487 research outputs found

    Solid state phase transformations in Advanced Steels

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    In order to achieve progress in Advanced Steels development came more emphasis in solid state phase transformations are received. For achieving the desired mechanical and corrosion resistance properties in Duplex Stainless Steels (DSS), a precise knowledge of the precipitation kinetics of secondary phases, the morphology of the precipitates and effects of the alloying elements on different properties is needed. A complicated chemical composition and the production technology route make each grade of DSS a unique object for a study. Besides, when the market needs to reduce weight and increase product durability by utilizing Advance Strength Steels, a deeper understanding of their transformations is required. The aim of the present work was to study the main features of phase precipitation in diverse Duplex Stainless Steels grades, including Lean Duplex, Standard and Superduplex. Beside analyze the effects of metallurgical features on the properties of DSS and Advanced High Strength Dual Phase (DP) steels. One of the tasks was to study the effects plastic deformation after heat treatment in diverse duplex grades

    El potencial transformador aún nos pertenece

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    Sin lugar a dudas, este año hemos sido partícipes de cambios profundos en nuestra historia. Luego del plebiscito del 25 de octubre de 2020, en donde se impuso por amplia mayoría la opción del “apruebo”, el escenario sociopolítico no ha dado tregua y no nos ha dejado de sorprender en todos los sentidos. Después de muchos años de vida republicana, en mayo pasado y en medio de la pandemia por Covid-19, se realizaron simultáneamente tres comicios , donde por primera vez fueron elegidos, de manera directa, Gobernadores y Gobernadoras Regionales. Por cierto, la elección de Convencionales Constitucionales se realizó bajo un sistema de paridad (Zuñiga, 2018; OEA, 2013; Archenti y Tula, 2014), con escaños reservados para los pueblos indígenas y con listas de independientes. Ciertamente, se trató de un proceso inédito en nuestra historia institucional. No obstante, mayor sorpresa causaron sus resultados. A diferencia de todos los procesos electorales que hemos tenido, los partidos políticos no lograron figurar como los grandes protagonistas. Sobre todo, significó un retroceso electoral para aquellas fuerzas que pactaron nuestra Transición y constituyeron una suerte de duopolio durante los últimos 30 años. En efecto, los aires de renovación fueron traídos por las fuerzas independientes, provenientes de movimientos sociales, en los comicios tanto para convencionales constitucionales como para alcaldes y alcaldesas. En el caso de estas primeras elecciones, de los 155 miembros, 48 convencionales postularon por listas independientes de partidos, es decir, el 31% del total. Esto sin considerar que hubo 40 personas electas que también se presentaron de manera independiente bajo el amparo de alguna colectividad partidista, más allá su tendencia política. De este modo, como lo detalla el Observatorio Nueva Constitución la cifra de independientes se elevó al 64%. Lo anterior, sin contar los escaños reservados para pueblos indígenas. En suma, solo 50 convencionales de los que hoy componen la Convención militan en partidos políticos formales. La elección de ediles, por su parte, dio cuenta de un fenómeno similar, al duplicar la cantidad de alcaldes y alcaldesas independientes. Se pasó de 52 alcaldías en 2016 a 106 para las elecciones de 2021 (Matus, 2021). Todas estas son muestras de nuevos aires para un Chile que se refunda en plena crisis mundial. Con todo, los caminos nunca han sido fáciles. Hoy más que nunca, y luego de lo que significó el reencuentro en las calles de la ciudadanía tras décadas de retraimiento individual, producto de un sistema que promueve ese ensimismamiento mediante la explotación cotidiana, el abandono del Estado y el consumismo, el modelo neoliberal vuelve a entrar en crisis (Aste Leiva, 2020). Las consignas del “Chile Despertó” hacen eco fuertemente a un Chile cuyo miedo despertó (Jiménez-Yañez, 2020). Es el miedo a la incertidumbre, el miedo que muchas veces se viraliza. Como se señala en el lenguaje de los mass media, con un click, con solo un tweet, provoca hoy por hoy una polarización importante (Beltrán, Jara-Reyes & Faure, 2021). Eso requiere ser observado y analizado disciplinar y sistemáticamente, para entender cómo actúa y qué efectos pueden tener en quienes participamos de esta sociedad y creemos en la democracia y el respeto irrestricto de los derechos humanos. Durante las campañas presidenciales, se observó un escenario de polarización importante donde la ciudadanía estaba dividida frente a las elecciones. El resultado del pasado 19 de diciembre no solo dio cuenta de los miedos que aún acechan a nuestra sociedad. Asimismo, confirma una polarización que, luego de los resultados del “apruebo”, como cientistas sociales no habíamos sido capaces de seguir más atentamente. El Presidente electo, Gabriel Boric Font, siendo el mandatario más joven de la historia de Chile, asumirá un gobierno lleno de desafíos. El primero, y no menos importante para su gobernabilidad, tiene relación con la composición misma del Congreso. La correlación de fuerzas está relativamente pareja y, por lo mismo, se tendrá que negociar. Por esta razón, ambos candidatos se preocuparon de mostrar, desde que pasaron a segunda vuelta, una imagen ad hoc a esta circunstancia: una imagen tendencia a la moderación y dispuesta a llegar a acuerdos. El excandidato y hoy Presidente sabe que la implementación de su programa en gran medida no dependerá de sus propias fuerzas, sino de acuerdos, incluso con quienes no son parte de sus coaliciones o forman parte del universo de independientes. Sin duda, el trabajo es clave, ya que es un trabajo no solo político, también social. Se necesita revertir la baja legitimidad que cuenta actualmente nuestro sistema político, sobre todo luego de un gobierno que se ha puesto en entredicho, a tal punto de vislumbrar la posibilidad de la renuncia presidencial. Por lo mismo, uno de los desafíos más importantes es lograr una aprobación ciudadana transversal, que dé cuenta de la profundización de la democracia y que devuelva a las personas la confianza en las instituciones y en los proyectos políticos. En suma, se necesita que las personas vuelvan a creer en el Estado, se vuelvan a sentir parte de una comunidad política de la cual por tantos años se han sentido ausente. Ese sí que es un desafío. El primer artículo que presenta nuestra revista Intervención lleva por titulado «Entre prácticas higienistas y eugenésicas: las políticas públicas chilenas de veraneo popular en los 1940», y es de autoría de Gonzalo Santander y Antoine Faure. Desde una perspectiva histórica, este texto indaga en cómo el Estado se hizo cargo de fomentar el veraneo y garantizar el acceso de las clases populares a esos espacios de esparcimiento, durante los gobiernos frente-populistas. En medio del proceso constituyente, se trata de una contribución que, desde el pasado, pone sobre la mesa una discusión que articuló y sigue articulando las distintas trincheras políticas. En efecto, el rol del Estado y, sobre todo, su carácter social es uno de los ejes centrales del debate sobre nuestro modelo de desarrollo, hoy llamado a transformarse. El segundo escrito se titula «Feminicidios en Chile: representaciones sociales construidas por sujetos masculinos heterosexuales de la Región Metropolitana», y sus autoras son Monserrat Márquez y Mª Consuelo Catalán. Desde lo que ha implicado la crisis sanitaria provocada por la pandemia, este trabajo investiga cuáles son las representaciones sociales que manejan sujetos hombres en torno a las violencias basadas en género. De este modo, nos muestra cómo los medios de comunicación y el entorno, inscritos en un sistema neoliberal de corte patriarcal, se esgrime como un modelo que sustenta una cierta construcción de masculinidades hegemónicas en detrimento de mujeres. Para ello, hace énfasis en el factor contextual, intentando explicar los motivos que llevan a explicar los asesinatos de mujeres por parte de hombres, a partir de distintas variables. En tercer lugar, se ubica el artículo de Javier Reyes-Martínez, «Victimización y miedo al crimen en Latinoamérica: ¿cómo se relacionan con el bienestar subjetivo?». Tal como indica su título, nos da una respuesta a la pregunta sobre el bienestar subjetivo, a partir de un análisis de regresión logística ordinal en base a los datos del Latinobarómetro 2018 (N=20204). Las conclusiones indican resultados diferenciados de los efectos de la victimización, los cuales tienen implicaciones en la política pública, así como en el diseño de programas e intervenciones dirigidas a la atención de víctimas. El cuarto artículo es de Manuel W. Mallardi y se titula «Planificación situacional y Trabajo Social: contribuciones teóricas- metodológicas para la elaboración de proyectos sociales». Aquí, su autor presenta un conjunto de reflexiones en torno a los fundamentos de la planificación situacional y sus aportes a los procesos de intervención profesional. Para ello, toma como marco de referencia los principales núcleos analíticos de la propuesta situacional desarrollada por Carlos Matus, junto con las particularidades de sus momentos constitutivos: explicativo, normativo, estratégico y táctico-operacional. Finalmente, y muy acorde al contexto, encontramos el escrito de Catalina Ruz Escobar, titulado «La multitud operante: distinciones para analizar el nuevo escenario político y social». En él, entiende la dimensión del cuerpo como una expresión de lo múltiple y contemporáneo en cuanto a la expresión política. Así, ubica a la comunidad como una co-extensión de la multitud, en la medida que esta ha sostenido la manifestación social y ha asumido la dimensión múltiple de la revitalización de la organización social horizontal. Desde la óptica de la intervención social, se recurre a la cartografía social y a la necesidad de atender a las demandas de la multitud considerando las esferas de la macropolítica y la micropolítica. Frente a todos los procesos socio-políticos que estamos viviendo, y que dan cuenta los presentes manuscritos desde sus distintas ópticas, podemos señalar que la revuelta popular vino a enseñar algo muy importante: en este país, quien quiera gobernar de manera democrática, ya no puede hacerlo sin la ciudadanía, ya no se puede desatender la opinión popular. La ciudadanía ha hablado fuerte y claro en las urnas estos últimos años. Finalmente, ha impuesto su agenda. Se deben terminar los años donde todas las decisiones se tomen de manera vertical y a puertas cerradas. Si existen proyectos que no comprendan dicha lección, comenzarán con una crisis de base. Las minorías dejaron de ser minorías. Las actorías políticas se juegan no solo en los partidos, también en las causas que moviliza el pueblo que se organiza. Pueblo o ciudadanía, como prefiera llamársele, si bien ha modificado su manera de encuentro, se ha desmovilizado a raíz de las divisiones y fragmentaciones que generó el Acuerdo por la Paz del 15 de noviembre en su momento (y que más tarde dio paso al actual proceso constituyente), además de la pandemia por el Covid-19. Sin embargo, no todo está perdido. La revuelta popular es, sin lugar a duda, una de las más importantes de nuestra historia. Ella rinde cuenta de cómo las juventudes fueron capaces de hacer un llamado general en la politización de la sociedad chilena. Hoy por hoy, la política está en el debate cotidiano de todas y todos, existiendo amplios cuestionamientos a los modos de gobiernos, a los proyectos y, sobre todo, al modelo socio-político que se instauró en Chile con firmeza desde los años 1980, el neoliberal. El potencial transformador aún nos pertenece y debemos ver hacia dónde avanzar de manera colectiva. No solo nuestro un país requiere cambios profundos, también un continente que pide mayor garantía y ejercicio de sus derechos

    Entrevista a Verónica Figueroa Huencho

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    En un momento histórico como el que estamos viviendo, en pleno proceso de construcción de una nueva Constitución fruto de un plebiscito con una amplia aprobación ciudadana, Verónica Figueroa Huencho, destacada Académica Mapuche, accedió a brindarnos una entrevista para hablarnos de este momento que ella misma destaca como refundacional. Desde una perspectiva situada en su experiencia al interior de la Academia, como Mujer Mapuche analiza el momento actual y sus proyecciones desde las demandas que ella moviliza y que han sido alzadas en las voces que integran la Convención Constitucional, sobre todo a partir de los escaños reservados para Pueblos Indigenas. Verónica Figueroa es Profesora asociada del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile. Asimismo, Doctora en Ciencias de la Administración por Esade, Postdoctorada del Center for Latin American Studies de la Universidad de Stanford y Visiting Scholar del Centro de Estudios Latinoamericanos David Rockefeller de la Universidad de Harvard. Ha sido Directora de la Escuela de Gobierno y Gestión Pública de la Universidad de Chile y Vicepresidenta del Senado Universitario para el período 2020-2022. En sus trabajos aborda temáticas sobre gobernanza, plurinacionalidad y políticas públicas indígenas

    Patricia Muñoz, Defensora de la Niñez

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    1. Introducción El pasado mes de agosto de 2020 en un contexto muy particular como país -previo a la realización del plebiscito sobre el cambio constitucional-, y como sociedad en general a nivel mundial - a causa de la pandemia por Covid-19-, entrevistamos a la actual Defensora de la Niñez, Patricia Muñoz García. La Defensoría de la Niñez nace en junio de 2018 en tanto organismo autónomo del Estado, es decir, no cuenta con la supervigilancia de otros organismos, lo cual le brinda independencia en el ejercicio de sus funciones. Que Chile contase con un organismo de esta índole es relevante en términos de garantizar los derechos de la niñez en adecuación a los estándares internacionales en materia de derechos humanos y en concordancia a los tratados internacionales suscritos por nuestro país. Al respecto, en esta entrevista se problematizan diversas cuestiones sobre la operacionalización del organismo, los límites que se han ido presentando en su implementación, los desafíos que implica la defensa de los derechos de los niñas y niños y adolescentes en un contexto atravesado por importantes denuncias sobre situaciones vividas por estos últimos en organismos colaboradores del Servicio Nacional de Menores, entre otras, que han marcado la agenda nacional en los últimos años. A continuación, se presenta una visión crítica y reflexiva tanto del rol del Estado como de la nueva institucionalidad, Defensoría de la Niñez, por parte de su principal representante. Seguir leyendo.

    Etnografía y políticas públicas en materia de justicia y violencia contra las mujeres en Chile

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    El presente análisis busca reflexionar sobre los aportes de la etnografía al estudio de las políticas públicas utilizando como ejemplo, el caso de la intervención estatal en materia de violencia contra las mujeres en Chile en la última década. Para lo anterior, se expone aquí un trabajo etnográfico realizado en Tribunales de Familia en la Región Metropolitana, siguiendo casos de violencia conyugal, que combina observación directa con observación participante. Se sugiere la idea que la metodología etnográfica resulta substancial a la hora de aprehender la fase de implementación de las políticas públicas, ya que permite develar problemáticas y desigualdades que van más allá de aquellas que se presentan en el contacto entre el Estado y los/as usuarios/as, revelando además conflictos de legitimidad internos que las metodologías más clásicas de la Ciencia Política de corte top down no hubiesen a priori sacar a relucir. De esta manera se concluye que la etnografía no sólo se rinde cuenta de las modalidades de intervención, sino que también se avanza en el conocimiento del «Estado en acción» lo cual permitió mejorar la comprensión de las barreras que ha tenido desde la Justicia el estudio de las violencias contra las mujeres en este país.The present analysis aims at thinking about the contributions of ethnography to the study of public policies, using as an example, the case of state intervention concerning violence against women in Chile in the last decade. To do so, we present here an ethnographic study carried out in Family Courts in the Metropolitan Region, following cases of domestic violence, which combines direct observation with participant observation. We suggest the idea that the ethnographic methodology is substantial when it comes to apprehending the implementation phase of public policies, since it allows to reveal problems and inequalities that go beyond those presented in the contact between the State and the users, revealing also internal conflicts of legitimacy that the more classic methodologies of Political Science of top down nature would not have a priori brought to light. In this way, the conclusion is that ethnography not only gives an account of the modalities of intervention, but also advances in the knowledge of the «State in action», which has allowed a better understanding of the barriers that the Justice Department has had in the study of violence against women in this country.A presente análise busca refletir sobre as contribuições da etnografia para o estudo de políticas públicas, utilizando como exemplo, o caso da intervenção estatal na violência contra a mulher no Chile na última década. Para o anterior, se apresenta aqui um trabalho etnográfico realizado nos Tribunais de Família da Região Metropolitana, após casos de violência conjugal, que combina observação direta com observação participante. Sugere-se que a metodologia etnográfica seja substancial quando se trata de apreender a fase de implementação das políticas públicas, pois permite salientar problemas e desigualdades que vão além daqueles que surgem no contato entre o Estado e os/as usuários/as, revelando também conflitos de legitimidade interna que as metodologias mais clássicas da ciência política do tipo top down não teriam a priori trazido à luz. Dessa forma, conclui-se que a etnografia não apenas realiza as modalidades de intervenção, mas também avança no conhecimento do «Estado em ação», o que permitiu melhorar a compreensão das barreiras que desde a Justiça vem enfrentando o estudo das violências contra as mulheres neste país

    La estrategia del Estado Chileno a la problemática de las violencias contra las mujeres (2005-2014)

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    Este artículo busca mostrar los efectos de la incursión del Estado chileno en la lucha contra las violencias hacia las mujeres en el ámbito doméstico. Para esto acudimos a dispositivos legales y políticos. Se mostrará el rol de las instituciones de justicia y del Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM) en tanto que instrumentos de atención y protección a las personas afectadas por la problemática, durante los gobiernos de Michelle Bachelet (2006-2010) y de Sebastián Piñera (2010-2014). Durante el desarrollo del análisis, se caracterizará cómo entra en tensión el enfoque familiarista de la ley con los dispositivos propuestos por el Estado. Avanzando que el género como categoría crítica si bien es invisibilizado, de igual modo aparece como ordenador de relaciones de poder y dominación. Lo anterior ocurre tanto en la construcción de la legislación, como en la intervención de la problemática en niveles locale

    Pharmacogenetic inhibition of the infralimbic cortex promotes reinstatement of cocaine-context memories in mice.

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    Funding: PID2020-113806RB-I00, 08-2021-AREA3, B1-2020_06, FPU20/00908, PRE2018-085673, PREDOC_01094, POSTDOC_ 21_00222. II Plan Propio de Investigación, Transferencia y Divulgación Científica de la UMA.Relapse is one of the main problems concerning treatment of cocaine use disorder. It have been suggested that the infralimbic cortex (IL), a division of the medial prefrontal cortex, is involved in extinction and reinstatement of associative memories, including those involving drugs. However, more selective strategies are needed to elucidate the involvement of IL in the long-term maintenance of drug-related maladaptive behaviours. Here, we employed pharmacogenetics to assess the causal role of IL in the reinstatement of a cocaine-induced conditioned place preference (CPP). For this purpose, adult C57BL/6J mice received bilateral intra-IL microinjections of an adeno-associated viral (AAV) vector containing the hM4Di designed receptor (AAV5-CaMKII-hM4Di-mCherry; AAV-hM4Di, n=11) or a control vector (AAV5-CaMKII-mCherry; AAV-control, n=9) prior receiving training in the cocaine-induced CPP model. After habituation, animals received compartment-paired conditioning by increasing doses of cocaine (2-16 mg/kg/day, i.p.) and were tested for cocaine-CPP, after which they were subjected to forced CPP extinction and then re-tested for cocaine-CPP. On day 37 after AAV infusion, mice received Clozapine N-oxide (CNO, 5 mg/kg, i.p.) and 30 min later were tested for cocaine-primed (7.5 mg/kg, i.p.) CPP reinstatement. Ninety minutes after, animals were perfused, and brains dissected. Our results indicated that both groups acquired and subsequently extinguished cocaine-CPP. However, only the AAV-hM4Di group showed a significant preference for the cocaine-paired compartment during the CPP reinstatement test. Immunofluorescence analyses of c-Fos expression in IL revealed a decrease of ~60% in mCherry+/c-Fos+ co-labelling in the AAV-hM4Di group, suggesting reduced IL neural activity during CPP reinstatement. Therefore, our data suggests that the IL plays a causal role in relapse to cocaine-related maladaptive behaviours, highlighting its importance as a potential therapeutic target.Universidad de Málaga. Campus de Excelencia Internacional Andalucía Tech

    Selective modulation of the infralimbic cortex activity regulates reinstatement of cocaine-context associations in mice.

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    Mechanisms underlying relapse into cocaine are not yet fully understood. Animal studies suggest a pivotal involvement of the infralimbic (IL) division of the medial prefrontal cortex, but causal evidence is lacking. Here, we employed chemogenetics to selectively modulate the IL during reinstatement of cocaine-related behaviours in the conditioned place preference (CPP) model. To this aim, C57BL/6J mice (N = 28) received intra-IL microinjections of adenoassociated viral vectors containing either silencing (AAV5-CaMKIIα-hM4Di-mCherry) or stimulatory (AAV5-CaMKIIα-hM3Dq-mCherry) designer receptors, or a control vector (AAV5-CaMKIIα-mCherry). Animals were trained to acquire a CPP induced by increasing doses of cocaine (2-16 mg/kg) and later submitted to forced extinction. Four weeks after AAV infusion, mice received Clozapine N-oxide (5 mg/kg) 30 minutes before undergoing a cocaine-primed (7.5 mg/kg) CPP reinstatement test. Ninety minutes later animals were perfused, and brains dissected to analyse the expression of mCherry and c-Fos proteins in the IL. We found that CPP reinstatement was significantly increased after silencing IL compared to the control group, while blocked after selective stimulation of this brain region. In turn, immunofluorescence analyses revealed a ~0.5-fold decrease and a ~3-fold increase in mCherry /c-Fos co-labelling in AAV-hM4Di and AAV-hM3Dq groups (respectively) compared to the control group. Taken together, our data indicate that the IL is causally involved in the reinstatement of cocaine-related maladaptive behaviours and stands out as a target for modulation to prevent cocaine relapse.Funding: PID2020-113806RB-I00, B4-2023-16, FPU20/00908, PREDOC_01094, POSTDOC_ 21_00222. II Plan Propio de Investigación, Transferencia y Divulgación Científica de la Universidad de Málaga. Universidad de Málaga. Campus de Excelencia Internacional Andalucía Tech

    Introducción. El gesto comparativo: desplazamiento, posibilidad y limites en el ámbito de la intervención social.

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    Si bien la comparación está hoy en día bien asentada en el ámbito de la investigación, la dimensión y la consideración de sus procesos y de su elaboración para el o la investigadora, siguen siendo todavía demasiado dispares, o implícitas. Sin embargo, nos parece que las reflexiones que versan sobre esta elaboración y sobre las contingencias del enfoque “en curso de elaboración” dan luces tanto sobre el enfoque de su proceso como sobre los objetos a los que se enfoca. Este número está dedicado a este cuestionamiento y a las preguntas o experiencias específicas que se dan en el marco de la investigación comparada. Para enfocar este debate, retomamos el término “gesto comparativo” (Robinson, 2016), que, a nuestro juicio, traduce la idea de proceso en curso, de una práctica situada y singular del investigador o la investigadora. Empezaremos por situar este concepto en las ciencias sociales, para abordar después más concretamente los ámbitos de investigación sobre todo a nivel de intervenciones sociales. El gesto comparativo en las ciencias sociales ¿Cuál es el lugar de la comparación en las ciencias sociales? ¿Es inherente o específica de ciertos enfoques? ¿Se da por hecho? Discutir el lugar de la comparación en las ciencias sociales requiere especificar su naturaleza, que sigue siendo una pregunta latente en la literatura (De Verdalle, Vigor & Le Bianic, 2012). Para los autores identificados como los “padres fundadores” de la Sociología, la comparación fue asumida o bien reivindicada en tanto ella se encontraba en el centro de las ciencias sociales, o bien ella era utilizada de manera más o menos explícita como recurso heurístico. Emile Durkheim sitúa a la sociología como una ciencia comparada (Durkheim, 1895); la comparación es, según él, constitutiva de todo procedimiento sociológico. Sin que se reivindique de manera explícita, la comparación ha sido la base de otros trabajos que sentaron los cimientos de la disciplina. Efectivamente, es a través de su desvío hacia América y su experiencia de la democracia en esta sociedad que Alexis de Tocqueville reflexiona sobre la caída del antiguo régimen en Francia. Max Weber por su parte comparó varias formas de capitalismo a lo largo del tiempo; así como Mauss quien teoriza sobre “el don y el contradón” a partir del estudio de varias comunidades. De este modo y a través de su práctica, estos autores han hecho que la comparación sea un enfoque fundacional de la disciplina. En esta línea, varios autores contemporáneos siguen situando el acto comparativo en el centro de las ciencias sociales. Howard Becker sitúa la comparación como una operación cognitiva que podría definirse como transversal, que permite ordenar “fragmentos” capaces de producir representaciones de la sociedad (Becker, 2009). Él nos recuerda que es a partir de la comparación que las cifras adquieren sentido y que las tablas estadísticas producen una descripción que permite apoyar la demostración de una idea. Al igual que en la famosa serie de Walker Evans, American Photographs, que cuestiona las especificidades del pueblo estadounidense, es en la comparación con la que le precede y la que le sigue que cada imagen de la serie de fotografías cobra sentido y contribuye a la idea general de la obra (Becker, 2009). Según Becker, el ejercicio de comparación tiene lugar en dos niveles: durante la producción de la obra, pero también durante su recepción, lo que implica un trabajo interpretativo. La antropología es otra disciplina de las ciencias sociales que, desde sus orígenes, se ha basado en una perspectiva comparada. En su curso en el Collège de France dedicado a la comparación, el antropólogo Philippe Descola (2019) destaca a partir de una relectura de su práctica como antropólogo y de la literatura de la disciplina, cómo los enfoques etnográficos y etnológicos “se tejen permanentemente a través de la comparación”. Estas formas de apoyarse en la comparación no siempre son reivindicadas, percibidas y asumidas como tales por los antropólogos, quienes la utilizaban casi espontáneamente por ser intrínseca a la disciplina y sus orígenes. Según él, esta comparación implícita se puede dividir en tres “movimientos” diferentes. El primero se refiere a la comparación de las prácticas sociales de la cultura observada con las de la cultura del observador. Para el autor, precisamente a través de este desplazamiento se construye la especificidad de la mirada etnográfica. El segundo es la comparación de las situaciones observadas y descritas por el etnógrafo con el corpus teórico existente. Para producir una interpretación de la sociedad estudiada, el etnógrafo compara y vincula lo que observa con el resto de la producción científica (en el tiempo y en el espacio). El último movimiento es aquel, implícito, de selección. El etnógrafo elige entre todas las escenas observadas, las más emblemáticas. Por lo tanto, es en la configuración de los resultados de los datos donde tiene lugar la comparación. Comparar desde la diferencia, mirar más allá Por otra parte, la comparación también puede considerarse como un enfoque específico y particular que debiera ser distinguido y considerado por esta particularidad. Cuando se elige y se asume la comparación como un enfoque de investigación específico, esta puede justificarse por su capacidad de ser un "operador de conocimiento" (Vigour, 2005) que permite la observación y el análisis desde un ángulo original e inédito. La comparación internacional, por ejemplo, puede requerir trabajar en la comprensión de los contextos sociales y las dinámicas que dan forma a los públicos, las poblaciones, las prácticas, las profesiones y las políticas de intervención social en diferentes países (Crossley & Watson, 2003; Hantrais, 2009). El enfoque comparativo realizado a escala internacional puede requerir aclarar los elementos comparadores (Hantrais, 2009) o las unidades de comparación (Bray, Adamson & Mason, 2010) con los que se relacionan. La comparación puede hacerse entre dos o más países y se relaciona tanto con el objeto de estudio como con los diferentes espacios y contextos (social, político, geográfico) y por lo tanto contribuye a una mejor comprensión del conjunto de estos elementos (Crossley & Watson, 2003 Dogan & Kazancigil, 1994). Las diferencias de estos espacios y contextos, si bien en un primer momento parecen limitar el potencial heurístico del enfoque, en última instancia contribuyen a él a través de la reflexión sobre los límites, sus diferencias y sus similitudes, siendo estos análisis parte integral de la comparación (Detienne, 2000). Sin embargo, rara vez se menciona el lugar del investigador en estos enfoques cuantitativos, y menos aún el proceso en curso. No obstante, Vigour establece que la comparación que se pretende “internacional” requiere de un proceso de investigación que incluya el enfoque comparativo en cada una de sus etapas, ya que este incide en la postura de la o del investigador y en cómo despliega una estrategia de investigación para “mantener” la comparación en cada uno de sus momentos (Vigour, 2005). El método desplegado puede acompañarse, de manera diferente, de una reflexión sobre el gesto y el efecto del enfoque. Por ejemplo, gran parte de la investigación internacional comparada en educación está impulsada por procesos cuantitativos que buscan contribuir a la explicación y predicción de los fenómenos educativos. Para ello, Fairbrother identifica la idea dominante de un investigador “desprendido” por un contacto limitado o ausente con los sujetos de su investigación (Fairbrother, 2010). Si, como indica el autor, el investigador pretende evitar todo contacto con los sujetos, las percepciones de lo que “hace” la investigación, en el momento de su desarrollo, son más difíciles de visibilizar. Por otro lado, la idea de un investigador “desprendido” no invita a la atención ni a la reflexión sobre el gesto comparativo y sus efectos. De ello da cuenta Xavier Pons en una experiencia de encuentros en un país extranjero, durante una investigación comparada sobre las configuraciones de la acción pública puesta en marcha en los procesos de evaluación externa de centros escolares de cuatro países europeos (Pons, 2017). Habituado al proceso de comparación internacional vía un estudio sobre el despliegue de políticas educativas a partir de aquello que es problemático, el autor descubre una dimensión más fina de las variables culturales sólo cuando se traslada a otro país, y tiene acceso a experiencias y percepciones más sutiles a través de una breve inmersión. Así, reafirma el interés de una triangulación de los métodos, siendo el trabajo de campo el elemento que permite completar una comparación cuantitativa. De esta manera, si la comparación internacional se considera como un proceso particular destinado a cambiar aún más la mirada del investigador (Sartori, 1994; Vigour, 2005), el desplazamiento físico no es sistemático, no siempre acompaña a las indagaciones cuantitativas comparadas. Varios investigadores señalan la ausencia crónica de desplazamiento físico del o de la investigadora, o de la reflexión necesaria o realizada sobre este desplazamiento durante la investigación: no hay entonces reflexión sobre la mirada etnocéntrica que puedan generar los análisis « de salón » o desconectados del terreno (Pons, 2017; Potts, 2010 ). La observación en un contexto que nos es ajeno no es evidente y la reflexión sobre los elementos subjetivos de la experiencia social de indagación permite acompañar el proceso de objetivación, como suele ser utilizado por los antropólogos. Como afirma Jan Spurk, “a pesar de [una] relación rara vez inocente con el extranjero, es el investigador quien constituye su objeto por la forma en que lo observa” (Spurk, 2003:74). Esta consideración parece más visible, quizás más elaborada en los procesos cualitativos, sin ser sistemática. Carine Vassy, por ejemplo, retoma sus líneas de investigación y su exploración en un ambiente hospitalario, mientras realiza un trabajo de traducción de términos que depende de la forma en la que el investigador concibe a su objeto (Vassy, 2003). También podemos citar a Benjamin Moignard que habla de las aperturas en su trabajo de campo en zonas altamente precarizadas y de difícil acceso para personas alejadas de él. Sus diferentes entradas en Francia y Brasil, y las técnicas, estrategias así como sus tanteos dicen sobre su relación con el terreno (al que se refiere durante el análisis), así como sobre las configuraciones que observa (Moignard, 2008). La investigación comparada internacional, que incluye al menos un trabajo de campo con el que el o la investigadora tiene una relación lejana o incluso ajena, quizás arroje una luz más explícita sobre las cuestiones que plantea esta relación y la forma en que limita la observación y la recopilación de datos. Esta cuestión ha podido surgir y ser considerada por los investigadores al tener en cuenta el etnocentrismo, sus sesgos y límites, pudiendo así esta consideración reducir sus efectos en la elaboración del conocimiento (Thành Khoi, 1981). La dimensión internacional de la comparación asociada a una inmersión de tipo etnográfico puede así fomentar de manera más honesta un distanciamiento del etnocentrismo y de los implícitos nacionales (Giraud, 2012). Los límites de la comparación: una mirada siempre reflexiva de la investigación Más específicamente, esta cuestión de la postura del investigador y su relación con el objeto de estudio (su territorio, su población) es una constante en la etnografía. Tras importantes debates que tuvieron lugar en las décadas de 1960 y 1970 en los Estados Unidos y en la década de 1980 en Francia, la disciplina fue sacudida hasta sus cimientos y atravesó una “crisis de representación etnográfica” (Marcus & Ficher 1986) que condujo a profundas transformaciones epistemológicas y metodológicas (Nash & Wintrob 1972). Una importante reflexión sobre las relaciones de poder intrínsecas a la forma de entender la alteridad en la antropología “clásica” y sobre el papel que jugaron los antropólogos en la empresa colonial revolucionaron la disciplina (Bolondet & Lantin Mallet 2017). Esta toma de conciencia de las formas de poder, los sesgos de la mirada y la representación etnográfica han llevado a la disciplina a iniciar un esfuerzo por explicar la relación etnográfica, situando al investigador en el centro del análisis, para utilizar explícitamente las tensiones, las diferencias de sentido o los malentendidos por su potencial heurístico. Si bien la noción de reflexividad puede designar prácticas bastante heterogéneas, actualmente se considera fundamental en las ciencias sociales y en la antropología en particular (Bolondet & Lantin Mallet, 2017). Cada vez son más los estudios que prestan especial atención a las condiciones en las que se lleva a cabo la investigación. Pensamos en la obra “Las políticas de la investigación” dirigida por Alban Bensa y Didier Fassin (2008), pero también en la obra de Michel Napels (1998), o de Nancy Scheper Hugues (1993). Sin embargo, la comparación es escasamente citada, parece ser más bien ser una parte integrante del proceso, un componente que realmente no se cuestiona. Mientras que los antropólogos hoy en día adoptan cada vez más esta postura reflexiva, describiendo su procedimiento de la manera más fiel posible, la comparación relativa a la disciplina no suele nombrarse ni pensarse explícitamente. Por otra parte, los especialistas en estudios comparativos que reivindican este enfoque rara vez discuten sobre el proceso implicado; la relación del investigador o los investigadores con el objeto y las condiciones de la comparación suelen quedar sin explicitar. Este número tiene el objetivo de tender puentes entre los dos, entre un enfoque explícitamente declarado comparativo y uno que vuelve al proceso de comparación "en proceso". ¿Qué implica el gesto comparativo, qué supone y qué efecto puede tener para quienes lo experimentan y lo aplican, particularmente, en ámbitos de la investigación en educación y en intervención social? Pensar la comparación desde la intervención y las políticas Hablar de la comparación y en particular, en la reflexión sobre la intervención social implica analizar la manera cómo concebimos al otro, la otredad. En términos procedimentales, la intervención puede ser entendida como una secuencia de cambios programados y ejecutados sobre otras y otros, intentando modificar el destino que tendrían en ausencia de nuestra intervención. La idea de intervención va muy de la mano con la idea de mejoría, de ascenso, de progreso, y desde ahí siempre hay que considerar la advertencia que realiza Koselleck (2012) al plantear que la idea moderna del progreso, que pretende ser universal, solo explicaría una de las experiencias posibles, ocultando otras formas de experiencia. La intervención es entonces proyectar acciones sobre otros y otras para que avancen hacia uno de los futuros posibles, bajo ciertas condiciones de mejoría. Carballeda en su texto La intervención en lo social (2012) desarrolla esta idea, en tanto la intervención implica una serie de procesos que tienen implícita la idea de ese otro, de su mejoría, ascenso, mantención y decadencia, llamando la atención acerca de la necesidad de ver el proceso de intervención desde una mirada reflexiva, donde se visibilice a ese otro, manifestando las estructuras implícitas de la intervención, pero también intentando ver a ese otro como sujeto histórico y en vinculo constante con su cultura. Rivera Cusicanqui (2018) releva la heterogeneidad y agencia de este otro cuando plantea que está lleno fragmentos, históricamente construidos desde lógicas clientelares desde arriba, pero así también en constantes capacidades para retomar desafíos históricos. El otro, o el pueblo en voz de la autora, se expresa en la ‘diversidad de la diferencia’. Con claridad plantea Muñoz (2015), que la intervención está 'preñada de ideología' y necesita un examen crítico para develar sus estructuras implícitas. Así la comparación lleva de la mano un ideal de ese otro, así como de la situación de la que tiene que salir y hacia la que tiene que transitar. La intervención social dentro de estas lógicas se ha ido enmarcando desde lo ha sido la planificación de nuestros Estados en distintos contextos. Diferentes programas de intervención transitan y son utilizados como ejemplos unos de otros entre diferentes contextos y casi como un insumo necesario de las políticas en diversas materias. Mirar cómo hacen las y los otros es un reflejo para las decisiones públicas. Actualmente la pregunta no es ¿si hay que comparar?, o si acaso, ¿podemos comparar?, sino más bien pensar en cómo podemos realizar comparaciones, dejando de lado la reflexividad sobre las estructuras implícitas de la comparación (Hassenteufel, 2005). Las políticas sociales han ido integrando dicha práctica de manera sistemática en las últimas décadas a manera de sacar aprendizajes y para conocer diferentes escenarios. En materia de bienestar nos ha permitido elaborar marcos que han implicado reconocer la similitud y la diferencia tanto del concepto, como de su forma de re-traducción nacional (Martínez-Franzoni, 2008). De esta manera, se ha podido comenzar a vislumbrar que las simples aplicaciones de modelos no son posibles, llevando a un esfuerzo de interpretación interdisciplinaria que ha implicado la re-traducción de las nociones clásicas del bienestar adaptadas a nuestros tiempos, y por supuesto a los diferentes territorios donde se estudie. Desde ahí que bajo y también desde una mirada critica que significa mirar la intervención social, y las prácticas de asistencia social (Rojas, 2019), se busca a través del número temático tensionar las transformaciones metodológicas que han sufrido los y las autoras para analizar sus problemáticas. Observar de qué manera se operacionaliza la territorialización de las practicas de intervención y cómo logran por su parte interpretarlas metodológicamente en las diferentes claves en las cuales ellos y ellas mismas se desafían en sus lecturas. Maryan Lemoine da cuenta de un enfoque comparativo en curso. Se trata de un abordaje cruzado, entre una alumna que va a investigar a su país y que va a tener que salir de la familiaridad, y el docente-investigador que es ajeno a ese contexto, pero que está familiarizado con los aspectos contextuales que conforman el terreno de estudio. El autor explora y cuestiona la relación del investigador con el terreno, identifica lo que lo hace familiar y se equipa de posibles "gafas" para la observación. Vuelve así a la identificación progresiva de lo impensado y a las adaptaciones o estrategias que puede adoptar para limitar los escollos. Julie Pinsolle, Sylvain Bordiec y Margaux Aillères retoman la comparación a través de monografías comparadas. Si bien el enfoque no era obvio para el análisis de la implementación de una política pública en educación en Francia, resultó útil para llegar a un nivel cualitativo que permitiera analizar las asperezas de la implementación local, al tiempo que analizar lo que es del orden de lo particular y del orden de lo común con otros lugares de implementación. Gaztañaga y Koberwein reflexionan en su artículo sobre los alcances y límites de la comparación en antropología social y cultural, y como esta se constituye como un proyecto antropológico por excelencia, van al momento de la constitución de la antropología como disciplina, en el contexto de discusión con otras ciencias sociales (historia, sociología, ciencia política), concluyendo que la comparación profundiza el entendimiento del mundo, pues dan contexto a la construcción del otro. Por su parte, Paulina Vergara indaga sobre cómo operan los desastres socionaturales con la sociedad, en particular con la responsabilidad que recae sobre el Estado. A través de un ejercicio etnográfico y sociohistórico, la autora analiza la acción pública desde la perspectiva de quienes sufrieron los embates de las catástrofes, recorriendo y reconstruyendo comparativamente (entre 1939 y 2010) diferentes eventos históricos y sus respectivas respuestas estatales. De esta manera, el presente número temático en un esfuerzo de conversación entre distintos escenarios nacionales ha apostado desde un enfoque interdisciplinar a exponer reflexiones metodológicas, experiencias de investigación situadas, y comparaciones internacionales para poder situar desde el trabajo social, la antropología, y desde el análisis de políticas estudios que nos ofrecen diversos cuadros de interpretación para aproximarse al gesto de comparar. Uno de los objetivos de este número ha sido poner en discusión la relación de los y las investigadoras con su terreno conociendo sus procesos reflexivos y cuestionando cómo desde los diferentes terrenos aquí expuestos han desplegado comparaciones diversas para comprender fenómenos sociales multisituados tanto espacial como históricamente. La invitación es a explorar desde una perspectiva holística diferentes fenómenos y problemáticas, a fin de abrir luces para seguir explorando la metodología comparativa y sus posibilidades para la comprensión de la intervención social y las políticas sociales, así como de fenómenos que tengan como centro el análisis de las transformaciones societales.   Referencias Becker, H. (2009). Comment parler de la société. París: La Découverte. Bensa, A. & Fassin, D. (2008). Les politiques de l'enquête. París: La Découverte. Bolondet, M. & Lantin Mallet, M. (Eds.) (2017). Anthropologies réflexives : Modes de connaissance et formes d’expérience. Lyon: Presses universitaires de Lyon. Bray, M., Adamson, B. & Mason, M. (2010). Recherche comparative en éducation. Louvain-la-Neuve: De Boeck Supérieur. C

    The infralimbic cortex and the hippocampal CA1-Subiculum are functionally involved in the extinction of cocaine-context associationes in mice.

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    Funding: PID2020-113806RB-I00, 08-2021-AREA3, B1-2020_06, PREDOC_01094, PRE2018-085673, FPU20/00908, POSTDOC_ 21_00222. II Plan Propio de Investigación, Transferencia y Divulgación Científica de la Universidad de Málaga.Cocaine abuse is a health and social problem worldwide. Treatment seeking for cocaine use disorder is on the rise, and relapse prevention remains as a primary goal. Interventions based on extinction of cocaine-related associative memories are promising but so far have not been successful. In this sense, further research is needed to elucidate the neurobiological substrates of extinction learning. Here, we aimed to study the neural circuitry involved in extinction of cocaine-context associations in the Conditioned Place Preference (CPP) model. Adult C57BL/6J mice received habituation to the CPP apparatus followed by conditioning with increasing doses of cocaine (2, 4, 8 and 16 mg/kg/day). After testing for CPP acquisition, a group of mice was submitted to four sessions of forced extinction (CPP+EXT, n = 9) while another group was maintained at home-cage (CPP+ACQ, n = 6). Then, both conditions were retested for cocaine-CPP. Ninety minutes later, animals were perfused, and brains collected. Next, we analysed by immunohistochemistry the expression of c-Fos in a variety of addiction-related structures including the medial prefrontal cortex (prelimbic, infralimbic), the striatum (nucleus accumbens, caudate-putamen), the basolateral amygdala and the hippocampus. Our results indicated that both groups acquired cocaine-CPP, but only the CPP+EXT condition ceased to show preference for the cocaine-paired compartment during the CPP retest. Importantly, the CPP+EXT mice showed increased c-Fos expression in the infralimbic cortex (IL), and the hippocampal CA1-subiculum during the CPP retest, with no changes in the other brain areas examined. Multivariate analyses revealed a relationship between IL and CA1-subiculum activity and CPP extinction. This suggest that such structures are functionally involved in retrieval of extinction memory for cocaine-context associations, thus standing out as potential therapeutic targets.Universidad de Málaga. Campus de Excelencia Internacional Andalucía Tech
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