Bolivian Studies Journal
Not a member yet
212 research outputs found
Sort by
Más allá de la inocencia: Indigeneidad y despliegues violentos de la sinrazón política en Bolivia
This paper focuses on what critics have charged were false and duplicitous appeals to Indigeneity on the part of elected officials in twenty-first century Bolivia, a narrative confirmed by President Evo Morales’s continued support for neo-extractivist nationalism. Although such critiques gained sway among far-right critics of Morales in the months preceding his 2019 ousting, scholarly efforts to account for his removal also often approach Indigeneity either as a resilient anti-extractivist plurality or as a manipulated instrument emptied of content. Building from fieldwork and historiographical studies, this article shifts away from such charges of falsity or innocence to instead examine the relational workings of Indigeneity in a setting long defined by Quechua and Aymara skepticism toward programs of government-based uplift and historical redemption. Beyond providing a framework for authorizing and “knowing” Indigeneity, I examine how introduced notions of racialized difference have been key to popular Quechua and Aymara efforts to contest political, religious, and labor incursions. Among rural supporters in the decade preceding Morales’s ousting, shared appeals to Indigenous belonging and historical rootedness allowed new channels of claim-making. Rather than being neutralized, politicized invocations of shared Indigeneity contributed to a relational terrain by which supporters demanded elected officials’ responsiveness given what they perceived as the failures of institutional decolonization and the tragedies of state abandonment.Este artículo se centra en lo que los críticos han identificado como apelaciones falsas y engañosas al indigenismo por parte de los funcionarios electos en la Bolivia del siglo XXI, una narrativa confirmada por el continuo apoyo del presidente Evo Morales al nacionalismo neoextractivista. Aunque estas críticas ganaron terreno entre la crítica de extrema derecha en los meses previos a la destitución de Morales en 2019, los esfuerzos académicos para explicar su destitución también suelen abordar el indigenismo como una pluralidad antiextractivista resistente o como un instrumento manipulado vaciado de contenido. Partiendo del trabajo de campo y de estudios historiográficos, este artículo se aleja de tales acusaciones de falsedad o inocencia para examinar, en cambio, el funcionamiento relacional del indigenismo en un entorno definido desde hace mucho tiempo por el escepticismo quechua y aymara hacia programas gubernamentales de redención histórica. Más allá de proporcionar un marco para autorizar y "conocer" la indigeneidad, examino cómo las nociones introducidas de diferencia racializada han sido clave en los esfuerzos populares quechuas y aymaras para oponerse a incursiones políticas, religiosas y laborales. Entre los simpatizantes rurales en la década anterior al derrocamiento de Morales, alegatos a la pertenencia indígena y al arraigo histórico permitieron canales de reivindicación. En lugar de ser neutralizadas, las invocaciones politizadas de la indigeneidad compartida contribuyeron a crear un terreno relacional en el que los partidarios exigían de los funcionarios electos receptividad ante lo que percibían como los fracasos de la descolonización institucional y las tragedias del abandono del Estado
Carlos Macusaya Cruz. “En Bolivia no hay racismo, indios de mierda". Apuntes sobre un problema negado
Entrevista a Soyelgas, fotógrafo de los conflictos del 2019
The Bolivian crisis of 2019 was unleashed with accusations of electoral fraud against Evo Morales, then president and presidential candidate in the elections of October 20, 2019. Soyelgas covered this period for the La Paz newspaper Página Siete, working together with several other foreign and local journalists. “Soyelgas” is the artistic name of Gastón Brito Miserocchi, a Bolivian-Italian photographer who covered the most critical period of the post-electoral conflicts of 2019. His generous testimony as a first-hand witness is a valuable contribution to the analysis of the 2019 conflicts, since that allows us to glimpse a perspective rarely exposed: that of press workers, who carried out their work in conditions of risk and insecurity in the midst of a period of extreme polarization of Bolivian society. The photo gallery titled “2019 Elections and Post-Election Crisis” in this special edition, curated by Ximena Córdova and Ximena Postigo, offers a sample of his photographic work on the events of 2019.La crisis boliviana de 2019 se desató con acusaciones de fraude electoral contra Evo Morales, entonces presidente y candidato presidencial en las elecciones del 20 de octubre de 2019. Soyelgas cubrió este periodo para el diario paceño Página Siete, ejerciendo su labor junto con varios otros trabajadores de prensa de medios locales y extranjeros. “Soyelgas” es el nombre artístico de Gastón Brito Miserocchi, fotógrafo boliviano-italiano que cubrió el período más crítico de los conflictos postelectorales de 2019. Su generoso testimonio como testigo de primera mano es un valioso aporte al análisis de los conflictos de 2019, ya que permite vislumbrar una perspectiva pocas veces expuesta: la de los trabajadores de prensa, quienes desarrollaron su trabajo en condiciones de riesgo e inseguridad en medio de un periodo de extrema polarización de la sociedad boliviana. La galería de fotos titulada “Elecciones 2019 y crisis post-electoral” en esta edición especial, curada por Ximena Córdova y Ximena Postigo, ofrece una muestra de su trabajo fotográfico sobre los acontecimientos de 2019
Chiquitanía, fuego y elecciones: El primer esbozo de la crisis política del 2019
This article analyzes the link between the forest fires that affected the Chiquitanía in Bolivia in 2019 and the political crisis that resulted in the resignation of Evo Morales as president of the country after the 2019 elections. It is argued that the environmental disaster was used by groups opposed to the government with the dual objective of eroding Morales' popularity in view of the presidential elections and positioning the then president of the Pro Santa Cruz Civic Committee, Luis Fernando Camacho. This was achieved through the political capitalization of the forest catastrophe through social networks. To develop this argument, this article presents a data study on the dynamics of disinformation surrounding the forest burning; among others, the use of false images. It also examines the webpage of the Comité Civico Pro Santa Cruz, whose call for a massive cabildo, which was made under the slogan of defending the land, gave rise to a federalist and regionalist discourse rather than an environmentalist one. The article also analyzes the anti-MAS media campaign of the environmentalist group Ríos de Pie. In conclusion, it is argued that the manipulation of environmental activism for political ends, added to the social and legitimate discontent with Morales' administration, led to the events that provoked his resignation in a polarized electoral context that resulted in the last great Bolivian political crisis.Este artículo analiza el vínculo entre los incendios forestales que en 2019 afectaron en Bolivia a la Chiquitanía y la crisis política que derivó en la renuncia de Evo Morales a la presidencia del país tras las elecciones de 2019. Se argumenta que el desastre ambiental fue utilizado por grupos opositores al gobierno con el doble objetivo de erosionar la popularidad de Morales en vista a las elecciones presidenciales y posicionar en el panorama político al entonces presidente del Comité Cívico Pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho. Esto se logró mediante la capitalización política de la catástrofe forestal a través de las redes sociales. Para desarrollar este argumento, este artículo presenta un estudio de datos sobre la dinámica de desinformación en torno a la quema de bosques, como, entre otras formas, el uso de imágenes falsas. También se examina la página del Comité Cívico cruceño, cuya convocatoria a un multitudinario cabildo —que se hizo bajo la consigna de defender la tierra— dio lugar a un discurso federalista y regionalista más que ambientalista. Asimismo, se analiza la campaña mediática antimasista del grupo ambientalista Ríos de Pie durante el periodo de los incendios. En conclusión, se sostiene que la manipulación del activismo ambiental en beneficio de fines políticos, sumada al descontento social y legítimo con la gestión de Morales, desembocó los eventos que llevaron a su renuncia en un contexto electoral polarizado que derivó en la última gran crisis política boliviana
Relaciones del MAS con los movimientos sociales: Los cocaleros de los Yungas y la crisis de 2019
The Movimiento al Socialismo (MAS) emerged from a diverse coalition of social movements centered on cocalero unions and their participatory organizational structure. Some scholars argue that the MAS became a top-down ruling party that relegated and weakened social movements. This article challenges these predominate claims about MAS relations with social organizations. Based on a case study of the Asociación Departmental de Productores de Coca (ADEPCOCA), the article develops two main claims. First, it examines the political divisions within the cocalero sector, which contradict a common view of cocaleros as united with the MAS, and which therefore presented a governance dilemma for the MAS. Second, the article considers how, in the ADEPCOCA case, rural social organizations were able to both remain autonomous under the MAS and confront government power. These findings have implications for understanding how the MAS shaped Bolivian political development leading up to the 2019 crisis; namely, that there was significant tension between the MAS’s commitments to state-building and participatory governance, and that this tension contributed to resistance from within the MAS coalition, leaving the regime vulnerable to overthrow in 2019.El Movimiento al Socialismo (MAS) surgió de una coalición diversa de movimientos sociales centrados en los sindicatos cocaleros y su estructura organizativa. Algunos estudiosos sostienen que el MAS se convirtió en un partido gobernante verticalista que relegó y debilitó a los movimientos sociales. Este artículo cuestiona estas afirmaciones sobre las relaciones del MAS con las organizaciones sociales. En base a un estudio de caso de la Asociación Departamental de Productores de Coca (ADEPCOCA), el artículo desarrolla dos argumentos principales. En primer lugar, examina las divisiones políticas dentro del sector cocalero, mostrando que contradicen la visión de los cocaleros como unidos al MAS y que, por tanto, le plantearon un dilema de gobernanza al MAS. En segundo lugar, el artículo analiza cómo, en el caso de ADEPCOCA, las organizaciones sociales rurales fueron capaces tanto de mantener su autonomía frente al MAS como de enfrentarse al poder gubernamental. Estos hallazgos tienen implicaciones para entender cómo el MAS dio forma al desarrollo político boliviano que condujo a la crisis de 2019; a saber, que hubo una tensión significativa entre los compromisos del MAS con la construcción del Estado y la gobernanza participativa, y que esta tensión contribuyó a la resistencia desde dentro de la coalición gobernante, dejando al régimen vulnerable al derrocamiento en 2019
La crisis de la poscrisis: El regreso del MAS, el futuro incierto del Vivir Bien y la urgencia de pueblo
Unlike the Bolivian political crisis of 2006-2009, which marked a clear division in the country's history between the republican era and the subsequent plurinational state, the 2019 crisis did not result in a decisive turning point. The brief resurgence of the right in power quickly faded, and the MAS victory in the 2020 elections did not bring about a new moment in the revolutionary process that the party has pursued since it came to power in 2006. Moreover, the social issues brought to light by the 2019 political crisis remain unresolved; they have either persisted or intensified. Compounding these challenges are new issues, including a noticeable scarcity of foreign currency, a growing fiscal deficit, declining gas sales, and deepening internal divisions within the MAS, among others. In this context, references to the Process of Change seem to remain rhetorical, and there is no discernible effort by the current government to rectify the deviation of Evo Morales' administration from the initial idea of the plurinational project. Given the current situation, the post-crisis period seems to be yet another moment of crisis that, heading into the 2025 elections, could crystallize into another political crisis, potentially greater in magnitude than that of 2019. In light of this situation, averting the catastrophe of another political crisis hinges on the articulation of social organizations—the people as a collective political subject—rather than relying on the leadership of the MAS. Thus, a visionary MAS would urgently seek to bridge the gap between its leadership and the people who, in 2020, successfully defended the plurinational project at the polls.A diferencia de la crisis política boliviana de 2006-2009, que ha dividido la historia del país en un antes (la era republicana) y un después (el estado plurinacional), la crisis de 2019 no se ha resuelto en un punto de inflexión. El regreso de la derecha al poder ha tenido una corta vida y la posterior victoria del MAS en las elecciones de 2020 no ha traído consigo un momento nuevo en el proceso revolucionario que el partido ha emprendido desde su llegada al poder en 2006. Asimismo, los problemas sociales que la crisis política del 19 sacó a la luz, lejos de resolverse, o al menos redefinirse, se mantienen o se han agravado. A esto cabe añadir nuevos problemas, como la notoria escasez de divisas, el aumento del déficit fiscal, la caída de la venta del gas y las divisiones al interior del MAS, entre otros. En este contexto, las alusiones al Proceso de Cambio parecen quedarse en la retórica y no se percibe en el gobierno actual una búsqueda por remediar el distanciamiento del gobierno de Evo Morales de la idea inicial del proyecto plurinacional. En este estado de las cosas, el periodo poscrisis parece ser también un momento de crisis que, cara a las elecciones de 2025, puede cristalizar en otra crisis política de, quizás, mayor envergadura que la del 19. Ante este panorama, la catástrofe de otra crisis política solo podría evitarse con la articulación de las organizaciones sociales –el pueblo en tanto sujeto político colectivo– y no así con el liderazgo del MAS. Por ello, un MAS visionario buscaría, con urgencia, franquear la distancia entre el líder y ese pueblo que, en 2020, consiguió defender en las urnas el proyecto plurinacional
¿Trabajo (no)cooperativo? Cooperativas Mineras y el Estado en Bolivia
In 2019, Bolivian cooperative miners, once staunch allies of MAS and Evo Morales, helped inflame the crisis that toppled the Morales government. This paper explores the roots of the confounded, often explosive relationship between cooperative miners, nationalization, and MAS. Tracing the history of cooperative mining and its relationship to ore theft since the colonial period, this article shows how cooperative mining and salaried miners’ unions emerged as twin responses to the precarity of labor and production in the twentieth century. In the 1950s and 1960s, cooperative workers emerged as a shadow on the nationalized mining economy, competing for space and political influence with salaried workers. After the closure of COMIBOL in the late 1980s, cooperatives absorbed laid-off workers as well as migrants from the countryside and expanded into claims once belonging to state and union workers. When Morales reopened Bolivia’s national mining company in 2006 and sought to increase state participation in the mineral economy, he set the stage for a direct confrontation between the interests of cooperativistas, the vast majority of mineworkers at the time, and the state itself. This underacknowledged conflict of interests between different kinds of mineworkers has haunted MAS, culminating in the crisis of 2019 that drove Morales from power and from Bolivia. En 2019 los mineros cooperativistas bolivianos, otrora aliados incondicio- nales del MAS y Evo Morales, contribuyeron a inflamar la crisis que derrocó al gobierno de Morales. Este artículo explora las raíces de la confusa y a menudo explosiva relación entre los mineros cooperativistas, la nacionalización y el MAS. Tras rastrear la historia de la minería cooperativa y su relación con el robo de mineral desde el periodo colonial, este artículo muestra como la minería cooperativista y los sindicatos de mineros asalariados surgieron como respuestas gemelas a la precariedad del trabajo y la producción en el siglo XX. En las décadas de 1950 y 1960 los trabajadores cooperativistas surgieron como una sombra sobre la economía minera nacionalizada, compitiendo por espacio e influencia política con los trabajadores asalariados. Tras el cierre de COMIBOL a finales de la década de 1980, las cooperativas absorbieron a los trabajadores despedidos, así como a los emigrantes del campo, y se involucraron en reivindicaciones que antes pertenecían a los trabajadores estatales y sindicales. Cuando Morales reabrió la empresa minera nacional de Bolivia en 2006 y trató de incrementar la participación estatal en la economía minera, preparó el terreno para una confrontación directa entre los intereses de los cooperativistas, la gran mayoría de los trabajadores mineros en aquel momento, y el propio Estado. Este conflicto de intereses entre diferentes tipos de trabajadores mineros ha perseguido al MAS, culminando en la crisis de 2019 que lo expulsó del poder y de Bolivia.
Hay golpes en la vida…
Out of evocation, this article gathers feelings and positions emerged in the heat of the commitment with the struggles of the social organizations of the Bolivian people. It expresses a vital starting point for the memory of the territory: the daring of men and women of the original peoples who, boldly and creatively, used democracy, an instrument created by the bourgeoisie, in favor of a process of change that proposed the re-foundation and re-signification of the territories of the so-called Bolivia. In the midst of these reflections, the article points out the role played by conservative and racist women in the gestation of the 2019 coup and seeks to make visible the political positions of men and women who, regardless of stigmatizing analysis, showed that they were far from the mass behavior that followed the caudillo. I am referring to mobilizations of the people in defense of historical achievements never-before-seen or felt by the heirs of a millenary ancestry.Desde la evocación, este artículo recoge los sentimientos y posicionamientos generados al calor del compromiso con las luchas de las organizaciones sociales del pueblo boliviano. Expresa un punto de partida vital para la memoria del territorio: el atrevimiento de hombres y mujeres de los pueblos originarios que, osada y creativamente, usaron la democracia, instrumento creado por la burguesía, a favor de un proceso de cambios que propuso la refundación y resignificación de los territorios de la llamada Bolivia. En medio de esas reflexiones, el artículo señala el papel desempeñado por mujeres conservadoras y racistas en la gestación del golpe y busca visibilizar las posiciones políticas de hombres y mujeres que, al margen de los análisis estigmatizadores, daban cuenta de estar lejos del comportamiento de masa que iba tras el caudillo. Me refiero a las movilizaciones del pueblo en defensa de logros históricos nunca antes vistos ni sentidos por los cuerpos herederos de una ancestralidad milenaria
Táticas de violência política na crise boliviana de 2019: Retorno do empate catastrófico?
During Bolivia’s 2019 political crisis, reactivated modes of political violence occurred within and alongside familiar forms of mass mobilization. In Bolivia’s recent history, this period is most comparable to the 2006–2009 partisan conflict over constitutional reform and departmental autonomy known by the Gramscian term empate catastrófico, or catastrophic stalemate. Although there are many similarities between the two periods, both social movement and institutional norms limiting violence were weakened between the two, resulting in more rapid deployment of destructive tactics and deadlier violence by security forces. As Gramsci’s model argues, greater deployment of force was no guarantee of political success in either crisis. This article examines three extraordinary and destructive tactics: partisan street clashes, sometimes involving firearms; arson attacks on electoral authorities, party offices, politicians’ homes, and police stations; and mass shootings of demonstrators. I describe these three tactics as part of Bolivia’s repertoire of contention—that is, as routinized forms of political action with commonly understood meanings—and compare their use in both the 2006–2009 stalemate and the 2019 crisis. Quantitatively, I analyze the deadly violence in 2019 by drawing on Ultimate Consequences, a comprehensive database of nearly six hundred deaths in Bolivian political conflict since 1982. In the final weeks of Morales’s presidency, violence between opposed civilian groups accounted for all four deaths, whereas several incidents of partisan street clashes involved potentially lethal force. Following Morales’s ouster, however, the security forces became the central violent actor, perpetrating at least twenty-nine of the thirty-four violent deaths.Durante la crisis política de 2019, se produjeron formas reactivadas de violencia política dentro y junto a formas familiares de movilización de masas. En la historia reciente de Bolivia, este período es comparable al conflicto partidario de 2006–2009 sobre la reforma constitucional y la autonomía departamental conocido por el término gramsciano de “empate catastrófico.” Aunque hay muchas similitudes entre los dos periodos, tanto el movimiento social como las normas institucionales que limitan la violencia se debilitaron mutuamente, lo que dio lugar a un rápido despliegue de tácticas destructivas y a una violencia mortífera por parte de las fuerzas de seguridad. Como sostiene el modelo de Gramsci, un mayor despliegue de fuerza no fue garantía de éxito político en ninguna de las dos crisis. Este artículo examina tres tácticas extraordinarias y destructivas: enfrentamientos callejeros partidistas, a veces con armas de fuego; ataques incendiarios contra autoridades electorales, oficinas de partidos, domicilios de políticos y comisarías policiales; y tiroteos masivos contra manifestantes. Describo estas tres tácticas como parte del repertorio de contención de Bolivia —es decir, como formas rutinarias de acción política con significados comúnmente entendidos— y comparo su uso con el empate catastrófico de 2006–2009 y con la crisis de 2019. Cuantitativamente, analizo la violencia mortal de 2019 recurriendo a Últimas Consecuencias, una base de datos exhaustiva de casi seiscientas muertes en conflictos políticos bolivianos desde 1982. En las últimas semanas de la presidencia de Morales, la violencia entre grupos civiles opuestos fue responsable de cuatro muertes, mientras que varios incidentes de enfrentamientos callejeros partidistas implicaron el uso fuerza potencialmente letal. Sin embargo, tras la destitución de Morales, las fuerzas de seguridad se convirtieron en el principal actor violento, perpetrando al menos veintinueve de las treinta y cuatro muertes violentas que se registraron