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    Enfermedades y Geopolítica en Colombia

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    <p>El presente artículo “Enfermedades y geopolítica en Colombia” relacionará las enfermedades con dos fenómenos sociales y políticos que han pesado grandemente en la conformación histórica de nuestro país: el acento político y el progreso económico para algunas regiones, al tiempo que el descuido y abandono para otra, y el racismo.</p><p>El primero, el relacionado con la asignación de una mayor importancia en un momento dado a algunas regiones y su contrapartida, el descuido de otras, aunque se podría considerar de forma aislada y el segundo, el racismo, si bien podría entenderse sólo en la perspectiva social de la marginación, ellos en nuestra historia no se han presentado aislados uno de otro sino que se han superpuesto.</p><p>En Colombia las regiones donde las políticas emanadas del Estado han dejado menos beneficios son aquellas donde las poblaciones dominantes han sido las indígenas y las negras. Al descuido de regiones geográficas se le ha sumado el racismo. Es en esta perspectiva histórica social y política con la que trataré el tema.</p><p>El fenómeno de la marginación racial y social no lo he enfrentado sólo desde el punto de vista geográfico y político, como proveniente de afuera, sino que lo he querido analizar como un fenómeno cultural de respuesta, objeto de un estudio y una aproximación antropológica, de los grupos humanos vistos -por los grupos de poder, la ideología dominante y el Estado como inferiores.</p><p>La historia de las enfermedades no se puede hacer aislada de los determinantes sociales, políticos, económicos e históricos generales, no se puede hacer sin conocer las respuestas que los grupos humanos dan a la realidad cotidiana del enfermar, de su vivencia, de las transformaciones de sus hábitat ni de sus experiencias como dueños de un sentido de territorialidad o identidad.</p><p>Desde hace muchos años la historia de la medicina, el desarrollo de lo que se ha llamado medicina social ha enfatizado que las soluciones para los problemas de salud de un grupo, un pueblo, no dependen de las decisiones impuestas desde fuera de ellos sino que ellas dependen de que las comunidades afectadas se apropien y desarrollen de los avances técnicos y médicos generados en su propio seno o fuera de él y participen activamente en la superación de sus problemas sociales y económicos.</p><p>Para entender la historia de las enfermedades y su relación con la geopolítica en Colombia es necesario primero que todo ver cuál debió ser el panorama sanitario de las sociedades prehispánicas en lo que hoy es Colombia.</p><p>De ellas se puede decir que no tuvieron altas densidades, ni fueron constituidas por familias numerosas, ni presentaron una natalidad desordenada; que aunque tuvieron expectativas de vida probablemente bajas conocieron y respetaron a los viejos; que eran compulsivamente aseados con su cuerpo y su vivienda; que no convivieron con animales intradomiciliarios; que por razones de densidad de población, tipo de economía y conceptos religiosos y mágicos cuidaron de las aguas y de los recursos alimenticios; que aprovecharon maravillosamente los enormes recursos alimenticios de las diversas regiones del territorio y que no sufrieron de hambre ni malnutrición proteico-calórica -como se colige de los datos etnohistóricos, arqueológicos y etnográficos- ni de carencias específicas de vitaminas -escorbuto, pelagra, beriberi, raquitismo-; que no padecieron de paludismo, uncinariasis por Necator americanusfiebre amarilla urbana, dengue, cólera, filariasis -diferente a laocasionada por la Mansonella ozzardi en las regiones más orientales de nuestra Amazonia-, que desconocieron el tifo exantemático y el murino, que no padecieron por las tenias saginata ni solium, que no tuvieron la plaga de los roedores de Rattus rattus, R. norvegicus y Mus musculus y sus pulgas, la Xenopsilla cheopis, que por no vivir con perros -muchas de las comunidades- no padecieron por el Toxocara canis; no conocieron infecciones respiratorias como la gripe, ni enfermedades transmitidas por vía aérea como la viruela, el sarampión, la rubeola y la parotiditis; muy probablemente no sufrieron de hepatitis B, no conocieron la gonorrea, etc.; pero sí conocieron la sífilis, el carate y la toxoplasmosis; en algunas regiones pudieron padecer por el mal de Chagas y la leishmaniasis mucocutánea y en otras pudo haber tuberculosis.</p><p>Si bien entre las diferentes etnias hubo frecuentes conflictos y luchas, en sus guerras no se buscó el aniquilamiento del contendiente; si algunas sociedades practicaron la esclavitud ésta nunca fue motivada por razones económicas sino que fue más bien practicada por razones de prestigio tribal y ritual; si hubo discriminación de algunas comunidades sobre otras ese fenómeno no se equiparó al racismo. Todas ellas al disfrutar de un profundo sentido de territorialidad e identidad con su historia, y hábitat fueron en ese sentimiento una poderosa barrera psicosocial contra muchas enfermedades.</p><p>Con la llegada de los españoles el espacio del mundo indígena fue determinado por las necesidades militares, económicas y políticas de la conquista primero y de la defensa de la colonia después. La costa Atlántica y la defensa de sus puertos se convierte en la prioridad militar de los españoles ante los intentos de sus enemigos europeos; el dominio de las poblaciones indígenas del interior andino e interandino y la explotación de los negros esclavos de las minas del bajo Cauca, Chocó, son las tareas económicas sobre las que se construye el poder colonial español. Las preocupaciones del poder español estaban centradas básicamente en la frontera del mar Caribe y las tierras donde había indios encomendados y negros esclavizados.</p><p>Con la conquista y su guerra de tierra arrasada surge el primer azote epidémico que afecta el mundo indígena de Colombia: el hambre; en vísperas de crearse la Real Audiencia de Santafé se presenta la primera epidemia de gripe que, proveniente del Perú, asola y diezma la población del sur del Nuevo Reino; unos años después de haberse erigido la Real Audiencia ingresa al territorio desde la costa caribe la primera epidemia de viruela; aunque sólo hasta finales del siglo XVI hablan los cronistas con claridad de fiebres tercianas o cuartanas-paludismo-, la variedad más grave del paludismo, el falciparum, seguramente ya afectaba a las personas que lo trajeron, los negros, en las zonas mineras del bajo Cauca; cosa igual puede decirse del otro parásito que llegó con ellos, el Necator americanus -favorecido en su ciclo vital por las condiciones del cultivo del plátano alrededor de sus minas, y por sus hábitos de defecación y no calzar zapatos; la lepra, si bien afectó a algunos españoles, desde un principio se instaló como enfermedad epidémica entre los negros bozales desembarcados y depositados como mercancía en los puertos negreros del Caribe –principalmente Cartagena-...</p&gt

    Epidemias de Escorbuto y Beriberi en la Historia de Colombia

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    <p>El escorbuto por déficit en la dieta de alimentos ricos en vitamina C, o ácido ascórbico, y el beriberi por déficit de tiarnina o vitamina B1, tienen una historia universal vinculada, el primero a los viajes transoceánicos y a la ausencia durante ellos de frutas y legumbres frescas, y el segundo a zonas geográficas con el consumo de alimentos sin esa vitamina.</p><p>Porque los indígenas colombianos siempre contaron en su dieta con fuentes ricas en vitamina C y tiamina, como el ají -hasta el extremo que el ayuno, el sacrificio y el castigo en esas comunidades se asociaba a la privación de esa planta (1, 2)- Y por ser sus viajes marítimos, al igual que los viajes de los europeos hasta el siglo XIV y XV, de puerto a puerto, siguiendo la línea costera, ellos con seguridad no padecieron déficits importantes de esas vitaminas.</p><p>Las manifestaciones clínicas del escorbuto son principalmente las hemorragias perifoliculares, las petequias, las equimosis, la hinchazón y sangrado de encías y la anemia. El escorbuto si no se trata es mortal (3).</p><p>El beriberi, llamado así originalmente por los habitantes de Indonesia, parece que es una enfermedad conocida por los chinos hace cientos de años. Ella causa en el adulto la forma aguda o “húmeda” con manifestaciones cardiacas y edema y la forma crónica o “seca” con manifestaciones de neuropatía periférica expresada por sensación de pies quemantes, hormigueo en extremidades, debilidad y atrofia muscular. A veces compromete el sistema nervioso central (4)...</p&gt

    El Infanticidio en Colombia desde los tiempos Prehispánicos a los Republicanos

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    <p>Cualquier aproximación que se quiera hacer a la historia de la práctica del infanticidio en las diferentes sociedades humanas a lo largo de los tiempos debe intentar ver ese acto a la luz de las relaciones entre la producción y la reproducción de cada sociedad en particular, entendiendo que todas las sociedades buscan a la larga, conciente o inconscientemente, un equilibrio entre los recursos de que disponen y el tamaño de la población y tratan de evitar saturar la capacidad de sustentación que ofrecen su entorno natural y su sistema de producción. (1)</p><p>Todas las sociedades humanas de la misma forma que se han preocupado por mantener e incrementar la producción de sus alimentos y bienes también se han preocupado por regular -estabilizando, aumentando o disminuyendo- su población.</p><p>Con base en este referente teórico, he querido hacer unas breves consideraciones alrededor del infanticidio y del abandono de los niños a lo largo de nuestra prehistoria e historia hasta antes del siglo XX.</p><p>¿En esta perspectiva, las sociedades prehispánicas de la actual Colombia, ¿cómo regularon el crecimiento de su población? Ellas lo hicieron principalmente a través de cinco grandes estrategias: la lactancia materna prolongada; la abstinencia sexual, el aborto, el infanticidio, la discriminación de las niñas y mujeres y de una sexta, al parecer con menos impacto poblacional, por sus costos de vidas de varones jóvenes, como fueron los frecuentes y casi crónicos conflicto bélicos ínter – étnicos. (2)</p><p>La lactancia materna prolongada favoreció el distanciamiento de los embarazos; la abstinencia sexual, más que excepción, fue la regla, en virtud de creencias como que las relaciones sexuales en vísperas de las faenas de cacería, le hacían perder a los hombres sus fuerzas y habilidades, del temor a las Académico Hugo Armando Sotomayor Tribín* relaciones sexuales durante períodos hasta casi de un año después de un parto y en general por la convicción que las enfermedades eran una forma de castigo por la apropiación indebida o la pérdida excesiva de las energías de la naturaleza, que como la sexual, nutren el mundo.</p><p>Las acendradas creencias en las concordancias de la vida sexual con los ciclos cósmicos, no pocas veces fueron los pilares de las relaciones sexuales con finalidades anticonceptivas – relaciones per anum con las mujeres y, en varias sociedades indígenas, relaciones homosexuales, etc.-. (3)</p><p>Esas sociedades al percibir un embarazo no deseado como un atentado contra el equilibrio de los recursos y la situación de cada grupo practicaron en no pocas veces el aborto.</p><p>Practicaron el infanticidio de los recién nacidos con defectos congénitos evidentes, así como contra uno o los dos gemelos por la creencia de que esos seres eran expresión clara de conductas infractoras de normas por parte de los padres. (4)</p><p>Por ser sociedades con conflictos permanentes en que las guerras dependían de la fuerza para ellas, le dieron más valor a los niños -futuros guerreros que a las niñas. Esta creencia fue la responsable de prácticas como el infanticidio de las niñas hasta tanto no naciera un varoncito. (5)</p><p>Esas sociedades no tuvieron ni una estrategia, ni una ideología o una religión que promoviera la natalidad.</p><p>Aunque en varias sociedades indígenas prehispánicas de lo que hoyes Colombia, hubo esclavos, la esclavitud como fenómeno económico y social no existió. Fue con los españoles y su economía colonialista de extracción y de explotación que la servidumbre y la esclavitud se entronizó en el territorio...</p&gt

    Anotaciones médicas y literarias de la historia de la filariasis por Wuchereria Bancrofti en Cartagena y en Colombia

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    Revista Ciencias Biomédicas Vol.5, Núm. 2 (2014) Pag 374 - 381Existe descripción en las letras médicas colombianas de una entidad que tuvo elevada prevalencia en Cartagena de Indias, Colombia, desde el siglo XVI hasta mediados del XX. La filariasis por Wuchereria bancrofti por el estado clínico impactante que causaba, fue ampliamente descrita. Documentos médicos y crónicas de viajes describen a los enfermos, los impactos personales y sociales de la enfermedad, así como las medidas que se aplicaban. Ellas fueron extrapoladas a la literatura, especialmente por Gabriel García Márquez, quien recrea la enfermedad en tres de sus obras. Con estrategias propias de la medicina y cirugía europea de la época, así como las aportaciones y tradiciones indígenas, fue tratada por muchos años en Cartagena de Indias. En las letras médicas colombianas de los siglos XIX y XX, se logra observar el enfoque y las consideraciones clínicas y terapéuticas que se realizaban por entonces y se pueden contemplar las fronteras crecientes entre el empirismo y el naciente tratamiento científicamente etiológico

    África en Colombia. Una Historia Paralela de Cuatro Parasitismos

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    <p>Se presenta una comparación histórica médica de los parasitismos por el Dracunculus medinensis, la Wuchereria bancrofti, la Onchocerca volvulus y el Plasmodium falciparum, en Colombia, haciendo énfasis en la época inicial de la llegada de los negros, la minería a lo largo de los siglos XVI,XVII, Y XVIII Y la ubicación geográfica que tienen los negros en el país.</p><p><strong>Introducción</strong></p><p><strong></strong><br />En la América precolombina, en la Colombia tropical de tiempos prehispánicos no se conocieron muchas enfermedades virales, rickettsiales, bacterianas y parasitarias que conocían de tiempo atrás los europeos y africanos que llegaron al Nuevo Mundo (1).</p><p>Llegaron a las islas del Caribe y a la Tierra Firme americana, tan tempranamente como a principios del siglo XVI, hombres traídos a la fuerza, amarrados, encadenados y secuestrados de sus patrias originales del África occidental, los negros.</p><p>Con el tráfico, con el comercio de los hombres de piel de ébano pasaron al continente americano las enfermedades endémicas parasitarias que azotan desde hace miles de años algunas regiones del África.</p><p>Fueron los negros y no los blancos, los africanos occidentales subsaharianos y no los europeos del mediterráneo los principales, aunque no los únicos, portadores de los parásitos Dracunculus medinensis, Wuchereria bancrofti, Onchocerca volvulus y Plasmodium falciparum.</p><p>Es con este marco de referencia que trataré de establecer un paralelismo entre los cuatro parasitismos, en la historia de Colombia apoyándome para ello en las evidencias históricas, las informaciones epidemiológicas modernas y los estudios genéticos...</p&gt

    Symbolisms and medical and social teachings of some pre-columbian masks

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    Se presentan 4 máscaras precolombinas, tres de las cuales son ecuatorianas y una colombiana. Las primeras son de cerámica y se adscriben a la cultura Jama-Coaque y la tercera de concha Spondylus prínceps no tiene adscripción a ninguna en particular del Ecuador prehispánico, por no existir un estudio sistemático en Ecuador sobre la relación de esas máscaras con sus culturas costeras, la colombiana es de cobre. La primera de cerámica ecuatoriana por su tamaño, peso y elementos agregados – un material blanco que simula los dientes, tres piedras verdes que parecen los ojos y una incrustación sublabial, un bezote – hacen pensar en una máscara mortuoria de un personaje de poder y alto estatus social; la segunda de cerámica por presentar dieciséis nódulos faciales remite al observador a la llamada verruga peruana o bartonelosis, la tercera ecuatoriana fue elaborada posiblemente como un elemento votivo o de ofrenda para exhibir poder o invocar fuerza o protección dado el carácter de gran valor simbólico de esa concha roja. La máscara de cobre del Cauca medio o Quimbaya, en razón a su material, peso y color, con bastante probabilidad fue usada como adorno colocado sobre el pecho del personaje poderoso o de elevado estatus. Se compara la máscara con bartonelosis con otras dos que el autor ya había documentado, la de concha con otra del mismo tipo de material, la máscara de cobre con una pequeña de piedra jadeíta se referencia con una calavera enmascarada que el autor tuvo la oportunidad de estudiar hace varios años. Se concluye sugiriendo los usos tradicionalmente asignados a las máscaras: festivos, mortuorios y como adornos corporales para resaltar el poder de quien las exhibe. Las máscaras con la erupción tipo nódulos debieron jugar un papel similar a las estatuillas en cerámica y piedra que representan patologías con tanto realismo en el arte prehispánico, pudiendo ser una forma de enseñar, dentro de un pensamiento médico empírico analógico, como lo son los moldes en cera, las fotografías, los dibujos y pinturas en la medicina moderna basada en un pensamiento empírico analítico

    Dracontiasis en Colombia una Historia

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    <p>La dracontiasis o dracunculosis causada por la infección del tejido conectivo y subcutáneo por el gusano Dracunculus medinensis ha sido básicamente un problema médico durante años en el subcontinente Indio y en Africa occidental aunque con focos importantes en Uganda, Pakistán, Irán, Yemen y Arabia, de donde, en esta última nación de la localidad de Medina ha tomado el nombre la especie (1). Fue conocida por líderes religiosos, políticos y médicos como Moisés, Plutarco, Galeno y Avicena (2).</p><p>Las larvas maduran en el cuerpo de crustáceos del género Ciclops que viven en aguas frescas. Al tomar esas aguas ricas en larvas, el hombre se infecta. Las larvas penetran en la pared intestinal, y migran a tejidos retroperitoneales donde permanecen de ocho a doce meses hasta madurar y desde allí, entonces, la hembra migra a los tejidos subcutáneos de las extremidades para descargar sus larvas.</p><p>La hembra mide hasta un metro de largo y tiene dos milímetros de grosor. La presencia de los gusanos en los tejidos profundos usualmente no causa efectos, aunque su viaje a la piel puede acompañarse de reacciones de hipersensibilidad. Las úlceras del pie y las piernas limitan la movilidad y hacen pensar en el diagnóstico que se confirma por la irrupción del gusano.</p><p>Aunque en la literatura médica colombiana no están descritos casos de dracontiasis ésta sí alcanzó a ser un problema en algunas islas del Caribe (3,2)...</p&gt

    EXPOSICIÓN TEMPORAL. ALGUNOS DE LOS PRIMEROS LIBROS MÉDICOS ESCRITOS POR COLOMBIANOS ENTRE 1820-1920.

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    <p><strong><em>Sexta muestra de la serie “Objetos del trimestre”, que busca mostrar diferentes objetos, fotografías, libros, y documentos del Museo de Historia de la Medicina de la Academia.</em></strong></p><p><strong>INTRODUCCIÓN</strong></p><p>En la Nueva Granada de principios del siglo XIX solo existía una facultad o escuela de medicina, la del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, en Bogotá. A partir de 1828 ya existían, en lo que hoy es Colombia, la Escuela de Medicina de la Universidad Central, la escuela de Medicina del Magdalena y el Istmo asentada en Cartagena, y sobrevivían las cátedras de medicina del Rosario y San Bartolomé, con sede en Bogotá; en 1864 se abrió en Bogotá la primera Escuela de Medicina, privada; en esa década de los sesenta del siglo XIX el Estado Soberano del Cauca reanudó y cerró los estudios de medicina en el Colegio del Estado, el Estado Soberano de Boyacá activó en 1869 en el Colegio de Boyacá la cátedra de medicina, de vida breve. A finales del siglo XIX solo existían las facultades de medicina de las universidades Nacional, de Antioquia y de Cartagena, y en 1920 el país seguía teniendo esas tres facultades de medicina en funcionamiento.</p><p>Aunque se logró tener conocimiento de catorce libros, solo se exhiben 10 (uno por autor, a excepción de Nicolás Osorio y Ricaurte con dos, ambos exhibidos, y Luis Cuervo Márquez con dos, solo uno exhibido), con la ausencia de las obras de los autores Ricardo de La Parra, Juan de Dios Tavera Barriga y Gabriel D. Ujueta y el libro de Luis Cuervo Márquez titulado: La fiebre amarilla en el interior de Colombia.</p><p>Sobre el total de los 14 libros, diez están exhibidos y de ellos, tres fueron publicados en lo que iba hasta ese momento del siglo XX: Manual de Higiene y Medicina Infantil, de Barberi; Contribución al estudio de la lepra en Colombia, de Montoya y Flórez, y Geografía Médica y patológica de Colom- bia: contribución al estudio de las enfermedades intertropicales, de Cuervo Márquez.</p><p>De los autores enunciados, egresaron de la Universidad Central, en Bogotá, los doctores Manuel Plata Azuero en 1845 (1) y Antonio Vargas Vega en 1849; del Rosario, en Bogotá, los doctores José Félix Merizalde (1), en la primera promoción de 1808 y Ricardo de La Parra en 1837-38; de la Universidad de París egresaron los doctores Nicolás Osorio y Ricaurte en 1865 (1) y Juan Bautista Montoya Flórez en 1898, aunque este ya se había graduado en la Universidad Nacional en 1892. De la Universidad Nacional están los doctores, muy probablemente condiscípulos, Pedro María Ibáñez y José Ignacio Barberi, en 1876, el doctor Luis Cuervo Márquez en 1884 y el doctor Juan Bautista Montoya Flórez en 1892; de la Universidad de Cartagena el doctor Gabriel D. Ujueta, del Colegio de San Bartolomé el doctor Juan de Dios Tavera Barriga, quien en 1831 se licenció como farmaceuta en la Universidad Central de Bogotá.</p><p>De estos autores, Plata Azuero, (1) Vargas Vega, y Tavera Barriga eran santandereanos; Merizalde, Osorio, Ibañez, Barberi, y Cuervo, bogotanos; De La Parra, boyacense, Montoya, antioqueño y probablemente Ujueta, costeño.</p&gt

    Amazonía colombiana : enfermedades y epidemias : un diagnóstico médico, histórico y sociocultural.

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    IP 1203-04-030-93v.1. Las sociedades indigenas de la selva oriental colombiana:sistemas adaptativos, caracteristicas socioculturales, concepciones y practicas frente a las enfermedades. -- v.2. Catastrofe demografica indigena en la Nueva Granada : contacto, contagio y destruccion de las sociedades indigenas en la amazonia.Cultura, 2000. -- 617 p. ; 23 cm. -- ISBN 9588052580.;LIBROS(S): Amazonia colombiana: enfermedades y epidemias /Agusto Javier Gomez Lopez, Hugo Armando Sotomayor;Tribin, Ana Cristina Lesmes Patiño. -- Bogotá : Pontificia Universidad Javeriana ; Bogotá : Ministerio d
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