8 research outputs found

    Caracterización ecológica del área marina del banco de Galicia

    Get PDF
    Se integra información hidrográfica, geomorfológica, sedimentológica, biológica, sobre hábitats marinos y pesquera, para establecer las bases ecológicas necesarias para la protección y conservación del banco de GaliciaEl banco de Galicia es un monte submarino profundo situado a 180 km de la costa gallega, con una cima situada entre los 650 y los 1.500 m de profundidad y rodeado de zonas abisales de más de 4.000 m de profundidad. El relieve de las montañas submarinas interactúa con la circulación oceánica modificando las condiciones de oligotrofismo imperantes en el mar profundo. El cambio de dirección de las corrientes marinas, al chocar con el banco, produce las llamadas columnas de Taylor que tienen como consecuencia giros sobre la cima y finalmente un enriquecimiento de las aguas que bañan el banco, lo que influye, a través de la cadena trófica, en las especies de cetáceos, aves y tortugas. Estas condiciones, junto al aislamiento de estos bancos, convierten a estos bancos en puntos calientes de biodiversidad. Esta teoría se ha visto corroborada por los estudios realizados en el proyecto INDEMARES, basados en dos campañas de investigación, dónde se ha encontrado una elevada biodiversidad y la presencia de hábitats vulnerables. El banco de Galicia está bañado por tres capas diferentes: la masa de agua central del Atlántico nordeste europeo (East North Atlantic Central Water: ENACW), por debajo de las aguas superficiales y hasta los 500-600 m; la masa de agua mediterránea (Mediterranean Outflow Water: MOW) y la masa de agua del Labrador (Labrador Sea Water: LSW), que es la capa más profunda. En cuanto al tipo de fondo, se encuentra roca en el área del flanco oriental y hacia el sureste y en los montes adyacentes como el Rucabado, distinguiendo claramente dos tipos en cuanto a la pendiente, correspondiendo con la roca plana de la cima y la roca en pendiente del borde del banco y paredes. En la cima se encuentran fondos de arenas medias, de reflectividad media y baja según el espesor de sedimento, y arenas finas en los fondos sedimentaruios de los flancos, a profundidades mayores de 1.500. En el banco se han identificado hasta el momento 793 especies, con taxones que superan las 100 especies como son moluscos, peces (con especial énfasis en los elasmobranquios), crustáceos y cnidarios. Este inventario incluye especies nuevas para la ciencia, primeras citas para aguas españolas y europeas y especies de gran interés científico y biogeográfico. Este último punto se explica por la situación del Banco entre regiones biogeográficas conectadas por corrientes y masas de agua. El estudio de las conexiones tróficas entre este elevado número de especies ha mostrado el reforzamiento de las rutas bentopelágicas (gambas y macrozooplancton) frente a las dietas epi- y endobentónicas más habituales en otros fondos equivalentes. Mediante técnicas de muestreo extractivas (arrastres, dragas) y de vídeo, y su proyección sobre la interpretación geomorfológica realizada a partir de la sonda multihaz, se ha obtenido una estimación de la distribución de los hábitats bentónicos del banco. Los hábitats identificados en fondos sedimentarios son 1) arenas medias con ofiuras Ophiacantidae y Flabellum chunii, 2) arenas medias con arrecife de corales profundos de Lophelia pertusa y/o Madrepora oculata, y 3) arenas finas con holoturias elasipódidas (Benthogone rosea). En fondos rocosos se han caracterizado los hábitats de 4) roca batial sin pendiente con gorgonias y corales negros, 5) roca batial de talud con comunidades de corales y esponjas, 6) roca batial de talud con corales blancos, bambú y negros, gorgonias y esponjas, 7) arrecife de corales profundos de Lophelia pertusa y/o Madrepora oculata y 8) roca con nódulos manganésicos. El único tipo de hábitat de la DH descrito en la zona es el 1.170 (arrecifes). Sólo se han incluido en la Directiva Hábitats como 1.170 aquellos que presentaban una densidad y diversidad suficientes para cumplir la definición de “arrecifes”. De los hábitats descritos en el banco (ver características ecológicas y biológicas más arriba) solo se han incluido en el 1.170 los arrecifes de corales blancos situados en las arenas medias de la cima del banco, los arrecifes de corales blancos de aguas frías de las especies Lophelia pertusa y Madrepora oculata sobre la roca de la cima del monte Rucabado, las comunidades de roca batial de talud de la ladera sur del banco constituidas por colonias de corales blancos de aguas frías de las especies Lophelia pertusa y Madrepora oculata, y una fauna acompañante muy diversa de escleractinias solitarias, corales bambú, corales negros, gorgonias y esponjas de gran porte, y el resto de zonas de roca batial de talud con comunidades de corales y esponjas. Muchos de los hábitats pueden ser incluidos en los listados de hábitat vulnerables de OSPAR, en los tipos jardines de coral, agregaciones de esponjas de profundidad, arrecifes de Lophelia y montículos carbonatados. En cuanto a las especies de interés para la protección, de las citadas en el banco, el delfín mular (Tursiops truncatus) y la tortuga boba (Caretta caretta) son las únicas especies que figuran en el Anexo II de la Directiva de Hábitats. Sin embargo, muchas epecies de elasmobranquis y algunos peces óseos son consideradas vulnerables, amenazadas o en declive según los criterios definidos por OSPAR y la lista roja de especies amenazadas de IUCN. Algunas de están protegidas por el reglamento europeo 1262/2012 que regula la pesca de especies profundas. La lejanía del banco respecto a los principales focos de presión y la ausencia casi total de presión pesquera hace que el grado de conservación sea muy alto, pudiéndose hablar de un ecosistema prácticamente prístino. Las recomendaciones para la gestión de esta zona van encaminadas a garantizar esta calidad ambiental actual.Instituto Español de Oceanografía, Comisión Europea Programa LIFE+, Fundación Biodiversida

    Role of 11β-hydroxysteroid dehydrogenase 2 renal activity in potassium homeostasis in rats with chronic renal failure

    No full text
    Aldosterone concentrations vary in advanced chronic renal failure (CRF). The isozyme 11&#946;-hydroxysteroid dehydrogenase 2 (11&#946;-HSD2), which confers aldosterone specificity for mineralocorticoid receptors in distal tubules and collecting ducts, has been reported to be decreased or normal in patients with renal diseases. Our objective was to determine the role of aldosterone and 11&#946;-HSD2 renal microsome activity, normalized for glomerular filtration rate (GFR), in maintaining K+ homeostasis in 5/6 nephrectomized rats. Male Wistar rats weighing 180-220 g at the beginning of the study were used. Rats with experimental CRF obtained by 5/6 nephrectomy (N = 9) and sham rats (N = 10) were maintained for 4 months. Systolic blood pressure and plasma creatinine (Pcr) concentration were measured at the end of the experiment. Sodium and potassium excretion and GFR were evaluated before and after spironolactone administration (10 mg·kg-1·day-1 for 7 days) and 11&#946;-HSD2 activity on renal microsomes was determined. Systolic blood pressure (means &#177; SEM; Sham = 105 &#177; 8 and CRF = 149 &#177; 10 mmHg) and Pcr (Sham = 0.42 &#177; 0.03 and CRF = 2.53 &#177; 0.26 mg/dL) were higher (P < 0.05) while GFR (Sham = 1.46 &#177; 0.26 and CRF = 0.61 &#177; 0.06 mL/min) was lower (P < 0.05) in CRF, and plasma aldosterone (Pald) was the same in the two groups. Urinary sodium and potassium excretion was similar in the two groups under basal conditions but, after spironolactone treatment, only potassium excretion was decreased in CRF rats (sham = 0.95 &#177; 0.090 (before) vs 0.89 &#177; 0.09 µEq/min (after) and CRF = 1.05 &#177; 0.05 (before) vs 0.37 &#177; 0.07 µEq/min (after); P < 0.05). 11&#946;-HSD2 activity on renal microsomes was lower in CRF rats (sham = 0.807 &#177; 0.09 and CRF = 0.217 &#177; 0.07 nmol·min-1·mg protein-1; P < 0.05), although when normalized for mL GFR it was similar in both groups. We conclude that K+ homeostasis is maintained during CRF development despite normal Pald levels. This adaptation may be mediated by renal 11&#946;-HSD2 activity, which, when normalized for GFR, became similar to that of control rats, suggesting that mineralocorticoid receptors maintain their aldosterone selectivity

    Role of 11β-hydroxysteroid dehydrogenase 2 renal activity in potassium homeostasis in rats with chronic renal failure

    No full text
    Aldosterone concentrations vary in advanced chronic renal failure (CRF). The isozyme 11β-hydroxysteroid dehydrogenase 2 (11β-HSD2), which confers aldosterone specificity for mineralocorticoid receptors in distal tubules and collecting ducts, has been reported to be decreased or normal in patients with renal diseases. Our objective was to determine the role of aldosterone and 11β-HSD2 renal microsome activity, normalized for glomerular filtration rate (GFR), in maintaining K+ homeostasis in 5/6 nephrectomized rats. Male Wistar rats weighing 180-220 g at the beginning of the study were used. Rats with experimental CRF obtained by 5/6 nephrectomy (N = 9) and sham rats (N = 10) were maintained for 4 months. Systolic blood pressure and plasma creatinine (Pcr) concentration were measured at the end of the experiment. Sodium and potassium excretion and GFR were evaluated before and after spironolactone administration (10 mg·kg-1·day-1 for 7 days) and 11β-HSD2 activity on renal microsomes was determined. Systolic blood pressure (means ± SEM; Sham = 105 ± 8 and CRF = 149 ± 10 mmHg) and Pcr (Sham = 0.42 ± 0.03 and CRF = 2.53 ± 0.26 mg/dL) were higher (P < 0.05) while GFR (Sham = 1.46 ± 0.26 and CRF = 0.61 ± 0.06 mL/min) was lower (P < 0.05) in CRF, and plasma aldosterone (Pald) was the same in the two groups. Urinary sodium and potassium excretion was similar in the two groups under basal conditions but, after spironolactone treatment, only potassium excretion was decreased in CRF rats (sham = 0.95 ± 0.090 (before) vs 0.89 ± 0.09 µEq/min (after) and CRF = 1.05 ± 0.05 (before) vs 0.37 ± 0.07 µEq/min (after); P < 0.05). 11β-HSD2 activity on renal microsomes was lower in CRF rats (sham = 0.807 ± 0.09 and CRF = 0.217 ± 0.07 nmol·min-1·mg protein-1; P < 0.05), although when normalized for mL GFR it was similar in both groups. We conclude that K+ homeostasis is maintained during CRF development despite normal Pald levels. This adaptation may be mediated by renal 11β-HSD2 activity, which, when normalized for GFR, became similar to that of control rats, suggesting that mineralocorticoid receptors maintain their aldosterone selectivity

    Biological Oils as Precursors to Novel Polymeric Materials

    No full text
    corecore