4 research outputs found

    Twenty years of mental health policies in Chile: lessons and challenges

    No full text
    Over the last 20 years, Chile has increased the mental health share of its public health budget and implemented policies that radically transformed psychiatric services in the country. Both national and international factors have contributed to this process. The implementation of two national mental health plans has led to downsizing mental hospitals and developing community alternatives, such as primary health care, community mental health teams, day hospitals, acute psychiatric beds in general hospitals, and group homes. The annual number of new persons starting treatment for mental disorders in the public sector has increased by 343 percent between 2004 and 2007, with depression being the condition that motivates the highest frequency of visits. The Chilean experience has been successful in terms of increasing availability and accessibility of services and demonstrating that with a modicum of political support, it is possible to implement an effective and efficient community-based network of primary and secondary care facilities. Notwithstanding the progress made in this country, the mental health treatment gap is still significant

    Development of community care for people with Schizophrenia in Chile

    No full text
    Chile has greatly reformed its approach to psychiatric care in the last two decades, having transitioned from a model centered around a psychiatric hospital to one in which mental health care is based in the community. During this period, patients were moved from large psychiatric hospitals into ambulatory clinics, and the number of people who were in hospitals for extended periods decreased. At the same time, mental health service networks—consisting of ambulatory clinics, day hospitals, rehabilitation centers, and community group homes—were created, each responsible for a specific population. The reform process, however, has occurred in different, unequal degrees throughout the country. The purpose of this investigation is to compare the characteristics, resources, and results of the mental health service networks that have successfully transitioned to and developed in the community with respect to those that are still centered in a hospital. The structural aspects were evaluated with the EvaRedCom–TMS (Evaluación de Redes de Servicios Comunitarios para Trastornos Mentales Severos), and the level of functioning was measured with World Health Organization’s International Classification of Mental Health Care. Area networks with higher levels of community-based services show better indicators of geographic and financial accessibility, use less human resources (particularly psychiatrists and nursing assistants), have an equal level of specialization, and yet show better treatment adherence among the patients (84.2 percent versus 41.8 percent), despite the fact that the patients have worse socioeconomic and clinical indicators than area networks with lower levels of community-based services. In conclusion, the community-based psychiatric care model is more effective than the hospital-centered model.This study was funded by Project FONIS–CONICYT, Chile SA08i2003

    Análisis de la gobernanza en la implementación del modelo comunitario de salud mental en Chile

    No full text
    El presente artículo describe y analiza el rol que ha jugado la gobernanza en el desarrollo del modelo comunitario de salud mental en Chile. Se describen y analizan cinco dimensiones de la gobernanza: 1) el desarrollo de una serie de estrategias para favorecer la participación de los usuarios de servicios de salud mental ha logrado resultados insuficientes; 2) la implementación de tres planes nacionales de salud mental, que han mantenido la misma visión estratégica a lo largo de tres décadas, han contribuido a aumentar la accesibilidad a la atención comunitaria de las personas con enfermedades mentales y disminuir el rol de los hospitales psiquiátricos; 3) la inexistencia de una ley de salud mental persiste aún como un desafío, aunque haya sido parcialmente compensada por distintas leyes y decretos; 4) las regulaciones en la asignación de los recursos financieros, la formación del recurso humano y las directrices técnicas han contribuido a mejorar el acceso y la calidad de la atención; y 5) la construcción progresiva de un sistema de información en salud mental ha permitido conocer principalmente las tasas de acceso, las brechas de tratamiento y las inequidades geográficas. La experiencia chilena confirma la importancia de aplicar un conjunto de estrategias y mecanismos de gobernanza, para favorecer el desarrollo y el funcionamiento de los servicios de salud mental. El tipo de estrategias y mecanismos de gobernanza podrán variar en los distintos países según los contextos y las ventanas de oportunidades

    Trastornos del desarrollo intelectual en América Latina: un marco para establecer las prioridades políticas de investigación y atención

    No full text
    Artículo de publicación ISIAnteriormente agrupados bajo el término discapacidad intelectual, constituyen un problema poco estudiado y cuantificado en América Latina. Los afectados están ausentes en las políticas públicas y no se benefician de las estrategias gubernamentales de desarrollo social y reducción de la pobreza. En este artículo se aporta una visión crítica de los TDI y se describe una nueva taxonomía. Además, se propone reconocerlos como problema de salud pública, promover la profesionalización de la atención, y sugerir una agenda de investigación y acción regional. En América Latina no hay consenso sobre los criterios diagnósticos de los TDI. Pocos programas de rehabilitación cubren una proporción importante de las personas que los padecen, no se ofrecen servicios basados en la evidencia científica y las directrices de atención no se han evaluado. Los manuales de diagnóstico psiquiátrico conceden más importancia a la identificación de los TDI graves, favorecen su subregistro y clasificaciones erróneas. Su estudio no se ha priorizado desde las perspectivas jurídica, de las ciencias sociales y de la salud pública. Por ello escasean las pruebas científicas sobre estos trastornos. Faltan competencias específicas y profesionalización para el cuidado de estas personas y es indispensable realizar intervenciones de prevención, rehabilitación, integración comunitaria e inclusión laboral
    corecore