11 research outputs found

    Autologous Platelet-Rich Plasma in the Treatment of Perianal Fistula in Crohn’s Disease

    Get PDF
    [Aim] To assess clinical healing in patients with perianal Crohn’s disease with local intrafistular injection of autologous platelet-rich plasma.[Method] The pilot study was conducted at a single centre between January 2013 and December 2015. Autologous platelet-rich plasma was prepared in platelet-rich and platelet-poor fractions for local intrafistular injection in patients with proven, established perianal Crohn’s disease. Patients were permitted biological therapies, and the Perianal Crohn’s Disease Activity Index was recorded. Patients were followed for 48 weeks for clinical signs of healing (complete, partial or non-healing), monitoring fistula drainage, closure and epithelialization.[Results] The study included 29 patients (19 males; mean age 38 ± 12.8 years) with four exclusions in the operating room because surgery was not indicated and four lost to follow-up. Five adverse events were recorded, with two requiring the drainage of abscess collections. Of the 21 patients assessable at 24 weeks, there was complete healing, partial healing and non-healing in 7 (33.3%), 8 (38.1%) and 6 (28.6%) patients, respectively. By 48 weeks, there was complete healing, partial healing and non-healing in 6 (40%), 6 (40%) and 3 (20%) patients, respectively, with a reduction in the number of visible external fistula openings at both time points (P = 0.021). By the end of the study, there was a higher trend of healing if biological therapies were continued (85.7% with biologics vs. 75% without, P = 0.527), but there were no statistically significant differences and no differences in the Perianal Crohn’s Disease Activity Index.[Conclusion]Autologous platelet-rich plasma is safe in patients with perianal Crohn’s disease, with an acceptable healing rate over a medium-term follow-up, particularly if biological therapies are used concomitantly

    Estudio de la carcinogénesis colorrectal. Valor de la indometacina y diferentes materiales de sutura en un modelo experimental en ratas

    No full text
    El cáncer colorrectal tiene especial relevancia dentro del amplio grupo de las enfermedades crónicas, y adquiere una mayor importancia debido a su alta prevalencia entre los procesos malignos en el Mundo Occidental. Un mejor desarrollo de los métodos diagnósticos del cáncer, así como una mayor notificación de los casos de defunción y registro de los mismos, no pueden explicar por sí solos el incremento de la mortalidad por cáncer en las últimas décadas. De esta en nuestro país las tasas han pasado de 43,1 por 100.000 habitantes en 1901, a 193 por 100.000 habitantes en la década de los años setenta. En Estados Unidos los cánceres son la segunda causa de muerte, tan sólo superados por las enfermedades cardiovasculares, significando alrededor de 350.000 muertes por enfermedad oncológica al año, y representando el 20% del total de fallecimientos. Dentro de los cánceres en general, destacan los del aparato digestivo, jugando el cáncer colorrectal un papel muy importante por su alta morbilidad y mortalidad, ya que supone un 41% del total de fallecimientos por cánceres digestivos en el mundo. Actualmente en nuestro medio el cáncer colorrectal tiene un frecuencia de 34 casos por 100.000 habitantes, situándose tras el de pulmón en el hombre y el de mama en la mujer, y aumentado su frecuencia con la edad. Así por ejemplo, en Estados Unidos aparecieron 138.200 casos nuevos en 1995, con un total de 55.300 fallecimientos. En la Comunidad Europea las estadísticas, tomando al cáncer de colon y resto en conjunto, nos lo sitúan en segundo lugar tras el de pulmón. Se registraron 169.400 casos nuevos de este tipo de cáncer en el año 1990 (80.200 en varones, siendo el 2º en frecuencia tras el de pulmón, y 89.200 en mujeres, siendo el segundo tras el de mama); además fue la segunda causa de muerte por cáncer en varones (47.000 fallecimientos), siguiendo al de pulmón, y tercera en mujeres (51.500 fallecimientos) después de mama y vejiga. En España su incidencia es de 12 a 23 por 100.000 habitantes/año y ajustados por edad, lo que supondría la aparición de 13.000 casos nuevos al año, y una mortalidad de 10,1 por 100.000 habitantes/año. El análisis de estas cifras tan elevadas ya en los albores del siglo XX, estimula constantemente el espíritu científico en la búsqueda de soluciones al problema que el cáncer colorrectal supone para nuestra sociedad. Una serie de factores ambientales parecen tener un peso muy específico en la etiología de esta enfermedad. Por tanto cada vez son más numerosos los estudios encaminados a determinar el papel de diversos condicionantes medioambientales como la dieta, el estilo de vida, diferentes drogas y otros muchos, en lo que a etiopatogénesis del cáncer colorrectal se refiere. Pero teniendo en cuenta además que la etiología del cáncer colorrectal es multifactorial, donde se imbrican factores ambientales con el substrato genético del propio individuo, no se puede quedar al margen el desarrollo cada vez mayor de trabajos dirigidos a entender las bases celulares y moleculares de este tipo de cáncer. Diferentes estudios epidemiológicos señalan a la dieta como el principal factor etiológico, estableciéndose tres franjas de población bien definidas con una incidencia desigual: África, Asia y América Latina tendrían las tasas más bajas; Japón y Europa Oriental estarían en una posición intermedia; por el contrario Europa Occidental, Australia y el Norte de América tendrían una alta incidencia del mismo. España se colocaría entre estos dos últimos grupos, pero hemos de tener en cuenta que asistimos a un aumento en la incidencia, tanto en el mundo en general como en nuestro país, a medida que los factores ambientales y sociales se han ido pareciendo en mayor proporción a los de aquellos países más desarrollados. Además el mejoramiento de la esperanza de vida, con un importante aumento de la longevidad, ha influido sin duda puesto que como enfermedad crónica afecta a las edades más avanzadas de la vida (en la población geriátrica la incidencia de cáncer colorrectal se eleva a 200 – 400 casos por 100.000 habitantes/año, apareciendo en sujetos mayores de 79 años el 20% del total de este tipo de tumores). La importancia del tema es mayor en cuanto que el cáncer colorrectal es la primera neoplasia maligna vista en la mayoría de los servicios de cirugía. Esto supone un volumen operatorio muy grande y la elevación en el consumo de recursos sanitarios, más aún cuando este tipo de cirugía se realiza no sólo en los grandes centros, sino en la totalidad de los servicios quirúrgicos de la red sanitaria del país. Las bases de un tratamiento curativo del cáncer colorrectal deben pasar por un diagnóstico precoz, procedimiento quirúrgico correcto (extirpación del tejido tumoral primario y ganglios linfáticos loco-regionales, según criterios quirúrgicos oncológicos) y una apropiada terapia coadyuvante. Teniendo en cuenta que un adulto que viva en el Mundo Occidental tiene una probabilidad de desarrollar cáncer colorrectal de 1/15 a lo largo de su vida, y que hay individuos con un riesgo mayor de padecerlo, se hace necesario como primer escalón la búsqueda de pruebas diagnósticas adecuadas para llegar a una detección precoz y poder alcanzar el éxito terapéutico. Establecido un diagnóstico, el 60% aproximadamente de los cánceres son subsidiarios de una “cirugía curativa”, lo que supone la extirpación macroscópica de todo el tejido tumoral. Sin embargo, la supervivencia no ha mejorado en los últimos tiempos y se mantiene en torno al 50% a los 5 años (permaneciendo los pacientes vivos y libres de enfermedad), y siendo la recurrencia tumoral la principal causa del fracaso terapéutico y la muerte. La recurrencia local en estos pacientes potencialmente curables se sitúa en torno al 10-25% y la anastomosis, igual que el material de sutura empleado en la elaboración de la misma, tienen un papel muy destacado en su génesis. Es por tanto necesario realizar un procedimiento quirúrgico correcto, sistemático y exhaustivo, y hacer un seguimiento postquirúrgico adecuado de los pacientes teniendo muy en cuenta la probabilidad de aparición de recidivas, para llegar a una detección precoz de las mismas (como ocurre en el cáncer primitivo) y poder ejecutar a tiempo una fructífera estrategia terapéutica. Por fin, cuando se plantea actualmente la problemática del cáncer, necesariamente hay que hacer referencia a la prevención. Situándose a tres niveles diferentes, hay posibilidades de actuar en cualquiera de ellos para la lucha contra el cáncer. en el nivel primario, evitando la exposición a los agentes que poseen una directa relación “causa-efecto” en la aparición del cáncer; en el segundo peldaño donde está la prevención secundaria, haciendo un estrecho seguimiento de individuos de alto riesgo; y en un tercer escalón, mediante la quimioprevención. Esta última supone la búsqueda de una seria de agentes químicos cuya administración prevengan los eventos que se producen en el inicio, desarrollo y progresión de las neoplasias. Así se ha podido comprobar el papel de la ruta metabólica de la ciclooxigenasa y los múltiples modulares bioactivos derivados de ella, como las prostaglandinas, en la etiopatogenia del cáncer de colon y recto. Por tanto el estudio de los AINES o agentes antiinflamatorios no esteroideos en cáncer colorrectal, supone múltiples líneas de investigación con un interesante futuro para la quimioprevención de este tipo de tumores. Para concluir, diremos que las importantes cifras que se barajan en torno a la incidencia y mortalidad del cáncer colorrectal, lo sitúan en un blanco perfecto de estudio dentro del campo de la Medicina actual. Es fundamental el diagnóstico precoz y por supuesto el tratamiento quirúrgico. En este último sentido cobre un peso muy específico la recidiva tumoral loco-regional tras la cirugía, y en particular la que sucede a nivel de la anastomosis; destacándose el papel del material de sutura en el desarrollo de la misma. Otro punto crucial es el de la quimioprevención del cáncer de colon y recto, resaltando los AINE y sobre todo la indometacina. Por tanto y como resumen, el material de sutura y la indometacina son dos buenos protagonistas, que motivan y justifican por sí solos, el estudio de sus posibles relaciones e implicaciones en la génesis del cáncer de color y recto

    Influence of robotics in surgical complication rate in elderly population with rectal cancer

    No full text
    [Background] Rectal cancer surgery is a technically complex procedure. Moreover, short-term outcomes show high rate of complications especially in elderly and laparoscopic surgery has not demonstrated to be able to reduce this complication rate. Robotics has several advantages in pelvic surgical procedures, which could have an impact in complication rates in elderly patients.[Aims] The aim of our study is to demonstrate whether robotic surgery has any influence on the reduction of complications in the aged population undergoing rectal cancer.[Methods] We performed a retrospective analysis of a prospective database of 151 patients who underwent robotic surgery for rectal cancer. We divided our population into three groups: under 65-year-old, between 65- and 80-year-old and above 80-year-old. We recorded complications in each group intra and post procedure.[Results] The present study included 151 patients (94 males). Of them, 77 patients were under 66 year old, 63 patients were between 66 and 79 year old and 11 patients were 80 year old and above. The analysis showed conversion rates of 10.38%, 13.69%, 27.27%, and the complication rate of 23.4%, 23.8%, and 27.3% in each group. Univariate analysis showed no differences between the three groups. Nevertheless, there were statistical differences from BMI, ASA and neoadjuvant therapy. In multivariant analysis only neoadjuvant therapy was significant.[Conclusions] Robotic approach does not decrease complications in elderly population and conversion is similar in these age groups. So we should not rule out robotic surgery in elderly patients, although we must select each case with a multidisciplinary approach.Peer reviewe

    Platelet-rich plasma (PRP) versus fibrin glue in cryptogenic fistula-in-ano: a phase III single-center, randomized, double-blind trial

    No full text
    [Purpose] To compare the clinical outcome of autologous platelet-rich growth factor (PRP) with commercial fibrin glue in the management of high cryptogenic fistulae-in-ano.[Method] The study was conducted at a single center between July 2012 and July 2015 and performed as a phase III, randomized, double-blind comparison of autologously prepared PRP versus fibrin glue for cryptoglandular anal fistulae without active sepsis. Patients were assessed with clinical and endosonographic follow-up. Patients were followed up at 1 week and then at 3, 6, and 12 postoperative months. The primary outcome measure was the fistula healing rate (complete, partial, and non-healing) with secondary outcome measures assessing fistula recurrence, continence status, quality of life, and visual analog pain scores.[Results] Of the 56 enrolled patients, 32 were PRP-treated and 24 were fibrin-treated. The groups were well matched for fistula type with an improved overall healing rate for PRP-treated over fibrin-treated cases (71% vs. 58.3%, respectively; P = 0.608); a complete healing rate of 48.4% vs. 41.7%, respectively; and a partial healing rate of 22.6% vs. 16.7%, respectively. The median pain scores of PRP-treated patients were lower at the first visit with a greater initial pain decrease early during follow-up. Improvements in pain reduction impacted the quality of life measures (P = 0.035). All adverse events were minor and no patient experienced a negative impact on continence.[Conclusion] Treatment of complex cryptoglandular anal fistula with autologous PRP is as effective as fibrin glue with less cost and no adverse effect on continence.A Grant for this work was provided by the Fundación Española de Coloproctología.Peer reviewe
    corecore