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    Political party fear and political party favoritism in the 1999 constitution

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    La Constitución venezolana de 1999 no menciona a los partidos políticos y no es un hecho inocuo, pero genera consecuencias e interrogantes importantes acerca de su significado para el derecho constitucional y el sistema político. Dicha constitución apunta hacia una concepción de la organización política de la sociedad, donde se sustituye la representación pluralista por una representación monástica con una dirección orientada a la burocracia y al centralismo de manera factual y normativa, en vez de ser un recurso estilístico. Por lo tanto, tenerle fobia a los partidos políticos tiene que ver más con la fobia a tal representación pluralista que con la idea de la representación como tal. Esto se puede observar en cuatro temas fundamentales: 1) los partidos políticos como tales se convierten en organizaciones de frente extremadamente inestables y cambiantes, 2) las nuevas organizaciones políticas se conciben como instrumentos para la política revolucionaria del gobierno y ya no como fuerzas diversas e innovadoras, 3) las organizaciones sociales y no gubernamentales sufren un proceso de neutralización política en el que se tiene que observar de cerca su comportamiento y se deben tomar medidas para evitar que se conviertan en actores opositores, contrario a los principios de la democracia participativa. De igual forma, los sindicatos y asociaciones profesionales son controlados a través de la intervención del Poder Electoral y el Consejo Electoral.95-114The venezuelan Constitution of 1999 does not mention the political parties and that is not an innocuous fact but one which generates important consequences and interrogations about its meaning for constitutional law and the political system. Rather than being a stylistical resource it points to a conception about the political organization of society where, factually and normatively, the pluralistic representation is substituted by a monistic representation with a bureaucratic and centralistic oriented direction; therefore to be party phobical encompasses more to be phobic against such pluralistic representation than to the idea of representation at all. This can be observed on four fundamental issues: 1) political parties as such become front organizations extremely unstable and changing, 2) new political organizations are conceived as instruments for the revolutionary policy of the government and no more as diverse and innovative forces, 3) contrary to the principles of participatory democracy, society and non governmental organizations su?er a process of political neutralization their behavior having to be closely watched and measures taken to avoid its becoming opposition actors. Also trade unions and professional associations get controlled through the intervention of the Electoral Power and the Electoral Court

    Democracia participativa

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    El "pueblo" desenmascarado

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    ¿How politics can be understood without law or law without politics? This is a crucial question which is increasingly necessary to address. One could be tempted to deny any possibility of rational processing of the dilemma. However, politics and law are undeniably interconnected through political philosophy. Approached from this perspective, it appears that every juridical order is based upon some political philosophy and that crises of juridical orders reflect crises of their very philosophical ground. Therefore, any sufficient understanding of juridical crises necessarily require the analysis of arguments that in one way or other have to do with politics. On the other hand it is more than dubious that politics can be understood without its institutionalization through law. In order to apprehend this interrelation it is indispensable to consider how politico-philosophical concepts are operationalized through juridical concepts. This writing tries to do so in connection with the idea of �people�.¿Puede entenderse la política sin recurrir al derecho o el derecho sin recurrir a la política? Esta es una cuestión crucial que cada vez se hace más necesario plantear. Se puede estar tentado a dar como respuesta que se trata de un dilema sin solución racional. Sin embargo, la política y el derecho están innegablemente relacionados a través de la filosofía política. Todo ordenamiento jurídico está basado sobre alguna filosofía política y las crisis del ordenamiento jurídico son, a su vez, crisis de su fundamento filosófico. Por lo tanto, para entender dichas crisis es necesario examinar argumentos que de una forma u otra están relacionados con lo político. Por otra parte, es dudoso que la política pueda ser entendida sin estudiar su institucionalización a través del derecho. A fin de captar esta interrelación es indispensable tener en cuenta cómo los conceptos filosófico-políticos son operacionalizados a través del derecho. Ello se intenta en relación con el concepto de pueblo

    Invitación a las obras completas de García Pelayo

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