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    Vacunación antituberculosa con el B. C. G. ¿puede volver a su virulencia el B. C. G. ?

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    A)    Una vacunación por B. C. G. ha sido efectuada el 10 de Octubre de 1929 sobre 'una ternera de 10 días de edad, nacida de madre no tuberculosa, en un establo depurado con anterioridad por medio de la tuberculina. Esta ternera ha sido alimentada artificialmente, sin que haya mamado de la madre. Once meses después de la vacunación, un absceso frío aparece en el punto de la inoculación de la vacuna.B)      La inoculación masiva de una emulsión del contenido de los pequeñes abscesos caseosos tomado del espesor de la pared del absceso frío estirpado, ha producido, en los curies inoculados, una afección perfectamente idéntica a la que resulta de la inoculación de emulsiones de lesiones dé tuberculosis bovina natural. En buena lógica parece racional pensar que la vacuna viva avirulenta de octubre de 1929 ha recuperado la virulencia con el tiempo, para terminar en la formación de un absceso frío tuberculoso”

    La premonición de los bovideos contra la tuberculosis

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    He aquí la respuesta de los Profesores Calmette y Guerin a ese artículo:En comunicación del 9 de diciembre de 1930 a la Academia de Agricultura, que reprodujo el Recueil de  Medecine Veterinaire de l’Ecole d´ Alfort en su número de enero de 1932, persiste el  Profesor Moussu en sostener que la observación leída por él ante esa misma Academia el día 14 de junio de 1931 es excepcionalmente grave para el balance de la vacunación por medio del BCG. Estamos pues, obligados a demostrar, una vez más, que aquella observación, presentada como dudosa en junio y calificada, de grave en diciembre, carece en realidad, de fundamento. En un establo del que el 40 por 100 de las vacas estaban tuberculosas, se dejó, en el año de 1927, de someter los animales a la prueba de la tuberculina; esta prueba, practicada nuevamente en 1931, demostró que el 45 por 100 del efectivo padecía la enfermedad.En el intervalo nació, en 1929, una ternera a la que se aplicó subcutáneamente el BCG. A título preventivo, porque el veterinario encargado del hato sabía muy bien que el tal hato estaba infectado de tuberculosis. En esa ternera se desarrolló, dieciocho meses después de practicada la vacunación, un abceso frío del que pudo extraerse un bacilo tuberculoso virulento.El Profesor Moussu, apoyado en esos hechos, sostiene que el abceso fue causado por el BCG., el que recobró su virulencia dentro del organismo de la ternera. Y para sostener mejor su aseveración afirma que en 1929, fecha del nacimiento de la ternera, el establo se hallaba indemne de tuberculosis, que la madre de la ternera era una vaca perfectamente sana y que la leche de que se nutrió el animal carecía por completo de bacilos tuberculosos

    La coccidiose du mouton et son parasite

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    Volume: 6Start Page: 82End Page: 9
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