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Intubación del paciente despierto con Fibrobroncoscopio flexible versus Videolaringoscopio McGrath: Rosenstock CV, Thogersen B, Afshari A, Christensen AL, Eriksen C, Gätke M. Awake fiberoptic or awake laryngoscopic tracheal intubation in patients with anticipated difficult airway management. Anesthesiology 2012;116(2): 1210-16.
La dificultad para el manejo de la vía aérea es la primera causa de mortalidad y morbilidad relacionada con la práctica anestésica en el adulto. Por ello, la mayoría de sociedades de Anestesiología han desarrollado guías clínicas y algoritmos para la prevención, diagnóstico y tratamiento de las situaciones en las que se nos plantea una vía aérea difícil.
En el algoritmo de la ASA publicado recientemente para el manejo de la vía aérea se recomienda la intubación con el paciente despierto como el método gold standard ante pacientes con una vía aérea difícil prevista1. El fibrobroncoscopio flexible (FBC) ha sido, durante años, el instrumento de elección en estas situaciones. Los videolaringoscopios son dispositivos de desarrollo relativamente reciente ideados para mejorar la intubación traqueal. Constan de micro cámaras y monitores portátiles de pantalla plana cuya intención es mejorar la visión y, por tanto, el éxito de la laringoscopia directa. Los miembros de la ASA incluyen su uso en el algoritmo, en el caso de ventilación con mascarilla facial adecuada e intubación fallida
Taquiarritmia grave en la unidad de reanimación en paciente portador de tubo orotraqueal herniado de manera inadvertida
La mala posición del tubo orotraqueal (TOT) es una complicación que aparece en el 12 al 15% de las intubaciones realizadas en la Unidad de Cuidados Críticos. El bisel del tubo orotraqueal debe estar ubicado 4 a 5 cm. por encima de la carina, equivalente al nivel de la tercera o cuarta vértebra dorsal. Debe documentarse la profundidad de la inserción, distancia en centímetros a nivel del incisivo superior o a nivel de los labios en paciente sin dientes. También, una vez colocado, se debe marcar el TOT, preferentemente, a nivel del incisivo superior o en su defecto, a nivel de los labios para tener idea de la profundidad correcta del mismo.
La posición del tip o punta del TOT es dependiente de la posición de la cabeza y del cuello. La flexión hacia delante desciende el TOT en un promedio de 1,9 cm. y la extensión hacia atrás eleva el tip en una distancia semejante. La radiografía de tórax siempre debe realizarse después de la confirmación primaria y secundaria de colocación del tubo y obviamente en un paciente estabilizado cervicalmente. En el paciente con el TOT colocado en la vía aérea, la placa de tórax (visión anteroposterior) únicamente nos dice a cuántos centímetros de la carina se encuentra el tip o extremo distal del tubo, y si está desplazado al bronquio derecho, pero de ningún modo nos asegura que se encuentre dentro de la vía aérea.
La confirmación primaria se realiza a través de la auscultación del tórax. La confirmación secundaria se hace a través de la detección de CO2 en el aire espirado. La profundidad en la que se encuentra el TOT en el hombre debe ser de 23 cm. y de 21 cm. en la mujer, sin embargo la profundidad debe evaluarse siempre individualmente, particularmente teniendo en cuenta la estatura del paciente.
Cuando el TOT se hernia, dicha situación se asocia con cuadros de obstrucción de vía aérea aguda con una inmediata caída del ETCO2, seguida del descenso del % de SatO2 con aumento concomitante de la presión en la vía aérea y fallo en el ciclado del respirador, objetivándose silencio auscultatorio en ambos campos pulmonares y aumento de la resistencia a la ventilación manual si la herniación es completa (extubación)
Considerations on diagnosis and surveillance measures of PTEN hamartoma tumor syndrome : clinical and genetic study in a series of Spanish patients
Altres ajuts: European Regional Development Fund; Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER); European Social Fund (ESF).Background: The limited knowledge about the PTEN hamartoma tumor syndrome (PHTS) makes its diagnosis a challenging task. We aimed to define the clinical and genetic characteristics of this syndrome in the Spanish population and to identify new genes potentially associated with the disease. Results: We reviewed the clinical data collected through a specific questionnaire in a series of 145 Spanish patients with a phenotypic features compatible with PHTS and performed molecular characterization through several approaches including next generation sequencing and whole exome sequencing (WES). Macrocephaly, mucocutaneous lesions, gastrointestinal polyposis and obesity are prevalent phenotypic features in PHTS and help predict the presence of a PTEN germline variant in our population. We also find that PHTS patients are at risk to develop cancer in childhood or adolescence. Furthermore, we observe a high frequency of variants in exon 1 of PTEN, which are associated with renal cancer and overexpression of KLLN and PTEN. Moreover, WES revealed variants in genes like NEDD4 that merit further research. Conclusions: This study expands previously reported findings in other PHTS population studies and makes new contributions regarding clinical and molecular aspects of PHTS, which are useful for translation to the clinic and for new research lines