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Moviendo procesos sin descanso. Una experiencia de vida en defensa de un territorio y su desarrollo social: Otilia Cuervo de la vereda La Requilina en Usme, localidad de Bogotá, D. C.
Para comprender la realidad de los movimientos
sociales es importante tener presente que estos
se conforman de personas reales con trayectorias
y particularidades muy específicas, y que
estos van teniendo su propio proceso de aprendizaje.
En el caso de la defensa del territorio rural
del sur de Bogotá se resalta a una mujer que ha
puesto su esfuerzo e ingenio al servicio de este
propósito. Ana Otilia Cuervo Arévalo, lideresa de
la vereda La Requilina, quien desde muy joven
se involucró en el trabajo comunitario
Comité de aguas y saneamiento ambiental de Usme
Usme es la localidad número 5 del distrito capital
desde 1954. Después de la localidad de
Sumapaz, es la segunda localidad más grande
con área rural, correspondiente a un 85 % de
su área total.
La zona rural de Usme cuenta con importantes
cuerpos de agua: Lagunas de Bocagrande,
las lagunas de los Tunjos, el río Chisacá, el río
Mugroso, que surten el embalse de Chisacá, junto
con las quebradas Olla Honda, Piedra Gorda y el
río Curubital, que llegan al embalse La Regadera;
además de nacederos, vertientes y otras quebradas
que confluyen en la cuenca del río Tunjuelito
hasta terminar su curso en el río Bogotá
En defensa de la ruralidad y la campesinidad en Bogotá. La experiencia de la Mesa de Concertación del Borde Urbano-Rural en el sur de Bogotá
La localidad de Usme, ubicada en el borde sur
de Bogotá, se caracteriza históricamente por
una condición rural y campesina que la diferencia
del resto de la ciudad. Cuenta con 21.507
hectáreas, de las cuales 86 % corresponde a
suelo rural, 10 % a urbano y 4 % de expansión
(Secretaría Distrital de Ambiente, 2004). No
obstante, desde finales del siglo XX las autoridades
distritales vuelcan su atención hacia esta
localidad y despliegan una serie de decisiones
y acciones que revelan un interés naciente de
integrarlo en mayor medida con las dinámicas
más urbanas de la ciudad. Por ejemplo, se encuentra
el Acuerdo 6 de 1990 (Estatuto para el
Ordenamiento Físico del Distrito Especial) y el
Decreto 619 de 2000 que reglamenta la Ley 388
de 1997 (Plan de Ordenamiento Territorial), con
los cuales se formula la posibilidad de proyectos
de expansión urbana sobre su territorio
Fuentes vivas en el borde: investigación y experiencias colaborativas para la gobernanza de un sur sostenible en Bogotá
Libro digitalEste libro es el resultado de un proceso de investigación de una red tripartita entre Academia, Empresa Pública y Organizaciones Sociales en el marco del proyecto “Territorios del Agua y Redes de Práctica y Aprendizaje para la apropiación social y la gestión colaborativa del borde sur del Distrito Capital” cofinanciado por Colciencias en la convocatoria 569 de 2012. En él se exponen las memorias de las experiencias de investigación colaborativa en torno a los problemáticas que enfrenta la gestión del agua desde la perspectiva de los Acueductos Comunitarios de la ruralidad de Bogotá, que nacen y se consolidan en un contexto de expansión urbana y en una cuenca históricamente importante para el abastecimiento de agua de Bogotá. Este territorio del agua se ve cada vez mas deteriorado por la minería, y la expansión del Relleno de Doña Juna y la urbanización indiscriminada, poniendo en riesgo medios de vida rurales y prácticas que mantienen los ecosistemas asociados a la regulación y producción de agua para los habitantes tanto rurales como urbanos Bogotá. La historia ambiental, urbana y de las organizaciones sociales, así como la acción colectiva y el desarrollo de una multiplicidad de leyes, planes y políticas que se superponen para hacer manejo de este tipo de territorios, muestra la falta de claridad sobre una ruta crítica acordada entre los actores implicados en las dinámicas de este territorio, cuya falta convergencia pone en riesgo no solo a las comunidades locales de las áreas rurales sino la sostenibilidad socio-ecológica de grandes sectores de la ciudad y del territorio en su conjunto.
Las fuentes vivas hacen alusión tanto a las fuentes de agua que abastecen los acueductos comunitarios del sur de Bogotá, pero también la a la gente del territorio que vive de estas fuentes. Las fuentes vivas en este libro son autoras de las descripciones, los problemas y los relatos que registramos en este libro, así como de los procesos analíticos y reflexivos y de las acciones colaborativas que se exponen. Dichas fuentes vivas están en el Borde por su doble condición. Primero, de estar en el borde entendido éste como un fenómeno de interface o transición dinámica entre lo urbano y lo rural, regidos por una dinámica de ocupación y uso del territorio que funciona como un todo socio-ambiental, no siempre coherente y cohesivo. En segundo lugar, porque están en el borde entendido éste como referente simbólico de riesgo, de límite, donde podemos vislumbrar una transición que puede tomar el rumbo de la catástrofe o por el contrario ir hacia una salida sostenible. La sostenibilidad, en este caso, depende de la construcción de una consciencia ecológica y ambiental por parte de quienes estamos transformando las dinámicas del agua y de la vida en este territorio. Ello, entre otras, requiere de conocimiento, reflexión y acuerdos para vivir del y con el agua y por lo tanto son las fuentes vivas las que proponen las rutas para la gobernanza del agua. La gobernanza, es en este sentido, el proceso mediante el cual se establece la deliberación y la negociación ente los actores de un territorio dado -en este caso del borde urbano rural del sur de Bogotá - sobre las lógicas que estructuran sus relaciones con los elementos ambientales que usan, apropian, valoran y regulan el agua, a partir de sus prácticas y sus discursos, en contextos de poder, para llegar a acuerdos y tomar decisiones sobre su sostenibilidad.Comité de cartografía: Philippe Chenut -- Javier Rodríguez -- Amparo De Urbina