Bolonia impulsó una enseñanza basada en competencias y en el sujeto que aprende, pero la preparación en competencias profesionales que el mercado laboral demanda sigue siendo una asignatura pendiente en la universidad española. La inteligencia emocional y la creatividad son algunas de ellas. Por otro lado, se ha demostrado que el bienestar subjetivo favorece el rendimiento y mejora el clima de aula, también el clima laboral, al tiempo que favorece el desarrollo personal y social. Esta tesis doctoral ha analizado estas variables en estudiantes universitarios, con el fin de promoverlas, en la mejora de su capacitación para el futuro laboral. En particular, tiene como objetivo fundamental analizar la inteligencia emocional, creatividad, el bienestar subjetivo (felicidad y satisfacción con la vida) y el rendimiento académico de alumnos universitarios, estudiar las diferencias individuales en dichas variables en función del grupo (control/experimental), género, edad y elección de estudios (ámbito educativo/no educativo), la relación entre todas estas variables y el carácter predictivo de ellas sobre el rendimiento académico, para promover entornos de aprendizaje creativos, positivos y saludables, que trabajen estas competencias como variables facilitadoras de los resultados académicos y la empleabilidad de los estudiantes universitarios que se encuentran en etapas previas a la inserción profesional.
La parte introductoria presenta y justifica la necesidad de un cambio en la universidad española hacia un currículo basado en competencias profesionales que la empresa actual demanda, y centra el propósito de la tesis en el estudio de la competencia emocional y la creatividad como bases de ese cambio, junto a la importancia que el bienestar tiene en el rendimiento académico de los estudiantes.
La fundamentación teórica trata, para cada una de las variables estudiadas, los aspectos conceptuales, los modelos teóricos explicativos y formas de evaluación, los resultados de investigaciones empíricas que han estudiado la relación entre ellas, su carácter predictivo del rendimiento, los aspectos diferenciales según género, edad o elección de estudios, y termina con una revisión de diferentes programas de intervención para el desarrollo de estas variables en el ámbito educativo, especialmente en la etapa universitaria, tanto a nivel nacional como internacional, que han servido de base para el diseño del programa de intervención elaborado para esta investigación, con el que se cierra el capítulo.
La parte empírica plantea las preguntas, objetivos e hipótesis de la investigación, así como define las variables de estudio y la metodología empleada, un diseño cuasi-experimental pretest-posttest con grupo control no equivalente, junto con los resultados y su discusión. La muestra estuvo formada por 300 alumnos universitarios de diferentes titulaciones de ámbito educativo y no educativo pertenecientes a la Comunidad de Madrid. Los instrumentos utilizados fueron el TMMS-24 de Fernández-Berrocal, Extremera y Ramos (2004), el Test de inteligencia creativa (CREA) de Corbalán et al. (2003), la Escala de felicidad subjetiva (SHS) de Lyubomirsky y Lepper (1999), el Inventario de felicidad de Oxford (OHI) de Hills y Argyle (2002), la Escala de satisfacción con la vida (ESV) de Diener et al. (1985) y la Escala de ítem único (OLS) de Campbell et al. (1976). Se hicieron evaluaciones pre-test y post-test en los grupos experimental y control. El plan de intervención emocionalmente positivo y creativo se desarrolló entre ambas medidas, en los grupos experimentales, en horario lectivo e integrado dentro de la programación didáctica de las asignaturas del curso. El grupo control tuvo sus medidas pre-test y post-test, en similares momentos que el grupo experimental, y desarrolló sus clases con una metodología tradicional.
Los resultados muestran niveles medios en inteligencia emocional, creatividad, felicidad, y satisfacción vital y un rendimiento medio de notable y normalidad en inteligencia emocional, creatividad y felicidad, según género, edad y elección de estudios.
En el pre-test, encontramos una correlación significativa positiva de la inteligencia emocional (claridad y regulación) con la felicidad y la satisfacción con la vida, así como entre felicidad y satisfacción con la vida, y entre rendimiento e inteligencia emocional, creatividad y satisfacción con la vida. En el post-test confirmamos la correlación positiva entre inteligencia emocional (atención), felicidad y satisfacción así como entre rendimiento y felicidad.
El grupo experimental mostró con respecto al grupo control, puntuaciones medias mayores en las evaluaciones post-test de todas las variables (inteligencia emocional, creatividad, felicidad, satisfacción con la vida y rendimiento académico), lo que demuestra la efectividad del programa desarrollado en el desarrollo de cada una de ellas.
En relación al género, no hallamos diferencias significativas en inteligencia emocional, ni en felicidad, por el contrario sí en creatividad, satisfacción con la vida y rendimiento académico en el post-test, a favor de las mujeres.
En cuanto a la edad, no encontramos diferencias significativas en la inteligencia emocional, felicidad y satisfacción con la vida de ninguno de los intervalos estudiados, pero sí en creatividad post-test, a favor de los alumnos de entre 20-23 años y 30-47 años, y en rendimiento académico a favor de los alumnos más mayores (30-47 años).
Respecto a la elección de estudios, hallamos diferencias en el momento post-test en claridad y atención emocional, creatividad, felicidad, satisfacción con la vida y rendimiento académico a favor de los alumnos que cursan titulaciones relacionadas con la educación, frente a los alumnos de titulaciones de ámbito no educativo.
Finalmente constatamos para nuestro estudio el carácter predictivo de la creatividad, la satisfacción vital, el género, elección de estudios y edad sobre el rendimiento académico de los alumnos.
El programa de intervención diseñado para los estudiantes universitarios de nuestro estudio, en general, se ha mostrado efectivo en todas las variables analizadas, pero particularmente en creatividad y rendimiento, especialmente en el género femenino, en las titulaciones de ámbito educativo y con aquellos alumnos con edades comprendidas entre 20-23 y 30-47 años. Estas aportaciones nos permiten afirmar que la educación emocionalmente positiva y creativa funciona, es necesaria, en tanto que es demandada por la sociedad y el mercado laboral actual, y puede tener resultados más profundos y de mayor calado con programas de larga duración, integrados en las materias universitarias, que mejoren las competencias de empleabilidad, emprendimiento, bienestar y desarrollo personal. Las diferencias por género, edad y estudios, encontradas nos llevan a defender una enseñanza inclusiva que asegure la igualdad de oportunidades, cultural y de género en la educación por competencias universitaria.
La parte final del trabajo deja abierta otras líneas de investigación que incorporan los avances neurocientíficos a la educación universitaria, y la posibilidad de estudio de otras variables complementarias a las empleadas, que mejorarían la empleabilidad de nuestros estudiantes y facilitarían su acceso al mundo laboral, que era nuestro reto de partida, junto con su desarrollo personal y social