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    El ejército dominicano durante la Primera República

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    Juan Daniel Balcácer (biografía): Reconocido historiador dominicano y catedrático universitario. En la Universidad Católica Santo Domingo (UCSD) ha sido profesor de Historia Crítica Dominicana, mientras que en la Universidad APEC enseñó Historia de la Cultura Dominicana. Entre sus obras se encuentran Juan Pablo Duarte, el Padre de la Patria; Vicisitudes de Juan Pablo Duarte; Pensamieto y acción de los Padres de la Patria; Pedro Santana: historia política de un déspota; Papeles y escritos de Francisco J. Peynado; Américo Lugo: el patriota olvidado; Algunas reflexines sobre la democracia dominicana; Trujillo. El tiranicidio de 1961; y La independencia dominicana (esta última escrita en colaboración con Manuel García Arévalo). Es miembro de la Academia de Ciencias de la República Dominicana, del Instituto Duartiano, del Instituto Dominicano de Genealogía y de la Academia Dominicana de la Historia. Ha sido presidente de la Sociedad Dominicana de Bibliófilos y preside actualmente la Comisión Permanente de Efemérides Patrias.El historiador dominicano Juan Daniel Balcácer expone en este bien documentado trabajo la tesis de que durante el período histórico conocido como la “Primera República” no existió, en verdad, un ejército profesional, permanente, institucionalizado y organizado que defendiera la República Dominicana naciente. Los triunfos militares obtenidos en los enfrentamientos con la vecina República de Haití (guerra independentista) y con la monarquía española (guerra restauradora) fueron todos debidos al hecho de que fue el cuerpo vivo del pueblo nacional el que se volcó a defender con sus pocos recursos disponibles su libertad. En este sentido, arguye y comprueba el autor, los miembros de las milicias nacionales de aquella época eran en su inmensa mayoría campesinos que dejaban temporalmente sus labores agrarias para asumir de modo voluntario y aguerrido —pero sin la preparación militar debida y sin las armas suficientes y adecuadas— la defensa de la patria. Como consecuencia de la importancia radical que tuvo esa actividad militar precaria y desorganizada, pobremente financiada, si bien fundamental para la pervivencia del país, se descuidó la labor productiva nacional y floreció el caudillismo, fenómeno sociopolítico que se alimentó de la falta de madurez cívico-política de la nación emergente y que resultó ser un obstáculo fatal en su proceso de institucionalización estatal
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