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Las amenazas terroristas en EEUU y el fallido atentado de Times Square
¿Qué nos dice el fallido atentado de Nueva York sobre la naturaleza actual del terrorismo global y de la amenaza que plantea para las sociedades abiertas en general y la norteamericana en particular?
El incidente ocurrido el pasado 1 de mayo en Nueva York pone de manifiesto que EEUU continúa siendo blanco prioritario del terrorismo global. Pero se trata de una amenaza terrorista que en ese país es dual. Procede tanto de individuos aislados y células independientes establecidas en el interior del mismo como de entidades transnacionales localizadas en el exterior, pero que disponen de cierta capacidad para movilizar seguidores dentro de la propia sociedad norteamericana o enviarlos desde fuera con el propósito de cometer atentados. En principio, sería mayor cuando existen conexiones con al-Qaeda, sus extensiones territoriales o las organizaciones asociadas que disponen de estructura, liderazgo y estrategia. Tehrik e Taliban Pakistan es una de estas y, de hecho, había advertido sobre su intención de ejecutar actos de terrorismo en territorio estadounidense desde hace más de dos años. Se le atribuye con fundamento el episodio de Times Square. Ahora bien, la amenaza terrorista que plantean los talibán paquistaníes afecta también a otras naciones occidentales
¿Quién dijo que yihad sin líder? Lo que Abbottabad revela en torno a la situación y el funcionamiento de Al Qaeda
Al-Qaeda no ha dejado de existir como una estructura terrorista con liderazgo y estrategia, aunque está aminorada en recursos y degradada en capacidades. Osama bin Laden, hasta su muerte, ejerció un mando ejecutivo dentro de la misma, intervino en la planificación de atentados y se implicó en las relaciones con otras entidades yihadistas.
Pese a lo que tantas veces y con tan poco fundamento se ha venido sosteniendo desde hace años, al-Qaeda ni se había convertido en una ideología ni se había disuelto en un movimiento. Nunca dejó de existir como organización terrorista con liderazgo y estrategia. Pero de la documentación recogida durante la operación en que unidades especiales de la marina estadounidense abatieron a Osama bin Laden el 2 de mayo de 2011 se deduce que al-Qaeda se encuentra aminorada en recursos y degradada en capacidades. Esa misma documentación revela que Osama bin Laden ejerció, desde su escondite en Abbottabad, como mando ejecutivo de al-Qaeda y era consciente de los constreñimientos que incidían negativamente sobre la persistencia de dicha estructura terrorista. También intervenía en la planificación de actos de terrorismo en EEUU y en otros países del mundo occidental. Además, se implicó en relaciones interorganizativas tanto con extensiones territoriales de al-Qaeda como con otras entidades yihadistas asociadas. En las semanas previas a su muerte incluso sopesaba, junto a otros importantes dirigentes de al-Qaeda, la posibilidad de atentar precisamente en el décimo aniversario del 11-S
¿Se convertirá Libia en una nueva Somalia? La hipótesis de un escenario yihadista tras el enfrentamiento civil
Si el conflicto libio produjese desintegración estatal, vacío de poder y caos social, al-Qaeda en el Magreb Islámico y quizá un refundado Grupo Islámico Combatiente Libio dispondrían de oportunidades favorables para el terrorismo.
En el territorio libio pueden darse las condiciones que permitan una actividad terrorista por parte de grupos y organizaciones yihadistas, en concreto de al-Qaeda en el Magreb Islámico, del Grupo Islámico Combatiente Libio que podría ser refundado o de células e individuos independientes. Aunque hay indicadores políticos y sociales que no permiten descartar la posibilidad de que el Estado libio se desintegre y cunda un caos que convierta al país en espacio favorable para la extensión del yihadismo global, otros sugieren que este sería únicamente el peor de los escenarios imaginables. Pero se trata de una hipótesis que, a la luz de la componente libia en el liderazgo de al-Qaeda y de los procesos de radicalización violenta que han incidido sobre algunos segmentos de la juventud libia a lo largo de los últimos 10 años, principal pero no exclusivamente en centros urbanos situados al nordeste del país, no se debe descartar de antemano. Cualquier debate acerca de una intervención militar extranjera en Libia ha de tenerlo en consideración
Hacia una caracterización social del terrorismo yihadista en España: implicaciones en seguridad interior y acción exterior
Perfil sociológico del terrorismo yihadista en España y recomendaciones sobre medidas antiterroristas de prevención.
Este ARI presenta un análisis de datos sociodemográficos correspondientes a 188 personas ingresadas en centros penitenciarios españoles, desde 2001 hasta 2005, como sospechosas de implicación con el terrorismo yihadista, que permite elaborar una caracterización social de dicho fenómeno: propio de varones nacidos entre 1966 y 1975, de entre 26 y 40 años cuando fueron detenidos, básicamente inmigrantes de origen magrebí, más en situación regular que lo contrario; en su mayoría, asentados en Madrid, Barcelona y el litoral mediterráneo; pese a algunas excepciones, se trataría de individuos con precarios niveles de educación y estándares igualmente bajos de cualificación laboral. A partir de esas constataciones, caben una serie de recomendaciones para la prevención del terrorismo yihadista, tanto en materia de seguridad interior como de acción exterior
Tras el 7 de julio: ¿qué estrategia tiene el terrorismo internacional?
El actual terrorismo internacional, al cual subyace el movimiento de la yihad neosalafista global, lo practican grupos y organizaciones que comparten tanto un objetivo último como una misma estrategia. A partir de ese dato por el momento invariable y de otros factores situacionales que son más cambiantes, cabe interpretar atentados como los del once de marzo de 2004 en Madrid o el siete de julio de 2005 en Londres.
Cuantos atentados se cometen en las sociedades europeas o norteamericanas, al igual que los perpetrados contra ciudadanos e intereses occidentales fuera de sus respectivos países, se inscriben en la estrategia dual de confrontación desarrollada por el actual terrorismo internacional, de acuerdo con el objetivo último de unificar políticamente al mundo musulmán que comparte el movimiento de la yihad neosalafista global. Este aspira también a instaurar un régimen afín en el corazón del mundo islámico. Desbaratado el santuario afgano y mientras tratan de incidir sobre la estructura y distribución del poder en otros países del mundo islámico, Irak se ha convertido en un escenario fundamental donde materializar esos propósitos y desde el cual promover la movilización de su población de referencia. De aquí que desde hace más de dos años atenten o amenacen con hacerlo contra blancos aliados de Washington. Pero la amenaza del terrorismo internacional es anterior y relativamente independiente de lo que ocurre en aquel país, de modo que continúa cerniéndose sobre el conjunto de las sociedades occidentales y, en concreto, los Estados miembro de la Unión Europea. Estamos ante un fenómeno que puede ser contenido y aminorado, pero cuya pronta erradicación no es, hoy por hoy, una expectativa realista
¿Será al-Qaeda una amenaza para el cambio político en Egipto?
A fin de que al-Qaeda y otros actores del terrorismo global no se beneficien de oportunidades favorables para desarrollar una estrategia terrorista en Egipto, el cambio político no debe afectar de un modo disfuncional a las estructuras egipcias de seguridad e inteligencia.
Egipto es muy importante para al-Qaeda, debido a la centralidad de dicho país en el mundo árabe y el destacado componente egipcio que tiene aquella estructura terrorista. Algunos hechos recientes sugieren que al-Qaeda estaría tratando de reestablecerse en territorio egipcio, donde ha venido contando con un monto nada desdeñable de simpatía entre la mayoritaria población musulmana. Desde al-Qaeda y sus extensiones territoriales se han interpretado las movilizaciones antiautoritarias en términos yihadistas. Ayman al Zawahiri afirmó en 2009 que el derrocamiento de Hosni Mubarak era imposible de modo pacífico, pero contemplaba como excepción un cambio de régimen que resultara aún más beneficioso para EEUU, frente a lo que apelaba a una solución islamista. Si al-Qaeda o alguna entidad afiliada dispusieran de infraestructura y capacidad, intentarán atentar contra blancos cuyo menoscabo acarree consecuencias sociales y económicas lo suficientemente graves como para obstaculizar la democratización del sistema político egipcio. Esta estrategia terrorista podría verse facilitada por reformas disfuncionales en las actuales estructuras de seguridad interior e inteligencia. En la adaptación de estas últimas a un contraterrorismo eficaz y respetuoso con los derechos humanos hay oportunidades para la cooperación española
¿Podrá Obama con Osama? Breves comentarios a la nueva estrategia contraterrorista de EEUU en Afganistán y Pakistán
Este ARI comenta tanto la redefinición de objetivos como de medios que contiene la estrategia contra al-Qaeda en Afganistán y Pakistán delineada por el presidente de EEUU en su alocución del 27 de marzo de 2009.
Revertir las condiciones que a lo largo de los últimos ocho años han favorecido el mantenimiento de al-Qaeda requería de un renovado liderazgo estadounidense en la lucha contra el terrorismo global. Barack Omaba está redefiniendo los objetivos y medios para erradicar dicha estructura terrorista. Su alocución del 27 de marzo de 2009 en Washington introduce contenidos muy alejados de la visión que en estas cuestiones tenía su antecesor en la Casa Blanca, pero también algunos que denotan continuidad. En cualquier caso, la nueva estrategia del presidente norteamericano proporciona una oportunidad irrepetible para acabar con el actual santuario paquistaní de los terroristas y evitar que se reproduzca uno afgano, sin que ello necesariamente implique negociar con los talibán o los neotalibán
¿Estamos más seguros frente a al-Qaeda? Reformas en la seguridad interior española y prevención del terrorismo global, 2004-2008
Cuando ocurrieron los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, España disponía de unas estructuras de seguridad interior muy desarrolladas y altamente eficaces en materia de lucha contra el terrorismo de origen endógeno. Sin embargo, éstas no estaban igualmente adaptadas para hacer frente a los desafíos del terrorismo relacionado con al-Qaeda
Para que al-Qaeda sea derrotada, ¿hay que negociar con los talibán o imponerse a ellos?
Para derrotar a al-Qaeda hay que imponerse a los talibán y evitar que éstos continúen reproduciendo una subcultura de terrorismo en las zonas bajo su control.
Al-Qaeda ha sobrevivido durante los últimos casi 15 años gracias sobre todo a la protección que le han proporcionado los talibán en el sur de Asia. Entre 1996 y finales de 2001 fueron los talibán afganos quienes se convirtieron en protectores de dicha estructura terrorista. Desde el inicio de 2002 hasta nuestros días, son los talibán paquistaníes quienes protegen a Osama bin Laden y los suyos. El auge de los talibán, tanto en Afganistán como en Pakistán, ha sido beneficioso para al-Qaeda, favoreciendo además la persistencia del terrorismo global. Negociar con los talibán, como han hecho en varias ocasiones las autoridades paquistaníes, ha resultado hasta ahora contraproducente si de contener el avance de los extremistas y aislar a al-Qaeda se trataba. Esta experiencia invita a repensar cuidadosamente cualquier nueva propuesta de negociación con los talibán en Afganistán. Para derrotar a al-Qaeda habrá que imponerse a los talibán y evitar que éstos continúen reproduciendo una subcultura de terrorismo en las zonas bajo su control. Se trata de imponerse militarmente a ellos sin olvidar las dimensiones civiles de una campaña contrainsurgente, pues es imperativo favorecer la oposición a los extremistas en el seno de la población pastún
Terrorismo yihadista en el Este de África: nexos entre la célula de al-Qaeda en Kenia y al-Shabab en Somalia
Al-Qaeda estableció una célula en Kenia a inicios de los 90. Al-Shabab se formó posteriormente en Somalia. Pero la relación entre ambas es muy estrecha, constituyendo una amenaza terrorista para la región del Este de África y más allá.
El Este de África es desde el inicio de la década de los 90 un escenario particularmente significativo del terrorismo yihadista, aunque sea en estos momentos cuando adquiera una especial relevancia. Al-Qaeda estableció una célula en Kenia al poco de dar comienzo aquella década y desde entonces no ha dejado de constituir una amenaza para la estabilidad del país y su economía nacional. Al-Shabab, por su parte, surgida con posterioridad, es una amenaza existencial para el ya de por sí fallido Estado de Somalia, desde donde aquella célula de miembros de la estructura terrorista fundada por Osama bin Laden ha venido también operando. Pero los nexos entre ésta y al-Shabab llegan al solapamiento entre ambas entidades, que incluso comparten en cierta medida sus directorios. A partir de aquí se entiende mejor la naturaleza y el alcance de la amenaza terrorista que conjuntamente representan para Somalia, Kenia y otros países de la región, e incluso para algunos occidentales
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