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La teoría de la ética triuna: premisas básicas e implicaciones
A diferencia de otras teorías psicológicas del funcionamiento moral, que no han tomado en cuenta los desarrollos recientes de la neurociencia, la Teoría de la ética triuna (TET) intenta aprovechar ciertos hallazgos cruciales sobre las estructuras neurobiológicas del cerebro humano. Esto implica, entre otras cosas, prestar atención no sólo al razonamiento moral deliberativo, y a las decisiones conscientes, sino sobre todo a las posturas emocionales y a los procesos tácitos o intuitivos que motivan, y explican, la mayor parte del comportamiento moral. Basándose en la Teoría del cerebro triuno de MacLean (1990), la TET propone tres sistemas morales distintivos, o motivaciones éticas fundamentales: la ética de seguridad, enfocada en la auto-preservación, y a menudo en la dominación personal o del endogrupo; la ética de conexión, enfocada en los lazos sociales o relaciones afectivas con otros; y la ética de imaginación, enfocada en formas creativas de pensar y actuar socialmente. Además de ofrecer una visión introductoria de las premisas básicas de la TET y de sus tres éticas, el artículo distingue varios tipos y subtipos de personalidad moral, y discute las implicaciones de este enfoque para la comprensión de diversos fenómenos sociales y políticos, o en términos más generales, para nuestra comprensión de un desarrollo moral óptimo.  
La psicología moral en la encrucijada
Aquí bosquejamos la “era post-Kohlbergniana” de la psicología moral, problematizando la relación psicología-filosofía. Si bien reconocemos las contribuciones de la teoría de etapas morales de Kohlberg para la psicología y la educación, creemos que la misma ha quedado al margen de los nuevos desarrollos psicológicos y no satisface las necesidades de los educadores del carácter contemporáneos. Basados en una descripción socio-cognitiva de la activación del conocimiento, proponemos un nuevo enfoque de la adquisición de virtudes, de la identidad y del comportamiento moral no reflexivo, que elude algunos de los rompecabezas del enfoque evolutivo-cognitivo. También abordamos la cuestión de los límites disciplinarios, ya que el legado de Kohlberg le debe mucho a su compromiso con ciertos supuestos filosóficos sobre la moralidad, pero muchos filósofos que no comparten tales compromisos, cuestionan con razón cuáles deberían ser las fronteras entre la psicología moral y la filosofía moral. Sostenemos que el enfoque socio-cognitivo de la personalidad moral restablece esas fronteras al marchar desde una psicología moralizada hacia una moralidad psicologizada. Aunque esto implica reconsiderar el principio del fenomenalismo como base común, la perspectiva socio-cognitiva representa una base alternativa, para una colaboración ya en progreso, en el campo emergente de la ética naturalizada.