El presente texto aborda la importancia que cobran la comunicación, el sentido y las narrativas en la construcción de una “nueva ecología” integrada por redes de relaciones entre objetos de consumo, publicidad y vida cotidiana. En éste se exponen las implicaciones que esta concepción del mundo moderno ha generado en la transformación de las necesidades en función de significados ambiguos que, por ser maleables, conducen más a un programa desarrollista global que a una respuesta a las carencias individuales