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Mesurament telemètric de la freqüència cardÃaca i el consum d’oxigen en competició amistosa
L’objectiu d’aquest estudi va ser mesurar el consum d’oxigen directament per telemetria, en situació real de joc, calculant la despesa energètica corresponent, i comparar aquests valors amb els obtinguts mitjançant la relació entre la freqüència cardÃaca i el consum d’oxigen establerta en una prova progressiva en cinta rodant al laboratori. Van participar en l’estudi un total de set jugadors (n = 7), triats per lÃnies de joc: tres davanters, dos mitjos i dos defenses. Els set jugadors han estat internacionals sub-21 i quatre també ho han estat amb la selecció nacional absoluta. La mitjana de consum mà xim d’oxigen obtingut en la mostra de jugadors va ser de 4,339 L · min-1 (56,9 mL · kg-1  · min-1 ). No es van observar diferències significatives entre les tres posicions tà ctiques. Hi ha una elevada correlació entre els valors de freqüència cardÃaca i de consum d’oxigen en les proves d’esforç progressiu sobre cinta rodant al laboratori r = 0,97 i r = 0,99. Durant la competició oficial, la freqüència cardÃaca va estar una mitjana del 50 % del temps de joc per sota del llindar aeròbic ventilatori i un 43 % del temps a la zona de transició aeròbica-anaeròbica. El consum d’oxigen mitjà estimat durant les parts d’un partit de competició oficial, va ser de 3,591 L · min-1 , corresponent a un consum relatiu de 48,5 mL · kg-1  · min-1 (70,7 % del VO2 max individual). A l’anà lisi de l’estudi de correlació lineal entre valors reals i estimats de consum d’oxigen en cadascun dels jugadors, els coeficients de correlació de Pearson calculats es trobaven entre els valors de r = 0,721 i r = 0,904. La quantificació de la sobreestimació ofereix valors de 853 mL · min-1 de mitjana (34 % de sobreestimació sobre el VO2 real), i l’error està ndard de l’estimació (378 mL · min-1 ) és d’un 15 % sobre el VO2 real; amb un marge de confiança del 95 %, aquestes diferències entre el consum real i l’estimat es xifren entre 812 i 893 mL · min-1 (P > 0,001). L’estimació especÃfica va revelar més correlació entre el consum d’oxigen real i l’estimat (r = 0,85) i una diferència mitjana de 4 mL · min-1 (sd = 537), i l’error està ndard de l’estimació (250 mL · min-1 ) fou del 10 % sobre el consum d’oxigen real
Valoración de la condición fÃsica en jugadores de hockey hierba de alto nivel
Se valoró la condición fÃsica de jugadores de alto nivel mediante la aplicación de una baterÃa de condición fÃsica inespecÃfica (Eurofit) adaptada al hockey hierba, con objeto de determinar su aplicabilidad y contrastar la hipótesis de que dicho método de valo-ración permite discriminar entre jugadores de distinto nivel competitivo. Participaron 31 jugadores de nivel nacional e internacional de 18 a 28 años, pertenecientes a dos categorÃas senior del hockey español: División de Honor (DH, n = 16) y Primera División (PD, n=15): 3 porteros, 10 defensas, 9 medios y 9 delanteros. Doce jugadores fueron seleccionados para formar parte de los equipos nacionales españoles senior o sub-21 en competiciones internacionales y 5 jugadores participaron además en los juegos OlÃmpicos de Barcelona 1992 (5ª plaza) y Atlanta –1996 (2ª plaza). Se utilizaron pruebas y mediciones de la baterÃa Eurofit (Consejo de Europa 1988), a las que se añadieron una prueba de potencia abdominal de 30 s y carreras de velocidad de 30 y 50 m. Los jugadores de élite (DH), algo mayores y más musculosos, mostraron niveles superiores de resistencia aeróbica, fuerza explosiva de extremidades inferiores, fuerza-resistencia de la musculatura abdominal y velocidad de carrera (30 y 50 m) en comparación con los jugadores de menor nivel (PD). La resistencia aeróbica de los jugadores de élite españoles fue comparable a la del equipo nacional holandés de 1990 (Geijsel 1991). En base a estos resultados, concluimos que la baterÃa de pruebas utilizada es aplicable y que, aún no siendo especÃfica del hockey hierba, permite diferenciar entre jugadores de distinto nivel competitivo y supone un instrumento útil para establecer datos normativos de referencia para jugadores de hockey hierba de alto nivel
Medición telemétrica de la frecuencia cardiaca y el consumo de oxÃgeno en competición amistosa
El objetivo de este estudio fue medir el consumo de oxÃgeno directamente por telemetrÃa en situación real de juego calculando el gasto energético correspondiente y comparar dichos valores con los obtenidos mediante la relación entre la frecuencia cardiaca y el consumo de oxÃgeno establecida en una prueba progresiva en cinta rodante en laboratorio. Participaron en el estudio un total de siete jugadores (n = 7), elegidos por lÃneas de juego: tres delanteros, dos medios y dos defensas. Los siete jugadores han sido internacionales sub-21 y cuatro de ellos también con la selección nacional absoluta. La media de consumo máximo de oxÃgeno obtenido en la muestra de jugadores fue de 4,339 L · min-1 (56,9 mL ·  kg-1 · min-1). No se observaron diferencias significativas entre las tres posiciones tácticas. Existe una elevada correlación entre los valores de frecuencia cardiaca y de consumo de oxÃgeno en las pruebas de esfuerzo progresivo sobre cinta rodante en laboratorio r = 0,97 y r = 0,99. Durante la competición oficial, la frecuencia cardiaca permaneció una media del 50 % del tiempo de juego por debajo del umbral aeróbico ventilatorio y un 43 % del tiempo en la zona de transición aeróbica-anaeróbica. El consumo de oxÃgeno medio estimado durante las partes de un partido de competición oficial fue de 3,591 L · min-1 correspondiente a un consumo relativo de 48,5 mL · kg-1 · min-1 (70,7 % del VO2max individual). En el análisis del estudio de correlación lineal entre valores reales y estimados de consumo de oxÃgeno en cada uno de los jugadores, los coeficientes de correlación de Pearson calculados estaban entre los valores de r = 0,721 y r = 0,904. La cuantificación de la sobreestimación arroja valores de 853 mL · min-1 de media (34 % de sobreestimación sobre el VO2 real), siendo el error estándar de la estimación (378 mL · min-1) de un 15 % sobre el VO2 real; con un margen de confianza del 95 %, dichas diferencias entre el consumo real y estimado se cifran entre 812 y 893 mL · min-1 (P > 0,001). La estimación especÃfica reveló una mayor correlación entre el consumo de oxÃgeno real y estimado (r = 0,85) y una diferencia media de 4 mL · min-1 (sd = 537), siendo el error estándar de la estimación (250 mL · min-1) del 10 % sobre el consumo de oxÃgeno real
New Insights into Bile Acids Related Signaling Pathways in the Onset of Colorectal Cancer
Colorectal cancer (CRC) ranks as the second among the causes of tumor death worldwide, with an estimation of 1.9 million new cases in 2020 and more than 900,000 deaths. This rate might increase by 60% over the next 10 years. These data are unacceptable considering that CRC could be successfully treated if diagnosed in the early stages. A high-fat diet promotes the hepatic synthesis of bile acids (BAs) increasing their delivery to the colonic lumen and numerous scientific reports correlate BAs, especially secondary BAs, with CRC incidence. We reviewed the physicochemical and biological characteristics of BAs, focusing on the major pathways involved in CRC risk and progression. We specifically pointed out the role of BAs as signaling molecules and the tangled relationships among their nuclear and membrane receptors with the big bang of molecular and cellular events that trigger CRC occurrence
Portais Web desenvolvidos no laboratório de bioinformática da Embrapa Soja.
bitstream/item/71973/1/ID-30955.pd
Treatment with PCSK9 Inhibitor Evolocumab Improves Vascular Oxidative Stress and Arterial Stiffness in Hypercholesterolemic Patients with High Cardiovascular Risk
Atherosclerosis and atherosclerotic-related cardiovascular diseases (ASCVD) are characterized by high serum levels of low-density lipoprotein cholesterol (LDL-C) that can promote the generation of reactive oxygen species (ROS). To answer the need for better LDL-C control in individuals at high and very high risk for CVD, a new injectable innovative family of lipid-lowering (LL) monoclonal antibodies against the protein convertase subtilisin/kexin type 9 (PCSK9) has been approved. However, the effect of these drugs on vascular function, such as ROS generation and arterial stiffness, has not already been extensively described. In this report, we present data from 18 males with high to very high CV risk undergoing LL treatment (LLT) with either statin and ezetimibe or ezetimibe monotherapy, who experienced, after a 2-month treatment with Evolocumab, a significant improvement in blood pressure (BP)-adjusted carotid-femoral pulse wave velocity (cfPWV) (p-value = 0.0005 in the whole cohort, p-value = 0.0046 in the sub-cohort undergoing background LLT with statin and ezetimibe, p-value = 0.015 in the sub-cohort undergoing background LLT with ezetimibe monotherapy), which was significantly associated with a decrease in freshly isolated leukocytes (PBMCS)-derived H2O2 production (p-value = 0.004, p-value = 0.02 and p-value = 0.05, respectively, in the whole cohort, in the statin + ezetimibe sub-cohort, and the ezetimibe sub-cohort). Our observations support the role of systemic oxidative stress in atherosclerosis and give a further rationale for using Evolocumab also for its effect in vascular disorders linked to oxidative processes
Anti-Hepatitis C Virus Serology in Immune Thrombocytopenia: A Retrospective Analysis in 101 Patients.
Hepatitis C virus (HCV), an RNA virus, is known to be the major cause of post-transfusion non-A, non-B hepatitis. HCV can induce several expressions of autoimmunity, including both serological abnormalities and clinical disorders. The relationship between the HCV infection and anti-platelet autoimmunity has been occasionally described, but is still far from well-defined. We retrospectively analysed 101 serum specimens, collected between 1988 and 1994, from patients with immune thrombocytopenia (ITP) for the presence of anti-HCV antibodies. Eighty-seven patients were classified as having idiopathic, and 14 secondary ITP (4 systemic lupus erythematosus, 9 non-Hodgkin's lymphoma and 1 Evan's syndrome). Anti-HCV antibodies were determined by second generation tests (ELISA + RIBA). A specimen was considered positive for HCV antibodies in the presence of ELISA reactivity (sample optical density/cut-off > 1.00) accompanied by RIBA reactivity to at least one HCV specific antigen. 20 sera (20%) were positive, with a prevalence higher in secondary than in idiopathic ITP (43% vs. 16%, p < 0.05). No differences were found between anti-HCV positive and negative patients regarding gender, platelet count, platelet associated immunoglobulins, hepatitis B virus serology and liver enzyme profile. On the contrary, mean age was higher in the HCV positive vs HCV negative ones (58±18SD vs. 44±20yrs, p < 0.01), in keeping with the increasing prevalence of HCV infection with ageing. HCV positive patients, showed a poor response to treatment (platelet count lower than 50,000/μl after conventional medical therapy for immune thrombocytopenia) compared to anti-HCV negative ones, (50% versus 7.3%, p < 0.001). When we excluded patients who were exposed to risk factors for HCV infection after ITP diagnosis and before the serum collection, the prevalence of anti-HCV antibodies was not very different (17.6%) from that found in the series as a whole (19.8%). Our results seem to indicate that HCV infection may play a role in triggering several cases ITP, and moreover might constitute a negative prognostic factor for therapy response
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