4 research outputs found

    Training in self-regulated learning based on a neuropsychological approach to academic stress in university students

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    Introduction: academic stress is a common challenge among university students and can have negative effects on their performance and well-being, as well as hinder conscious learning regulation. This article presents a training program designed to address this problem from a neuropsychological approach and promote self-regulated learning. Objective: to evaluate the effectiveness of the self-regulated learning training strategy in reducing stress associated with the academic context. Method: a mixed research design was employed, involving eight second-year undergraduate students. The training program consisted of five sessions, each addressing specific aspects of self-regulated learning and academic stress management. Quantitative data were collected, and semi-structured interviews were conducted to gain a deeper understanding of the phenomenon. Results: the program had a positive impact on reducing stress associated with the academic context and improving performance in the sample. Participants reported increased awareness of their own learning strategies and improved ability to manage stress in the academic environment. Conclusions: this study demonstrates that a training program in self-regulated learning, based on a neuropsychological approach, can be effective in reducing stress associated with the academic context and increasing the performance of university students. These findings support the importance of providing students with strategies to manage stress and promote self-regulated learning

    Liderazgo Pedagógico. Mitos & Posibilidades

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    El ingenio y la creatividad, con sustento teórico científico se puede ver en el texto que aguarda el título LIDERAZGO PEDAGÓGIGO MITOS & POSIBILIDADES, al hacer un replanteamiento de lo que significa el liderazgo pedagógico y su connotación en la vida escolar. Parte de las preguntas, el liderazgo será una ¿capacidad?, ¿forma se ser?, ¿habilidad? son, hasta el momento, la recurrencia de los aportes para darle sentido a la categoría en cuestión. De las múltiples formas de entender el concepto asume que el liderazgo solo existe si al menos dos personas interactúan donde uno lidera y el otro se subordina cuestionando lo que sucede en las instituciones educativas haciendo hincapié en las escuelas unidocentes donde se encuentran solo subordinados que buscarán al distinto mediante la identificación del rasgo mínimo que los pueda diferenciar que sería la percepción del otro que toma decisiones oportunas frente a un problema inmediato, discrepando con la concepción que manifiesta que el liderazgo se ejerce por el tiempo de servicios del docente aunque no necesariamente tenga las cualidades para ser un líder idóneo, generándose frustración en el directivo y dilemas en su práctica pedagógica y de gestión . En el recorrido del texto podemos apreciar el deslinde entre el objeto de estudio de la Pedagogía en relación con otros procesos se determina el papel de la ciencia en relación al liderazgo, demostrando inconsistencia de las dimensiones que plantea Robinson toda vez que en el contexto de la adjetivación con la categoría liderazgo resulta un desmedido propósito. La idea de precisar la ruta de los procesos cognoscitivos como demanda actual que no solo simboliza la movilización de los aprendizajes, sino que el directivo debe estar al tanto de todos los procesos que circundan al objeto de estudio de una ciencia. De este modo, la Pedagogía actúa como principio o norma para el desarrollo de otros procesos que naturalmente están orientados por la Didáctica o la misma tecnología; no obstante, el límite entre estas tres categorías genera confusión debido a que el magisterio nacional recurre siempre a lo relativo que con el tiempo se ha convertido en una jerga cuyas denominaciones son típicas. Cuando se cuestiona el liderazgo pedagógico sin tener argumentos que lo sustente es un peligro dado que la gestión escolar requiere de la ciencia para comprender cuál es el papel del docente dentro del aula y del directivo cuando ejerce sus funciones durante el monitoreo. El proceso de gestión escolar no puede crearse en sus propias limitaciones presentadas en proposiciones que no reflejan la naturaleza de la ciencia como la Pedagogía. Cuestionar el liderazgo ante la ausencia de la ciencia pedagógica corresponde al análisis de todo proceso, un directivo tiene que asumir que su rol no es la respuesta con el poder del sentido común. No se trata de considerar que el poder se basa en la experiencia docente o directiva sin hacer el intento de discriminar entre la experiencia y los años de servicio. Lo uno no se vincula con lo otro, por lo que es un riesgo asumir la existencia del liderazgo pedagógico faltando a sus preceptos cuando los problemas no se puedan solucionar oportunamente y como corresponde. Asumir una postura teórica implica reconocer que la ciencia tiene un objetivo claro en la vida del ser humano, considerar los aportes producto de la experiencia es útil siempre y cuando la ciencia justifique sus razones y con ello el aprendizaje sea el mejor. Hacer un recorrido intelectual a través de los tres capítulos del texto, nos invita a hacer una reflexión de lo que constituye el constructo liderazgo pedagógico, convirtiéndose en un elemento motivador para seguir indagando, analizando y argumentando sobre el concepto y sus efectos en la práctica pedagógica

    La inteligencia emocional y el rendimiento académico: Regularidades y tendencias en su abordaje teórico y metodológico

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    Con el propósito de determinar las regularidades teórico y metodológicas de la relación entre la inteligencia emocional y el rendimiento académico, se usó una complementariedad metodológica en la cual combina los métodos cuantitativos bibliométricos y la revisión sistemática de literatura científica en búsqueda de evidencias y regularidades de la relación entre la inteligencia emocional y rendimiento académico. Se concluye que la relación entre inteligencia emocional y rendimiento académico tiene un abordaje científico desde 1997 con una tendencia creciente hasta la fecha, los países con mayor presencia en labores investigativas sobre el fenómeno son Estados Unidos, España y el Reino Unido, otro grupo importante lo conforman Australia, India, Irán y Canadá. Las áreas del conocimiento que con mayor frecuencia abordan la relación entre las variables, son las ciencias sociales, la medicina y la psicología, destacando en este grupo las ciencias sociales por la disciplina de la educación. Otro grupo importante que destaca en segundo orden está conformado por la administración y negocios, la enfermería y las artes y humanidades. La mayor parte de las publicaciones son realizadas como artículos originales, seguidos de conferencie paper y revisiones de literatura. Los investigadores abordan la relación entre las variables con metodologías fundamentalmente en el marco del enfoque cuantitativo transversal, existen pocos estudios con enfoques cualitativos y fundamentalmente con análisis documental. La inteligencia emocional en su relación con el rendimiento académico es observada con sub categorías: Auto realización, autoconcepto, adaptabilidad, autogestión, motivación, autoestima, emocionalidad, gestión de emociones, ansiedad y depresión, resiliencia, liderazgo, inteligencia emocional percibida entre otros. Finalmente existe evidencia científica de una relación positiva y vierte entre la inteligencia emocional y el rendimiento académico en todos los niveles de educación

    La Metáfora del Liderazgo (y un táper de sarcasmo)

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    Las percepciones sobre el liderazgo, y de todas sus propuestas conceptuales y transcendentales, se han desarrollado en la medida que el hombre ha evolucionado en función de sus necesidades. En este proceso, los denominados «líderes» y «lideresas» se han desenvuelto dentro de sus propias convicciones, y las decisiones tomadas fueron impulsos de los que no se conoce totalmente el origen. De este modo, cada quien ha logrado un espacio en las acciones sociales con la idea de conducir un país políticamente y bajo la sombra de la corrupción. Dicen que «la polí-tica no sirve», pero un politólogo no afirmaría eso porque vive de ello, y dentro de su discurso sin ser platónico nos explica el objeto de estudio cuya simbiosis puede verse mejor desde la sociología, aunque los límites para la psicología exigen ahondar en la personalidad del líder. En su defecto, se juzga el historial del líder cuando se ha consagrado eterno perdedor, un empedernido aspirante o que, a la sazón de la triquiñuela, pretende el poder solo por el hecho de sentirse líder, aunque esté más cerca de ser condenado que ser dueño del poder para gobernar. Conceptualmente, se entiende que el líder conduce; lo que no se dice con precisión es que no se sabe hacia dónde conduce a sus seguidores, puesto que se le reconoce autoridad. Este concepto tan básico se ha extrapolado para diseñar modelos y comportamientos, y, con ello, una seguidilla de tipos de liderazgo. Todos estos tienen, en los negocios, el numen para desarrollar un ideario etéreo cuando el liderazgo colisiona con atisbos mínimos de moral, ética y buen comportamiento civil. De tal manera, nos permitimos el siguiente cuestionamiento: ¿qué pasaría si para ejercer el liderazgo debieran establecerse ciertas condiciones como la ontología, etología y axiología como mecanismos reguladores? Sin embargo, la precariedad en el pensamiento y el mismo razonamiento, el «ciego lector» y «extremo subordinado», encaminan el seudolide- razgo como bandera de ganador a expensas de subterráneos intereses, cuya mezcla puede llamarse sencillamente sincretismo político ajeno a la pureza del liderazgo. En este sentido, y dentro de lo que para el mundo significó el rigor de «la prolongada encerrona», que en el caso peruano fue la oportunidad para que los «seudolíderes» se privilegien, nos tocó reescribir historias y ver cómo nuestra vida se caía a pedazos cuando los fallecidos por covid-19 se iban a las fosas comunes construidas de modo improvisado, cuando se acabaron las mascarillas, cuando el alcohol se vendía en botellas de bebidas gaseosas, cuando el cañazo competía con la ivermectina y en las redes sociales los memes nos decían otra cosa, y el liderazgo atrapado entre la incertidumbre y Santa Mónica se guardaba silenciosamente. En este escenario, el libro consta de tres capítulos. El primero aborda el tema educativo y sus avatares para resistir la virtualidad, mientras que el segundo intenta situar cómo la actuación humana no encaja en la etiqueta del liderazgo como concepto y, por tanto, asumimos que cuando se habla de liderazgo es preferible referirse al conjunto de actitudes orientadas a lograr sus propósitos personales antes que estar atentos a las necesidades de los seguidores. Este sería el concepto tan propio que refleja el comportamiento interesado, mediocre y corrupto, con el único propósito de llegar al poder por encima de los valores. El último capítulo recrea los acontecimientos y los puyazos entre payasos de televisión cancerbera con acervos mezclados que pretendían la presidencia, así como el desenfreno y desconocimiento del escollo político como herramienta o proceso que nos permita vernos como individuos socialmente políticos. Finalmente, esta obra cuenta con un «táper de sarcasmo», porque es parte de nuestra vida política, donde el mínimo detalle se convierte en un meme que define a muchos políticos por sus inusuales expresiones que, al final, son la demostración de su limitada cognición. El táper de sarcasmo es una idea transversal en el libro: se presentan textos publicados en Facebook en la medida que surgían los hechos y que fueron singular motivo para añadirlo a la canasta de nuestra actividad política sin liderazgo, pero sí con abundante toque de corrupción
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