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Level(s): experiencia española sobre la propuesta de la Comisión Europea de indicadores de sostenibilidad en edificios
En esta propuesta, se presentará un caso práctico real de una vivienda construida en Calicanto (Valencia) que se encuentra habitada y monitorizada 24h/365d y que forma parte de la fase de estudios piloto del proyecto europeo Level(s). Level(s) es un marco voluntario de medición para mejorar la sostenibilidad de los edificios. Utilizando las normas existentes, Level(s) proporciona un enfoque de la Unión Europea para la evaluación del comportamiento ambiental, social y económico en el entorno construido. Ha sido desarrollado por la Comisión Europea en estrecha colaboración con los actores de la industria de la construcción. Poniendo el foco en el Análisis de Ciclo de Vida como herramienta clave para elaborar los indicadores de sostenibilidad. Villa Vera, la vivienda analizada, ha sido desarrollada con un claro compromiso con la arquitectura sostenible y la eficiencia energética mediante la combinación de diferentes estrategias pasivas y la instalación de equipos de elevada eficiencia, así como la monitorización del consumo de energía y agua mediante diferentes sensores en tiempo real. Todo ello ha permitido a Villa Vera obtener una Declaración Ambiental de Edificio, siendo el primer edificio residencial en España en obtener este tipo de certificación. La vivienda, servirá como banco de pruebas para evaluar el comportamiento ambiental del edifico a través de la iniciativa Europea Level(s) pero también gracias a la monitorización, podemos determinar la respuesta del edificio ante las condiciones climáticas y los hábitos de los usuarios y además, comparar estos resultados con los derivados de los cálculos y estimaciones realizadas en proyecto. Por ello se han instalado sensores (termómetros, pyranómetros, veletas, anemómetros, PT100, medidores de C02, termohigrómetros, control de consumos energéticos en equipos y caudalimetros consumo de agua) tanto exteriores como interiores que registran periódicamente parámetros relativos a temperatura, humedad y calidad de aire, viento, así como en las instalaciones para conocer el comportamiento real del edificio, su relación con el comportamiento de los usuarios y los consumos de energía y agua con el objetivo de analizar y extraer conclusiones de su funcionamiento. Esta monitorización además permite investigar y analizar cómo influyen determinados sistemas o elementos en el comportamiento energético global de la vivienda
Integración de indicadores de sostenibilidad en el Código Técnico de la Edificación
La Comisión Europea, ha reconocido que la hoja de ruta definida para toda la unión con el objetivo de alcanzar la neutralidad climática en el año 2050 es el driver más potente que existe en la actualidad para impulsar la recuperación económica tras el COVID-19. La comisión lleva trabajando muchos años en el desarrollo de estrategias para alcanzar una neutralidad climática y respetar el medio ambiente en toda la unión a través de diversos mecanismos y herramientas. A lo largo de este documento se irá realizando un análisis de cada una de ellas comenzando por una exposición de cuáles son las razones y motivaciones que han llevado a la Comisión Europea a definir esta senda, pasando por cada uno de los mecanismos definidos en la actualidad y su conexión con los mecanismos en España (desde la convención marco de naciones unidas sobre cambio climático origen del protocolo de Kioto, pasando por la directiva de eficiencia energética en los edificios, la Estrategia a largo plazo para la Rehabilitación Energética en el Sector de la Edificación o el plan Nacional Integrado de Energía y Clima entre otros) y se analizarán cuales serían los principales indicadores de sostenibilidad que podrían integrarse dentro del Código Técnico de la Edificación en su próxima revisión, basándose en los estándares europeos definidos. Tras la pandemia del COVID, todos nos hemos dado cuenta o hemos sido conscientes quizás más que antes que los edificios, las casas, los hogares y las ciudades son el corazón de nuestra vida; de nuestra vida privada y una vida provisional. Durante los últimos meses, bajo la crisis de la pandemia hemos podido comprobar que nuestro hogar es el único sitio donde podemos estar a salvo nuestro único refugio al lado de nuestras familias. Nos hemos dado cuenta igualmente que la construcción es una actividad esencial. Esto ya lo conocíamos con anterioridad, pero el que la construcción sea considerada como una actividad esencial ha sido oficialmente dicho y considerado por los políticos y todas las autoridades durante el estado de alarma, lo que es muy importante como reconocimiento para el sector y todas las implicaciones que derivan. Es, además uno de los sectores más fuertes desde el punto de vista económico para la recuperación post-covid. El reto está ahora en cómo construir mejor, como hacer mejores edificios y las expectaciones son altas dado que el sector de la edificación es uno de los que mayores impactos ambientales genera y por lo tanto uno de los sectores clave para la sostenibilidad global, pero ¿se puede medir el concepto de sostenibilidad? Si tenemos claro que necesitamos una edificación más sostenible, también necesitaremos definir mecanismos que nos permitan determinar el comportamiento ambiental de los edificios y que estos requisitos se integren dentro del Código Técnico de la Edificación en su futura revisión
Electroclima
La exposición de las personas a los CEM (campos electromagnéticos) sufre un aumento exponencial en los últimos años, y parte de ese aumento tiene una gran relación con las condiciones del diseño arquitectónico, ya que tanto el planeamiento urbano como el diseño de instalaciones de electricidad y telecomunicaciones en un edificio pueden aumentar dicha exposición. El aumento de exposición a las bajas frecuencias (campos eléctricos y magnéticos derivados de la distribución y aparatos eléctricos) se debe a la cada vez mayor demanda de conectividad eléctrica y su consiguiente aumento de distribución y aparatos electrónicos. Las altas frecuencias, producidas principalmente por las comunicaciones inalámbricas, también muestran un gran crecimiento con la proliferación de las telecomunicaciones. Hoy en día, los ingenieros, arquitectos, planificadores y otros técnicos del sector de la edificación y el urbanismo se enfrentan al desafío de mantenerse al tanto de las investigaciones y políticas que abordan el daño potencial de la tecnología inalámbrica, incluyendo los posibles riesgos de responsabilidad cuando no se implementa la tecnología sin peligro. Las medidas y directrices internacionales de precaución para una menor exposición a las radiaciones debidas a las comunicaciones por radiofrecuencia (RFR) deben tomarse en cuenta en la planificación urbanística y constructiva. Es necesario considerar algunos aspectos relacionados con los posibles efectos sobre los sistemas biológicos y la salud humana dentro de los espacios construidos. La idea de que si no se transporta suficiente energía no se va a producir un efecto biológico dio lugar a la división de las radiaciones en ionizante y no ionizantes, considerando a estas últimas como seguras, ya que no tenían energía suficiente para ser capaces de romper enlaces moleculares. En las propiedades de la radiación no ionizante debe incorporarse no solo la energía que transporta, sino determinados códigos de información, generalmente asociados a su frecuencia, que pueden modificar el comportamiento «normal», desde el nivel celular hasta el comportamiento general de todos los sistemas vivos, precisamente, porque la vida está definida en términos de intercambio electromagnético. Por ello, es necesario proteger a los sistemas biológicos de un tipo de radiaciones que pueden modificar su capacidad funcional, a corto, medio o largo plazo. Y están determinados no solo por la tasa de exposición, también por los parámetros de duración, reacción sinérgica con otras señales, etc. Este documento pretende ilustrar sobre las tres fuentes principales de exposición a CEM en los edificios, así como la presencia de cargas electrostáticas. En primer lugar, se caracterizará cada uno de estos campos, describiendo posteriormente los criterios constructivos para minimizar su presencia en los edificios
Materiales
La calidad del ambiente en que vivimos y la salud se encuentran íntimamente ligados y tienen una gran implicación en nuestro bienestar. En el caso de los edificios, la calidad ambiental se mide según los efectos que producen en la salud de las personas y en ello tienen un papel importante los productos. Evidentemente los edificios no deben enfermarnos, pero tampoco nos deben provocar malestar, por lo que decimos que los productos saludables son aquellos que nos permiten gozar de un estado completo de bienestar físico, mental y social. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud define la salud ambiental como la disciplina que comprende aquellos aspectos de la salud humana, incluida la calidad de vida y el bienestar social, que son determinados por factores físicos (radiaciones, ruidos, luz…), químicos (toxicidad…), biológicos (hongos, microorganismos…), sociales y psicosociales (color, compatibilidad…). Los efectos fisiológicos e incluso psicológicos de los materiales sobre el ser humano resultan decisivos en la relación entre el producto y las personas. Hoy sabemos que algunas de estas relaciones son claramente perjudicia les para la salud y cuando la comunidad científica ha conseguido hacerlo evidente se han declarado tóxicas muchas sustancias, tomando medidas legislativas para su prohibición. Por otro lado, se ha observado que determinadas personas se sienten afectadas por el contacto con determinados productos y muestran una mayor predisposición a sentir malestar, perjuicios o desarrollo de enfermedades. Son personas con un elevado nivel de tóxicos en su cuerpo o con los sensores más despiertos, lo que hace que sientan los efectos que otras personas no notan. Esta mayor sensibilidad deber tenerse en cuenta por los prescriptores de productos, de la misma forma que la accesibilidad universal ha hecho que los edificios no discapaciten y todos nos beneficiemos de las medidas diseñadas inicialmente para las personas con movilidad reducida o dificultades sensoriales
Coronal Heating as Determined by the Solar Flare Frequency Distribution Obtained by Aggregating Case Studies
Flare frequency distributions represent a key approach to addressing one of
the largest problems in solar and stellar physics: determining the mechanism
that counter-intuitively heats coronae to temperatures that are orders of
magnitude hotter than the corresponding photospheres. It is widely accepted
that the magnetic field is responsible for the heating, but there are two
competing mechanisms that could explain it: nanoflares or Alfv\'en waves. To
date, neither can be directly observed. Nanoflares are, by definition,
extremely small, but their aggregate energy release could represent a
substantial heating mechanism, presuming they are sufficiently abundant. One
way to test this presumption is via the flare frequency distribution, which
describes how often flares of various energies occur. If the slope of the power
law fitting the flare frequency distribution is above a critical threshold,
as established in prior literature, then there should be a
sufficient abundance of nanoflares to explain coronal heating. We performed
600 case studies of solar flares, made possible by an unprecedented number
of data analysts via three semesters of an undergraduate physics laboratory
course. This allowed us to include two crucial, but nontrivial, analysis
methods: pre-flare baseline subtraction and computation of the flare energy,
which requires determining flare start and stop times. We aggregated the
results of these analyses into a statistical study to determine that . This is below the critical threshold, suggesting that Alfv\'en
waves are an important driver of coronal heating.Comment: 1,002 authors, 14 pages, 4 figures, 3 tables, published by The
Astrophysical Journal on 2023-05-09, volume 948, page 7