Competencias docentes: repensar nuestras prácticas educativas para el contexto actual

Analizar la formación docente y las prácticas que producen resultados satisfactorios es un debate siempre vigente, tensionado por las exigencias de un sistema que requiere de actualización, experticia, tolerancia y resignación casi en el mismo nivel. Los docentes vemos agotadas nuestras fuerzas e insatisfechas, muchas veces, nuestras aspiraciones. Los más dinámicos hacen esfuerzos por adecuar programas, contenidos, actividades, metodologías, que, finalmente, redundan en un rendimiento exitoso de no más del 33% de nuestros alumnos. Para impulsar una reflexión y una relectura de la actividad pedagógica hoy se habla de la ”formación por competencias”. Este modelo apunta a pensar en una formación integral, que propicie tanto el “saber”, como el “querer”, “poder” y “hacer”. Coronado (2009, p.19),al hablar de competencias docentes habla de “un conjunto integrado y dinámico de saberes, habilidades, capacidades, actitudes y valores puestos en juego en la toma de decisiones, en el desempeño concreto del profesor en el aula”. El concepto de competencias docentes remite a la articulación integrada de conocimientos que propone, no un escenario más complejo para una actividad sobre exigida sino, por el contrario, una resignificación del acto de enseñar poniendo en valor actividades y esfuerzos, haciendo énfasis en los objetivos praxeológicos de la formación invisibilizados o poco articulados con los epistémicos. En este ensayo reflexionamos respecto de las competencias necesarias en la formación del docente de Matemática y proponemos buscar mecanismos de adecuación de nuestros deseos de satisfacción personales con los de nuestra tarea cotidiana y los deseos de satisfacción de los alumnos a quienes va dirigido nuestro esfuerzo

Competencias sociales en la formación universitaria: las voces de sus actores

Las competencias sociales constituyen una herramienta básica en las relaciones interpersonales para alcanzar un grado óptimo de bienestar y ajuste social. Estas habilidades deberían requerirse en todos los espacios educativos y más en la Universidad, en donde se modelan los futuros profesionales quienes deben estar capacitados para comunicarse eficazmente, coordinar equipos, resolver conflictos interpersonales, etc.En la Facultad de Medicina Veterinaria de la UNL desarrollamos una investigación en la que intentamos poner en debate estas competencias. Inscribimos este proyecto desde el paradigma interpretativo, bajo un diseño mixto en el que, inicialmente describimos la situación desde la voz de sus actores (docentes, alumnos, empleadores) para luego hacer un abordaje cualitativo en el que tratamos de comprender la realidad circundante en su carácter específico. El diseño está estructurado en etapas que produjeron información que refinó las ideas previas, aportando nuevas posibles miradas.Establecimos como hipótesis que mejorar las competencias sociales puede mejorar la formación e inserción laboral de los egresados y que pueden fortalecerse desde las propuestas pedagógicas. Se trata de un diseño longitudinal, la unidad de observación es la Facultad de Veterinaria y la unidad de análisis los alumnos de dicha carrera.Los primeros resultados delimitaron el concepto de competencias sociales emergentes del compromiso educativo; encuestas a empleadores permitieron conocer sus expectativas al respecto; entrevistas personales y escalas de autopercepción a docentes y alumnos reflejan las competencias sociales reales y deseadas del escenario educativo. Su contraste con las aspiraciones del mercado laboral abre interrogantes, interpela al diseño curricular y sus estrategias de formación