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    Ten-year follow-up of the largest oral Chagas disease outbreak. Laboratory biomarkers of infection as indicators of therapeutic failure

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    Trypanosoma cruzi uses various mechanisms of infection to access humans. Since 1967, food contaminated with metacyclic trypomastigotes has triggered several outbreaks of acute infection of Chagas disease by oral transmission. Follow-up studies to assess the effectiveness of anti-parasitic treatment of oral outbreaks are rather scarce. Here, we report a 10-year laboratory follow-up using parasitological, serological, and molecular tests of 106 individuals infected in 2007 of the largest known outbreak of orally transmitted Chagas disease, which occurred in Caracas city, Venezuela. Before treatment (2007), specific IgA, IgM and IgG, were found in 71% (75/106), 90% (95/106) and 100% (106/106), respectively, in addition to 21% (9/43) parasitemia, Complement Mediated Lysis (CML) in 98% (104/106) and 79% (34/43) parasitic DNA for PCR. Blood culture detected parasitemia up to 18 months post-treatment in 6% (6/106) of the patients. In 2017, the original number of cases in the follow-up decreased by 46% and due to the country's economic situation, not all the trials could be carried out in the entire population. During follow-up, IgA and IgM disappeared promptly, with IgM persisting in 19% (20/104) of the patients three years after treatment. The anti-T. cruzi IgG remained positive 10 years later in 41% (20/49) of the individuals evaluated. CML remained positive seven years later in 79% (65/82) of the cases. PCR positive cases decreased after treatment but progressively recovered, being positive in 69% (32/46) of the individuals evaluated in 2017. The group of children (under 18 years of age) showed the highest PCR positivity with 76% (26/34) of the cases, but their parasitic load tended to diminish, while in adults the parasitic load regained their initial values. The simultaneous evaluation of serological tests and PCR of the patients allowed us to separate patients among responders and non-responders to the anti-parasitic treatment, and this information prompted us to apply a second anti-parasitic treatment in the group of non-responders. In this population not subjected to the like lihood of re-infection, adult patients were more likely to be non-responders when compared to children. These results suggest that rigorous laboratory follow-up with T. cruzi infectious biomarkers is essential to detect cases of parasite persistence.Fil: Díaz Bello, Zoraida. Universidad Central de Venezuela; VenezuelaFil: Alarcón de Noya, Belkisyolé. Universidad Central de Venezuela; VenezuelaFil: Muñoz Calderon, Arturo Alejandro. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular "Dr. Héctor N. Torres"; Argentina. Universidad Central de Venezuela; VenezuelaFil: Ruiz Guevara, Raiza. Escuela de Medicina "Luis Razetti"; VenezuelaFil: Mauriello, Luciano. Universidad Central de Venezuela; VenezuelaFil: Colmenares, Cecilia. Universidad Central de Venezuela; VenezuelaFil: Moronta, Eyleen. Universidad Central de Venezuela; VenezuelaFil: Aponte, Milagros. Universidad Central de Venezuela; VenezuelaFil: Ramírez, José Luis. Fundación Instituto de Estudios Avanzados; VenezuelaFil: Noya González, Oscar. Universidad Central de Venezuela; Venezuela. Ministerio del Poder Popular para la Salud. Instituto de Altos Estudios. Centro de Estudios sobre Malaria; Venezuel

    Enfermedad de Chagas: un diagnóstico olvidado de serias consecuencias

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    Para el Instituto de Medicina Tropical, desde su fundación hace 70 años, la Enfermedad de Chagas (ECh) ha sido motivo de investigaciones pioneras realizadas por Félix Pifano y Alberto Maekelt, en el área de la epidemiología y el diagnóstico destacándose los aportes en diagnóstico serológico, la elaboración de antígeno de Trypanosoma cruzi y la evaluación de la trasmisión en áreas rurales. En la Sección de Inmunología (SI) se realizan varias técnicas para el diagnóstico parasitológico, inmunológico y molecular de la ECh en sus fases aguda y crónica. Suman 244 casos agudos evaluados en la SI desde 2007 cuando se describe la primera microepidemia de trasmisión oral para Venezuela y la más numerosa en Latinoamérica. La detección simultanea de parásitos o su ADN en sangre, y de anticuerpos específicos en toda la población expuesta facilita el diagnóstico temprano para tratar los casos de manera inmediata evitando consecuencias fatales. En relación a los casos crónicos, la afluencia promedio de usuarios en el período estudiado (2013-2016) es de 879 personas/año resultando entre 11-15% los positivos al diagnóstico. Estos se detectan principalmente en personas “picadas por chipos”, en cardiópatas y en el grupo mayor de 50 años en quienes la positividad es del 25% de los usuarios, diagnóstico tardío cuando el beneficio del tratamiento anti-parasitario es prácticamente nulo. La data de los pacientes crónicos no aporta indicación de trasmisión en grupos vulnerables como niños y embarazadas, pues el número de usuarios es muy bajo. Es necesario incorporar el diagnóstico de la ECh en protocolos de rutina varios síndromes clínicos (fiebre prolongada, derrame pericárdico), en pacientes inmunosuprimidos, embarazadas, niños, conscriptos, programas de trasplantes, entre otras. Es urgente considerar la encuesta nacional de serología de ECh en el grupo etario de 5 a 20 años
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