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    Uso y abuso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación por adolescentes: un estudio representativo de la ciudad de Madrid

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    La Cátedra para el Desarrollo Social de la Universidad Camilo José Cela (UCJC) y el Organismo Autónomo Madrid Salud del Ayuntamiento de Madrid han presentado el estudio ‘Uso y abuso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación por adolescentes. Un estudio representativo de la ciudad de Madrid’ que tiene como resultado la gran prevalencia de problemas asociados al abuso de las TIC en esta población de adolescentes escolarizados. El estudio ha utilizado el MULTICAGE-TIC aplicado a una muestra de 2.341 estudiantes de 4º de la ESO (15 y 16 años) de centros educativos públicos, concertados y privados de la ciudad de Madrid. Se trata del primer estudio que analiza una muestra representativa –con bajo grado de error– de adolescentes escolarizados en una gran ciudad occidental para explorar el uso y abuso de las TIC y su relación con indicadores de salud mental. Los resultados apuntan a una gran prevalencia de problemas asociados al abuso de las TIC entre los adolescentes de 15 y 16 años. Según los resultados obtenidos, solo un 32% de los adolescentes hacen un uso adecuado de Internet, mientras que el 31,5% muestran señales de riesgo, un 23,3% mantienen una conducta de uso abusiva y un 13,2% muestran una clara dependencia comportamental en el uso de la red. En definitiva, más de un tercio de la muestra desarrolla un uso problemático de Internet y casi otro tercio está en riesgo de desarrollarlo. El estudio revela que más de la mitad de los adolescentes hacen un uso inadecuado del teléfono móvil: un 28,4% muestra un uso de riesgo, un 21% hace un uso abusivo y un 8% presenta dependencia de su smartphone. En cuanto al uso de Whatsapp, un 43,5% de los adolescentes presenta una conducta problemática en su uso. Concretamente, un 21% de los adolescentes muestra un uso de riesgo, un 14,5% un abuso y un 8% una dependencia. El estudio alerta de que el hecho de que casi la mitad de la muestra de adolescentes presente en mayor o menor grado un uso problemático de estas aplicaciones puede establecer patrones que persistan a lo largo del tiempo. Estos comportamientos tienen una relación directa con indicadores de mal aprovechamiento académico. En cuanto a las redes sociales, los adolescentes madrileños mostraron en casi un 40% un uso problemático: un 19% mostró un uso de riesgo, un 13% un abuso y un 7% una dependencia. En el caso de los videojuegos, un 24% de la muestra mostró un uso de riesgo, un 12,5% un abuso y el 5,7% una dependencia. El estudio evidencia diferencias entre los chicos y las chicas, ya que las adolescentes presentan puntuaciones de abuso o dependencia mucho más frecuentemente que los varones en todas las conductas problemáticas salvo en los videojuegos. El tamaño de las diferencias es muy considerable, especialmente en el uso de aplicaciones de mensajería instantánea y de redes sociales. Más del 90% de los participantes hacen uso de Whatsapp (un 96% de las chicas y un 92% de los chicos). La segunda aplicación más utilizada por los jóvenes es Youtube, con un 90% de las muestras y sin diferencias por sexo. En tercer lugar, Instagram es utilizado por el 87% de las chicas y significativamente menos por los chicos, un 74%. Lejos queda el uso de Snapchat, al que recurren más las chicas (71%) que los chicos (41%). Más de un 40% utiliza Spotify y menos de la tercera parte de la muestra hace uso de Spotify. Facebook y Twitter no evidencian un uso significativo por los adolescentes. El estudio concluye que, a mayor grado de uso problemático de las TIC, la puntuación en riesgo de mala salud mental es mayor. El incremento de los problemas asociados al uso y abuso de las TIC contribuye a la pérdida de control superior de la conducta. La inmadurez cerebral propia de la adolescencia es un importante factor de vulnerabilidad para la pérdida de control superior de la conducta. Sin embargo, estos factores solo explican una parte pequeña del abuso de las TIC, pues debe atenderse a variables no estudiadas como la presión de grupo, factores culturales o modas. El 5% de los adolescentes declara jugar con mucha frecuencia en webs de apuestas deportivas y casi un 12% lo ha hecho en alguna ocasión. Éste es un problema mayoritariamente de los adolescentes varones. El 4% de los adolescentes afirma contar con el permiso de sus padres cuando gasta dinero en Internet y un 15% dice hacerlo sin su consentimiento.La Cátedra para el Desarrollo Social de la Universidad Camilo José Cela (UCJC) y el Organismo Autónomo Madrid Salud del Ayuntamiento de Madri

    GHQ-12 en adolescentes: contribuciones a la controvesia sobre su validez factorial

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    Objective: The GHQ-12 is one of the most widely used questionnaires in the adult population, but there are not as many studies exploring its applicability in adolescents. The main problem is the diversity of results on its factorial structure, as different studies have shown one, two or three dimensions. The purpose of this study was to explore the GHQ-12 factorial structure for adolescents. Method: An observational multicenter cross-sectional descriptive study was designed for schools in the city of Madrid. A random sample of n=2,171, 14-16-year-olds was stratified by the school’s development level and funding (public, private or mixed). Unrestricted factor analysis was applied based on the polychoric or tetrachoric correlations matrix (depending on the test scoring method). Results: The optimized parallel analysis provided an unequivocal one-factor structure, confirmed by unidimensionality assessment. Around 30% of male and 42% of female adolescents were found to be at risk of developing mental health problems. Conclusions: The GHQ-12 is a one-dimensional test for screening psychological distress, with excellent psychometric properties for its application in an adolescent population. The use of adequate statistical methods can overcome old controversies and promote proper application and interpretation of the results provided by the test

    GHQ-12 en adolescentes: contribuciones a la controversia sobre su validez factorial

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    Resumen: Objetivo: El General Health Questionnaire-12 (GHQ-12) es de los cuestionarios más utilizados en la población adulta, pero hay pocos estudios que exploren su aplicabilidad en adolescentes. El principal problema es la diversidad de resultados en su estructura factorial, ya que diferentes estudios han encontrado una, dos o tres dimensiones. El propósito de este estudio fue explorar la estructura factorial del GHQ-12 en adolescentes. Método: Estudio descriptivo observacional multicéntrico transversal para centros educativos de la ciudad de Madrid. Se estratificó una muestra aleatoria de n = 2171 jóvenes de 1416 años según el nivel de desarrollo y financiación de la escuela (pública, privada o mixta). Se aplicó un análisis factorial sin restricciones basado en la matriz de correlaciones policóricas o tetracóricas (dependiendo del método de puntuación de la prueba). Resultados: El análisis paralelo optimizado proporcionó una estructura inequívocamente unifactorial. El 30% de los varones y el 42% de las adolescentes presentaban riesgo de mala salud mental. Conclusiones: El GHQ-12 es un test unidimensional para el cribado del riesgo de mala salud mental, con excelentes propiedades psicométricas para su aplicación en población adolescente. El uso de métodos estadísticos adecuados puede superar viejas controversias y promover la correcta interpretación de los resultados de la prueba.Abstract: Objective: The General Health Questionnaire-12 (GHQ-12) is one of the most widely used questionnaires in the adult population, but there are not as many studies exploring its applicability in adolescents. The main problem is the diversity of results on its factorial structure, as different studies have shown one, two or three dimensions. The purpose of this study was to explore the GHQ-12 factorial structure for adolescents. Method: An observational multicenter cross-sectional descriptive study was designed for schools in the city of Madrid. A random sample of n=2,171, 14-16-year-olds was stratified by the school’s development level and funding (public, private or mixed). Unrestricted factor analysis was applied based on the polychoric or tetrachoric correlations matrix (depending on the test scoring method). Results: The optimized parallel analysis provided an unequivocal one-factor structure, confirmed by unidimensionality assessment. Around 30% of male and 42% of female adolescents were found to be at risk of developing mental health problems. Conclusions: The GHQ-12 is a one-dimensional test for screening psychological distress, with excellent psychometric properties for its application in an adolescent population. The use of adequate statistical methods can overcome old controversies and promote proper application and interpretation of the results provided by the test
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