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Asociación entre el NT PRO-BNP y marcadores de hipervolemia, nutrición e inflamación en pacientes en Diálisis Peritoneal.
La mortalidad en Hemodiálisis y Diálisis Peritoneal es elevada (30-35 % a los 3 años), siendo dos factores pronósticos relevantes la hiperhidratación con incremento del riesgo cardiovascular y la desnutrición con el Síndrome de “Protein Energy Wasting”(emaciación proteico-calórico). El diagnóstico y tratamiento precoz de estas alteraciones es difícil y controvertido por las especiales características de estos pacientes. El NT pro-BNP y la bioimpedancia se han propuesto como determinaciones capaces de determinar la composición corporal y detectar el estado hipervolémico. Realizamos un estudio de corte transversal, observacional, monocéntrico, en pacientes con Enfermedad Renal Crónica Terminal que reciben tratamiento renal sustitutivo con Diálisis Peritoneal, en seguimiento en la unidad de Diálisis Domiciliaria del servicio de Nefrología del Hospital Universitario Miguel Servet, para determinar si existe asociación entre los valores de NT pro-BNP y el estado de hidratación de estos pacientes
Estudio de efectividad y seguridad de los agentes estimulantes de la eritropoyesis en el tratamiento de la anemia asociada a enfermedad renal crónica
IntroducciónEn este estudio se analiza el manejo terapéutico de una de las complicaciones más frecuentes de la enfermedad renal crónica (ERC), la anemia, en los pacientes atendidos en las Consultas Externas (CCEE) de Nefrología del Hospital Universitario Miguel Servet (HUMS) de Zaragoza y en tratamiento con un agente estimulante de la eritropoyesis (AEE), entre los años 2012 y 2015. En el Sistema Sanitario de la Comunidad Autónoma (CA) de Aragón, los dos AEE que se estaban utilizando en el momento del estudio eran darbepoetina α y epoetina β.Los objetivos del estudio fueron:1. Describir las características sociodemográficas, variables analíticas, comorbilidades y tratamientos concomitantes de los pacientes con anemia asociada a ERC en tratamiento con AEE. 2. Evaluar la indicación, efectividad y seguridad del tratamiento con AEE en pacientes con anemia asociada a ERC.3. Estudiar los factores que influyen en la respuesta a AEE.4. Determinar las dosis medias necesarias de darbepoetina α (µg/semana) y epoetina β (UI/semana) para alcanzar el objetivo terapéutico y la relación entre ambas (darbepoetina α: epoetina β).5. Estimar el coste del tratamiento con darbepoetina α y epoetina β en pacientes con anemia asociada a ERC.6. Determinar la adherencia al tratamiento con AEE en pacientes con anemia asociada a ERC. Material y MétodosSe realizó un estudio observacional, de cohortes y retrospectivo. Se incluyeron los pacientes con anemia asociada a ERC en prediálisis, que iniciaron tratamiento con darbepoetina α o epoetina β entre el 1 de enero de 2012 y el 31 de diciembre de 2013. El seguimiento se realizó desde el inicio de tratamiento con AEE hasta el 31 de diciembre de 2015, inicio de tratamiento renal sustitutivo (TRS) mediante hemodiálisis (HD) o diálisis peritoneal (DP), realización de trasplante renal (TxR), éxitus o suspensión del tratamiento.Al inicio del tratamiento con AEE, se registraron variables sociodemográficas; comorbilidades y tratamientos concomitantes; variables analíticas y variables relacionadas con el tratamiento con AEE. Para estudiar la efectividad al tratamiento con AEE se analizó la evolución de los parámetros hematológicos y el porcentaje de pacientes que alcanzó el objetivo terapéutico (valores de hemoglobina (Hb) entre 10,0 g/dL-12,0 g/dL según recomendaciones de ficha técnica) en cuatro periodos de seguimiento (3, 6, 12 y 24 meses del inicio del tratamiento con AEE); tiempo para conseguir el objetivo terapéutico e incremento del valor de Hb. Para el estudio de seguridad se registraron las siguientes variables: evento adverso (EA) durante el seguimiento; tipo de EA; porcentaje de pacientes que alcanzan valores de Hb>12,0 g/dL y Hb>13,0 g/dLResultados y discusiónLos resultados de este estudio, obtenidos en condiciones de práctica clínica real, pueden ser útiles en el manejo y la optimización del tratamiento con AEE en pacientes con anemia asociada a ERC. Los pacientes del estudio presentan edad elevada, mucha comorbilidad asociada y reciben varios tratamientos farmacológicos concomitantes. La iniciación del tratamiento con AEE sea ajusta a los parámetros definidos por consensos internacionales y la respuesta inicial al tratamiento con AEE es adecuada manteniéndose niveles medios de Hb estables hasta los 24 meses de tratamiento. Darbepoetina α corrige y mantiene la concentración de Hb de forma segura con una frecuencia de administración reducida en comparación con epoetina β, lo que aporta beneficio para los pacientes y para los cuidadores de los mismos. En cuanto a la seguridad, un porcentaje limitado de pacientes en tratamiento con AEE presenta niveles de Hb>12,0 g/dL y Hb>13,0 g/dL, en parte justificado por una individualización del tratamiento. El control de la anemia es correcto mediante la combinación de dosis moderadas de AEE, sin embargo, se detecta un infratratamiento de la ferropenia que sugiere oportunidades de mejora en el tratamiento de nuestros pacientes. Las dosis utilizadas en el cambio de epoetina β a darbepoetina α fueron inferiores a las teóricas según las indicaciones de ficha técnica, consiguiendo un buen control de los niveles de Hb durante los 24 meses de seguimiento y un coste medio inferior al esperado. La adherencia al tratamiento con AEE es buena sin que se aprecien complicaciones relacionadas con el uso de la eritropoyetina (EPO).<br /
Fenotipo de ·Cintura Hipertrigliceridémica" en población con Enfermedad Renal Crónica y su relación con el desarrollo y progresión de enfermedad ateroesclerótica y eventos cardiovasculares
INTRODUCCIÓNLa mortalidad cardiovascular es la causa principal de mortalidad en la Enfermedad Renal Crónica (ERC), siendo el riesgo de la misma superior al de la progresión hacia ERC avanzada dependiente de técnicas depurativas. Sin embargo, en esta población no es de utilidad el empleo de instrumentos clásicos de cribado del riesgo cardiovascular. En los últimos años, ha surgido una corriente investigadora centrada en la búsqueda de herramientas que puedan ser de ayuda, como la búsqueda de nuevos biomarcadores o pruebas de imagen que permitan detectar la presencia de ateromatosis en estadios subclínicos. La presencia de placa de ateroma detectada mediante ultrasonografía o un índice tobillo-brazo patológico, parecen ser marcadores de fiabilidad para la predicción del riesgo cardiovascular (RCV), si bien, ambas pruebas requieren una equipación tecnológica no siempre disponible en el día a día de la consulta de Nefrología o de Atención Primaria. El Fenotipo de Cintura Hipertrigliceridémica (FCH) es una herramienta fácilmente accesible que ha mostrado utilidad en población general para la predicción del RCV. En la ERC, la presencia de este fenotipo se ha relacionado con un aumento del Grosor Íntima-Media Carotideo (GIMc).OBJETIVOLos objetivos principales de este estudio han sido redefinir el FCH en una cohorte con ERC (desde categorías precoces hasta formas avanzadas) a partir de su relación con la presencia de Enfermedad Ateroesclerótica (EA) en estadios subclínicos y, analizar la magnitud del RCV que confiere.METODOLOGIAHemos realizado este estudio sobre la cohorte del estudio NEFRONA, con la inclusión de un total de 2767 individuos. Utilizamos dos métodos estadísticos para la determinación de los puntos de corte, uno orientado a los datos (análisis de quintiles) y otro orientado a los resultados (Índice de Youden). Como variable resultado, consideramos el marcador subrogado de RCV: EA basal moderada-severa, definido por la presencia de placa de ateroma (valorando 10 territorios vasculares diferentes) o un ITB isquémico (RESULTADOSLos puntos de corte que definen el FCH en la población con ERC han sido Triglicéridos séricos superiores a 146 mg/dl y cintura superior a 102 cm en varones y 94 cm en mujeres. La prevalencia del mismo en la población con ERC ha sido del 22.4% (16.2% en grupo control). No hemos observado cambios estadísticamente significativos en la prevalencia según la categoría G, a diferencia de lo que se observa en las variables índice de Masa Corporal (IMC) o cintura. Sin embargo, la prevalencia aumentó con la edad (hasta los 63-68 años, posteriormente decae). Dentro del grupo con ERC, los individuos con FCH han presentado peor perfil de RCV: mayor edad, IMC, presión arterial sistólica, presión de pulso, colesterol total, colesterol no HDL, índice aterogénico, apoproteína B, glucosa, índice HOMA-IR, cociente albúmina/creatinina en orina (ACR), ácido úrico y proteína C reactiva ultrasensible (PCRus) y menores niveles de HDLc y vitamina 25OHD3. Hemos identificado una asociación independiente entre la presencia del FCH específico con la presencia de EA moderada-severa basal (OR 1.61; IC95%: 1.12-2.32; p= 0.011). En relación con el efecto del fenotipo sobre la progresión de la EA, nuestros resultados han mostrado la presencia de interacción entre el mismo y los niveles de fósforo o la edad. La influencia de estas interacciones dependió a su vez de la categoría G de ERC. Así, el FCH en categorías G1-3b se comportó como un factor de riesgo para la progresión de la EA, pero solamente en individuos con Fósforo 56 años (OR= 0.42, IC95% 0.23 – 0.76; p= 0.004), mientras que, en Hemodiálisis, influyó en todo el grupo, sin presencia de ninguna interacción (OR= 0.34, IC95% 0.13 – 0.88; p= 0.027). En relación con el desarrollo de un EoMCV en 4 años, el FCH de nuevo ha mostrado una interacción con los niveles de fósforo, asociándose a un incremento del riesgo únicamente en individuos con fósforo CONCLUSIONESLa presencia de niveles de triglicéridos > 146 mg/dl junto a una cintura >102 cm en varones y 94 cm en mujeres, definen un fenotipo asociado a un incremento del RCV en la población con ERC. Su prevalencia es significativa, sin modificarse entre las distintas categorías G de ERC. Se asocia a una disregulación del metabolismo lipídico, un aumento de la resistencia a la insulina, un estado proinflamatorio y en la misma línea que señalan trabajos experimentales recientes, también parece estar asociado a una disregulación del metabolismo óseo-mineral. Su diagnóstico resulta útil para identificar a un grupo de individuos con una EA subclínica en estadios moderados-severos, en riesgo de progresión y de desarrollo de un evento o muerte CV, sin implicar un importante costo sanitario. Nuestros resultados muestran una mejora en la discriminación del riesgo cardiovascular de este fenotipo cuando lo comparamos con el síndrome metabólico. Ante los resultados observados, sería interesante promover nuevos estudios acerca del impacto de medidas dirigidas a realizar un abordaje integral de todas las alteraciones asociadas al FCH; así como a profundizar en el conocimiento del papel de la grasa visceral en la regulación del metabolismo óseo-mineral en la ERC y por supuesto, a ampliar su estudio hacia la población en diálisis peritoneal o trasplantada renal.<br /
Mortalidad durante el primer año en pacientes incidentes en tratamiento renal sustitutivo en Aragón
Introducción: La incidencia en el mundo desarrollado de pacientes que reciben tratamiento sustitutivo de la función renal parece haberse estabilizado, sin embargo, la prevalencia continua avanzando (actualmente por encima de 1000 pmh). Además, los pacientes renales suponen una pequeña parte de la población enferma y, sin embargo, consumen una importante cantidad de los recursos sanitarios. La diálisis, en cualquiera de sus modalidades, constituye una terapéutica que a pesar de sus importantes mejoras desde su introducción en los años sesenta, ofrece unos resultados sobre la morbi-mortalidad de los pacientes no del todo satisfactorios. Muchos de los aspectos del TRS han sido estandarizados en guías internacionales como las K/DOQI, sin embargo, la literatura demuestra importantes diferencias en el grado de cumplimiento de los estándares propuestos, tanto entre centros como entre países. Desarrollo teórico: Además de la guías K/DOQI, el desarrollo de otros proyectos como el DOPPS, el estudio CHOICE y las guías de práctica clínica de la S.E.N. han pretendido no sólo definir indicadores de calidad y homogeneizar la actividad nefrológica, sino medirla, monitorizarla y evaluarla, bajo la convicción de que la consecución de un mayor número de indicadores clínicos se asocia con un descenso en la mortalidad. Siendo conscientes de la importancia que la monitorización y medición de los indicadores de calidad tiene sobre la actividad de hemodiálisis y diálisis peritoneal y su impacto sobre la morbi-mortalidad en esta población, hemos pretendido estudiar a una muestra representativa de la población incidente en TRS en Aragón durante los años 2009 al 2013, con el objetivo de conocer no sólo la morbilidad y mortalidad de esta población, sino el grado de cumplimiento de los estándares de calidad que define el grupo de trabajo de gestión de calidad de la S.E.N. Conclusión: 1. La enfermedad renal crónica en sus estadios más avanzados es una enfermedad prevalente, con un crecimiento mantenido y con un consumo de recursos importante. Disponer de información precisa sobre los resultados asistenciales obtenidos por las unidades de hemodiálisis y diálisis peritoneal resulta esencial para la toma de decisiones, la elaboración de planes de mejora y, en definitiva, para la mejora de los procesos y sus resultados. 2. Analizar los indicadores de calidad de una muestra representativa de la población incidente en tratamiento renal sustitutivo (TRS) en Aragón, nos ha permitido conocer su situación real y compararla con poblaciones en TRS de otros estudios. 3. El cumplimiento de los indicadores de calidad en nuestra población, no difiere de los resultados obtenidos en otras poblaciones en TRS de ámbito nacional. 4. Conocer el grado de cumplimiento de los indicadores de calidad y sus estándares correspondientes, ha contribuido a identificar los puntos de actuación específicos de la asistencia sanitaria que deberían ser objeto de una revisión más intensa. 5. Se identifican estrategias de mejora en el área de los accesos vasculares, dosis de diálisis y en el estado nutricional de nuestros pacientes. 6. La patología asociada (índice de comorbilidad de Charlson) en el momento de iniciar el TRS, el acceso vascular y la albúmina sérica, se comportan como factores predictivos de mortalidad durante el primer año en nuestra población. El sexo masculino, junto con la edad, el acceso vascular, la dosis de diálisis, la diabetes mellitus y la prealbúmina son las variables pronósticas de la mortalidad durante el periodo que dura el estudio. 7. La mortalidad durante el primer año de los pacientes incluidos en nuestro estudio, se corresponde con los resultados de los estudios de mortalidad de la población incidente en TRS en España. Sin embargo, las diferencias demográficas y en las condiciones de comorbilidad con poblaciones de ámbito internacional dificultan la extrapolación de resultados
Tratamiento renal conservador en ancianos con enfermedad renal crónica avanzada
INTRODUCCIÓN: La clasificación por estadios ha permitido dimensionar la Enfermedad Renal Crónica (ERC) como una enfermedad emergente en todo el mundo convirtiéndose en un problema de salud publica. El estudio EPIRCE puso de manifiesto que el 9,1% de la población adulta sufría algún grado de ERC en España con diferencias importantes según la edad. La ERC es más frecuente en ancianos, con comorbilidad cardiovascular (hipertensión, diabetes) así como en pacientes frágiles y en definitiva en el paciente crónico-complejo.La ERC se está convirtiendo en un problema geriátrico y comprender y analizar al paciente desde una perspectiva geriátrica integral, puede ayudarnos en el complejo proceso de toma de decisiones.Aunque la supervivencia global suele ser superior en los pacientes que se dializan frente a los que no, esta ventaja se pierde en los mayores en los pacientes más mayores y con comorbilidad, experimentan un importante carga de síntomas y la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS) a menudo es deficiente.Ante las evidentes limitaciones en el tratamiento renal sustitutivo (TRS) de estos pacientes surge en la actualidad un interés creciente por conocer si el Tratamiento Renal Conservador (TRC) es una opción terapéutica válida. El TRC supone un manejo integral que debe incluir: intervenciones para retrasar la progresión de la enfermedad renal y minimizar el riesgo de eventos adversos, toma de decisiones compartida, manejo activo de los síntomas, comunicación detallada, planificación de atención avanzada, soporte psicológico, apoyo social, familiar y espiritual.OBJETIVOS: -Establecer las variables predictivas de mortalidad y la CVRS en los pacientes en TRC.-Analizar la presencia y evolución de los síndromes geriátricos en los pacientes en TRC y en TRS.-Comparar la supervivencia, la CVRS y los síntomas de los pacientes en tratamiento conservador y diálisis.MATERIAL Y MÉTODOS:Se diseñó un estudio de cohortes, prospectivo, analítico de pacientes del Servicio de Nefrología del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza. La población a estudio comprendía pacientes incidentes en tratamiento conservador (82 pacientes) y diálisis (37 pacientes) con un reclutamiento desde el día 1 de enero del 2015 hasta el día 1 de mayo del 2017.Se estudiaron variables demográficas, clínicas (entre las que se incluyeron antecedentes de patologías previa y evaluación geriátrica integral), fármacos, variables analíticas y variables dependientes (éxitus, ingresos hospitalarios y visitas a urgencias). El seguimiento concluyó con el fallecimiento del paciente o con la fecha de cierre del estudio el 31 de Diciembre de 2017. Se realizaron visitas programadas a los 0, 12 y 24 meses del seguimiento.RESULTADOS: -La mediana de supervivencia en TRC fue de 26,9 (IC 95% 19,6-34,2) meses. En análisis multivariante, la presencia de evento vascular previo (p= 0,038), la comorbilidad medida por el índice de Charlson (p= 0,005), la albúmina descendida (p-Al analizar el cambio en la comorbilidad y situación funcional desde los 24 meses y el principio del tratamiento, no encontramos diferencias en el grado de carga de enfermedad entre ambos grupos (p 0,53) y observamos una pérdida funcional similar entre los dos tratamientos (p 0,8).-La tasa de mortalidad en los pacientes en TRC fue de 23/1000 pacientes-mes y en TRS 8,7/1000 pacientes-mes. La terapia dialítica se asoció a un 63% menos mortalidad (p= 0,018). Tras ajuste por comorbilidad, situación funcional, nutricional y fragilidad observamos un cambio de más de un 10% en HR, perdiendo significación estadística en la modalidad de tratamiento de diálisis.-Los pacientes con menor comorbilidad, tuvieron mejor supervivencia cuando eran tratados con diálisis que de forma conservadora (media de supervivencia 34,25 meses vs 27,29 meses p=0,007). Sin embargo en los pacientes con mayor comorbilidad no había diferencias significativas entre ambos tratamientos (media de supervivencia 22,37 meses vs 22,90 meses p=0,98).-Los pacientes en TRC tuvieron a los 0 meses (basal) peor función física, pero a lo largo del tratamiento, el cambio en la CVRS fue similar entre los dos grupos.-El síntoma más prevalente e intenso en ambos grupos fue la debilidad (98% en TRC y 97% en TRS). La sintomatología en número e intensidad se mantuvo estable a lo largo del seguimiento en ambas terapias, y no hubo diferencias al comparar los dos grupos de tratamiento. CONCLUSIONES: -Los pacientes ancianos con enfermedad renal crónica avanzada en tratamiento renal conservador tienen una mortalidad homogénea a lo largo del seguimiento del estudio. -Los factores predictivos independientes de mortalidad en tratamiento conservador son la presencia de evento vascular previo, la comorbilidad medida por el índice de Charlson, la albúmina descendida y la elevación de PTH. La calidad de vida de los pacientes en tratamiento conservador se mantiene estable.-Los pacientes en tratamiento conservador presentaron peor situación funcional al inicio del estudio con respecto a los pacientes de diálisis. No obstante, el empeoramiento a lo largo del tiempo fue similar en ambos grupos. El inicio de la terapia renal sustitutiva no evita el deterioro funcional en la población anciana. -La ventaja de la diálisis respecto a la terapia conservadora en términos de supervivencia se reduce considerablemente cuando se ajusta para la presencia de los diferentes síndromes geriátricos analizados. -La comorbilidad medida por el índice de Charlson es predictor independiente de mortalidad. En pacientes ancianos con índice de Charlson mayor de 8 puntos, la diálisis no es beneficiosa. -La calidad de vida física se vio más afectada en los pacientes en tratamiento conservador, no así la calidad de vida mental. No hubo diferencias en la evolución de la calidad de vida relacionada con la salud entre los dos tratamientos a lo largo del estudio. <br /
Estudio de efectividad y seguridad de los agentes estimulantes de la eritropoyesis en el tratamiento de la anemia asociada a enfermedad renal crónica. Análisis de los factores que influyen en la respuesta
Objetivos: Evaluar la efectividad y seguridad de darbepoetina α y epoetina β en la anemia asociada a ERC y estudiar los factores que influyen en la respuesta.
Métodos: Estudio observacional, de cohortes, retrospectivo. Pacientes ≥18 años con ERC que iniciaron tratamiento con AEE entre el 1 de enero 2014 y el 31 de diciembre 2015. Periodo máximo de seguimiento: 24 meses. Variables sociodemográficas, analíticas; de efectividad y relacionadas con la causa de fin de seguimiento. Análisis estadístico: modelos de regresión logística multivariante, regresión lineal múltiple. El estudio obtuvo dictamen favorable del Comité Ético de Investigación Clínica de Aragón (CEICA).
Resultados: 198 pacientes: 59,1% varones, edad media: 75,3±12,4 años, 60% ERC estadio 4, Hb media basal: 10,2±1,3 g/dL. El 71,2% inició darbepoetina α (dosis mediana: 18,7 (4,7-100,0) µg/semanal), el 28,8% epoetina β (6000,0 (466,7-20.000,0) UI/semanal). Los pacientes tratados con darbepoetina α presentaban estadios de ERC más avanzados (p<0,001); los que recibieron epoetina β más insuficiencia cardiaca (IC) (p=0,002) y cardiopatía isquémica (p=0,028). El 54,5% de los pacientes alcanzó el objetivo terapéutico a los 3 meses. El tratamiento con estatinas (OR:0,4 (IC95%: 0,174-0,996)) e insulina (OR:2,6 (IC95%:1,1-5,2)) se relacionaron con alcanzar la respuesta terapéutica. La Hb basal (Hb_b) y el Fe basal (Fe_b) influyeron en el ΔHb (%) (p<0,001 y 0,007 respectivamente). El 2,5% presentó un accidente cerebrovascular (ACV) isquémico en los 24 meses de seguimiento. El 35,9% (n=71) continuaba tratamiento con AEE a los 24 meses: 40,4% con darbepoetina α vs 24,6% con epoetina β (p=0,001).
Conclusiones: Los AEE corrigen y mantienen la concentración de Hb de forma segura con dosis moderadas de AEE
Estudio de efectividad y seguridad de los agentes estimulantes de la eritropoyesis en el tratamiento de la anemia asociada a enfermedad renal crónica. Análisis de los factores que influyen en la respuesta
Objetivos: Evaluar la efectividad y seguridad de darbepoetina α y epoetina β en la anemia asociada a ERC y estudiar los factores que influyen en la respuesta.
Métodos: Estudio observacional, de cohortes, retrospectivo. Pacientes ≥18 años con ERC que iniciaron tratamiento con AEE entre el 1 de enero 2014 y el 31 de diciembre 2015. Periodo máximo de seguimiento: 24 meses. Variables sociodemográficas, analíticas; de efectividad y relacionadas con la causa de fin de seguimiento. Análisis estadístico: modelos de regresión logística multivariante, regresión lineal múltiple. El estudio obtuvo dictamen favorable del Comité Ético de Investigación Clínica de Aragón (CEICA).
Resultados: 198 pacientes: 59,1% varones, edad media: 75,3±12,4 años, 60% ERC estadio 4, Hb media basal: 10,2±1,3 g/dL. El 71,2% inició darbepoetina α (dosis mediana: 18,7 (4,7-100,0) µg/semanal), el 28,8% epoetina β (6000,0 (466,7-20.000,0) UI/semanal). Los pacientes tratados con darbepoetina α presentaban estadios de ERC más avanzados (p<0,001); los que recibieron epoetina β más insuficiencia cardiaca (IC) (p=0,002) y cardiopatía isquémica (p=0,028). El 54,5% de los pacientes alcanzó el objetivo terapéutico a los 3 meses. El tratamiento con estatinas (OR:0,4 (IC95%: 0,174-0,996)) e insulina (OR:2,6 (IC95%:1,1-5,2)) se relacionaron con alcanzar la respuesta terapéutica. La Hb basal (Hb_b) y el Fe basal (Fe_b) influyeron en el ΔHb (%) (p<0,001 y 0,007 respectivamente). El 2,5% presentó un accidente cerebrovascular (ACV) isquémico en los 24 meses de seguimiento. El 35,9% (n=71) continuaba tratamiento con AEE a los 24 meses: 40,4% con darbepoetina α vs 24,6% con epoetina β (p=0,001).
Conclusiones: Los AEE corrigen y mantienen la concentración de Hb de forma segura con dosis moderadas de AEE
Fragilidad en pacientes con Enfermedad renal crónica avanzada en tratamiento renal conservador
Antecedentes: La prevalencia de Enfermedad Renal Crónica es superior al 20% en mayores 64 an~os y se asocia con importante morbimortalidad. En ellos el Tratamiento Renal Conservador es una opción legítima de tratamiento. En los últimos an~os la fragilidad se ha convertido en un campo de investigación en mayores y debe ser tenida en cuenta en pacientes ancianos con Enfermedad Renal.
Objetivos: Determinar número de pacientes frágiles en Tratamiento Renal Conservador según Escala FRAIL. Determinar si la fragilidad se relaciona con la comorbilidad y la situación funcional.
Material y Método: Seleccionamos en consulta de Enfermedad Renal Crónica Avanzada a pacientes mayores de 75 an~os orientados a Tratamiento Renal Conservador.
Recogemos Criterios de Fragilidad de Fraid, índice de Comorbilidad de Charlson, Escala de Lawton y Brody, Evaluación para la capacidad de la marcha de FAC e índice de Barthel.
Resultados: Se incluyen 80 pacientes 51,2% varones con edad media 84,7 ± 4 an~os y eFG 16,5 ml/min/1,73m2. El 51,2% cumplen criterios de fragilidad. No encontramos diferencias significativas en la escala Charlson entre los pacientes frágiles (8,61 ± 1,28) y no frágiles (8,39 ± 1,36) p= 0,55. La escala de Lawton y Brody y la escala FAC de la marcha se relacionaron con fragilidad (p = 0.001, p = 0.018 respectivamente).
Conclusiones: El 51,2% de los pacientes Tratamiento Renal Conservador cumplen criterios de fragilidad por lo que consideramos esta escala válida como herramienta en la toma de decisiones.
La fragilidad no se correlaciona con el índice de Charlson: la patología valorada por este test puede no ser sensible a la hora de estudiar esta situación clínica.
Encontramos buena correlación con los test que valoran la situación funcional, tanto en la escala de actividades instrumentales de Lawton Brody (útil para detectar primeros grados de deterioro) y para la escala FAC de la marcha
Modelo de gestión clínica para las enfermedades nefrológicas en Aragón. Utilidad de un programa de calidad asistencial
Introducción y objetivos: A través de un grupo de trabajo interdisciplinario se elabora un “Documento Marco sobre el Abordaje de la Enfermedad Renal Crónica en Aragón” en el que se detectan oportunidades de mejora, se determinan objetivos, se fijan planes, programas y acciones a realizar y se considera un horizonte temporal. Pretendemos analizar los principales indicadores de evolución del proceso.
Material y método: Se revisa la evolución a 5 años de los principales indicadores de procesos estructurales, organizativos y clínicos.
Resultados: Evolución procesos estructurales: Hemodiálisis con agua ultrapura: pasa de 64% a 100%; monitores hemodiálisis con antigüedad mayor de 10 años: 36 % a 2 %. Procesos organizativos: técnicas especiales de hemodiálisis: 12 % a 22 %; inicio programado en ERCA: 70 % a 88 %; ERCA como origen de diálisis: 0 % a 57,4 %; inicio con acceso vascular definitivo: 40 % a 48 %; manejo conservador: no programado al inicio a 20 %; trasplante renal de donante vivo: 5,3 a porcentajes superiores al 15 %; Diálisis Peritoneal: 8,9 a 28,2 %. Procesos clínicos: KTV a 6 meses superior a 1,3: 52 a 78 %; episodios peritonitis: 1/31,2 a 1/43,6 meses.
Conclusiones: La Planificación Sanitaria supone un mestizaje entre gestión y conocimiento médico orientado al máximo beneficio del paciente. Una adecuada gestión clínica trae consigo procesos estandarizados con disminución de la variabilidad y garantía de idoneidad de cuidados. Esta política organizativa ha permitido la mejoría de los indicadores de calidad seleccionados, con una mayor eficiencia del proceso sanitario