El camino hacia la igualdad de género en Colombia: todavía hay mucho por hacer. Segunda edición

Este libro analiza la transformación a largo plazo del papel de la mujer en el empleo, la educación, la fecundidad, la reivindicación de sus derechos y su participación política en Colombia desde principios del siglo XX hasta la actualidad. Este estudio se inspiró en el trabajo de Claudia Goldin (2006), quien evalúa la participación de la mujer en la economía de los Estados Unidos durante el siglo XX. Su análisis considera cuatro etapas. Las tres primeras muestran los cambios en la participación de las mujeres en el mercado laboral, que ella denota como fases evolutivas, y la cuarta como la etapa revolucionaria. Este libro examina el papel que han desempeñado las mujeres en Colombia desde antes de que tuvieran los mismos derechos civiles que los hombres hasta la actualidad. Aunque las mujeres han logrado grandes hitos, todavía no han alcanzado la igualdad y se enfrentan a la discriminación en muchos frentes. Las mujeres colombianas, como en otros países, aún afrontan grandes obstáculos para cumplir sus expectativas debido, principalmente, a un trabajo doméstico no remunerado y a un trabajo de cuidado que ha recaído de manera desproporcionada sobre ellas, lo que les dificulta acceder a empleos fuera del entorno doméstico.Prólogo. XVIII Introducción. Pág. I 1. El rezago de la mujer: de 1905 a 1935. Pág. 5 2. Los cimientos para el empoderamiento de la mujer: de 1936 a 1965. Pág. 21 3. Comienzos del empoderamiento de la mujer: de 1966 a 1985. Pág. 43 4. Avanzando: aún mucho por hacer, 1985 hasta el presente. Pág. 65 5. Consideraciones finales. Pág. 93 Referencias. Pág. 97 Acerca de las autoras. Pág. 11

Casas kogui. Foto 15

La fotografía, tomada en un ángulo picado, muestra un conjunto de casas kogui rodeadas por abundante vegetación.Kogu

El Caquetá y la Vorágine: fantasía y realidad 100 años después

Cien años después de la publicación de La vorágine, los rastros de la tragedia de las caucheras aún son visibles, aunque a menudo pasan desapercibidos. Estos vestigios se encuentran en documentos como el plan de desarrollo municipal 2012-2015 de la Secretaría de Educación, que menciona brevemente el genocidio perpetrado por la Casa Arana. También están presentes en lugares como el edificio Curiplaya, que una vez fue parte de la explotación cauchera y hoy es un espacio público y cultural. Pero, sobre todo, la memoria de estos hechos vive en las comunidades indígenas y campesinas, que siguen siendo desplazadas, maltratadas y olvidadas. Aunque ya no se promueve abiertamente la ""Federalización"" del país (Duzán & Mejía, 2024), la idea de que la selva es indomable y debe ser colonizada, junto con la visión de los indígenas como seres salvajes a los que hay que ""civilizar"", sigue profundamente arraigada. La modernización continúa imponiéndose bajo modelos que recuerdan la antigua ""pacificación"", alienando a estas comunidades de sus tierras, sus culturas y su lengua. Fragmento extraído del texto

El verbo tragar de La Vorágine en la sociedad colombiana

Siempre se ha dicho que La Vorágine inaugura el período de novelas del regionalismo o mundonovismo de la literatura hispanoamericana. En la obra de Rivera no aparece la visión de las otras novelas que a partir de la impronta “civilización o barbarie” de Domingo Faustino Sarmiento se va a exponer en los llanos de Doña Bárbara de Rómulo Gallegos o en las pampas de Don Segundo Sombra de Ricardo Güiraldes, las otras principales de la literatura regionalista. En Rivera se muestra al ser hispanoamericano con los pies encharcados de barro y las piernas picoteadas de sanguijuelas. Toda posible imagen idealista de la tierra en La Vorágine es arrasada por un realismo atroz, de pesadilla. Fragmento extraído del texto

La máquina de producir desiertos y otras naturalezas

En esta colección de relatos, la novelista y dramaturga portuguesa Joana Bértholo explora temas como la desconexión con la naturaleza, la utilidad de las cosas, el absurdo, y la relación entre los humanos y su entorno. A través de historias como "La máquina de producir desiertos", "La máquina de producir naturalezas", "La máquina de producir despedidas" y "Naturaleza urbana", la autora aborda cuestiones filosóficas y existenciales, como el impacto de la modernidad, la pérdida de conocimientos esenciales, y la búsqueda de sentido en un mundo funcional y mecanizado. El texto también incluye la historia de una mujer que, tras perder a su madre y su empleo, encuentra en la naturaleza urbana y los libros un camino para redescubrirse, aunque su vida toma un giro inesperado al trabajar en un matadero. El libro fue publicado con motivo del Festival Utopía 2025.1. La máquina de producir desiertos 2. La máquina de producir naturalezas 3. La máquina de producir despedidas 4. Naturaleza urban

La vorágine: naturaleza, mujer, viaje y el misterio de la poesía

Se ha visto y estudiado “La vorágine”, de Rivera, y otras novelas brasileras de principio de siglo ajustándose, de diferentes formas, a la antítesis infierno/paraíso, a la cual nos tienen tan acostumbrados los críticos occidentales. En la tradición literaria se la cataloga como un texto naturalista y/o realista, lo cual hace posible el surgimiento de nuevos subgéneros narrativos, como novela de la selva, novela de la tierra, novela naturalista, novela social, novela de denuncia… pero poco se ha estudiado el aporte que esta novela hace al surgimiento de una nueva poesía en América, olvidando que Rivera fue ante todo un poeta y no un novelista y que su poesía con todas sus dudas y aciertos está en “La vorágine”. “Tierra de promisión” no sería más que la antesala de la “novela”, el “borrador” que le permitiría escribir la vorágine. Es en “La vorágine” donde Rivera encuentra, a pesar de todas las dificultades y dudas que se presentan, su propia voz. Fragmento extraído del texto

Cuando el río suena (temporada 2) - Atrato, madre majestuosa. Capítulo 1. Atrato

La voz del río se manifiesta en sus paisajes sonoros. Los sonidos del alto y medio Atrato recrearán para los oyentes diferentes puntos de la cuenca, que no solo están llenos de biodiversidad, sino que han sufrido el extractivismo en sus tierras y las acciones violentas sobre las poblaciones que allí habitan. La voz del río estará acompañada de las voces de personas habitantes de la cuenca, quienes desde sus subjetividades hablarán de su relación con el río

Cuando el río suena (temporada 2). Atrato, madre majestuosa. Capítulo 4. El ritmo de las aguas

Este episodio presenta la río Atrato como un ser en constante movimiento, conductor de sonoridades que viajan, también, a contracorriente de sus aguas, desde el Caribe hacia el interior de Colombia trayendo sonidos de la historia colonizadora, los intercambios culturales, la ancestralidad y nuevos ritmos urbanos

La vorágine o la vigencia de una historia

Las múltiples interpretaciones admitidas por "La Vorágine" reflejan su carácter de texto clásico, o siempre vigente, pero reinterpretado en cada época desde diferentes ópticas y propuestas analíticas. Sin embargo, es la selva, ese personaje que influye sobre los destinos humanos, ese hábitat de tanta biodiversidad, ante la cual, de una u otra manera, lectores e investigadores caemos rendidos por la maestría con la cual está construida. Se trata de un “personaje invisible que actúa en la novela como agente genitor e impulsor” (Rivera, citado por Bula, 2009:106), como un actante que acciona decisivamente en la vida de los personajes y, por supuesto, por la relación que los seres humanos establecemos con la naturaleza. En este trabajo, la biofilia, subsidiaria de la ecocrítica, pero más centrada en la persona, sirve para entender ciertas actitudes de los personajes en su interrelación con la naturaleza para, después, comprenderlas en el marco de dos épocas de la humanidad que nos han llevado a la máxima explotación y exterminio de ella en el menor tiempo posible: el Antropoceno y el Capitaloceno. Fragmento extraído del texto

La Vorágine: La violencia que lo devora todo

“La Vorágine”, felizmente, es todavía relevante gracias a todas las modas literarias que pudo evadir, a todo lo que rehusó, a las manidas ideas de su tiempo que rechazó. El crítico Alberto Zum Felde, ya en los años cincuenta, en su épico “Índice Crítico de la Literatura Hispanoamericana” (1959) le reconocía un mérito importante a “La Vorágine” al señalar que en su escritura “no hay tesis, no hay filosofía, no hay Historia” (233). Ciertamente, para mí, esa atrevida afirmación apunta hacia el gran mérito de Rivera: la de ser un narrador sin una proposición sociológica, la de ser capaz de crear un estilo que no se dejó seducir por las ideologías modernizadoras de las élites intelectuales de la época. Así, el primer elemento positivo en la escritura de Rivera es la de no ser un ensayo novelístico gestionado para mantener un dualismo que se fuerza al límite. En La Vorágine, el antagonismo entre el pensamiento ‘civilizado’ y las fuerzas de la ‘barbarie’ se disuelve, se hace incoherente y extraño, para mostrar las líneas ambiguas de ambos conceptos. Al diluir y transformar esa tesis, Rivera es capaz de explorar los límites de lo humano y adentrarse más allá, en las zonas más sombrías de nuestros actos y de nuestra conciencia. Fragmento extraído del texto