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Marcadores de riesgo de hemorragia cerebral en el perioperatorio de tumores cerebrales
a cirugía intracraneal es habitualmente el tratamiento de elección en los tumores cerebrales. Si bien es cierto que el riesgo y la mortalidad quirúrgica han disminuido en los últimos años, la complejidad de estas intervenciones puede desencadenar complicaciones potencialmente mortales. De todas ellas, la hemorragia cerebral (HIC) es quizás la más temida por su mal pronóstico funcional. Se sabe que algunos antecedentes personales, las características del propio tumor y de la intervención y determinadas alteraciones hemostáticas, pueden favorecer dicho sangrado. Las pruebas de coagulación estándar preoperatorias identifican algunas de esas alteraciones pero existen algunas otras específicas, no estudiadas de rutina y relacionadas con la HIC. Entre ellas destacan las alteraciones relacionadas con el FXIII, implicado funcionalmente en procesos hemostáticos y fibrinolíticos, siendo el encargado de la estabilización del coágulo y cuyo déficit estaría relacionado con la HIC. El DDímero, reflejo de la activación hemostática ante el sangrado y cuya elevación perioperatoria pondría de manifiesto la activación fisiológica de las vías de coagulación y posterior fibrinolisis sistémica. Y por último, el Fb determinado por el método von Clauss, fundamental para conceder la firmeza del coágulo y considerado también reactante de fase aguda, con valor predictivo sobre la gravedad de la hemorragia, la precocidad y la severidad. Son numerosas varios los autores y publicaciones que conceden un interés creciente a la determinación de estos factores por su relación con la complicación hemorrágica, supuestamente injustificada en muchas ocasiones. Sin embargo son escasos, y ninguno de forma conjunta, los estudios prospectivos y consistentes hasta la fecha que analicen todos estos marcadores. El objetivo principal del estudio fue la detección de marcadores de riesgo de HIC en el perioperatorio de tumor cerebral, ya que su adecuado control, podría disminuir la complicación hemorrágica tras la cirugía intracraneal. Para ello se realizó un estudio prospectivo en la UCI de Traumatología del H.U.M.Servet de Zaragoza durante 18 meses que incluyó a todos los adultos con tumor cerebral intervenidos de forma programada en ese periodo. La variable principal fue la HIC definida como el sangrado cerebral que generaba signos radiológicos de hipertensión intracraneal en la TC de control a las 24horas de la intervención. Las variables secundarias fueron datos de filiación, características del propio tumor y de la intervención, además de las muestras sanguíneas. Se recogieron 3 muestras (preoperatoria, postoperatorio inmediato y a las 24horas de la cirugía) para la determinación del hemograma y coagulación estándar, FXIII, DDímero y FvC. Los datos se incluyeron de forma anónima en hojas estandarizadas y fueron analizados posteriormente con el programa SPSS 21.0. La muestra total del estudio la conformaban 109 pacientes, 69 varones y 40 mujeres con una edad media de 54,60 años. El análisis estádistico de los datos mostró asociación significativa entre el sexo masculino y el uso de vasopresores con la complicación hemorrágica cerebral. Con respecto a las muestras sanguíneas, los resultados de nuestro estudio son concluyentes: los niveles de DDímero y FXIII perioperatorios se asociaron de forma significativa a la aparición de HIC y por tanto pueden ser considerados como marcadores de riesgo hemorrágico en el perioperatorio de tumores cerebrales. A pesar de que la complicación hemorrágica no incrementó la mortalidad de forma considerable, las secuelas neurológicas secundarias pueden comprometer gravemente la funcionalidad del paciente. Por ello se recomiendan estudios de mayor tamaño muestral para establecer conclusiones mas consistentes que ayuden a mejorar las medidas preventivas. <br /
Manejo del angioedema severo mediante concentrado del inhibidor de C1 A propósito de un caso tras anestesia general
El angioedema, también conocido como edema angioneurótico o de Quincke es una enfermedad hereditaria infrecuente transmitida con patrón autosómico dominante. Se caracteriza clínicamente por episodios recurrentes de angioedema sin urticaria debido a un defecto de la enzima Inhibidor de C1 (C1-INH), glicoproteína perteneciente a la superfamilia de las serpinas, sintetizada fundamentalmente en el hígado con acción inhibitoria sobre el sistema del complemento, coagulación, fibrinólisis y sistema de contacto. El déficit de C1-INH activa incontroladamente la vía clásica del complemento, mediado entre otras por la bradicidina (producto del sistema de contacto) como principal mediador vasoactivo involucrado en la aparición del angioedema.
Se clasifica en Angioedema tipo I (85%): caracterizado por síntesis disminuida de C1-INH y el Angioedema tipo II (15%): síntesis normal de C1-INH pero ineficaz funcionalmente. Los niveles de C4 estarían disminuidos en ambos tipos. El edema subepitelial no pruriginoso de predominio en cara, extremidades y abdomen es el síntoma fundamental, siendo la afectación laríngea con compromiso de vía aérea la manifestación más grave. Los ataques agudos pueden ser precipitados por diversos desencadenantes, entre ellos destacan los procedimientos quirúrgicos, el trauma físico, estrés emocional y algunos fármacos (por ejemplo IECAs, anticonceptivos con estrógenos o terapia hormonal sustitutiva)
Manejo del angioedema severo mediante concentrado del inhibidor de C1 A propósito de un caso tras anestesia general
El angioedema, también conocido como edema angioneurótico o de Quincke es una enfermedad hereditaria infrecuente transmitida con patrón autosómico dominante. Se caracteriza clínicamente por episodios recurrentes de angioedema sin urticaria debido a un defecto de la enzima Inhibidor de C1 (C1-INH), glicoproteína perteneciente a la superfamilia de las serpinas, sintetizada fundamentalmente en el hígado con acción inhibitoria sobre el sistema del complemento, coagulación, fibrinólisis y sistema de contacto. El déficit de C1-INH activa incontroladamente la vía clásica del complemento, mediado entre otras por la bradicidina (producto del sistema de contacto) como principal mediador vasoactivo involucrado en la aparición del angioedema.
Se clasifica en Angioedema tipo I (85%): caracterizado por síntesis disminuida de C1-INH y el Angioedema tipo II (15%): síntesis normal de C1-INH pero ineficaz funcionalmente. Los niveles de C4 estarían disminuidos en ambos tipos. El edema subepitelial no pruriginoso de predominio en cara, extremidades y abdomen es el síntoma fundamental, siendo la afectación laríngea con compromiso de vía aérea la manifestación más grave. Los ataques agudos pueden ser precipitados por diversos desencadenantes, entre ellos destacan los procedimientos quirúrgicos, el trauma físico, estrés emocional y algunos fármacos (por ejemplo IECAs, anticonceptivos con estrógenos o terapia hormonal sustitutiva)
Role of perioperative plasma D-dimer in intracerebral hemorrhage after brain tumor surgery: A prospective study
Background: Intracerebral hemorrhage (ICH) is one of the most feared complications after brain tumor surgery. Despite several factors being considered to influence bleeding, an increasing number of clinical studies emphasize that hemostatic disorders, developed during surgical aggression and tumor status, could explain unexpected ICH. The objective of this prospective study was to evaluate the influence of perioperative D-dimer levels on ICH after brain tumor surgery. Methods: This prospective, observational, 18-month study, at a single third-level hospital, included all consecutive adults operated on brain tumors and postoperative stay in an intensive care unit. Three blood samples evaluated D-dimer levels (A-baseline, B-postoperative and C-24 hours after surgery). The normal range considered was 0-500ng/ml. ICH, as a primary outcome, was defined as bleeding that generates radiological signs of intracranial hypertension either by volume or by mass effect on the routine CT scan 24 hours after surgery. Other tumor features and hemostasis variables were analyzed. Chi-squared and Fisher’s exact test were used in the inferential analysis for qualitative variables and Wilcoxon and T-Test for quantitative ones. P-value < 0.05 was considered significant for a confidence interval of 95%. Results: A total of 109 patients operated on brain tumor surgery were finally included, 69 male (63,30%) and 40 female (36,70%), with a mean age of 54,60 ± 14,75 years. ICH was confirmed in 39 patients (35,78%). Their average of DDimer was A-1.526,70 ng/dl, B-1.061,88 ng/dl, and C-1.330,91 ng/dl (A p0.039, B p0,223 C p0.042, W-Wilcoxon test). The male group was also associated with ICH (p0,030 X2 test). Of those 39 patients with ICH, 30 in sample A (76,9%), 20 in sample B (51,28%) and 35 in sample C (89,74%) had a D-dimer > 500 ng/dl (p0,092, p1, p0,761 X2 test) and the relative risk of developing a postoperative hematoma in this patients was increased 0,36-fold presurgery, 0,25-fold postsurgery and 0,40-fold 24hours after surgery. D-dimer variation, had no statistical significance (p0,118, p0,195, p0,756 T-test). Platelets and prothrombin activity were associated with D-dimer levels only in sample A (p 0,02 and p 0,20, W Wilson). Conclusion: High levels of perioperative D-dimer could be considered a risk marker of ICH after brain tumor surgery. However, more studies would be worthwhile to confirm this association and develop primary prevention strategies for stroke.