad”, comparándolo con la neurosis, en un “no quiero saber nada”; incluso, en una colaboración activa con el delirio paranoico, sobre el que se apoyó el nazismo, los datos de la historia no dejan de confirmar algo diferente. Mientras que a los ingleses, a los cuales va a observar en el marco del presente artículo, en particular al trabajo de los psiquiatras y psicoanalistas que trabajaron junto a los combatientes, les reserva “una relación con lo real mas verídica”, propio de la ideología utilitarista. Esto implica, no adaptarse, sino, hacer ahí con, es un modo de uso, de hacer algo con eso. El modo en que los neuróticos (versión francesa) se defienden de la angustia, señala Lacan, es un destino que se transmite a través de las generaciones. El síndrome del superviviente reservado inicialmente a los que se salvaron de los campos de concentración y de las bombas largadas sobre Hiroshima y Nagasaki, se ha extendido en la segunda y hasta tercera generación de sobrevivientes. La guerra implica siempre al cuerpo y a la destrucción del organismo humano. No hay guerra sin la puesta en juego de los cuerpos. Se pensó, que al poner los cuerpos más alejados del campo de batalla, no habría efectos subjetivos, se evitaría el encuentro entre el sujeto y su horror íntimo. Vana ilusión, por lo que se ha comprobado, en relación a los pilotos que manejan los drones. No hay guerra sin discurso, cuando el significante amo no comanda el discurso, las guerras vienen a organizar el “comercio interhumano”. El trauma es específico, diferente para cada sujeto, aunque se comparta un hecho traumático colectivo y común.War has been the main laboratory of trauma’s clinic. Freud and Lacan have learned from it. After the traumatic pathology was confined to military hospitals, the first scientific descriptions date back to the teachings left by the American civil war. The subsequent wars introduced more information about phenomena, which defined the role of the military psychiatrist. The medical class finds, during World War One, clinical and theoretical principles which explain the psychogenic origin of disorders in psychoanalysis. During the fifth congress of the International Psychoanalysis Association, which took place on September of 1918, in Budapest, the already 4-year-old war catches the interest of the ongoing debates, and psychoanalysis earns a spot among the medical disciplines of the era. In this way, by the First Wold War, war neurosis was differentiated from hysteria and traumatic neurosis from the periods of peace. A steady core of repetitive dreams replays the traumatic scene. In “Thoughts for the Times of War and Death”, Freud notes that men tend to kill each other driven by a dark joy. Even though in “Why War (Einstein and Freud 1932)” Freud claims that "everything that promotes the development of culture, works against the war", he quickly brings forward the fact that civilization is not enough to stop the war. In 1920, in his article “Beyond the Pleasure Principle”, Freud introduces the death drive; a change that cannot only be attributed to the war, but that responds to the following principle: why remembering compulsively, with repeated nightmares, an unpleasant situation? Lacan, in his article from 1974, “British Psychiatry and the War” makes a development in which is possible to infer what later formalized into an analysis of discourse and regarding the real aspect of joy. He contrasts two versions facing the Second World War: the French and the English. To the first version, he awards the “mode of unreality”, comparing it with neurosis, in an “I don't want to know anything”. In addition, history data, in an active collaboration with paranoid deliriums, in which Nazism was sustained, keeps confirming something different. Whilst to the English, whom he will see in the framework of the present article (with special attention to the work of psychiatrists and psychoanalysts who worked along with the soldiers), he reserves a “truer relationship with Reality”, typical of utilitarian ideology. This entails not adapting, but doing something along, in a mode of use, doing something with that. The way in which the neurotic (French version) defend themselves from anguish, according to Lacan, is a fate that is passed down from generation to generation. The Survivor's Syndrome, originally reserved for survivors from concentration camps and the bombs dropped on Hiroshima and Nagasaki, has spread through the second and even the third generation of survivors. War always involves the body and the destruction of the human organism. There is no war without bodies at stake. It was believed that, by putting those bodies which were farther away in the battlefield, there would be no subjective effects, and that the encounter between the subject and its intimate horror would be avoided. Vain illusion, since it has been proven otherwise when it comes to pilots who operate the drones. There is no war without discourse. When the Master-Signifier does not command the discourse, wars come to organize the “inter-human” trade. The trauma is specific and different for each subject, although a common and collective traumatic event is shared.Mesas temáticas autoconvocadas: Intensión y extensión en clínica psicoanalíticaFacultad de Psicologí

    What itard does not allow himself to learn from his savage boy

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    El caso del Salvaje de Aveyron bautizado Víctor resulta crucial para la ciencia del Iluminismo tardío. En la época se debate la esencia del ser humano y el papel de la sociedad en el proceso de humanización. Para Pinel el Salvaje de Aveyron padece de idiotismo incurable. Las memorias de Itard exponen el esfuerzo del médico-pedagogo para el desarrollo de las facultades del niño. La historia de un doctrinario que busca ilustrar con Víctor la estatua animada de Condillac.The case of the Savageboy of Aveyron baptized as Victor is crucial for the science of Late Enlightenment. At the time the essence of the human being and the role of society in the process of humanization are discussed. For Pinel the Savage boy of Aveyron suffers from incurable idiotism. The memories of Itard expose the effort of the doctorpedagogue for the development of the faculties of the boy. The story of a doctrinaire who seeks to illustrate with Victor the animated statue of Condillac.Dossier: Figuras de lo ineducable en tiempos del furor pedagógico.Hospital Interzonal General de Agudos "Prof. Dr. R. Rossi

    Clínica psicoanalítica: ¿qué cuerpo?

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    ¿Cuál es el cuerpo que el psicoanálisis tiene que conocer? No se trata del cuerpo humano escaneado del cerebro que las neurociencias plantean, ni el que aporta el genoma humano, ni el de la idealización que las reglas del mercado imponen. El psicoanálisis opera con la palabra, estas afectan de un modo u otro al cuerpo. Por lo tanto, este ocupa un lugar privilegiado en psicoanálisis; desde las perturbaciones de sus funciones en el inicio de la clínica freudiana, hasta la definición del sinthome en la última enseñanza de Lacan. En el comienzo de su enseñanza, Lacan en su jardín a la francesa, plantea el Estadio del espejo, en el cual la fijación a la imagen no se relaciona a la cualidades estéticas de la misma, articulación de lo imaginario incipiente del cuerpo y esa presencia del Otro que con sus palabras definen al niño. Es en el júbilo presente delante del espejo donde leemos la inyección de satisfacción en el cuerpo del infante. Los desórdenes de la especularidad constituyen una constante en la clínica de la psicosis en sus presentaciones más clásicas.Mesas temáticas autoconvocadas: Las identificaciones y el cuerpo en la época de las imágenes y el mundo virtualFacultad de Psicologí

    Adicción y toxicomanía ¿una cuestión de términos?

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    El presente trabajo diferencia adicción de toxicomanía a partir del objeto droga. El surgimiento de la toxicomanía, a fines del siglo XIX, se correlaciona con el cruce del discurso de la ciencia y el capitalismo. Para el siglo XX, el fenómeno toxicómano se caracteriza por la dependencia de una sustancia. Hoy los objetos se multiplican, surgen nuevas adicciones a numerosos y diversos objetos de consumo; todo objeto se puede tomar adictivo en esta época caracterizada por el ascenso al cenit del objeto a (Lacan, 2012: 436).La novedad en la clínica contemporánea viene dada por la escalada fenomenal de la sustancia tóxica convertida en mercancía (Laurent, 2014). Mientras tanto, en nuestro medio las designaciones siguen aún poco claras: adicciones, consumos, toxicomanías. No obstante, podemos señalar que prevalece el término “adicción” sobre el de “toxicomanía” .Tanto las adicciones como los consumos se definen en la relación entre el sujeto y el objeto de satisfacción; la cuestión es cómo se interpreta tal relación.La referencia química/organismo enmascara la relación subjetiva con el consumo de sustancias; el efecto de la droga siempre es singular. El consumo de tóxicos pone en juego al cuerpo a veces hasta su extinción. La clínica nos enseña acerca de los efectos que el consumo produce sobre el cuerpo: excitación, euforia, relajamiento, lo que nos lleva a pensar que a tal sustancia le corresponde tal respuesta en el organismo y, como consecuencia, un determinado efecto. Si bien no hay ninguna relación directa entre psiquismo y cuerpo, esto no nos exime de una distinción posible entre los términos “adicción” y “toxicomanía”. En el caso del vocablo “addicciones”, de amplio uso y concerniente a patologías del acto, se trata de un culto al consumo desregulado, objetos que ingresan aparejados a la exigencia de repetición. Sin embargo, no nos olvidemos de que hay un real en juego en la toxicomanía, que se establece con la sustancia (López-Ibor Aliño, 1992), real que lleva a la muerte. Los casos de urgencia, con sus cuadros de intoxicación y de abstinencia nos hablan de un cuerpo en tanto desecho, abandonado, así como de un cuerpo que requiere ser cuidado, para que alguna dimensión de la palabra pueda surgir. Aquí se trata de la fijeza, ya no de la repetición.Facultad de Psicologí

    Guerra y clínica del trauma

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    La guerra ha sido el principal laboratorio de la clínica del trauma. Freud y Lacan se han dejado enseñar por ella. Confinada la patología traumática inicialmente a los hospitales militares, las primeras descripciones científicas se remontan a las enseñanzas que dejo la guerra civil norteamericana. Las sucesivas guerras introdujeron una mayor información de fenómenos, lo que definió el rol del psiquiatra militar. La clase médica encuentra en la Primera Guerra Mundial, principios clínicos y teóricos que explican el origen psicógeno de los trastornos en el psicoanálisis. En el quinto congreso de la Asociación Internacional de Psicoanálisis, realizado en septiembre de 1918, en Budapest, la guerra que lleva ya más de 4 años centra el interés de los debates, y el psicoanálisis adquiere un lugar en las disciplinas médicas de la época. Así, para la Primera Guerra Mundial, la neurosis de guerra se encontraba diferenciada de la histeria y de las neurosis traumáticas de los periodos de paz. Un núcleo constante de sueños repetitivos reproduce la escena traumática. En “De guerra y de muerte. Temas de actualidad”, Freud constata que los hombres tienden a matarse por un goce oscuro. Si bien en “¿Por qué la guerra? (Einstein y Freud 1932)” Freud afirma que “todo lo que promueve el desarrollo de la cultura, trabaja contra la guerra”, rápidamente atisba como la civilización no alcanza para frenar la guerra. En 1920, en su artículo “Más allá del principio del placer”, Freud introduce la pulsión de muerte, cambio que si bien no se lo puede exclusivamente atribuir a la guerra, obedece a: ¿por qué recordar de forma compulsiva, con pesadillas repetidas, una situación harto desagradable? Lacan en su artículo del año 1947, “la psiquiatría inglesa y la guerra” hace un desarrollo, en el cual se puede entender lo que posteriormente formalizó en un análisis de discurso y en relación a lo real del goce. Opone dos versiones frente a la Segunda Guerra Mundial: la francesa y la inglesa. A la primera versión, le adjudica el “modo de irrealidad”, comparándolo con la neurosis, en un “no quiero saber nada”; incluso, en una colaboración activa con el delirio paranoico, sobre el que se apoyó el nazismo, los datos de la historia no dejan de confirmar algo diferente. Mientras que a los ingleses, a los cuales va a observar en el marco del presente artículo, en particular al trabajo de los psiquiatras y psicoanalistas que trabajaron junto a los combatientes, les reserva “una relación con lo real mas verídica”, propio de la ideología utilitarista. Esto implica, no adaptarse, sino, hacer ahí con, es un modo de uso, de hacer algo con eso. El modo en que los neuróticos (versión francesa) se defienden de la angustia, señala Lacan, es un destino que se transmite a través de las generaciones. El síndrome del superviviente reservado inicialmente a los que se salvaron de los campos de concentración y de las bombas largadas sobre Hiroshima y Nagasaki, se ha extendido en la segunda y hasta tercera generación de sobrevivientes. La guerra implica siempre al cuerpo y a la destrucción del organismo humano. No hay guerra sin la puesta en juego de los cuerpos. Se pensó, que al poner los cuerpos más alejados del campo de batalla, no habría efectos subjetivos, se evitaría el encuentro entre el sujeto y su horror íntimo. Vana ilusión, por lo que se ha comprobado, en relación a los pilotos que manejan los drones. No hay guerra sin discurso, cuando el significante amo no comanda el discurso, las guerras vienen a organizar el “comercio interhumano”. El trauma es específico, diferente para cada sujeto, aunque se comparta un hecho traumático colectivo y común.War has been the main laboratory of trauma’s clinic. Freud and Lacan have learned from it. After the traumatic pathology was confined to military hospitals, the first scientific descriptions date back to the teachings left by the American civil war. The subsequent wars introduced more information about phenomena, which defined the role of the military psychiatrist. The medical class finds, during World War One, clinical and theoretical principles which explain the psychogenic origin of disorders in psychoanalysis. During the fifth congress of the International Psychoanalysis Association, which took place on September of 1918, in Budapest, the already 4-year-old war catches the interest of the ongoing debates, and psychoanalysis earns a spot among the medical disciplines of the era. In this way, by the First Wold War, war neurosis was differentiated from hysteria and traumatic neurosis from the periods of peace. A steady core of repetitive dreams replays the traumatic scene. In “Thoughts for the Times of War and Death”, Freud notes that men tend to kill each other driven by a dark joy. Even though in “Why War (Einstein and Freud 1932)” Freud claims that "everything that promotes the development of culture, works against the war", he quickly brings forward the fact that civilization is not enough to stop the war. In 1920, in his article “Beyond the Pleasure Principle”, Freud introduces the death drive; a change that cannot only be attributed to the war, but that responds to the following principle: why remembering compulsively, with repeated nightmares, an unpleasant situation? Lacan, in his article from 1974, “British Psychiatry and the War” makes a development in which is possible to infer what later formalized into an analysis of discourse and regarding the real aspect of joy. He contrasts two versions facing the Second World War: the French and the English. To the first version, he awards the “mode of unreality”, comparing it with neurosis, in an “I don't want to know anything”. In addition, history data, in an active collaboration with paranoid deliriums, in which Nazism was sustained, keeps confirming something different. Whilst to the English, whom he will see in the framework of the present article (with special attention to the work of psychiatrists and psychoanalysts who worked along with the soldiers), he reserves a “truer relationship with Reality”, typical of utilitarian ideology. This entails not adapting, but doing something along, in a mode of use, doing something with that. The way in which the neurotic (French version) defend themselves from anguish, according to Lacan, is a fate that is passed down from generation to generation. The Survivor's Syndrome, originally reserved for survivors from concentration camps and the bombs dropped on Hiroshima and Nagasaki, has spread through the second and even the third generation of survivors. War always involves the body and the destruction of the human organism. There is no war without bodies at stake. It was believed that, by putting those bodies which were farther away in the battlefield, there would be no subjective effects, and that the encounter between the subject and its intimate horror would be avoided. Vain illusion, since it has been proven otherwise when it comes to pilots who operate the drones. There is no war without discourse. When the Master-Signifier does not command the discourse, wars come to organize the “inter-human” trade. The trauma is specific and different for each subject, although a common and collective traumatic event is shared.Mesas temáticas autoconvocadas: Intensión y extensión en clínica psicoanalíticaFacultad de Psicologí

    What itard does not allow himself to learn from his savage boy

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    El caso del Salvaje de Aveyron bautizado Víctor resulta crucial para la ciencia del Iluminismo tardío. En la época se debate la esencia del ser humano y el papel de la sociedad en el proceso de humanización. Para Pinel el Salvaje de Aveyron padece de idiotismo incurable. Las memorias de Itard exponen el esfuerzo del médico-pedagogo para el desarrollo de las facultades del niño. La historia de un doctrinario que busca ilustrar con Víctor la estatua animada de Condillac.The case of the Savageboy of Aveyron baptized as Victor is crucial for the science of Late Enlightenment. At the time the essence of the human being and the role of society in the process of humanization are discussed. For Pinel the Savage boy of Aveyron suffers from incurable idiotism. The memories of Itard expose the effort of the doctorpedagogue for the development of the faculties of the boy. The story of a doctrinaire who seeks to illustrate with Victor the animated statue of Condillac.Dossier: Figuras de lo ineducable en tiempos del furor pedagógico.Hospital Interzonal General de Agudos "Prof. Dr. R. Rossi

    Clínica psicoanalítica: ¿qué cuerpo?

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    ¿Cuál es el cuerpo que el psicoanálisis tiene que conocer? No se trata del cuerpo humano escaneado del cerebro que las neurociencias plantean, ni el que aporta el genoma humano, ni el de la idealización que las reglas del mercado imponen. El psicoanálisis opera con la palabra, estas afectan de un modo u otro al cuerpo. Por lo tanto, este ocupa un lugar privilegiado en psicoanálisis; desde las perturbaciones de sus funciones en el inicio de la clínica freudiana, hasta la definición del sinthome en la última enseñanza de Lacan. En el comienzo de su enseñanza, Lacan en su jardín a la francesa, plantea el Estadio del espejo, en el cual la fijación a la imagen no se relaciona a la cualidades estéticas de la misma, articulación de lo imaginario incipiente del cuerpo y esa presencia del Otro que con sus palabras definen al niño. Es en el júbilo presente delante del espejo donde leemos la inyección de satisfacción en el cuerpo del infante. Los desórdenes de la especularidad constituyen una constante en la clínica de la psicosis en sus presentaciones más clásicas.Mesas temáticas autoconvocadas: Las identificaciones y el cuerpo en la época de las imágenes y el mundo virtualFacultad de Psicologí

    Interpretation and the social bond: introduction to the dossier

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    La Prof. Stella M. López, coordinadora del dossier “Interpretación y lazo social”, presenta los contenidos del mismo.Prof. Stella M. López, coordenadora do dossiê "Interpretação e o vínculo social", apresenta seu conteúdo.Prof. Stella M. López, coordinator of the dossier "Interpretation and the social bond", presents its contents.Facultad de Psicologí

    Guerra y clínica del trauma

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    La guerra ha sido el principal laboratorio de la clínica del trauma. Freud y Lacan se han dejado enseñar por ella. Confinada la patología traumática inicialmente a los hospitales militares, las primeras descripciones científicas se remontan a las enseñanzas que dejo la guerra civil norteamericana. Las sucesivas guerras introdujeron una mayor información de fenómenos, lo que definió el rol del psiquiatra militar. La clase médica encuentra en la Primera Guerra Mundial, principios clínicos y teóricos que explican el origen psicógeno de los trastornos en el psicoanálisis. En el quinto congreso de la Asociación Internacional de Psicoanálisis, realizado en septiembre de 1918, en Budapest, la guerra que lleva ya más de 4 años centra el interés de los debates, y el psicoanálisis adquiere un lugar en las disciplinas médicas de la época. Así, para la Primera Guerra Mundial, la neurosis de guerra se encontraba diferenciada de la histeria y de las neurosis traumáticas de los periodos de paz. Un núcleo constante de sueños repetitivos reproduce la escena traumática. En “De guerra y de muerte. Temas de actualidad”, Freud constata que los hombres tienden a matarse por un goce oscuro. Si bien en “¿Por qué la guerra? (Einstein y Freud 1932)” Freud afirma que “todo lo que promueve el desarrollo de la cultura, trabaja contra la guerra”, rápidamente atisba como la civilización no alcanza para frenar la guerra. En 1920, en su artículo “Más allá del principio del placer”, Freud introduce la pulsión de muerte, cambio que si bien no se lo puede exclusivamente atribuir a la guerra, obedece a: ¿por qué recordar de forma compulsiva, con pesadillas repetidas, una situación harto desagradable? Lacan en su artículo del año 1947, “la psiquiatría inglesa y la guerra” hace un desarrollo, en el cual se puede entender lo que posteriormente formalizó en un análisis de discurso y en relación a lo real del goce. Opone dos versiones frente a la Segunda Guerra Mundial: la francesa y la inglesa. A la primera versión, le adjudica el “modo de irrealidad”, comparándolo con la neurosis, en un “no quiero saber nada”; incluso, en una colaboración activa con el delirio paranoico, sobre el que se apoyó el nazismo, los datos de la historia no dejan de confirmar algo diferente. Mientras que a los ingleses, a los cuales va a observar en el marco del presente artículo, en particular al trabajo de los psiquiatras y psicoanalistas que trabajaron junto a los combatientes, les reserva “una relación con lo real mas verídica”, propio de la ideología utilitarista. Esto implica, no adaptarse, sino, hacer ahí con, es un modo de uso, de hacer algo con eso. El modo en que los neuróticos (versión francesa) se defienden de la angustia, señala Lacan, es un destino que se transmite a través de las generaciones. El síndrome del superviviente reservado inicialmente a los que se salvaron de los campos de concentración y de las bombas largadas sobre Hiroshima y Nagasaki, se ha extendido en la segunda y hasta tercera generación de sobrevivientes. La guerra implica siempre al cuerpo y a la destrucción del organismo humano. No hay guerra sin la puesta en juego de los cuerpos. Se pensó, que al poner los cuerpos más alejados del campo de batalla, no habría efectos subjetivos, se evitaría el encuentro entre el sujeto y su horror íntimo. Vana ilusión, por lo que se ha comprobado, en relación a los pilotos que manejan los drones. No hay guerra sin discurso, cuando el significante amo no comanda el discurso, las guerras vienen a organizar el “comercio interhumano”. El trauma es específico, diferente para cada sujeto, aunque se comparta un hecho traumático colectivo y común.War has been the main laboratory of trauma’s clinic. Freud and Lacan have learned from it. After the traumatic pathology was confined to military hospitals, the first scientific descriptions date back to the teachings left by the American civil war. The subsequent wars introduced more information about phenomena, which defined the role of the military psychiatrist. The medical class finds, during World War One, clinical and theoretical principles which explain the psychogenic origin of disorders in psychoanalysis. During the fifth congress of the International Psychoanalysis Association, which took place on September of 1918, in Budapest, the already 4-year-old war catches the interest of the ongoing debates, and psychoanalysis earns a spot among the medical disciplines of the era. In this way, by the First Wold War, war neurosis was differentiated from hysteria and traumatic neurosis from the periods of peace. A steady core of repetitive dreams replays the traumatic scene. In “Thoughts for the Times of War and Death”, Freud notes that men tend to kill each other driven by a dark joy. Even though in “Why War (Einstein and Freud 1932)” Freud claims that "everything that promotes the development of culture, works against the war", he quickly brings forward the fact that civilization is not enough to stop the war. In 1920, in his article “Beyond the Pleasure Principle”, Freud introduces the death drive; a change that cannot only be attributed to the war, but that responds to the following principle: why remembering compulsively, with repeated nightmares, an unpleasant situation? Lacan, in his article from 1974, “British Psychiatry and the War” makes a development in which is possible to infer what later formalized into an analysis of discourse and regarding the real aspect of joy. He contrasts two versions facing the Second World War: the French and the English. To the first version, he awards the “mode of unreality”, comparing it with neurosis, in an “I don't want to know anything”. In addition, history data, in an active collaboration with paranoid deliriums, in which Nazism was sustained, keeps confirming something different. Whilst to the English, whom he will see in the framework of the present article (with special attention to the work of psychiatrists and psychoanalysts who worked along with the soldiers), he reserves a “truer relationship with Reality”, typical of utilitarian ideology. This entails not adapting, but doing something along, in a mode of use, doing something with that. The way in which the neurotic (French version) defend themselves from anguish, according to Lacan, is a fate that is passed down from generation to generation. The Survivor's Syndrome, originally reserved for survivors from concentration camps and the bombs dropped on Hiroshima and Nagasaki, has spread through the second and even the third generation of survivors. War always involves the body and the destruction of the human organism. There is no war without bodies at stake. It was believed that, by putting those bodies which were farther away in the battlefield, there would be no subjective effects, and that the encounter between the subject and its intimate horror would be avoided. Vain illusion, since it has been proven otherwise when it comes to pilots who operate the drones. There is no war without discourse. When the Master-Signifier does not command the discourse, wars come to organize the “inter-human” trade. The trauma is specific and different for each subject, although a common and collective traumatic event is shared.Mesas temáticas autoconvocadas: Intensión y extensión en clínica psicoanalíticaFacultad de Psicologí

    What itard does not allow himself to learn from his savage boy

    Get PDF
    El caso del Salvaje de Aveyron bautizado Víctor resulta crucial para la ciencia del Iluminismo tardío. En la época se debate la esencia del ser humano y el papel de la sociedad en el proceso de humanización. Para Pinel el Salvaje de Aveyron padece de idiotismo incurable. Las memorias de Itard exponen el esfuerzo del médico-pedagogo para el desarrollo de las facultades del niño. La historia de un doctrinario que busca ilustrar con Víctor la estatua animada de Condillac.The case of the Savageboy of Aveyron baptized as Victor is crucial for the science of Late Enlightenment. At the time the essence of the human being and the role of society in the process of humanization are discussed. For Pinel the Savage boy of Aveyron suffers from incurable idiotism. The memories of Itard expose the effort of the doctorpedagogue for the development of the faculties of the boy. The story of a doctrinaire who seeks to illustrate with Victor the animated statue of Condillac.Dossier: Figuras de lo ineducable en tiempos del furor pedagógico.Hospital Interzonal General de Agudos "Prof. Dr. R. Rossi
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