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La fusión de los opuestos: mar-agua, jardín-tierra como representaciones de Féniz y Fernando en El príncipe constante de Calderón de la Barca
This article pretends to demonstrate the way in which the fusion of opposites in Calderonian poetry is not merely based on learned games which lack structural depth, but that they contribute meaning to the formal structure of texts such as El príncipe constante y esclavo por su patria. Through the actants Fernando and Fénix we can establish connections between that which is ephemeral and that which is constant, and which culminate in the ultimate fusion between these apparent opposites.A lo largo del artículo se pretende demostrar cómo la fusión de elementos contrarios en la poesía calderoniana no se circunscribe a meros juegos culteranos carentes de profundidad estructural, sino que operan de forma que aportan significado al plano formal de textos como EI príncipe constante y esclavo por su patria. Por medio de los actantes Fernando y Fénix, podremos establecer relaciones entre lo efímero y lo constante, a través de los elementos agua y tierra, y que desembocan en la fusión última de estos aparentes opuestos
'Saltos de gozo infinitos': Melibea como gran depredadora
The octavilla poems sung by Lucrecia in Act XIX show a bloodcurdling side of her lady which had already been felt intuitively by various characters in the Tragicomedia. Furthermore, these brief stanzas are full of the same dramatic irony which is characteristic to Rojas’ text, but with the added particularity of being set just before the lovers’ fatal outcome. At the end, Melibea will be the great predator who delightedly assumes her identity with joy.Las octavillas que canta Lucrecia en el Auto XIX muestran un lado escalofriante de su ama que ya había sido intuido por varios personajes en la Tragicomedia. Además, estas breves estrofas van cargadas de la ironía dramática tan característica del texto de Rojas, pero con la particularidad añadida de encontrarse justo antes del desenlace fatal de los amantes. Finalmente, Melibea será la gran depredadora que deleitosamente asume su identidad