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    Firmar un acuerdo no es terminar el conflicto en líneas generales, pero sí es acabar la confrontación armada

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    Ahora se nos invita a hablar de la reconstrucción de la sociedad civil, en el marco del esfuerzo que el Estado colombiano está realizando en nombre del país en La Habana, en unos diálogos que se adelantan actualmente con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), una organización guerrillera que fue fun- dada en el año 1964 con el nombre de Frente Sur y que dos años después se convirtió en la fuerza armada revolucionaria que más adelante –por circunstancias políticas que seguramente ya todos conocemos– agregó a su eslogan la frase de ejército del pueblo

    Dinámicas de posconflicto, supuestos para la paz

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    Desde su fundación, la Universidad Libre se ha concebido como un lugar de paz. No debe olvidarse que fue fundada, en su mayor parte, por liberales que venían de la gran Guerra Civil, o de la “Guerra de los Mil Días”. Por eso puede sostenerse que es, en sí misma, el fruto de un posconflicto. De ahí que, en lo que atañe y concierne con el actual proceso de paz del Presidente Santos, no puede tener otra agenda que la de ser un espacio para el posconflicto, única forma de desarrollar armónicamente su naturaleza y filosofía de servicio social, cuyo principal propósito es el de promover la construcción de una nación en paz, incluyente y con justicia social. Por lo tanto, nuestra alma mater quiere seguir bridándose a la nación, generosamente, como un espacio amplio en donde se traten de modo amplio y profundo, pero pacíficamente, los más complejos asuntos atañederos al posconflicto. Así, ha sido nuestro interés institucional el que nos compromete con el estudio del posconflicto. En ese sentido, más allá de la naturaleza del conflicto armado o de los fenómenos de justicia transicional, del proceso de reparación a las víctimas, de la reinserción de los grupos armados al margen de la ley, que son parte de un escenario de violencia y de los trabajos y dificultades de los diálogos de paz, hay que resaltar que el espíritu de posconflicto al que aludimos tiene que ver con el tratamiento de las causas primarias que dieron origen al conflicto armado en Colombia, es decir: la inequidad social y el cierre de espacios de participación democrática para el pueblo. Consecuencialmente, la lógica del posconflicto debe apuntar a erradicar esas causas primarias que han ensanchado las brechas sociales y han promovido una asimetría radical en diferentes sectores. Asimismo, debe considerarse que posconflicto implica crear las condiciones para que un pueblo educado lidere su propio destino, esto es, se convierta en el agente del cambio social y lidere procesos de desarrollo sostenibles en el tiempo y el espacio. Sobre estas bases, la nación entera ha de saber con certeza que la Universidad Libre está comprometida con el posconflicto desde un plano material para proponer estrategias de superación sostenible de las causas objetivas del conflicto. Desde el mismo momento en que fue dada la buena nueva al país acerca del compromiso entre el Gobierno y las Farc para el inicio del proceso de paz, hemos insistido en la necesidad de que se proyecten con precisión unas adecuadas políticas para la planificación del posconflicto, toda vez que requiere atender asuntos coyunturales y otros de carácter estructural. Entre los asuntos coyunturales que necesitan urgente atención se tiene el tema de las víctimas en todas sus expresiones, para lo cual deberá tenerse en cuenta las violaciones a los derechos fundamentales, a los derechos humanos y al Derecho Internacional Humanitario en el periodo en que padecimos esta guerra fratricida. Y debe considerarse con especial cuidado la transición, para poder acceder a los tiempos de paz que anhelamos, lo que implica una revisión muy sincera del rol del Estado Social de Derecho en los espacios de justicia transicional, valorar la experiencia de los procesos de paz exitosos, puntos que deben estar aherrojados con el cuidadoso estudio de la normatividad nacional y la jurisprudencia internacional; del rol de los tribunales, de las comisiones de la verdad y la reconciliación; el papel de los garantes y de las comisiones de acompañamiento y verificación de los acuerdos de paz. Finalmente, apuntarse a la construcción de un imaginario sobre justicia transicional en donde se clarifiquen los supuestos negativos, los mitos y las realidades. De otra parte, en este espacio de preparación del posconflicto, es menester la construcción de tejido social y la proyección permanente de una agenda para la memoria histórica de los hechos generadores del conflicto que nos garantice el no retorno y la no repetición. Insistir en la verdad tiene el buen sentido de esclarecer el pasado y construir el presente de las víctimas y los victimarios, con lo cual se fortalecerá la institucionalidad de nuestro Estado Social de Derecho. En cuanto a los aspectos estructurales, todos los esfuerzos para recrear el espacio del posconflicto que anhelamos deben enfocarse a los procesos de una nueva democracia participativa, la reconstrucción del ordenamiento territorial, un diseño de políticas de desarrollo y una agenda de gobernabilidad para la buena administración de los recursos y la equitativa distribución de la riqueza que promuevan el despegue de la nación hacia un desarrollo indetenible, modo certero de hacer sostenibles los acuerdos de paz. Por lo tanto, en la hoja de ruta del posconflicto, consideramos imprescindible incluir, en primer lugar, una pedagogía electoral que promueva la participación política de todos los sectores sociales, generando inclusión, seguridad y legitimidad del sistema electoral, en el propósito de erradicar las prácticas corruptas que permanentemente han afectado nuestros procesos electorales. Se requiere el diseño de una cultura de emprendimiento para el desarrollo urbano y rural. Los retos del ordenamiento territorial deben abordar los debates entre la centralización y descentralización como herramientas para fortalecer la labor del Estado Social de Derecho, con lo cual podrán darse condiciones de equidad a todo lo largo de la geografía nacional. Estimamos necesario, de otro lado, enfatizar en el diseño de agendas sostenibles que permitan cubrir aspectos como el acceso, cobertura y calidad de la salud pública, de la educación y la generación de empleo. Una nación educada es la clave para generar ciudadanos competentes en las diferentes áreas de actividad productiva de la nación, puesto que se propiciará la generación de ciencia y tecnología, y de esa manera se impactará positivamente la calidad de vida de nuestros ciudadanos. Finalmente, reiteramos la urgente necesidad de promover un discurso sobre la gobernabilidad y confianza en las instituciones democráticas con acciones políticas como la mejor herramienta de concertación para el gobierno, así como para las administraciones regionales y locales. Se tratará de una pedagogía del buen gobierno, que permitirá una nueva relación entre gobernantes y gobernados, lo que seguramente se traducirá en políticas públicas concertadas y promotoras claves de la eficacia de la gestión pública. Con esta obra que publica la Universidad Libre, además de los temas señalados, y los que proponen los diferentes invitados a la Cátedra Gerardo Molina, nuestra institución cumple un compromiso con la nación y desarrolla el propósito institucional de ser pieza clave en la generación de los espacios para el encuentro de los diversos interlocutores que tienen la necesidad y el deber de debatir en medio del conflicto, con lo cual estaremos con seguridad promoviendo un diálogo constructivo en condiciones de igualdad, fraternidad, lo cual resulta del normal ejercicio de las libertades esenciales, que nos permitirán superar las diferencias. Nuestro foro académico, pues, ha querido promover dinámicas que permitan legitimar nuevas opciones de organización social con nuevos discursos y tendencias. Un escenario de paz nos obliga a superar las tensiones, fruto de las divergencias ideológicas y generadoras de conflicto para mirarnos desde los argumentos como contradictores legítimos. Los aportes de diferentes autoridades en temas de paz que presentamos en esta obra, se consideran una pieza esencial en la comprensión de las realidades del conflicto y la superación de sus causas es, en definitiva, el propio espacio del posconflicto. En el texto de doctor Roberto Garretón, se presenta un balance de los aportes que las Comisiones de la Verdad han realizado en posconflicto y posdictaduras, señalando sus esfuerzos por la consecución de la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición. Queremos destacar además, de forma muy especial, el texto del Dr. Alfredo Beltrán Sierra, que trata sobre los medulares temas del llamado “Bloque de Constitucionalidad” y el de los derechos humanos en espacios de guerra y paz; y, sobre todo, del trasegar que tendrá este marco normativo, una vez concluyan los diálogos de La Habana. El Dr. Beltrán Sierra realiza una síntesis histórica de la batalla del hombre de estirpe democrática por la defensa de los derechos humanos, para concluir con la idea de que la educación, como motor de desarrollo y democracia, será la herramienta más eficaz para el logro de la paz. El texto del español Baltazar Garzón sobre los mitos y retos de la justicia transicional, se dirige a una revisión de las implicaciones discursivas y los sentidos desde el lenguaje y los idearios alrededor del concepto de “Justicia Transicional”, para que desde esa realidad discursiva se puedan establecer unos mínimos éticos y legales, dentro de los cuales cada Estado debe operar para alcanzar la verdad, la justicia y las garantías de no repetición. El doctor Florentín Meléndez acentúa sus comentarios sobre el tema de los Tribunales Internacionales y los aportes de la jurisprudencia internacional del sistema interamericano en materia de derechos humanos, de justicia transicional para la paz y la seguridad, mientras que el texto de la doctora Paula Gaviria centra toda su atención en el tema de las víctimas en diferentes perspectivas que van desde su situación y derechos, hasta el desarrollo normativo y los modelos de asistencia, reparación integral de cara a una nueva institucionalidad en un espacio de posconflicto. En el análisis que hace el Presidente de la Corte Constitucional, doctor Luis Ernesto Vargas, se presenta un balance en clave histórica sobre los fenómenos de desplazamiento forzado de la población civil en escenarios de crisis humanitaria, destacando algunas sentencias de la Corte Constitucional que pueden ser consideradas hoy día como un referente para la jurisprudencia latinoamericana. Como complementario se nos aparece el texto del Dr. Alberto Castillo, en el que contrasta los álgidos temas de la democracia y los procesos de paz, haciendo un recorrido en el tiempo por el concepto de democracia para establecer su relación con la cultura política, la representación, las elites de poder y el tema de la legitimidad de la Paz

    Palabras del Dr. Horacio Serpa Uribe, en la presentación de la fundación por la Convivencia Nacional: el compromiso social es una alternativa de poder

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    Reflexiones que me parecen pertinentes, dado que, sincera- mente, no es gratuita la mala prensa que se nos dispensa en el exterior. Nuestra imagen de violadores de los Derechos Humanos, aunque algunas veces basada en diagnósticos simplistas sobre una realidad tan compleja, solo cambiará cuando entre nosotros construyamos un país digno para vivir en paz, con justicia social, con oportunidades económicas para todos. Nuestra imagen de país depredador de los recursos naturales solo cambiará cuando fundemos nuestro modelo de desarrollo socio económico sobre bases ecológicamente sustentables que hagan de nuestra rica biodiversidad una fuente de desarrollo social y una herramienta de inserción internacional. Nuestra imagen de país acosado por la corrupción de sus instituciones, profundizada en esta administración, solo cambiará cuando apliquemos con firmeza la ley, aislemos a los corruptos, exijamos con vehemencia y sin excepciones la pulcritud en el ejercicio de lo público, ofrezcamos la oportunidad para que los mismos ciudadanos ejerzan la fiscalización del comportamiento oficial y cumplamos una persistente labor pedagógica que restablezca la cultura del respeto absoluto a los intereses públicos. Nuestra imagen de país dedicado al negocio de la droga sólo cambiará si somos ejemplares y eficientes en la represión del narcotráfico y superamos con amplitud y rapidez problemas que son un verdadero desafio para nuestra sociedad, como la erradicación integral de los cultivos ilícitos y el consumo de drogas de nuestros jóvenes.Reflections that seem pertinent to me, given that, honestly, the bad press that we receive abroad is not free. Our image of violators of Human Rights, although sometimes based on simplistic diagnoses of such a complex reality, will only change when among us we build a dignified country to live in peace, with social justice, with economic opportunities for all. Our image as a country that predators natural resources will only change when we base our socio-economic development model on ecologically sustainable bases that make our rich biodiversity a source of social development and a tool for international insertion. Our image of a country beset by the corruption of its institutions, deepened by this administration, will only change when we firmly apply the law, isolate the corrupt, vehemently and without exceptions demand cleanliness in the exercise of public affairs, offer the opportunity to that the citizens themselves exercise control of official behavior and that we carry out a persistent pedagogical work that restores the culture of absolute respect for public interests. Our image as a country dedicated to the drug business will only change if we are exemplary and efficient in the repression of drug trafficking and we comprehensively and rapidly overcome problems that are a true challenge for our society, such as the complete eradication of illicit crops and the consumption of drugs from our youth

    "A cada uno de nosotros corresponde una responsabilidad"

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    Yo pienso que esa es la gran responsabilidad que nos toca. Yo soy de los colombianos optimistas, de los que conoce al país, de los que ha estado durante mucho tiempo conversando con la gente, reconociéndole sus valores, advirtiéndose de que en medio de tanta decrepitud, de tan constantes tragedias, de dificultades tan enormes, existen reservas profundas en la mujer y en el hombre de Colombia que van a ser suficientes para, ojalá muy rápidamente, reaconductar el camino y entonces conducir a nuestra patria hacia esos anhelados destinos. Los graduandos de hoy, bajo el auspicio de esta importantísima Universidad, sin duda van a tener una importantísima participación en el logro de tales objetivos. Con la ayuda de ustedes, con la ayuda de todos. Que así sea, porque lo necesita Colombia.I think that this is the great responsibility that falls to us. I am one of the optimistic Colombians, of those who know the country, of those who have been talking to people for a long time, recognizing their values, warning themselves that in the midst of so much decrepitude, such constant tragedies, such enormous difficulties, there are deep reserves in the women and men of Colombia that will be enough to, hopefully very quickly, redirect the path and then lead our country towards those longed-for destinations. Today's graduates, under the auspices of this very important University, will undoubtedly have a very important participation in the achievement of such objectives. With your help, with everyone's help. So be it, because Colombia needs it

    Firmar un acuerdo no es terminar el conflicto en líneas generales, pero sí es acabar la confrontación armada

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    Ahora se nos invita a hablar de la reconstrucción de la sociedad civil, en el marco del esfuerzo que el Estado colombiano está realizando en nombre del país en La Habana, en unos diálogos que se adelantan actualmente con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), una organización guerrillera que fue fun- dada en el año 1964 con el nombre de Frente Sur y que dos años después se convirtió en la fuerza armada revolucionaria que más adelante –por circunstancias políticas que seguramente ya todos conocemos– agregó a su eslogan la frase de ejército del pueblo

    Justicia

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    Partidos, sistema electoral y estatuto de la oposición

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    En esta ponencia se desarrollan los siguientes temas: Reconocimiento constitucional de los partidos y movimientos políticos; Rama Electoral independiente y autónoma; Establecimiento de la tarjeta electoral en todos los comicios; Propuesta sobre la consagración del voto obligatorio; Ampliación de inhabilidades e incompatibilidades para los candidatos a cargos de elección popular; y Elevación a la categoría constitucional del derecho de oposición política y sus garantías
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