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Los derechos fundamentales en los estados de excepción según el Derecho internacional de los derechos humanos
El objeto de estudio de la presente Tesis doctoral se centra en "Los límites de los derechos fundamentales en los Estados de excepción según el Derecho Internacional de los Derechos Humanos"(sistema universal y regional europeo e interamericano) Dichos sistemas desarrollan las facultades de suspensión o derogación de derechos, que tienen como fundamento la "estricta necesidad" de superar crisis particularmente graves e insuperables por las vías legales ordinarias, restablecer la normalidad y garantizar el normal funcionamiento de las instituciones democráticas, la vigencia del estado de Derecho y la protección de los Derechos Humanos de la colectividad. El Derecho Internacional convencional de los Derechos Humanos faculta a los estados a suspender temporalmente ciertas obligaciones jurídicas internacionales, pero a su vez les exige cumplir con ciertos principios y disposiciones con el fin de adecuar las medidas excepcionales a lo estrictamente indispensable para el restablecimiento de la normalidad constitucional. La regulación convencional de las facultades de suspensión de derechos de los sistemas universal y regionales, si bien ha alcanzado un desarrollo positivo, no responde en la actualidad a las exigencias de protección de los derechos y garantías fundamentales, por lo que se requiere de una revisión de las normas convencionales y mecanismos de protección internacional
Dinámicas de posconflicto, supuestos para la paz
Desde su fundación, la Universidad Libre se ha concebido como un lugar
de paz. No debe olvidarse que fue fundada, en su mayor parte, por liberales
que venían de la gran Guerra Civil, o de la “Guerra de los Mil Días”. Por eso
puede sostenerse que es, en sí misma, el fruto de un posconflicto. De ahí
que, en lo que atañe y concierne con el actual proceso de paz del Presidente
Santos, no puede tener otra agenda que la de ser un espacio para el posconflicto, única forma de desarrollar armónicamente su naturaleza y filosofía
de servicio social, cuyo principal propósito es el de promover la construcción de una nación en paz, incluyente y con justicia social. Por lo tanto,
nuestra alma mater quiere seguir bridándose a la nación, generosamente,
como un espacio amplio en donde se traten de modo amplio y profundo,
pero pacíficamente, los más complejos asuntos atañederos al posconflicto.
Así, ha sido nuestro interés institucional el que nos compromete con
el estudio del posconflicto. En ese sentido, más allá de la naturaleza del
conflicto armado o de los fenómenos de justicia transicional, del proceso
de reparación a las víctimas, de la reinserción de los grupos armados al
margen de la ley, que son parte de un escenario de violencia y de los trabajos y dificultades de los diálogos de paz, hay que resaltar que el espíritu de
posconflicto al que aludimos tiene que ver con el tratamiento de las causas
primarias que dieron origen al conflicto armado en Colombia, es decir: la
inequidad social y el cierre de espacios de participación democrática para
el pueblo.
Consecuencialmente, la lógica del posconflicto debe apuntar a erradicar
esas causas primarias que han ensanchado las brechas sociales y han
promovido una asimetría radical en diferentes sectores. Asimismo, debe
considerarse que posconflicto implica crear las condiciones para que un
pueblo educado lidere su propio destino, esto es, se convierta en el agente del cambio social y lidere procesos de desarrollo sostenibles en el tiempo y
el espacio. Sobre estas bases, la nación entera ha de saber con certeza que la
Universidad Libre está comprometida con el posconflicto desde un plano
material para proponer estrategias de superación sostenible de las causas
objetivas del conflicto.
Desde el mismo momento en que fue dada la buena nueva al país acerca
del compromiso entre el Gobierno y las Farc para el inicio del proceso de
paz, hemos insistido en la necesidad de que se proyecten con precisión
unas adecuadas políticas para la planificación del posconflicto, toda vez
que requiere atender asuntos coyunturales y otros de carácter estructural.
Entre los asuntos coyunturales que necesitan urgente atención se tiene el
tema de las víctimas en todas sus expresiones, para lo cual deberá tenerse
en cuenta las violaciones a los derechos fundamentales, a los derechos
humanos y al Derecho Internacional Humanitario en el periodo en que
padecimos esta guerra fratricida. Y debe considerarse con especial cuidado
la transición, para poder acceder a los tiempos de paz que anhelamos, lo
que implica una revisión muy sincera del rol del Estado Social de Derecho
en los espacios de justicia transicional, valorar la experiencia de los procesos de paz exitosos, puntos que deben estar aherrojados con el cuidadoso
estudio de la normatividad nacional y la jurisprudencia internacional; del
rol de los tribunales, de las comisiones de la verdad y la reconciliación; el
papel de los garantes y de las comisiones de acompañamiento y verificación de los acuerdos de paz. Finalmente, apuntarse a la construcción de un
imaginario sobre justicia transicional en donde se clarifiquen los supuestos
negativos, los mitos y las realidades.
De otra parte, en este espacio de preparación del posconflicto, es menester
la construcción de tejido social y la proyección permanente de una agenda
para la memoria histórica de los hechos generadores del conflicto que nos
garantice el no retorno y la no repetición. Insistir en la verdad tiene el buen
sentido de esclarecer el pasado y construir el presente de las víctimas y
los victimarios, con lo cual se fortalecerá la institucionalidad de nuestro
Estado Social de Derecho.
En cuanto a los aspectos estructurales, todos los esfuerzos para recrear el
espacio del posconflicto que anhelamos deben enfocarse a los procesos
de una nueva democracia participativa, la reconstrucción del ordenamiento territorial, un diseño de políticas de desarrollo y una agenda de gobernabilidad para la buena administración de los recursos y la equitativa
distribución de la riqueza que promuevan el despegue de la nación hacia un
desarrollo indetenible, modo certero de hacer sostenibles los acuerdos de
paz. Por lo tanto, en la hoja de ruta del posconflicto, consideramos imprescindible incluir, en primer lugar, una pedagogía electoral que promueva la
participación política de todos los sectores sociales, generando inclusión,
seguridad y legitimidad del sistema electoral, en el propósito de erradicar
las prácticas corruptas que permanentemente han afectado nuestros procesos electorales. Se requiere el diseño de una cultura de emprendimiento
para el desarrollo urbano y rural. Los retos del ordenamiento territorial
deben abordar los debates entre la centralización y descentralización como
herramientas para fortalecer la labor del Estado Social de Derecho, con lo
cual podrán darse condiciones de equidad a todo lo largo de la geografía
nacional.
Estimamos necesario, de otro lado, enfatizar en el diseño de agendas sostenibles que permitan cubrir aspectos como el acceso, cobertura y calidad
de la salud pública, de la educación y la generación de empleo. Una nación
educada es la clave para generar ciudadanos competentes en las diferentes
áreas de actividad productiva de la nación, puesto que se propiciará la
generación de ciencia y tecnología, y de esa manera se impactará positivamente la calidad de vida de nuestros ciudadanos.
Finalmente, reiteramos la urgente necesidad de promover un discurso
sobre la gobernabilidad y confianza en las instituciones democráticas
con acciones políticas como la mejor herramienta de concertación para
el gobierno, así como para las administraciones regionales y locales. Se
tratará de una pedagogía del buen gobierno, que permitirá una nueva
relación entre gobernantes y gobernados, lo que seguramente se traducirá
en políticas públicas concertadas y promotoras claves de la eficacia de la
gestión pública.
Con esta obra que publica la Universidad Libre, además de los temas señalados, y los que proponen los diferentes invitados a la Cátedra Gerardo
Molina, nuestra institución cumple un compromiso con la nación y
desarrolla el propósito institucional de ser pieza clave en la generación de
los espacios para el encuentro de los diversos interlocutores que tienen la
necesidad y el deber de debatir en medio del conflicto, con lo cual estaremos con seguridad promoviendo un diálogo constructivo en condiciones de
igualdad, fraternidad, lo cual resulta del normal ejercicio de las libertades
esenciales, que nos permitirán superar las diferencias.
Nuestro foro académico, pues, ha querido promover dinámicas que permitan legitimar nuevas opciones de organización social con nuevos discursos
y tendencias. Un escenario de paz nos obliga a superar las tensiones, fruto
de las divergencias ideológicas y generadoras de conflicto para mirarnos
desde los argumentos como contradictores legítimos.
Los aportes de diferentes autoridades en temas de paz que presentamos
en esta obra, se consideran una pieza esencial en la comprensión de las
realidades del conflicto y la superación de sus causas es, en definitiva, el
propio espacio del posconflicto. En el texto de doctor Roberto Garretón,
se presenta un balance de los aportes que las Comisiones de la Verdad han
realizado en posconflicto y posdictaduras, señalando sus esfuerzos por la
consecución de la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no
repetición. Queremos destacar además, de forma muy especial, el texto del
Dr. Alfredo Beltrán Sierra, que trata sobre los medulares temas del llamado
“Bloque de Constitucionalidad” y el de los derechos humanos en espacios
de guerra y paz; y, sobre todo, del trasegar que tendrá este marco normativo,
una vez concluyan los diálogos de La Habana. El Dr. Beltrán Sierra realiza
una síntesis histórica de la batalla del hombre de estirpe democrática por
la defensa de los derechos humanos, para concluir con la idea de que la
educación, como motor de desarrollo y democracia, será la herramienta
más eficaz para el logro de la paz.
El texto del español Baltazar Garzón sobre los mitos y retos de la justicia
transicional, se dirige a una revisión de las implicaciones discursivas y los
sentidos desde el lenguaje y los idearios alrededor del concepto de “Justicia
Transicional”, para que desde esa realidad discursiva se puedan establecer
unos mínimos éticos y legales, dentro de los cuales cada Estado debe operar
para alcanzar la verdad, la justicia y las garantías de no repetición.
El doctor Florentín Meléndez acentúa sus comentarios sobre el tema de los
Tribunales Internacionales y los aportes de la jurisprudencia internacional
del sistema interamericano en materia de derechos humanos, de justicia
transicional para la paz y la seguridad, mientras que el texto de la doctora Paula Gaviria centra toda su atención en el tema de las víctimas en diferentes perspectivas que van desde su situación y derechos, hasta el desarrollo
normativo y los modelos de asistencia, reparación integral de cara a una
nueva institucionalidad en un espacio de posconflicto.
En el análisis que hace el Presidente de la Corte Constitucional, doctor
Luis Ernesto Vargas, se presenta un balance en clave histórica sobre los
fenómenos de desplazamiento forzado de la población civil en escenarios
de crisis humanitaria, destacando algunas sentencias de la Corte Constitucional que pueden ser consideradas hoy día como un referente para la
jurisprudencia latinoamericana. Como complementario se nos aparece
el texto del Dr. Alberto Castillo, en el que contrasta los álgidos temas de
la democracia y los procesos de paz, haciendo un recorrido en el tiempo
por el concepto de democracia para establecer su relación con la cultura
política, la representación, las elites de poder y el tema de la legitimidad de
la Paz
Balance de 25 años de jurisprudencia de la Corte Constitucional
La Corte Constitucional de Colombia ha tenido un importante impacto en la vida social, cultural y política del país, a tal punto que, desde su creación, la jurisprudencia de este tribunal se ha convertido en un referente mundial acerca de las diversas materias sobre las que se ha pronunciado .
Este libro presenta un balance de la jurisprudencia que durante sus primeros veinticinco años la Corte ha expedido. Con este fin, el magistrado Luis Guillermo Guerrero Pérez y los magistrados auxiliares Miguel Polo Rosero y Claudia Escobar García recogen los trabajos de expertos nacionales e internacionales, funcionarios del Estado y Miembros de la sociedad civil que se presentaron en el XII Encuentro de la Jurisdicción Constitucional, realizado en la ciudad de San Juan de Pasto entre el 27 y el 30 de septiembre de 2017. En ese encuentro, se ratificó que la Corte Constitucional tiene la tarea de velar por la integridad de los compromisos de la Constitución.
Los capítulos que conforman este libro ofrecen una mirada multidisciplinaria sobre la eficacia y el impacto de las decisiones de la Corte, específicamente en lo que tiene que ver con la democracia y la participación, el sistema de salud, el sistema pensional, el medio ambiente y el fenómeno discriminatorio con la relación al género y a la condición de discapacidad en Colombia.Bogot