18 research outputs found

    Recommendations of high-quality clinical practice guidelines related to the process of starting dialysis: A systematic review

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    Treatment guidelines; Chronic kidney disease; Database searchingPautas de tratamiento; Enfermedad renal cronica; Búsqueda de base de datosPautes de tractament; Malaltia renal crònica; Recerca de bases de dadesBackground The optimal time for initiation of dialysis and which modality to choose as the starting therapy is currently unclear. This systematic review aimed to assess the recommendations across high-quality clinical practice guidelines (CPGs) related to the start of dialysis. Methods We systematically searched MEDLINE, EMBASE, Web of Science, LILACS, and databases of organisations that develop CPGs between September 2008 to August 2021 for CPGs that addressed recommendations on the timing of initiation of dialysis, selection of dialysis modality, and interventions to support the decision-making process to select a dialysis modality. We used the Appraisal of Guidelines for Research and Evaluation instrument to assess the methodological quality of the CPGs and included only high-quality CPGs. This study is registered in PROSPERO, number CRD42018110325. Results We included 12 high-quality CPGs. Six CPGs addressed recommendations related to the timing of initiating dialysis, and all agreed on starting dialysis in the presence of symptoms or signs. Six CPGs addressed recommendations related to the selection of modality but varied greatly in their content. Nine CPGs addressed recommendations related to interventions to support the decision-making process. Eight CPGs agreed on recommended educational programs that include information about dialysis options. One CPG considered using patient decision aids a strong recommendation. Limitations We could have missed potentially relevant guidelines since we limited our search to CPGs published from 2008, and we set up a cut-off point of 60% in domains of the rigour of development and editorial independence. Conclusion High-quality CPGs related to the process of starting dialysis were consistent in initiating dialysis in the presence of symptoms or signs and offering patients education at the point of decision-making. There was variability in how CPGs addressed the issue of dialysis modality selection. CPGs should improve strategies on putting recommendations into practice and the quality of evidence to aid decision-making for patients. Registration The protocol of this systematic review has been registered in the international prospective register of systematic reviews (PROSPERO) under the registration number: CRD CRD42018110325. https://clinicaltrials.gov/ct2/show/CRD42018110325

    Colombian consensus recommendations for diagnosis, management and treatment of the infection by SARS-COV-2/ COVID-19 in health care facilities - Recommendations from expert´s group based and informed on evidence

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    La Asociación Colombiana de Infectología (ACIN) y el Instituto de Evaluación de Nuevas Tecnologías de la Salud (IETS) conformó un grupo de trabajo para desarrollar recomendaciones informadas y basadas en evidencia, por consenso de expertos para la atención, diagnóstico y manejo de casos de Covid 19. Estas guías son dirigidas al personal de salud y buscar dar recomendaciones en los ámbitos de la atención en salud de los casos de Covid-19, en el contexto nacional de Colombia

    Consenso colombiano de expertos sobre recomendaciones basadas en evidencia para el diagnóstico y tratamiento de alteraciones del metabolismo óseo y mineral en pacientes con enfermedad renal crónica

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    Background: Bone and mineral metabolism disorders associated with chronic kidney disease (MBD-CKD) is one of the most frequent and important complications that affects the quality of life of patients with chronic kidney disease and their families and also contributes to the increase of cardiovascular morbidity and mortality. Method: A systematic review of the literature in the Embase and Medline databases, evidence development groups and scientific societies, preliminary recommendations were formulated by the developer group that were consulted with an expert group of nephrology, endocrinology, geriatrics, rheumatology, internal medicine and cardiology, through the modified Delphi method. Results: 62 recommendations on diagnosis and treatment of MBD-CKD are presented, defined by consensus between 51 clinical experts and the developer group. The approval range of the recommendations ranged between 80.9% and 100%. Conclusion: The recommendations presented allow clinical experts to make daily clinical decisions based on evidence about the diagnosis and treatment of bone and mineral metabolism disorders in patients with chronic kidney disease in Colombia.Introducción: Las alteraciones del metabolismo óseo y mineral asociado a la enfermedad renal crónica (AMOM-ERC) es una de las complicaciones más frecuentes e importantes que afecta la calidad de vida de pacientes con enfermedad renal crónica y sus familias y, además, contribuye al aumento de la morbimortalidad cardiovascular. Método: A partir de una revisión sistemática de literatura en las bases de datos Embase y Medline vía Pubmed, grupos desarrolladores de evidencia y sociedades científicas, se formularon recomendaciones preliminares por el grupo desarrollador que fueron consultadas a un colectivo experto de nefrología, endocrinología, geriatría, reumatología, medicina interna y cardiología, a través del método Delphi modificado. Resultados: Se presentan 62 recomendaciones sobre diagnóstico y tratamiento de AMOM-ERC definidas por consenso entre 51 expertos clínicos y el grupo desarrollador. El rango de aprobación de las recomendaciones oscilo entre 80.9% y 100%. Conclusión: Las recomendaciones presentadas permiten a los expertos clínicos la toma de decisiones clínicas cotidianas basadas en evidencia sobre el diagnóstico y el tratamiento de las alteraciones del metabolismo óseo y mineral en pacientes con enfermedad renal crónica en Colombia

    Tamizaje de la enfermedad renal crónica y uso de eritropoyetina para el manejo de la anemia en pacientes en diálisis

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    Antecedentes: la enfermedad renal crónica es un problema que ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial. Se espera que la incidencia y prevalencia aumente en las próximas décadas impactando en la morbi-mortalidad de origen cardiovascular y en el costo para los sistemas de salud. A nivel mundial se han desarrollado guías de práctica clínica para el tamizaje y/o el diagnóstico temprano y manejo oportuno de las complicaciones de la enfermedad renal crónica, basado en un proceso riguroso de revisión sistemática de la evidencia disponible. La anemia constituye una complicación frecuente y, aunque su patogénesis es multifactorial, el descenso en la producción de eritropoyetina endógena a nivel renal constituye la causa primaria, por lo cual el tratamiento actual está basado en el uso de eritropoyetina recombinante humana disponible para uso clínico desde 1989. La optimización del tratamiento para alcanzar y mantener la hemoglobina dentro del objetivo de los rangos recomendados sigue siendo un gran reto para los nefrólogos, ya que influyen variables modificables (déficit de hierro, dosis de diálisis) y no modificables (sexo, edad) que afectan la capacidad de respuesta al tratamiento con eritropoyetina. Objetivos: evaluar la calidad de las guías de práctica clínica sobre enfermedad renal crónica, definir la conveniencia del inicio temprano o tardío de eritropoyetina para el tratamiento de la anemia en pacientes en diálisis, y determinar si existe una diferencia según género en las dosis de eritropoyetina necesarias para mantener los niveles de hemoglobina recomendados a pacientes en hemodiálisis. Métodos: se realizaron tres estudios de investigación para abordar cada uno de los objetivos especificados anteriormente. Estos fueron: (1). un estudio sobre la calidad de las guías de práctica clínica sobre enfermedad renal crónica basado en los criterios del instrumento AGREE II; (2). una revisión sistemática con el grupo Cochrane de Riñón y Trasplante, siguiendo la metodología Cochrane, para evaluar la eficacia y seguridad del uso temprano o tardío de la eritropoyetina para el tratamiento de la anemia en pacientes en diálisis; y (3). un estudio de cohorte retrospectivo de pacientes en hemodiálisis para determinar si hay diferencias según el género en las dosis de eritropoyetina necesarias para mantener la hemoglobina objetivo. Resultados: 1. En cuanto al primer estudio, se encontraron 13 guías de práctica clínica que incluían el tamizaje y/o el diagnóstico temprano de la enfermedad renal crónica; el 85% de las guías fueron “recomendadas” para su uso, sin embargo, los dominios de “aplicabilidad” (47,9%) y “participación de los interesados” (58,2%) tenían las puntuaciones más bajas en la evaluación, lo cual se considera un factor negativo para la “implementación” de las guías. 2. En cuanto a la revisión sistemática, no se encontró evidencia a favor o en contra del uso temprano o tardío de la eritropoyetina para el manejo de pacientes en diálisis con anemia. 3. Por último, en cuanto al tercer estudio, se encontró que las mujeres requieren mayores dosis de eritropoyetina que los hombres para mantener el nivel de hemoglobina recomendado; además, las mujeres tienen un riesgo cuatro veces mayor de utilizar dosis altas de eritropoyetina. Conclusiones: 1. la mayoría de las guías de práctica clínica sobre enfermedad renal crónica pueden ser recomendadas para su uso por el médico de atención primaria y especializado; sin embargo, en la práctica clínica la implementación parece no ser efectiva porque sigue observándose un crecimiento de la incidencia de enfermedad renal crónica por encima de lo planeado. Una probable explicación son los hallazgos del estudio donde se reporta una calidad “baja” o “media” en los dominios de “participación de los interesados” y “aplicabilidad”, dimensiones que son muy importantes para la “implementación” efectiva de una guía; 2. no hay evidencia disponible sobre la utilidad del uso temprano versus tardío de la eritropoyetina en el paciente en diálisis con anemia. Existe, pues, la necesidad de realizar estudios de calidad que respondan a esta pregunta; y 3. las mujeres en hemodiálisis requieren mayores dosis de eritropoyetina para alcanzar y mantener el nivel de hemoglobina recomendado, por lo que se debe tener en cuenta cuando se dosifican, especialmente en las pacientes incidentes que padecen una mayor morbimortalidad en los meses iniciales asociada al retraso en conseguir el nivel de hemoglobina recomendado.Background: Chronic kidney disease is a problem that has reached epidemic proportions worldwide. It is expected that the incidence and prevalence will increase in the coming decades impacting cardiovascular morbidity and mortality and the cost to health systems. Worldwide, clinical practice guidelines have been developed for the screening and/or early diagnosis and timely management of complications of chronic kidney disease, based on a rigorous process of systematic review of available evidence. Anemia is a frequent complication and although its pathogenesis is multifactorial, the decrease in the endogenous erythropoietin production at the renal level constitute the primary cause, which is why the current treatment is based on the use of recombinant human erythropoietin available for clinical use since 1989. The optimization of the treatment to achieve and maintain hemoglobin within the target of the recommended ranges continues to be a great challenge for nephrologists, since they influence modifiable variables (iron deficiency, dialysis dose) and non-modifiable variables (sex, age) that affect the capacity of response to treatment with erythropoietin. Objectives: to evaluate the quality of clinical practice guidelines on chronic kidney disease, define the convenience of early or late start of erythropoietin for the treatment of anemia in patients on dialysis, and determine if there is a difference according to sex in the doses of erythropoietin needed to maintain recommended hemoglobin levels for hemodialysis patients. Methods: we conducted three research studies to tackle each of the objectives specified previously. These were: (1). a study on the quality of the guidelines on chronic kidney disease based on the criteria of the AGREE II instrument; (2). a systematic review with the Cochrane Kidney and Transplant group, following the Cochrane methodology, to evaluate the efficacy and safety of the early or late use of erythropoietin for the treatment of anemia in dialysis patients; and (3). a retrospective cohort study of hemodialysis patients to determine if there are gender differences in the doses of erythropoietin needed to maintain target hemoglobin. Results: 1. Regarding the first study, 13 clinical practice guidelines were found that included the screening and/or early diagnosis of chronic kidney disease; 85% of the guides were “recommended” for use, however, the domains of “applicability” (47.9%) and “stakeholder participation” (58.2%) had the lowest scores in the evaluation, which is considered a negative factor for the “implementation” of the guides. 2. Regarding the Cochrane review, no evidence was found for or against the early or late use of erythropoietin for the management of dialysis patients with anemia. 3. Finally, in regard to the third study, it was found that women require higher doses of erythropoietin than men to maintain the recommended hemoglobin level; in addition, women have four times the risk of using high doses of erythropoietin. Conclusions: 1. the majority of clinical practice guidelines of chronic kidney disease can be recommended for use for the primary care and specialized doctor; however in clinical practice the implementation doesn't seem to be effective because there is still an increase in the incidence of chronic kidney disease that is higher than expected. A possible explanation are the findings in the study in which it is reported a “low” or “medium” quality in the domains “stakeholder participation” and “applicability”, domains that are very important for the effective “implementation” of a guideline; 2. there is no available evidence of usefulness in the early or late use of erythropoietin in the dialysis patient with anemia. There is a need then to make quality studies that answer this question; and 3. women on hemodialysis require higher doses of erythropoietin to achieve and maintain the recommended level of hemoglobin so this should be taken into account when establishing dosage, especially in incident patients that have a major morbidity and mortality in the initial months associated with the delay of achieving the recommended target hemoglobin level

    Tamizaje de la enfermedad renal crónica y uso de eritropoyetina para el manejo de la anemia en pacientes en diálisis

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    Antecedentes: la enfermedad renal crónica es un problema que ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial. Se espera que la incidencia y prevalencia aumente en las próximas décadas impactando en la morbi-mortalidad de origen cardiovascular y en el costo para los sistemas de salud. A nivel mundial se han desarrollado guías de práctica clínica para el tamizaje y/o el diagnóstico temprano y manejo oportuno de las complicaciones de la enfermedad renal crónica, basado en un proceso riguroso de revisión sistemática de la evidencia disponible. La anemia constituye una complicación frecuente y, aunque su patogénesis es multifactorial, el descenso en la producción de eritropoyetina endógena a nivel renal constituye la causa primaria, por lo cual el tratamiento actual está basado en el uso de eritropoyetina recombinante humana disponible para uso clínico desde 1989. La optimización del tratamiento para alcanzar y mantener la hemoglobina dentro del objetivo de los rangos recomendados sigue siendo un gran reto para los nefrólogos, ya que influyen variables modificables (déficit de hierro, dosis de diálisis) y no modificables (sexo, edad) que afectan la capacidad de respuesta al tratamiento con eritropoyetina. Objetivos: evaluar la calidad de las guías de práctica clínica sobre enfermedad renal crónica, definir la conveniencia del inicio temprano o tardío de eritropoyetina para el tratamiento de la anemia en pacientes en diálisis, y determinar si existe una diferencia según género en las dosis de eritropoyetina necesarias para mantener los niveles de hemoglobina recomendados a pacientes en hemodiálisis. Métodos: se realizaron tres estudios de investigación para abordar cada uno de los objetivos especificados anteriormente. Estos fueron: (1). un estudio sobre la calidad de las guías de práctica clínica sobre enfermedad renal crónica basado en los criterios del instrumento AGREE II; (2). una revisión sistemática con el grupo Cochrane de Riñón y Trasplante, siguiendo la metodología Cochrane, para evaluar la eficacia y seguridad del uso temprano o tardío de la eritropoyetina para el tratamiento de la anemia en pacientes en diálisis; y (3). un estudio de cohorte retrospectivo de pacientes en hemodiálisis para determinar si hay diferencias según el género en las dosis de eritropoyetina necesarias para mantener la hemoglobina objetivo. Resultados: 1. En cuanto al primer estudio, se encontraron 13 guías de práctica clínica que incluían el tamizaje y/o el diagnóstico temprano de la enfermedad renal crónica; el 85% de las guías fueron “recomendadas” para su uso, sin embargo, los dominios de “aplicabilidad” (47,9%) y “participación de los interesados” (58,2%) tenían las puntuaciones más bajas en la evaluación, lo cual se considera un factor negativo para la “implementación” de las guías. 2. En cuanto a la revisión sistemática, no se encontró evidencia a favor o en contra del uso temprano o tardío de la eritropoyetina para el manejo de pacientes en diálisis con anemia. 3. Por último, en cuanto al tercer estudio, se encontró que las mujeres requieren mayores dosis de eritropoyetina que los hombres para mantener el nivel de hemoglobina recomendado; además, las mujeres tienen un riesgo cuatro veces mayor de utilizar dosis altas de eritropoyetina. Conclusiones: 1. la mayoría de las guías de práctica clínica sobre enfermedad renal crónica pueden ser recomendadas para su uso por el médico de atención primaria y especializado; sin embargo, en la práctica clínica la implementación parece no ser efectiva porque sigue observándose un crecimiento de la incidencia de enfermedad renal crónica por encima de lo planeado. Una probable explicación son los hallazgos del estudio donde se reporta una calidad “baja” o “media” en los dominios de “participación de los interesados” y “aplicabilidad”, dimensiones que son muy importantes para la “implementación” efectiva de una guía; 2. no hay evidencia disponible sobre la utilidad del uso temprano versus tardío de la eritropoyetina en el paciente en diálisis con anemia. Existe, pues, la necesidad de realizar estudios de calidad que respondan a esta pregunta; y 3. las mujeres en hemodiálisis requieren mayores dosis de eritropoyetina para alcanzar y mantener el nivel de hemoglobina recomendado, por lo que se debe tener en cuenta cuando se dosifican, especialmente en las pacientes incidentes que padecen una mayor morbimortalidad en los meses iniciales asociada al retraso en conseguir el nivel de hemoglobina recomendado.Background: Chronic kidney disease is a problem that has reached epidemic proportions worldwide. It is expected that the incidence and prevalence will increase in the coming decades impacting cardiovascular morbidity and mortality and the cost to health systems. Worldwide, clinical practice guidelines have been developed for the screening and/or early diagnosis and timely management of complications of chronic kidney disease, based on a rigorous process of systematic review of available evidence. Anemia is a frequent complication and although its pathogenesis is multifactorial, the decrease in the endogenous erythropoietin production at the renal level constitute the primary cause, which is why the current treatment is based on the use of recombinant human erythropoietin available for clinical use since 1989. The optimization of the treatment to achieve and maintain hemoglobin within the target of the recommended ranges continues to be a great challenge for nephrologists, since they influence modifiable variables (iron deficiency, dialysis dose) and non-modifiable variables (sex, age) that affect the capacity of response to treatment with erythropoietin. Objectives: to evaluate the quality of clinical practice guidelines on chronic kidney disease, define the convenience of early or late start of erythropoietin for the treatment of anemia in patients on dialysis, and determine if there is a difference according to sex in the doses of erythropoietin needed to maintain recommended hemoglobin levels for hemodialysis patients. Methods: we conducted three research studies to tackle each of the objectives specified previously. These were: (1). a study on the quality of the guidelines on chronic kidney disease based on the criteria of the AGREE II instrument; (2). a systematic review with the Cochrane Kidney and Transplant group, following the Cochrane methodology, to evaluate the efficacy and safety of the early or late use of erythropoietin for the treatment of anemia in dialysis patients; and (3). a retrospective cohort study of hemodialysis patients to determine if there are gender differences in the doses of erythropoietin needed to maintain target hemoglobin. Results: 1. Regarding the first study, 13 clinical practice guidelines were found that included the screening and/or early diagnosis of chronic kidney disease; 85% of the guides were “recommended” for use, however, the domains of “applicability” (47.9%) and “stakeholder participation” (58.2%) had the lowest scores in the evaluation, which is considered a negative factor for the “implementation” of the guides. 2. Regarding the Cochrane review, no evidence was found for or against the early or late use of erythropoietin for the management of dialysis patients with anemia. 3. Finally, in regard to the third study, it was found that women require higher doses of erythropoietin than men to maintain the recommended hemoglobin level; in addition, women have four times the risk of using high doses of erythropoietin. Conclusions: 1. the majority of clinical practice guidelines of chronic kidney disease can be recommended for use for the primary care and specialized doctor; however in clinical practice the implementation doesn't seem to be effective because there is still an increase in the incidence of chronic kidney disease that is higher than expected. A possible explanation are the findings in the study in which it is reported a “low” or “medium” quality in the domains “stakeholder participation” and “applicability”, domains that are very important for the effective “implementation” of a guideline; 2. there is no available evidence of usefulness in the early or late use of erythropoietin in the dialysis patient with anemia. There is a need then to make quality studies that answer this question; and 3. women on hemodialysis require higher doses of erythropoietin to achieve and maintain the recommended level of hemoglobin so this should be taken into account when establishing dosage, especially in incident patients that have a major morbidity and mortality in the initial months associated with the delay of achieving the recommended target hemoglobin level

    Factores asociados a mortalidad en pacientes con hemorragia del tracto digestivo superior no varicosa

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    Revista Ciencias Biomédicas Vol.10, Núm.1 (2021) Pag. 27 - 38Introducción: la hemorragia de vías digestivas altas no varicosa es una causa frecuente de ingresos a urgencias. La identificación de variables clínicas y paraclínicas que se asocien a mortalidad es muy importante, porque facilita tomar medidas individualizadas y optimizar los recursos. Objetivo: determinar cuáles son los factores de riesgo asociados a ocurrencia de mortalidad en pacientes con hemorragia del tracto digestivo superior no varicosa admitidos al servicio de urgencias. Métodos: estudio transversal, retrospectivo en el Hospital Universitario del Caribe de la ciudad de Cartagena, Colombia. Se incluyeron 167 historias clínicas de pacientes que ingresaron al servicio de urgencias con diagnóstico de hemorragia de vías digestivas altas no varicosa. Se recolectaron datos demográficos, clínicos y paraclínicos para posterior tabulación y análisis estadístico. Resultados: la mediana de edad fue de 63 años, predominio de pacientes de sexo masculino (57.5%). La mortalidad fue del 4,8% (8 pacientes). El antecedente de sangrado de vías digestivas altas (odds ratio [OR], 4.9; IC 95%,1.6-20.1), la presencia de hipotensión al ingreso y la presencia de puntaje mayor a tres en la escala de Rockall pre endoscópica (OR, 7.88; IC 95%, 1.9 - 20.1) tuvieron relación estadísticamente significativa con la ocurrencia de mortalidad por sangrado de vías digestivas altas. Conclusiones: el antecedente de hemorragia digestiva alta, hipotensión al ingreso hospitalario y puntajes más altos en la escala de Rockall son factores relacionados con la ocurrencia de mortalidad por hemorragia del tracto digestivo superior no varicosa

    Risk factors associated with chronic kidney disease in patients with HIV infection.

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    Revista Ciencias Biomédicas Vol.8, Núm. 2 (2019) Pag. 72-86Introducción: Los avances en la terapia antirretroviral han convertido la infección por VIH en una enfermedad crónica, en consecuencia, se han tornado relevantes patologías relacionadas con el virus, el tratamiento y el envejecimiento, una de ellas es la Enfermedad Renal Crónica (ERC), cuya prevalencia se ha incrementado. Objetivo: Establecer factores de riesgo asociados al desarrollo de ERC, en pacientes infectados por VIH, en terapia antirretroviral de gran actividad, en la ciudad de Cartagena. Métodos: Se realizó un estudio de corte transversal, con pacientes asistentes a terapia antirretroviral, entre enero y diciembre de 2017. La función renal fue determinada por Tasa de Filtración Glomerular Estimada (TFGe) mediante ecuación CKD-EPI (Chronic Kidney Disease Epidemiology Collaboration) y determinación de albuminuria por cuantificación de relación albumina y creatinina en orina aislada. La ERC se definió como una TFGe menor o igual a 60 ml/min/1,73m2, por un período de, al menos, tres meses. Se utilizó un modelo de regresión logística para estimar los efectos de diversas variables en el desarrollo de ERC. Resultados: Fueron incluidos 267 pacientes, mediana de edad 41 años, mediana del tiempo desde el diagnóstico de VIH, y duración de la TARGA de 4,8 y 4,5 años, respectivamente. Prevalencia de HTA de 8.2% y Diabetes mellitus de 2.9%. La ERC fue diagnosticada en 3.7% de la población y luego del ajuste, el factor de riesgo asociado fue la edad ≥52 años (OR=14,04 (IC 95% 2,90 – 67,95)). Conclusiones: La prevalencia de ERC en pacientes infectados con VIH es alta, con respecto a la población general. La edad se encontró relacionada al desarrollo de ERC

    Anosmia como manifestación inicial de COVID-19 en pacientes de hemodiálisis

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    Background. Hemodialysis patients are susceptible population for COVID-19 the disease caused by SARS-CoV-2, with early diagnosis being an urgent and needed because they are considered a population with high risk for severe and serious conditions. Purpose. The objective of our study was to estimate whether sudden-onset anosmia allow to detect COVID-19 infection early in hemodialysis patients without classic symptoms (who did not present malaise, respiratory or gastrointestinal symptoms at the beginning of the disease). Methodology. A diagnostic test study was accomplished during the months of September and October 2020 in three hemodialysis units in Colombia. Adult patients without classic symptoms for COVID-19 were included. Patients with previous COVID-19 infection or with a history of smell alteration were excluded. Demographic, clinical, and laboratory data were collected, prior signature of informed consent endorsed by the ethics committee. Anosmia was evaluated with objective test for odor detection before the start of hemodialysis session. Results. 587 patients were included. Anosmia prevalence was 0.85% (5 patients) and the incidence of COVID-19 was 1.19% (7 patients). There was no statistically difference in demographic, clinical, and laboratory comparison between patients with and without anosmia. The presence of anosmia had a sensitivity and a positive predictive value of 0%, but a specificity of 99.14% and a negative predictive value of 98.8%. The accuracy was 97.9%. Conclusions. The prevalence of anosmia in our hemodialysis population was low. Any symptoms (including altered sense of smell) should be investigated in TRIAGE as a strategy to detect early individual cases of COVID-19 or an outbreak in hemodialysis units. Methods: a diagnostic test study was accomplished in three hemodialysis units in Colombia. Adult patients without classic symptoms for COVID-19 were included. Patients with previous COVID-19 infection or with a history of smell alteration were excluded. Demographic, clinical, and laboratory data were collected. Anosmia was evaluated with objective test for odor detection before the start of hemodialysis session. Results: 587 patients were included. Anosmia prevalence was 0.85% (5 patients) and the incidence of COVID-19 was 1.19% (7 patients). There was no statistically difference in demographic, clinical, and laboratory comparison between patients with and without anosmia. The presence of anosmia had a sensitivity and a positive predictive value of 0%, but a specificity of 99.14% and a negative predictive value of 98.8%. The accuracy was 97.9%. Conclusion: Anosmia prevalence in hemodialysis population is low. Any symptoms should be investigated in the TRIAGE as a strategy to detect early individual cases of COVID-19 or outbreak in hemodialysis units. Keywords: Chronic Kidney Disease, Hemodialysis, Anosmia, COVID-19, Prevalence, pandemicsContexto. Los pacientes en hemodiálisis son una población susceptible para la enfermedad causada por el SARS-CoV-2, enfermedad por el coronavirus 2019 (COVID-19), siendo el diagnóstico temprano una necesidad urgente por considerarse una población de riesgo por presentar cuadros severos y graves. Objetivo. Estimar si la anosmia de inicio súbito permite una detección temprana de la infección por COVID-19, en pacientes de hemodiálisis sin síntomas clásicos (que no presentaron malestar general, síntomas respiratorios o gastrointestinales al inicio de la enfermedad). Metodología. Se realizó un estudio de prueba diagnóstica durante los meses de septiembre y octubre del 2020 en tres unidades de hemodiálisis en Colombia. Fueron incluidos pacientes adultos, sin síntomas clásicos para COVID-19. Se excluyó a los pacientes con infección previa por COVID-19 o con antecedentes de alteración del olfato. Se recolectaron datos demográficos, clínicos y de laboratorio, previa firma de consentimiento informado avalado por el comité de ética (CEI-487). La anosmia se exploró con una prueba subjetiva para detección de olores antes del inicio de la hemodiálisis. Resultados. Se incluyeron 587 pacientes. La prevalencia de anosmia fue de 0,85?% (cinco pacientes) y una incidencia de COVID-19 de 1,19?% (siete pacientes). No hubo diferencia estadística al comparar las variables demográficas, clínicas y de laboratorio entre pacientes con y sin anosmia. La presencia de anosmia tuvo una sensibilidad y un valor predictivo positivo del 0?%, pero una especificidad del 99,14?% y un valor predictivo negativo del 98,8?%. La exactitud fue del 97,9?%. Conclusiones. La prevalencia de anosmia en nuestra población de hemodiálisis fue baja. Se debería indagar en el triaje cualquier síntoma (incluida la alteración del sentido del olfato) como estrategia para detectar de forma temprana casos individuales de COVID-19 o un brote en las unidades de hemodiálisis. Métodos: se realizó un estudio de prueba diagnóstica en tres unidades de hemodiálisis en Colombia. Fueron incluidos pacientes adultos, sin síntomas clásicos para COVID-19. Se excluyeron pacientes con infección previa por COVID-19 o con antecedentes de alteración del olfato. Se recolectaron datos demográficos, clínicos y de laboratorio. La anosmia se exploró con una prueba objetiva para detección de olores antes del inicio de la hemodiálisis. Resultados: se incluyeron 587 pacientes. La prevalencia de anosmia fue de 0.85% (5 pacientes) y una incidencia de COVID-19 de 1.19% (7 pacientes). No hubo diferencia estadística al comparar las variables demográficas, clínicas y de laboratorio entre pacientes con y sin anosmia. La presencia de anosmia tuvo una sensibilidad y un valor predictivo positivo del 0%, pero una especificidad del 99.14% y un valor predictivo negativo del 98.8%. La exactitud fue del 97.9%. Conclusiones: la prevalencia de anosmia en la población de hemodiálisis es baja. Se debe indagar en el TRIAGE cualquier síntoma como estrategia para detectar de forma temprana casos individuales de COVID-19 o un brote en las Unidades Renales. Palabras claves: enfermedad renal crónica, hemodiálisis, anosmia, COVID-19, prevalencia, pandemia

    Tamizaje de la enfermedad renal crónica y uso de eritropoyetina para el manejo de la anemia en pacientes en diálisis

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    Antecedentes: la enfermedad renal crónica es un problema que ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial. Se espera que la incidencia y prevalencia aumente en las próximas décadas impactando en la morbi-mortalidad de origen cardiovascular y en el costo para los sistemas de salud. A nivel mundial se han desarrollado guías de práctica clínica para el tamizaje y/o el diagnóstico temprano y manejo oportuno de las complicaciones de la enfermedad renal crónica, basado en un proceso riguroso de revisión sistemática de la evidencia disponible. La anemia constituye una complicación frecuente y, aunque su patogénesis es multifactorial, el descenso en la producción de eritropoyetina endógena a nivel renal constituye la causa primaria, por lo cual el tratamiento actual está basado en el uso de eritropoyetina recombinante humana disponible para uso clínico desde 1989. La optimización del tratamiento para alcanzar y mantener la hemoglobina dentro del objetivo de los rangos recomendados sigue siendo un gran reto para los nefrólogos, ya que influyen variables modificables (déficit de hierro, dosis de diálisis) y no modificables (sexo, edad) que afectan la capacidad de respuesta al tratamiento con eritropoyetina. Objetivos: evaluar la calidad de las guías de práctica clínica sobre enfermedad renal crónica, definir la conveniencia del inicio temprano o tardío de eritropoyetina para el tratamiento de la anemia en pacientes en diálisis, y determinar si existe una diferencia según género en las dosis de eritropoyetina necesarias para mantener los niveles de hemoglobina recomendados a pacientes en hemodiálisis. Métodos: se realizaron tres estudios de investigación para abordar cada uno de los objetivos especificados anteriormente. Estos fueron: (1). un estudio sobre la calidad de las guías de práctica clínica sobre enfermedad renal crónica basado en los criterios del instrumento AGREE II; (2). una revisión sistemática con el grupo Cochrane de Riñón y Trasplante, siguiendo la metodología Cochrane, para evaluar la eficacia y seguridad del uso temprano o tardío de la eritropoyetina para el tratamiento de la anemia en pacientes en diálisis; y (3). un estudio de cohorte retrospectivo de pacientes en hemodiálisis para determinar si hay diferencias según el género en las dosis de eritropoyetina necesarias para mantener la hemoglobina objetivo. Resultados: 1. En cuanto al primer estudio, se encontraron 13 guías de práctica clínica que incluían el tamizaje y/o el diagnóstico temprano de la enfermedad renal crónica; el 85% de las guías fueron "recomendadas" para su uso, sin embargo, los dominios de "aplicabilidad" (47,9%) y "participación de los interesados" (58,2%) tenían las puntuaciones más bajas en la evaluación, lo cual se considera un factor negativo para la "implementación" de las guías. 2. En cuanto a la revisión sistemática, no se encontró evidencia a favor o en contra del uso temprano o tardío de la eritropoyetina para el manejo de pacientes en diálisis con anemia. 3. Por último, en cuanto al tercer estudio, se encontró que las mujeres requieren mayores dosis de eritropoyetina que los hombres para mantener el nivel de hemoglobina recomendado; además, las mujeres tienen un riesgo cuatro veces mayor de utilizar dosis altas de eritropoyetina. Conclusiones: 1. la mayoría de las guías de práctica clínica sobre enfermedad renal crónica pueden ser recomendadas para su uso por el médico de atención primaria y especializado; sin embargo, en la práctica clínica la implementación parece no ser efectiva porque sigue observándose un crecimiento de la incidencia de enfermedad renal crónica por encima de lo planeado. Una probable explicación son los hallazgos del estudio donde se reporta una calidad "baja" o "media" en los dominios de "participación de los interesados" y "aplicabilidad", dimensiones que son muy importantes para la "implementación" efectiva de una guía; 2. no hay evidencia disponible sobre la utilidad del uso temprano versus tardío de la eritropoyetina en el paciente en diálisis con anemia. Existe, pues, la necesidad de realizar estudios de calidad que respondan a esta pregunta; y 3. las mujeres en hemodiálisis requieren mayores dosis de eritropoyetina para alcanzar y mantener el nivel de hemoglobina recomendado, por lo que se debe tener en cuenta cuando se dosifican, especialmente en las pacientes incidentes que padecen una mayor morbimortalidad en los meses iniciales asociada al retraso en conseguir el nivel de hemoglobina recomendado.Background: Chronic kidney disease is a problem that has reached epidemic proportions worldwide. It is expected that the incidence and prevalence will increase in the coming decades impacting cardiovascular morbidity and mortality and the cost to health systems. Worldwide, clinical practice guidelines have been developed for the screening and/or early diagnosis and timely management of complications of chronic kidney disease, based on a rigorous process of systematic review of available evidence. Anemia is a frequent complication and although its pathogenesis is multifactorial, the decrease in the endogenous erythropoietin production at the renal level constitute the primary cause, which is why the current treatment is based on the use of recombinant human erythropoietin available for clinical use since 1989. The optimization of the treatment to achieve and maintain hemoglobin within the target of the recommended ranges continues to be a great challenge for nephrologists, since they influence modifiable variables (iron deficiency, dialysis dose) and non-modifiable variables (sex, age) that affect the capacity of response to treatment with erythropoietin. Objectives: to evaluate the quality of clinical practice guidelines on chronic kidney disease, define the convenience of early or late start of erythropoietin for the treatment of anemia in patients on dialysis, and determine if there is a difference according to sex in the doses of erythropoietin needed to maintain recommended hemoglobin levels for hemodialysis patients. Methods: we conducted three research studies to tackle each of the objectives specified previously. These were: (1). a study on the quality of the guidelines on chronic kidney disease based on the criteria of the AGREE II instrument; (2). a systematic review with the Cochrane Kidney and Transplant group, following the Cochrane methodology, to evaluate the efficacy and safety of the early or late use of erythropoietin for the treatment of anemia in dialysis patients; and (3). a retrospective cohort study of hemodialysis patients to determine if there are gender differences in the doses of erythropoietin needed to maintain target hemoglobin. Results: 1. Regarding the first study, 13 clinical practice guidelines were found that included the screening and/or early diagnosis of chronic kidney disease; 85% of the guides were "recommended" for use, however, the domains of "applicability" (47.9%) and "stakeholder participation" (58.2%) had the lowest scores in the evaluation, which is considered a negative factor for the "implementation" of the guides. 2. Regarding the Cochrane review, no evidence was found for or against the early or late use of erythropoietin for the management of dialysis patients with anemia. 3. Finally, in regard to the third study, it was found that women require higher doses of erythropoietin than men to maintain the recommended hemoglobin level; in addition, women have four times the risk of using high doses of erythropoietin. Conclusions: 1. the majority of clinical practice guidelines of chronic kidney disease can be recommended for use for the primary care and specialized doctor; however in clinical practice the implementation doesn't seem to be effective because there is still an increase in the incidence of chronic kidney disease that is higher than expected. A possible explanation are the findings in the study in which it is reported a "low" or "medium" quality in the domains "stakeholder participation" and "applicability", domains that are very important for the effective "implementation" of a guideline; 2. there is no available evidence of usefulness in the early or late use of erythropoietin in the dialysis patient with anemia. There is a need then to make quality studies that answer this question; and 3. women on hemodialysis require higher doses of erythropoietin to achieve and maintain the recommended level of hemoglobin so this should be taken into account when establishing dosage, especially in incident patients that have a major morbidity and mortality in the initial months associated with the delay of achieving the recommended target hemoglobin level
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