El estado no constituye una entelequia abstracta, pues deviene en las prácticas resultantes de grupos humanos organizados en torno a necesidades y objetivos socialmente consensuados. Es por esto que el rumbo de las decisiones institucionales a largo plazo, su lógica interna y las certezas en términos de logro de objetivos estratégicos, dependen de conocimiento previo, seguro y verificable (Quintero, 2007). En este sentido, se ha definido a los programas y proyectos sociales como la traducción operacional de las políticas sociales, considerando que su formulación y evaluación devienen en una dimensión central para el proceso de asignación de recursos y de gestión (Cohen, 1994). Bajo esta lógica de racionalidad operativa, se han establecido enfoques de investigación y práctica basados en evidencia.Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educació