Las narrativas multipantalla o split-screen narratives no se trata de un fenómeno novedoso ni emergente en el cine contemporáneo. Se trata de una tipología de narrativas modulares que Cameron (2008) definió como aquellas en las que la causalidad narrativa clásica es reemplazada por una serie de elementos independientes que son manipulados en cuanto a su orden, frecuencia y duración, lo que cuestiona la separación entre presente, pasado y futuro, generando una sensación de incertidumbre constante en el espectador. Autores como Novikov (2017) plantean el uso de desktop films para aquellas de estas narrativas que incorporan explícitamente una interfaz informática, explorando cómo la cultura visual digital transforma la experiencia cognitiva de estar en el mundo cuando el ser humano se traslada a un entorno de realidad virtual. En definitiva, en el caso de los desktop films, los acontecimientos narrados de manera simultánea en el mismo campo visual se ponen a disposición de una interfaz que actúa como eje narrativo central, entremezclando diferentes puntos de vista sin las actuaciones propias del montaje cinematográfico.
En el panorama cinematográfico de carácter más comercial, la última década ha revelado cómo estas narrativas multipantalla se han puesto al servicio de los códigos genéricos del thriller y el terror, fundamentalmente. Concretamente, aquellas desarrolladas a través de la interfaz visual de un escritorio se han utilizado en películas con notable circulación a escala global; resulta posible citar la serie cinematográfica de Eliminado (Levan Gabriadze, 2015) y Eliminado: Dark Web (Stephen Susco, 2018), así como estrenos posteriores como Searching (Aneesh Chaganty, 2018) o Missing (Nicholas D. Johnson, Will Merrick, 2023). Muy diferentes en sus planteamientos, el relato multipantalla no solamente muestra la interfaz como una fórmula narrativa a través de la cual sostener el relato, sino que permite extraer una serie de nexos temáticos comunes que permean estas producciones: todas ellas dialogan con las denominadas ansiedades digitales de la sociedad contemporánea, vinculadas con el capitalismo de la vigilancia, el "panóptico" digital y las identidades fragmentadas.
En este sentido, el confinamiento ocasionado por la crisis sanitaria derivada de la pandemia por COVID-19 llevó a la ciudadanía a una experiencia virtual forzada, donde la presencialidad fue sustituida en su totalidad por el uso de dispositivos electrónicos para mantener el contacto entre comunidades. Este estudio pretende analizar, desde el punto de vista de las narrativas modulares y el campo denominado Computational Media Aesthetics, las formalizaciones concretas a través de las cuales ambivalencia fue trasladada a la ficción audiovisual. Para ello, se toman como casos de estudio las dos propuestas con mayor resonancia a escala global, Host (Rob Savage, 2020) y Safer at home (Will Wernick, 2021)
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