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    Sistemática y taxonomía de anfibios

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    Con 814 especies formalmente descritas, Colombia es el segundo país con mayor diversidad de anfibios en el planeta, representando el 10.5% de las cifras de riqueza a nivel global. Alrededor del 60% de la diversidad de anfibios en Colombia está restringida a la región Andina, en donde, además, se presenta el mayor grado de endemismo. En contraste con los Andes, la región Caribe de Colombia contiene solo 104 especies, un 10 de la riqueza de anfibios en el país, considerándose tradicionalmente como una de las regiones menos diversas. El 70% de estas especies se encuentran restringidas a los bosques de niebla del piso térmico frío encontrados en la Sierra Nevada de Santa Marta, mientras que el 30% restante corresponde a especies con distribución en el piso térmico cálido, Frecuentemente llamado tierras bajas”. Para los bosques secos tropicales (bs-T) en los departamentos del Cesar y Magdalena se registra un total de 32 especies de anfibios en los órdenes Anura y Gymnophiona.  Anura (ranas y sapos) está representada por 30 especies (20 géneros, 11 fami- lias) siendo Hylidae la Familia más diversa con nueve especies y seis géneros, seguida de Leptodactylidae con siete especies y cuatro géneros; las restantes familias están representadas por una o dos especies. Para el orden Gymnophiona, solo existen registros de cuatro especies (2 géneros, 2 familias) en el bs-T del Cesar y Magdalena. Además de documentar los anfibios que habitan en este ecosistema y dichos departamentos, en este capítulo se identifican algunos vacíos de información, se hacen aportes taxonómicos para reconocer las especies basados en su Fenotipo, finalmente, se hace una breve mención a algunas hipótesis filogenéticas recientes

    Biología de los anfibios y reptiles en el bosque seco tropical del norte de Colombia.

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    Los anfibios y reptiles son animales asombrosos y su biología es mucho más Fascinante y variada de lo que originalmente se consideraba. Esta afirmación se soporta fácilmente en múltiples aspectos, entre los cuales sobresale, su reproducción (Duellman & Trueb 1994; Wells 2007; Balshine 2012; Gómez-Mestre et al. 2012; Vitt & Caldwell 2014; Pough et al. 2016). En los anfibios, por ejemplo, muchas especies no dejan sus huevos en charcas y lagunas, como tradicionalmente ha creído el común de las personas, sino que las hembras los depositan en ambientes terrestres, tales como la superficie de hojas o en ambientes húmedos que se dan a nivel del suelo entre hojarasca y bajo troncos caídos, piedras o raíces de árboles (Duellman & Trueb 1994; Crump 2015). Más aún, hay especies cuya reproducción es tan especializada que los padres o madres transportan a los renacuajos en diferentes partes de su cuerpo , ya sea, por pocas horas o días, mientras los depositan en ambientes específicos, o hasta que las crías terminan su ciclo de metamorfosis y se desarrollen como un adulto, pero en miniatura  (Noble 1927; Mendelson et al. 2000; Castroviejo-Fisher et al. 2015). Con respecto a los reptiles, hay ejemplos de especies, donde, - las hembras no requieren que un gameto masculino fertilice sus óvulos para producir crías, o especies, donde el sexo de la progenie no está determinado genéticamente, sino por la temperatura ambiental, lo cual, permiten la incubación de huevos (Tinkle & Gibbons 1977; Shine 1995; Vitt & Caldwell 2014). Los factores o procesos asociados a la evolución de este último aspecto en la reproducción de reptiles, es todo un enigma para los científicos (BlacNburn 2006; Shine 2015). Estos y muchos más ejemplos, que se encuentran a lo largo de este libro, contradicen la imagen que durante décadas se tuvo de los anfibios y reptiles, incluso, por científicos y naturalistas tan prestigiosos como, Carlos Linneo, quien afirmó que estos vertebrados eran animales repulsivos, en los cuales el creador no había ejercido toda su sabiduría y poder (Halliday & Adler 1986)
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