La educación superior en Colombia se ve enfrentada a diferentes problemáticas, entre las cuales se encuentra la deserción, la cual ocurre con mayor prevalencia en el primer año de formación; para el año 2018 la deserción general ascendió a 42% en todo el país. Dicha problemática no solo ocurre en Colombia, sino a nivel regional: “Según un informe de noviembre del Banco Mundial, Colombia es el segundo país en América Latina con mayor tasa de deserción universitaria.” (Casas, 2018, párr. 5).Por lo anterior, los procesos de educación universitaria requieren apuestas integrales que atiendan aquellas problemáticas que se convierten en un factor de riesgo para el abandono escolar; dichas apuestas no solo deben estar referidas al trabajo en las competencias duras, sino también integrar estrategias dirigidas a fortalecer las competencias blandas, en tal sentido, es pertinente abordar aspectos concernientes a la formación humana como complemento a la preparación profesional, aportando desde allí a la adaptación del estudiante al medio universitario.En sintonía con lo anterior, desde la Corporación Universitaria Minuto de Dios-UNIMINUTO, Sede Principal, se propuso incorporar, dentro del currículo, un espacio académico denominado curso Proyecto de Vida, este ha implementado estrategias pedagógicas que promueven la permanencia estudiantil a través del acompañamiento oportuno y diferencial, en el que se reconocen las diversas situaciones a las que se ven enfrentados los estudiantes en el inicio de su formación universitaria; su propósito no se agota en el proceso de vinculación a la institución, si no que va más allá, reflexiona sobre dichas dificultades y concreta acciones enfocadas al éxito profesional y realización personal.Entre otras se destacan varias experiencias pedagógicas significativas, tales como la orientación socioocupacional, enmarcada esta desde el fortalecimiento de las competencias profesionales y vocacionales, en relación con el propósito de vida personal, profesional y trascendente; en segundo lugar se aborda, de manera innovadora, el reconocimiento y apropiación del reglamento estudiantil, desde donde se promueven competencias ciudadanas en la relación con los otros, el reconocimiento de los procesos dentro de la institución al igual que sus derechos y deberes; en tercer lugar, para prevenir la perdida académica, todos los profesores del curso, realizan un seguimiento individual a aquellos estudiantes que presentan inasistencia y bajo rendimiento académico, como una estrategia de permanencia.Como resultado de dichas estrategias, se puede evidenciar que, para el período 2018-2 a partir de la orientación socioocupacional 37 estudiantes realizaron proceso de traslado de programa ajustando así sus intereses al perfil profesional.Así mismo, a partir de la apropiación del reglamento estudiantil, para el período 2018-2, las faltas disciplinarias ocurridas en el primer semestre de formación correspondieron a 4 estudiantes de 1.600 matriculados a primer semestre, lo cual equivale a 0.2% evidenciando así un alto nivel de armonía en las relaciones interpersonales.De igual forma, en el período de análisis, a partir del seguimiento individual y en articulación con otras áreas de Bienestar Institucional, se atendieron a 890 estudiantes que presentaron factores de riesgo de deserción, abordando con ellos temas de orden académico, psicológico, financiero y psicosocial; dicha estrategia permitió que solo 74 estudiantes presentaran perdida académica, lo que equivale a 4.6% con respecto a los 1.600 estudiantes matriculados, disminuyendo sustancialmente los índices de deserción en el primer año de formación.A partir de lo anterior, proyecto de vida se viene configurando en la institución, como uno de los cursos de primer semestre con menor índice de perdida académica, además ha generado en los profesores del mismo, un nivel de corresponsabilidad frente a las estrategias de acompañamiento que permiten la permanencia, identidad institucional y éxito académico de los estudiantes.La educación superior en Colombia se ve enfrentada a diferentes problemáticas, entre las cuales se encuentra la deserción, la cual ocurre con mayor prevalencia en el primer año de formación; para el año 2018 la deserción general ascendió a 42% en todo el país. Dicha problemática no solo ocurre en Colombia, sino a nivel regional: “Según un informe de noviembre del Banco Mundial, Colombia es el segundo país en América Latina con mayor tasa de deserción universitaria.” (Casas, 2018, párr. 5).Por lo anterior, los procesos de educación universitaria requieren apuestas integrales que atiendan aquellas problemáticas que se convierten en un factor de riesgo para el abandono escolar; dichas apuestas no solo deben estar referidas al trabajo en las competencias duras, sino también integrar estrategias dirigidas a fortalecer las competencias blandas, en tal sentido, es pertinente abordar aspectos concernientes a la formación humana como complemento a la preparación profesional, aportando desde allí a la adaptación del estudiante al medio universitario.En sintonía con lo anterior, desde la Corporación Universitaria Minuto de Dios-UNIMINUTO, Sede Principal, se propuso incorporar, dentro del currículo, un espacio académico denominado curso Proyecto de Vida, este ha implementado estrategias pedagógicas que promueven la permanencia estudiantil a través del acompañamiento oportuno y diferencial, en el que se reconocen las diversas situaciones a las que se ven enfrentados los estudiantes en el inicio de su formación universitaria; su propósito no se agota en el proceso de vinculación a la institución, si no que va más allá, reflexiona sobre dichas dificultades y concreta acciones enfocadas al éxito profesional y realización personal.Entre otras se destacan varias experiencias pedagógicas significativas, tales como la orientación socioocupacional, enmarcada esta desde el fortalecimiento de las competencias profesionales y vocacionales, en relación con el propósito de vida personal, profesional y trascendente; en segundo lugar se aborda, de manera innovadora, el reconocimiento y apropiación del reglamento estudiantil, desde donde se promueven competencias ciudadanas en la relación con los otros, el reconocimiento de los procesos dentro de la institución al igual que sus derechos y deberes; en tercer lugar, para prevenir la perdida académica, todos los profesores del curso, realizan un seguimiento individual a aquellos estudiantes que presentan inasistencia y bajo rendimiento académico, como una estrategia de permanencia.Como resultado de dichas estrategias, se puede evidenciar que, para el período 2018-2 a partir de la orientación socioocupacional 37 estudiantes realizaron proceso de traslado de programa ajustando así sus intereses al perfil profesional.Así mismo, a partir de la apropiación del reglamento estudiantil, para el período 2018-2, las faltas disciplinarias ocurridas en el primer semestre de formación correspondieron a 4 estudiantes de 1.600 matriculados a primer semestre, lo cual equivale a 0.2% evidenciando así un alto nivel de armonía en las relaciones interpersonales.De igual forma, en el período de análisis, a partir del seguimiento individual y en articulación con otras áreas de Bienestar Institucional, se atendieron a 890 estudiantes que presentaron factores de riesgo de deserción, abordando con ellos temas de orden académico, psicológico, financiero y psicosocial; dicha estrategia permitió que solo 74 estudiantes presentaran perdida académica, lo que equivale a 4.6% con respecto a los 1.600 estudiantes matriculados, disminuyendo sustancialmente los índices de deserción en el primer año de formación.A partir de lo anterior, proyecto de vida se viene configurando en la institución, como uno de los cursos de primer semestre con menor índice de perdida académica, además ha generado en los profesores del mismo, un nivel de corresponsabilidad frente a las estrategias de acompañamiento que permiten la permanencia, identidad institucional y éxito académico de los estudiantes