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Fuga de cerebros en los Hospitales del Estado
En pleno siglo XXI, hay que adecuar la visi贸n a los cambios tecnol贸gicos y a las
exigencias que la salud ocupacional pide, para tratar de darle al empleado no solo una buena
cobertura en vacunas, sino tambi茅n, satisfacci贸n laboral.
La satisfacci贸n laboral es un tema que ha sido discutido por especialistas como Edwin
Locke (psic贸logo laboral). Para 茅ste, cada individuo, seg煤n sus necesidades y expectativas,
hace un juicio de valor en su entorno laboral, logrando satisfacci贸n y/o insatisfacci贸n.
Es decir, que tal vez unas enfermeras se sientan satisfechas de trabajar en hospitales
privados porque hay menos riesgo de contagio, hay m谩s recursos y equipo, aunque su
remuneraci贸n sea menor. En los hospitales del Estado, hay m谩s trabajo y a la vez, menos
recursos humanos y de materiales, en consecuencia mayor estr茅s laboral.
Si bien es cierto que ahora se les da la oportunidad a muchos profesionales j贸venes
encargarse de los servicios, hay todav铆a servicios, en 谩reas cr铆ticas, en donde no se realiza la
rotaci贸n de puestos y tampoco se le da mucho apoyo al personal que estudia y trabaja, con
la flexibilidad de los horarios.
No podemos dejar de lado a las enfermeras que contraen enfermedades comunes
cr贸nicas, ocasionadas por el trabajo y/u ocupacionales que limitan su funci贸n. Hemos
observado, no solo descontento y frustraci贸n en salas recargadas de trabajo, donde no baja el
nivel de exigencias, saliendo las rotadoras y encargadas en turnos de 12 horas para poder
dejar lo mejor posible el servicio. Con el agotamiento continuo, el des谩nimo y la falta de un
sistema de incentivos, llegamos a la deserci贸n de enfermeras que buscan estabilidad laboral
y disminuir el riesgo del S铆ndrome de Burn-out.
Muchos profesionales, ya con m谩s a帽os de servicio, demuestran s铆ntomas de
descontento por falta de reconocimiento, exceso de trabajo e incluso, apat铆a en su trato hacia
los compa帽eros y pacientes. Lo anterior lleva al consiguiente aumento de las enfermedades
comunes y al ausentismo laboral.
La fuga de cerebros es uno de los m谩s graves problemas que enfrenta la salud p煤blica,
ya que, al no realizar cambios significativos a nivel del Sistema, por m谩s que se grad煤en
enfermeras en nuestras Universidades, no tendremos recursos humanos que trabajen con
eficiencia, que sienta que este trabajo es una bendici贸n y no un castigo.
La fuga de cerebros de los hospitales debe hacer reflexionar a los administrativos de
las instituciones de salud, quienes pueden realizar rondas durante los servicios, encuestas al
personal y c铆rculos de calidad con el fin de llegar a un consenso, mediante el cual se busquen
los mecanismos que contribuyan a evitar la p茅rdida de profesionales valiosos. Entre las
medidas, se sugiere una ordenada reingenier铆a del personal seg煤n preparaci贸n y desempe帽o
por puestos. Establecer con apoyo privado, incentivos para enaltecer la autoestima del
personal de todas las 谩reas. Pero, sobre todo, debemos tener presente que lo que mueve el 20
coraz贸n de una instituci贸n, no es la tecnolog铆a, sino el carisma de la gente que trabaja en ella
y, el amor que entregan a lo que hacen.
Podr铆amos se帽alar que la burocratizaci贸n de las instituciones de salud y la poca
disposici贸n de sus m谩ximos l铆deres, para promover cambios que fortalezcan la satisfacci贸n
y buenas relaciones interpersonales, influye en la fuga de cerebros de las instituciones, ya
que la producci贸n y la sobrecarga de trabajo van de la mano, provocando al trabajador
mayor agotamiento f铆sico y mental.
La sobrecarga de trabajo y la insatisfacci贸n laboral, no solo aumenta el riesgo del
s铆ndrome del quemado, con todas sus consecuencias, que van desde irritabilidad, taquicardia,
insomnio, entre otras, hasta llegar a la depresi贸n, el aislamiento social y hasta el suicidio