17 p.Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. Para tal fin el Padre Misericordioso se reveló de muchas maneras a la humanidad y en los últimos tiempos lo hizo por medio de su Hijo, quien con su muerte curó nuestros pecados y al resucitar nos dio nueva vida. En ese designio salvífico encomendado por el Padre, Cristo instituyó la Iglesia para lo cual llamó a doce hombres, sus apóstoles, dando a Pedro la potestad para regir su grey y asegurándole que el Espíritu Santo los guiaría hasta la consumación del mundo. Cristo a su vez constituyó a su Iglesia en su esposa y madre del nuevo pueblo de Dios y la santifica con los sacramentos; la ilumina con sus palabras y la conduce bajo el cayado de Pedro con la luz del Espíritu Santo. El magisterio de la Iglesia, gracias al Espíritu Santo, goza de la garantía para anunciar la verdad, especialmente en lo relacionado con la interpretación de la Sagrada Escritura y con asuntos de fe y costumbres, gracia que le da a los cristianos seguridad en su caminar hacia la Casa del Padre. Esta orientación no solo tiene como finalidades las verdades escatológicas, sino que se interesa por la condición humana y las realidades temporales que la lleven a la construcción de un mundo más humano donde los hijos de Dios puedan vivir con dignidad.Introducción
Diagnóstico del mundo presente y la tarea de la Iglesia
El plan divino de la salvación
Cristo fundador de la Iglesia por acción del Espíritu Santo
La Iglesia, madre y maestra
Atributos o notas características de la Iglesia
El magisterio de la Iglesia, intérprete de la Sagrada Escritura y de las verdades del cristianismo
La Iglesia, maestra en asuntos de fe y de costumbres
La Iglesia y la cuestión social
Conclusiones
Bibliografí