8 research outputs found

    Síndrome del incisivo central maxilar único.

    Get PDF
    The SMMCI is a complex multiple disorder characterized mainly by defects of the development of the midline detonated by unknown factors that operate in the uterus on days 35-38 from the conception, among the presented proposals highlight the chromosomal deletions (7 and 18) and mutations of the SHH gene. This article seeks to understand and keep present the diagnostic variants before a poor adaptation to the environment of the patient after birth, in addition to strengthening the relevance of the genetic council and the ethical aspects that this entails.caracterizado principalmente por defectos del desarrollo de la línea media detonado por factores desconocidos que operan en el útero sobre los días 35-38 desde la concepción, entre las propuestas presentadas destacan las delesiones cromosómicas (7 y 18) y mutaciones del gen SHH. En este artículo se busca comprender y mantener presente las variantes diagnosticas ante una mala adaptación ventilatoria al medio del paciente posterior al nacimiento además de fortalecer la relevancia del concejo genético y los aspectos éticos que este conlleva

    Memoria de las Jornadas de Investigación Transformaciones y futuro de la inclusión digital en la era post Covid-19

    No full text
    Capítulos: * Retos y oportunidades de la inclusión digital en la era post Covid-19 desde la perspectiva de la UIT. * Brechas que afectan el Aprendizaje y la Inclusión Digital en la escuela del siglo XXI. * El camino a la recuperación económica. * El rol de las telecomunicaciones en la reactivación económica post Covid-19 de los países latinoamericanos. * Diferencias en las posibilidades de acceso a la tecnología y poblaciones históricamente excluidas de la revolución digital. * La brecha digital durante la Revolución Informática. * Infraestructura de soporte: requerimientos técnicos que permitan reducir la brecha digital FONATEL Telecomunicaciones para todos. * De la angustia a la creatividad, tecnologías digitales en la educación, antes y después del Covid-19 * Centros Comunitarios Inteligentes para la alfabetización digital. * Derechos de los NNA, entorno digital, aprendizajes y desafíos en tiempos del COVID para la población menor de edad en condiciones de vulnerabilidad. * Desafíos y oportunidades para la inclusión digital de personas mayores en Costa Rica. * Retos del país para la inclusión digital de la población con discapacidad. * Nuevos y viejos retos en la superación de la Brecha digital de género en Costa Rica en tiempos de COVID-19 * Alfabetización mediática e informacional para la apropiación digital en educación: ideas para diseñar una ruta crítica. * Ciudadanía Digital en las personas menores de edad: un asunto de Derechos Humanos. * Ciudadanía Digital para un futuro que desafía a la democracia.Memoria de las Jornadas de Investigación y Análisis “Transformaciones y futuro de la inclusión en la era post Covid-19”, como documento que sintetiza las discusiones planteadas en las conferencias internacionales y las cinco mesas temáticas del evento. La brecha digital, el impacto del Covid-19 en las TIC y las telecomunicaciones, las condiciones para impulsar la inclusión digital, el contexto normativo e institucional, las iniciativas de inclusión digital en Costa Rica, así como la integración de poblaciones en condición de vulnerabilidad en estos procesos son los principales ejes de reflexión de las 17 ponencias que integran esta Memoria. *** La conferencia inaugural de Sylvia Poll inicia la discusión planteando que la exacerbación de las desigualdades socioeconómicas durante la pandemia ha puesto sobre la mesa el impacto que tienen la legislación, las políticas y las prácticas sociales como potenciadores (o no) de la brecha digital. *** Desde el campo educativo, Isabel Román nos muestra que la educación fue una de las actividades más afectadas durante la pandemia pues la mayoría de los sistemas educativos no estaban preparados para transitar a la educación a distancia. Ello generó grandes retos y exacerbó las desigualdades existentes, provocando mayor vulnerabilidad para las y los estudiantes de hogares más vulnerables. Aspectos como el nivel de ingresos, la jefatura del hogar, la afectación por desempleo y el clima educativo condicionaron las capacidades de las familias para educar en casa y marcaron la diferencia entre el poder acceder a dispositivos tecnológicos, conectarse a clases virtuales y la posibilidad de contar con un apoyo pedagógico adecuado en sus hogares por parte de sus padres. *** A los ojos de Carlos Bernal esta recuperación tendrá que poner su mirada en las personas y potenciar el desarrollo de habilidades y capacidades (por ejemplo, con la educación STEAM) a la vez que utiliza las TIC como habilitadores de cambios como la transformación digital. Lograr esto, no sólo requiere del esfuerzo conjunto de distintos actores (públicos y privados) sino también de la creación de un entorno digital que sea acorde al ejercicio de dichas capacidades. Acciones como el desarrollo de servicios digitales, la simplificación y automatización de operaciones, la inversión en innovación, investigación y desarrollo (I+D) y la creación de sandbox regulatorios (mecanismos de experimentación para adaptar la innovación tecnológica a la regulación), entre otras, pueden contribuir a ello. *** En este proceso de post recuperación, Maryleana Méndez considera que el rol de la industria de telecomunicaciones será central, pues las telecomunicaciones son la base de la digitalización y sin ellas, el uso de las TIC y la implementación de nuevas tecnologías no son viables. Durante la pandemia del Covid-19 este sector fue el responsable de proveer la infraestructura necesaria para mantener las actividades económicas, la educación y el relacionamiento social; demostrando que las telecomunicaciones son un servicio esencial y que la infraestructura digital de la región es lo suficientemente robusta como para responder a un rápido incremento en el uso de las redes. Sin embargo, la coyuntura del Covid-19 también evidenció la necesidad de fortalecer las condiciones en que se impulsa el desarrollo de las telecomunicaciones en América Latina. Desde el punto de vista de los operadores, las mejores tecnológicas que repercuten en el aumento en los niveles de conectividad conllevan el reto de implementar estándares y buenas prácticas en materia de regulación, espectro, desarrollo de infraestructura e innovación. *** Alejandro Amador Zamora retoma las discusiones sobre la brecha digital definiendo este fenómeno como la manifestación de diferencias en el uso y acceso a la tecnología. Para este, distintas variables socioeconómicas afectan las posibilidades de acceso de hogares, personas e inclusive empresas. Este fenómeno multidimensional se explica principalmente por factores socioeconómico que afectan de forma diferenciada el uso, acceso y apropiación TIC de diferentes poblaciones. En esta línea, el autor presenta un modelo de regresión logística que examina la relación entre la tenencia de determinada tecnología y distintos factores socioeconómicos en los hogares costarricenses. *** Las diferencias en el acceso a las TIC afectan el aprovechamiento de las tecnologías e impiden que haya una verdadera “democratización del conocimiento”, si las personas no tienen acceso a las tecnologías. Desde esta perspectiva, Felipe Guadamuz considera la brecha digital como una forma de exclusión cultural en la que quienes no tienen libre acceso al conocimiento (conforme este aparece) corren el riesgo de quedar atrás en la adquisición de conocimientos nuevos. Esto adquiere especial relevancia en un mundo altamente globalizado en el que el crecimiento exponencial de las ideas y los acelerados cambios tecnológicos exigen la constante adquisición de conocimientos para mantenerse a la vanguardia. Ello será determinante no sólo para que las organizaciones y países sean más competitivos, sino también para que las personas desarrollen un pensamiento crítico. *** Desde otro punto de vista, la brecha digital también puede ser vista como aquella que deriva de la incapacidad de adquirir servicios de telecomunicaciones en el sitio donde se vive. Según Elídier Moya Rodríguez, esta brecha es provocada por la imposibilidad que tienen los operadores de red y los proveedores de servicios de telecomunicaciones para llevar sus servicios hasta las comunidades. Esto impide el acceso a servicios digitales de alta calidad e impide el despliegue ágil de este tipo de telecomunicaciones y optimizar las inversiones en este ámbito. Para solventar esto, se propone la aplicación de una normativa uniforme que, basada en criterios técnicos, razonables y proporcionales, oriente y agilice el quehacer de las instituciones públicas involucradas en el despliegue (especialmente las municipalidades). *** Aunado al fortalecimiento del despliegue y desarrollo de este tipo de infraestructura, Adrián Mazón nos recuerda la importancia de abordar la brecha digital de las poblaciones en condiciones de vulnerabilidad a través de acciones que aseguren el acceso y servicio universal y solidario de las telecomunicaciones a estas. A partir de esta idea, el autor nos presenta el origen y operación del Fondo Nacional de Telecomunicaciones (Fonatel) puntualizando los fines establecidos en la Ley General de Telecomunicaciones y la experiencia alcanzada en la implementación de los 5 programas y 31 proyectos que el fondo tiene en ejecución. *** Las reflexiones sobre el acceso y servicio universal de las telecomunicaciones también deben ser abordadas desde el rol transformador que estas acciones pueden generar para las distintas poblaciones y sectores, siendo uno de estos el sector educativo. Bajo esta visión, Ana Gabriela Castro Fuentes comparte los esfuerzos realizados por el Ministerio de Educación Pública (MEP) durante los últimos 35 años, a partir de los cuales se han adoptado diversas estrategias para fomentar la introducción de las tecnologías en el sistema educativo costarricense; logrando avances en el equipamiento y la dotación de servicios de telecomunicaciones a los centros educativos, así como en la inversión en procesos de digitalización. *** la ponencia de Jannixia Villalobos presenta la experiencia del Micitt ejecutando el proyecto de Centros Comunitarios Inteligentes (CECI) como una iniciativa para impactar la reducción de la brecha digital de uso y apropiación en personas no enroladas en la educación formal a través de capacitaciones gratuitas que pretenden mejorar sus competencias digitales. A partir de esto, se propone la transformación de los CECI en Laboratorios de Innovación Comunitaria de modo que estos trasciendan la alfabetización digital básica y en su lugar, propicien capacitaciones en la innovación y la promoción de emprendimientos de base tecnológica acordes a las particularidades territoriales y necesidades del sector productivo local. Si bien la alfabetización digital repercute en el desarrollo de habilidades que mejoran los perfiles de empleabilidad de las personas, también debe potenciar capacidades para enfrentarse a un mundo altamente digitalizado en el que emergen nuevas amenazas. Esto es particularmente relevante para las personas menores de edad, quienes al entrar en contacto con el entorno digital están más expuestos a diversas manifestaciones de violencia, las ciber-agresiones y la explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes (NNA). *** Para Virginia Murillo y Karin Van Wijk durante la crisis del Covid-19, estas vulnerabilidades ocasionaron retos relacionados con la seguridad y el ejercicio de la parentalidad online, ya que la virtualidad no eliminó los factores de riesgo que hacen que los NNA sean víctimas de situaciones de violencia en línea (por ejemplo, con el contacto no supervisado en videojuegos). Esto aunado a la falta de conocimientos de los NNA sobre los riesgos y condiciones violentas que pueden afectarles, plantea la necesidad de reforzar el acompañamiento parental en línea y reforzar la sensibilización de menores y padres, madres o personas cuidadoras. No se trata de restringir el manejo, uso y acceso a las TIC de los NNA, sino de hacerles partícipes del entorno digital de una forma responsable y segura. *** La población adulta mayor es otro de los grupos que requiere de la integración efectiva en la sociedad de la información y el conocimiento (SIC). María Dolores Castro Rojas considera que la inclusión de estas personas es una oportunidad para potenciar un envejecimiento saludable, al propiciar el desarrollo y conservación de sus capacidades funcionales, la práctica de actividades físicas y el mantenimiento de vínculos sociales con familiares y amistades. Sin embargo, la existencia de barreras estructurales (de ingreso, nivel educativo, género, edad, ubicación geográfica y condición de discapacidad) y actitudinales (resistencia a aprender TIC, miedo, vergüenza, falta de apoyo/paciencia de familiares o amistades) impiden el aprovechamiento de las TIC por parte de esta población. La invisibilización de dichas barreras provocó que se generaran pocas intervenciones para paliar la brecha digital de la población adulta mayor a lo largo de la pandemia del Covid-19; demostrando la necesidad de crear intervenciones específicas que fomenten una inclusión digital efectiva de las personas adultas mayores. Más que incrementar el número personas usuarias de las TIC, estas deben adquirir habilidades avanzadas que aseguren cierto nivel de apropiación tecnológica, para lo cual es clave la creación de servicios públicos de aprendizaje especiales e incorporar a la población adulta mayor en el diseño de intervenciones que les afectan. *** Las personas con discapacidad enfrentan barreras estructurales (falta de tecnologías accesibles, actitudes negativas hacia la población, sistemas o políticas que dificultan la participación) que les excluyen de las telecomunicaciones, los servicios digitales e impiden su acceso a las TIC en general. Para José Blanco y Karla Araya, todo esto limita las capacidades de inclusión social y no permite que la población pueda usar las TIC para el ejercicio de otros derechos fundamentales. Conjuntamente, estas condiciones han propiciado un entorno carente de políticas de inclusión digital para las personas con discapacidad en el que la accesibilidad no es un asunto prioritario para el desarrollo tecnológico y en el que no es de extrañar que la institucionalidad pública incumpla parámetros internacionales en materia de accesibilidad (como la norma WCGA2 de la W3CW). Para contrarrestar esto se necesita de una combinación de acciones afirmativas, abordajes de accesibilidad digital ampliada, contextual e integral que considere la relación de la inclusión digital con otras brechas existentes, así como integrar (desde un enfoque de experiencia de usuario) a la población con discapacidad en la formulación de las políticas de telecomunicaciones y accesibilidad digital. *** La compleja interrelación de diferentes brechas no sólo afecta a las personas adultas mayores o con discapacidad, sino que también incide en las posibilidades de acceso, uso y apropiación de las mujeres. Esto alude a la Brecha Digital de Género (BDG), un fenómeno que para Yanet Martínez refleja la confluencia de diversos factores de inclusión social (ingreso, disponibilidad de tiempo, conocimientos y habilidades, bagaje cultural y lingüístico) en el acceso a infraestructura y servicios relacionados con las TIC, los niveles de alfabetización mediática e informacional y la profesionalización de las mujeres. Con la pandemia del Covid-19, esta brecha se agudizó ante el aumento de expresiones de violencia doméstica, la precarización laboral, la reducción de la jornada y la extensión de jornadas laborales y domésticas producto del teletrabajo, aunque no todas las mujeres experimentaron la BDG de igual forma. Las dinámicas de opresión intersecan identidades sexuales, clase, etnia, raza, edad o ubicación geográfica y vínculos institucionales, políticos y redes de apoyo, generando diferencias en el uso, acceso y apropiación tecnológica de las mujeres. *** La apropiación digital es especialmente relevante pues pone sobre la mesa el debate sobre cómo pasar del consumo de las TIC al ejercicio de competencias que permitan la interpretación y aprovechamiento de un nuevo entorno tecnológico, en el que se requiere saber, pensar y actuar a través de las TIC; además de reconocer y evaluar información críticamente. En la opinión de Carlos Araya Rivera, estas competencias deben ser transversales a todos los campos del conocimiento, aunque es particularmente importante, que se impulsen desde el ámbito educativo. A esto puede ayudar la aplicación de una ruta crítica que adopte un enfoque flexible, eficiente y más humano, donde el centro sean las personas y no la tecnología. *** En nuestra época, este tipo de competencias tiene un rol esencial para el ejercicio de la ciudadanía digital e implica un reto especial porque la ciudadanía se encuentra en permanente construcción, dependiendo de las interacciones y las nuevas formas de participación. Además, para que esta sea transformadora debe posibilitar una ruptura con las relaciones sociales hegemónicas, propiciando la participación, el intercambio y el debate crítico. Mariam Carpio Carpio considera que este desafío es aún mayor para las personas menores de edad pues no sólo deben ser reconocidas como sujetas de derechos, sino también como capaces de participar, establecer conexiones y generar cambios mediante un uso crítico, ético y eficaz de las TIC en el ecosistema digital. En consecuencia, la participación plena de las personas menores de edad en la sociedad digital requiere de políticas que integren las TIC en la educación y desarrollar habilidades para interpretar la información y distinguir los riesgos de manipulación mediática, en las y los menores como en las familias e instituciones encargadas de su inclusión digital. De ello depende que las personas menores de edad tengan experiencias positivas en su interacción con el mundo online y que las TIC puedan evolucionar para que estas se conviertan en Tecnologías para el Empoderamiento y la Participación Social (TEP), visibilizando nuevas posibilidades y prácticas sociales, hasta ahora impensables. *** Las TIC estructuran nuevas formas de participación ciudadana y dinámicas de comunicación sociopolítica en un contexto en el que las tecnologías digitales cambiaron la forma como se percibe el espacio-tiempo. Esto ha contribuido a la génesis de un espacio comunicacional distinto, en el que acontecen las discusiones sobre lo público por medios digitales, creando una infraestructura tecnosocial conectada a través de plataformas de las redes sociales. Este espacio, la esfera pública digital como la denomina Luis Santana, no sólo refleja el impacto que las TIC han tenido en nuestras sociedades, sino también la creación de nuevas pautas de interacción social en el que la ciudadanía, empoderada por las posibilidades que ofrecen las tecnologías digitales, demandas prácticas y estructuras menos rígidas para participar en la vida pública.UCR::Rectoría::Programa Sociedad de la Información y el Conocimiento (PROSIC)UCR::Vicerrectoría de Investigación::Unidades de Investigación::Ciencias Sociales::Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP)UCR::Vicerrectoría de Docencia::Ciencias Sociales::Facultad de Ciencias Sociales::Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiv

    Spanish Catheter Ablation Registry. 18th Official Report of the Spanish Society of Cardiology Working Group on Electrophysiology and Arrhythmias (2018)

    No full text

    Registro Español de Ablación con Catéter. XVIII Informe Oficial de la Sección de Electrofisiología y Arritmias de la Sociedad Española de Cardiología (2018)

    No full text

    Evaluation of a quality improvement intervention to reduce anastomotic leak following right colectomy (EAGLE): pragmatic, batched stepped-wedge, cluster-randomized trial in 64 countries

    Get PDF
    Background Anastomotic leak affects 8 per cent of patients after right colectomy with a 10-fold increased risk of postoperative death. The EAGLE study aimed to develop and test whether an international, standardized quality improvement intervention could reduce anastomotic leaks. Methods The internationally intended protocol, iteratively co-developed by a multistage Delphi process, comprised an online educational module introducing risk stratification, an intraoperative checklist, and harmonized surgical techniques. Clusters (hospital teams) were randomized to one of three arms with varied sequences of intervention/data collection by a derived stepped-wedge batch design (at least 18 hospital teams per batch). Patients were blinded to the study allocation. Low- and middle-income country enrolment was encouraged. The primary outcome (assessed by intention to treat) was anastomotic leak rate, and subgroup analyses by module completion (at least 80 per cent of surgeons, high engagement; less than 50 per cent, low engagement) were preplanned. Results A total 355 hospital teams registered, with 332 from 64 countries (39.2 per cent low and middle income) included in the final analysis. The online modules were completed by half of the surgeons (2143 of 4411). The primary analysis included 3039 of the 3268 patients recruited (206 patients had no anastomosis and 23 were lost to follow-up), with anastomotic leaks arising before and after the intervention in 10.1 and 9.6 per cent respectively (adjusted OR 0.87, 95 per cent c.i. 0.59 to 1.30; P = 0.498). The proportion of surgeons completing the educational modules was an influence: the leak rate decreased from 12.2 per cent (61 of 500) before intervention to 5.1 per cent (24 of 473) after intervention in high-engagement centres (adjusted OR 0.36, 0.20 to 0.64; P < 0.001), but this was not observed in low-engagement hospitals (8.3 per cent (59 of 714) and 13.8 per cent (61 of 443) respectively; adjusted OR 2.09, 1.31 to 3.31). Conclusion Completion of globally available digital training by engaged teams can alter anastomotic leak rates. Registration number: NCT04270721 (http://www.clinicaltrials.gov)

    Global variation in postoperative mortality and complications after cancer surgery: a multicentre, prospective cohort study in 82 countries

    No full text
    © 2021 The Author(s). Published by Elsevier Ltd. This is an Open Access article under the CC BY-NC-ND 4.0 licenseBackground: 80% of individuals with cancer will require a surgical procedure, yet little comparative data exist on early outcomes in low-income and middle-income countries (LMICs). We compared postoperative outcomes in breast, colorectal, and gastric cancer surgery in hospitals worldwide, focusing on the effect of disease stage and complications on postoperative mortality. Methods: This was a multicentre, international prospective cohort study of consecutive adult patients undergoing surgery for primary breast, colorectal, or gastric cancer requiring a skin incision done under general or neuraxial anaesthesia. The primary outcome was death or major complication within 30 days of surgery. Multilevel logistic regression determined relationships within three-level nested models of patients within hospitals and countries. Hospital-level infrastructure effects were explored with three-way mediation analyses. This study was registered with ClinicalTrials.gov, NCT03471494. Findings: Between April 1, 2018, and Jan 31, 2019, we enrolled 15 958 patients from 428 hospitals in 82 countries (high income 9106 patients, 31 countries; upper-middle income 2721 patients, 23 countries; or lower-middle income 4131 patients, 28 countries). Patients in LMICs presented with more advanced disease compared with patients in high-income countries. 30-day mortality was higher for gastric cancer in low-income or lower-middle-income countries (adjusted odds ratio 3·72, 95% CI 1·70–8·16) and for colorectal cancer in low-income or lower-middle-income countries (4·59, 2·39–8·80) and upper-middle-income countries (2·06, 1·11–3·83). No difference in 30-day mortality was seen in breast cancer. The proportion of patients who died after a major complication was greatest in low-income or lower-middle-income countries (6·15, 3·26–11·59) and upper-middle-income countries (3·89, 2·08–7·29). Postoperative death after complications was partly explained by patient factors (60%) and partly by hospital or country (40%). The absence of consistently available postoperative care facilities was associated with seven to 10 more deaths per 100 major complications in LMICs. Cancer stage alone explained little of the early variation in mortality or postoperative complications. Interpretation: Higher levels of mortality after cancer surgery in LMICs was not fully explained by later presentation of disease. The capacity to rescue patients from surgical complications is a tangible opportunity for meaningful intervention. Early death after cancer surgery might be reduced by policies focusing on strengthening perioperative care systems to detect and intervene in common complications. Funding: National Institute for Health Research Global Health Research Unit

    Effects of hospital facilities on patient outcomes after cancer surgery: an international, prospective, observational study

    No full text
    © 2022 The Author(s). Published by Elsevier Ltd. This is an Open Access article under the CC BY 4.0 licenseBackground: Early death after cancer surgery is higher in low-income and middle-income countries (LMICs) compared with in high-income countries, yet the impact of facility characteristics on early postoperative outcomes is unknown. The aim of this study was to examine the association between hospital infrastructure, resource availability, and processes on early outcomes after cancer surgery worldwide. Methods: A multimethods analysis was performed as part of the GlobalSurg 3 study—a multicentre, international, prospective cohort study of patients who had surgery for breast, colorectal, or gastric cancer. The primary outcomes were 30-day mortality and 30-day major complication rates. Potentially beneficial hospital facilities were identified by variable selection to select those associated with 30-day mortality. Adjusted outcomes were determined using generalised estimating equations to account for patient characteristics and country-income group, with population stratification by hospital. Findings: Between April 1, 2018, and April 23, 2019, facility-level data were collected for 9685 patients across 238 hospitals in 66 countries (91 hospitals in 20 high-income countries; 57 hospitals in 19 upper-middle-income countries; and 90 hospitals in 27 low-income to lower-middle-income countries). The availability of five hospital facilities was inversely associated with mortality: ultrasound, CT scanner, critical care unit, opioid analgesia, and oncologist. After adjustment for case-mix and country income group, hospitals with three or fewer of these facilities (62 hospitals, 1294 patients) had higher mortality compared with those with four or five (adjusted odds ratio [OR] 3·85 [95% CI 2·58–5·75]; p<0·0001), with excess mortality predominantly explained by a limited capacity to rescue following the development of major complications (63·0% vs 82·7%; OR 0·35 [0·23–0·53]; p<0·0001). Across LMICs, improvements in hospital facilities would prevent one to three deaths for every 100 patients undergoing surgery for cancer. Interpretation: Hospitals with higher levels of infrastructure and resources have better outcomes after cancer surgery, independent of country income. Without urgent strengthening of hospital infrastructure and resources, the reductions in cancer-associated mortality associated with improved access will not be realised. Funding: National Institute for Health and Care Research
    corecore